Capítulo 149: El hombre aún sigue allí
El hombre alzo su manga y derramó hacia abajo la tinta que fluía como si golpeara una pantalla.
Un guardia capto el alboroto y corrió hacia el, su rostro eventualmente se ennegreció…
El guardia miró enojado para descubrir quién fue el bruto al que le gustaba arrojar objetos.
Pero no vio nada. Nadie estaba en el árbol, sólo una losa de tinta flotando extrañamente en el aire —
Se estremeció espantosamente. Justo cuando estaba a punto de sacar su sable para cortar la losa de tinta, cayó rápidamente y golpeó su cabeza.
El guardia casi cae por el golpe. Tomo la losa de tinta sin cuidado, pero tenía miedo del veneno y la rompió en el suelo. La losa de tinta se rompió en cuatro pedazos…
«Heh…» Una ligera burla se escuchó.
¡El guardia se puso rígido! Rápidamente levantó la vista, pero él no vio nada…
¿Qué demonios?
El guardia se tensó de miedo y justo cuando quería saltar hacia el árbol para dar un vistazo, entró en pánico y no pudo hacer el salto.
«Lávate el rostro, es sólo tinta. No hay veneno en ella». Gu Xijiu salió de la casa.
El guardia la examinó para asegurarse de que estaba segura, después se disculpó y se retiró apresuradamente.
Su corazón latía con fuerza cuando corrió de la casa.
Esa burla todavía lo rodeaba. Era grácil y fría, como el agua de una corriente fría que fluía entre las rocas. ¡Así como la encontró atractiva, se estremeció inconscientemente! ¡Y casi se arrodillo!
Era como si la voz no le perteneciera a una persona, sino a un Dios ampliamente respetado…
Gu Xijiu miró hacia el árbol – ¡no veía nada pero aún podía sentir la presencia de esa persona!
En esta ocasión, no hizo un movimiento. Sólo se quedó mirando el árbol por un momento, sonrió un poco, después regresó a la casa sin decir nada.
El hombre de blanco todavía estaba allí, mirando la espalda de Gu Xijiu. Guiñó un ojo y pareció de alguna forma impredecible.
Aunque el kung fu de la niña era pésimo, ¡su sexto sentido era increíblemente agudo!
Ni siquiera Long Siye pudo sentirlo, ¡pero la chica lo hizo! Y ella incluso le lanzo una losa de tinta…
Él miró la losa de tinta rota en el suelo. La hierba debajo de él estaba ennegrecida por la tinta, no era muy atractivo de mirar.
Movió sus dedos en sus mangas, como si estuviera tratando de lanzar un hechizo, pero mantuvo ese pensamiento.
Se dio la vuelta y desapareció.
…
Gu Xijiu permaneció debajo del árbol por un tiempo. Esa vez estaba segura de que nadie se estaba escondiendo en el.
Su doncella personal, Xiao Wu, estaba sosteniendo una jaula de pájaro en su mano, el pájaro dentro rebotaba y gorjeaba alegremente.
Era un ave de rastreo. Se rumoreaba que su habilidad al buscar era incluso mayor que la de un sabueso de caza. Ese pájaro fue criado por Gu Xietian. Éste confiaba en él cada vez que peleaba en una guerra y había ganado varias batallas debido a él. Lo apreciaba mucho y tenía un sirviente que se hacía cargo de él.
Si fuera la Gu Xijiu del pasado, éste ni siquiera la dejaría mirarlo, mucho menos tomarlo prestado.
Pero en esa ocasión, cuando ella llamó al mayordomo, él sacó el pájaro sin dudarlo.
El mayordomo dijo que el General le permitió usar cualquier cosa dentro de esa casa.
Gu Xijiu aprendió a usar esa ave antes de tomar la jaula y saltar al árbol.
Recordó la ubicación aproximada de ese hombre, abrió la jaula, después señaló las ramas de los árboles e instruyó, «toma el olor de aquí – veamos quién lo dejó».
El pájaro salió volando, circulo alrededor de las ramas antes de regresar. Él le chirrió a Gu Xijiu.