Capítulo 139: ¡Algo está mal con Gu Xijiu!
Después de todo, su madre también era alguien muy aguda e inteligente, sin duda no era alguien quien fuera acosada…
¿Cómo podía él sospechar que estaba poseída por el demonio?
Parecía que él fue afectado por Gu Tianqing.
Cuando pensó en Gu Tianqing, se enojó nuevamente. Gu Tianchao, quien estaba a su lado, intentaba pedirle que ayudara a su hermana, pero inmediatamente fue regañado, «¡no esperes que la ayude debido a que ha cometido tantas injusticias! ¡Déjala morir en la prisión!» dijo antes de alejarse.
La familia del General también recibió malas noticias. Leng Xiangyu entro en pánico y perdió su cabeza.
Cuando vio que Gu Xietian había regresado, inmediatamente lloró y se arrodilló frente a él, rogando por su ayuda para salvar a su hija.
Gu Xietian aún estaba enojado. Él la pateó con su pie y la regañó, «¡esa es la hija que has criado! ¿Cómo puede una madre permitir que su hija haga una cosa tan vergonzosa?», hizo caso omiso de Leng Xiangyu y se dio vuelta para irse.
Gu Tianchao ayudó a su madre a ponerse de pie y dijo, «Mamá, por favor no llores. Ahora es inútil llorar. Pensemos en una forma de salvar a mi hermana».
Leng Xiangyu había perdido su mente y gritó, «Sólo soy un ama de casa. ¿Qué más puedo hacer? Tu padre tampoco quiere ayudar… Esa chica ha estado bien cuidada por tanto tiempo, ¿cómo podrá sobrevivir en ese lugar…?»
Gu Tianchao suspiró. No se atrevió a decirle a su madre que ese asunto involucraba el asesinato del hijo del Rey Lu. En esa ocasión, Gu Tianqing iba a sufrir mucho después de haber sido sentenciada a prisión y probablemente podría perder la vida, en el peor de los casos.
Consoló a su madre por un tiempo, ese padre probablemente estaba demasiado enojado y no iba a querer salvar a su hermana. Quizás, su padre estaba pensando en formas de salvarla, pero sólo no quería decirlo en voz alta.
Después de engatusar mucho a su hijo, Leng Xiangyu había recuperado un poco la calma de su mente.
Después de que Gu Tianchao despidió a todos sus sirvientes, le preguntó a su madre, «Madre, ¿ya conocías el romance entre hermana y el duodécimo príncipe?»
La expresión de Leng Xiangyu cambió levemente, «Yo…»
Gu Tianchao suspiró, «Madre, ¿no confías en tu propio hijo? Quiero saber toda la verdad para poder analizar eso y salvar a Tianqing…»
Leng Xiangyu miró a su alto y apuesto hijo. Le complació descubrir que finalmente había madurado lo suficiente como para ser su refugio.
No ocultó nada a su hijo y le contó todo lo que sabía.
Relató con gran detalle y Gu Tianchao escuchó en silencio. Cuanto más escuchaba, más extraño él se sentía. Él se estaba un poco más serio.
¡Algo estaba mal con Gu Xijiu!
Él hizo algunas preguntas dirigidas principalmente a ella y Leng Xiangyu también habló de todo lo que sabía.
En esa casa, otros podían haber pasado por alto a esa niña, pero a Leng Xiangyu le gustaba torturarla así que la entendía mejor. Últimamente también estaba desconcertada por los cambios en Gu Xijiu.
Cuando una persona cruza sus límites, uno podría arrojar su temperamento al extremo. Sin embargo, el cambio era demasiado drástico en el caso de Gu Xijiu. Parecía ser una persona totalmente diferente e incluso las vibras que le daba a la gente ya no eran las mismas…
Gu Tianchao dijo con frialdad, «tal vez, en realidad ya no es ella».
Los ojos de Leng Xiangyu se ensancharon, «¿qué quieres decir?»
La voz de Gu Tianchao era baja, «Madre, tal vez la Gu Xijiu original ya está muerta. ¡La actual es una reencarnación!»