EAA — Capítulo 9

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Capítulo 9: ¿Es Realmente Tonto?


La apariencia del joven hombre era tan perfecta que, aún si fuera iluminado por la luz de la luna, sería imposible encontrar algún defecto. Parecía la obra maestra del mejor artista, ya que su rostro era tan hermoso que sería difícil para la gente desviar la mirada de él.

El joven vestía ropas blancas, y tiene un pelo tan negro como la tinta que aterrizaba desordenadamente en el rostro de Mu Ru Yue, sus ojos eran tan claros y limpios como los de un niño, como si fueran de otro mundo.

El joven hombre no tenía intenciones de levantarse, inhalando antes de que una hermosa sonrisa se mostrará en su rostro.

Él dijo, “Hermana Mayor, hueles realmente bien.”

En ese momento, la expresión de Mu Ru Yue se tornó oscura, observando con frialdad al joven hombre encima de ella. “¡Levántate!”

Al instante, los ojos del joven mostraron lágrimas, sintiéndose ofendido mientras preguntaba lastimosamente: «Hermana mayor, ¿he hecho algo mal?»

Mu Ru Yue no sabía por qué. pero cuando vio al hermoso y joven hombre con esa expresión, le recordó a su pequeño hermano en su vida pasada, alguien a quien protegería de cualquier cosa.

Su hermano pequeño solía usar esa clase de inocencia y expresión en este tipo de situaciones cuando la miraba.

“¡Jeje! ¡Ese idiota realmente saltó!”

Una risa burlona resonó sobre ella. Mu Ru Yue sintió claramente que el cuerpo del joven se ponía rígido, e incluso una capa de lágrimas nublaban sus ojos claros. Esa apariencia increíblemente lamentable no apaciguó a la persona de arriba en lo más mínimo.

“Un idiota será siempre un idiota. No podrían cambiar en toda su vida.”

Las ropas bordadas y perfectas le daban al hombre parado en la ventana una noble grandeza. Extendió un abanico plegable con una sonrisa libre y ligera en su rostro, mirando a la gente debajo de él con desprecio.

Mu Ru Yue entrecerró sus ojos ligeramente, y observó a la persona que estaba encima de ella. Ya enojada, preguntó. “¿Cuánto tiempo planeas estar encima de mi?”

Incluso cuando su mirada fue muy similar a la de su hermano, Mu Ru Yue sabía que no eran la misma persona. El joven hombre con el que se había topado era guapo. Su belleza, literalmente, podría hacer de él un bandido que sorprendería a cualquiera, especialmente con ese par de ojos tan inocentes y tentadores…

Después de que el joven se levantara, ella también se puso de pie, palmeando sus ropas para expulsar el polvo y la tierra en su ropa antes de levantar la cabeza para echarle un vistazo al hombre en la ventana, el cual tenía un par de ojos color melocotón.

En ese instante, el hombre con las ropas bordadas también estaba observando a Mu Ru Yue, que estaba de pie junto al joven hombre.

“Su Majestad.”

Cuando Ling Ying vió que la joven chica se atrevía a usar tal mirada cuando observó a Su Majestad, un estallido de furia se despertó en su corazón. Su Majestad tenía tan noble posición, ¿como podría ella mirarlo tan descortesmente?.

Extendiendo un brazo para bloquear a Ling Ying, los labios de Ye Yi Hua se curvaron en una sonrisa emocionada. «Hoy, este Príncipe engañó a ese tonto para probar si realmente es un tonto o si sólo está fingiendo. No podía sentirme tranquilizado todos estos años sin saber la respuesta a tal enigma. Pero en base a los eventos anteriores, puedo confirmar que él es realmente un tonto.»

Esa clase de tonto no sería capaz de perjudicarlo en absoluto. Pero si en realidad él estuvo fingiendo todos estos años, entonces ocurriría un gran revés en el meticuloso plan que había estado tramando.

Después de estrechar sus ojos de melocotón, llenos de interés, la sonrisa de Ye Yi Hua se intensificó.

“Vamonos.”

Después de cerrar su abanico plegable, Ye Yi Hua miró al joven una última vez antes de darse la vuelta y desaparecer por la ventana.

«Hermana mayor, ¿no tienes miedo de mí?» El joven se mordió los labios, mirando lastimosamente a Mu Ru Yue con un par de ojos tan puros que era simplemente imposible.

Las cejas de Mu Ru Yue se levantaron cuando preguntó: «¿Por qué debería tener miedo?»

Al escuchar sus palabras, el joven bajó la cabeza mientras susurraba la razón que sostenía sus inseguridades: «Es porque soy un tonto que mis sirvientas siempre tienen miedo.»

Al ver el frágil cuerpo del joven, Mu Ru Yue respondió, sin ningún cambio en su voz: «Es asunto de ellos. En mi opinión, no hay diferencia entre las personas.»