Capítulo 54 – Avance

La gárgola patinó contra el suelo lodoso del río diez metros antes de pararse. El daño hacia esa criatura monstruosa fue menor, pero Brendel y Ciel fueron lanzados hacia el suelo con un impacto considerable.

Los soldados de los nobles a su alrededor de inmediato se emocionaron una vez que aterrizaron en el suelo, y se arremolinaron hacia ellos como insectos enojados. A pesar de que eran un grupo de mobs de bajo rango, la carga de los jinetes les daba un aspecto aterrador. Después de que Ciel se levantara del suelo y sacudiera la arena, se sorprendió de mirar a su alrdedor y de inmediato preguntó: «Mi señor, ¿qué deberíamos hacer ahora?»

Brendel sacó su pierna del barro y desenvainó su espada. Él gritó: «¡Corta la mierda, crea una pared ahora!»

Esta era la estrategia clásica de los magos de Aouine en contra de los jinetes. Las estrategias de los jugadores evolucionaron gradualmente a partir de ese hechizo básico ya que era efectivo contra jinetes inexpertos.

Ciel entendió de inmediato y usó un rubí y señaló al frente: «Para detener, para contrarrestar, creación de Muro» Hilos de luz se extendieron por todas partes y formaron un muro.

La mayoría de los jinetes no tenían ni idea de lo que era y cargaron hacia adelante. Solo muy pocos soldados experimentados se dividieron en dos direcciones mientras Makavu trataba de ordenarle a sus tropas que rodearan a los enemigos, pero el ruido creado por los caballos galopando ahogó su voz.

La primera fila de jinetes se estrelló contra el muro de aire. Los caballos se arrodillaron en el suelo, mientras que los jinetes fueron arrojados hacia adelante y chocaron contra el muro. La siguiente fila de jinetes pisoteó la primera fila y tropezaron en él suelo. Cuando la tercera fila se estrelló contra la segunda fila, la presión creciente rompió la pared de aire, y  un gran número de los cadáveres fueron impulsados hacia adelante. Aterrizarón cerca de los pies de Brendel.

Eso sucedió en un solo instante, y el impacto contundente asustó incluso a Brendel y Ciel, quienes dieron un paso hacia atrás involuntariamente.

Makavu maldijo enojado desde atrás. La primera fila de jinetes fue asesinada de inmediato, y la segunda fila de jinetes resultó gravemente herida. La tercera fila de jinetes estaba mayormente incapacitada y no podía volver a unirse en la refriega. Veinte hombres nunca regresarían y se unirían a su ejército. Se sintió desconsolado por ese hecho.

Apretó los dientes y vendó rápidamente sus manos ensangrentadas, después blandió su gran espada. Todavía quedaban diez jinetes veteranos y necesitaba guiarlos personalmente para reprimir a los dos enemigos que tenían enfrente, hasta que los lacayos pudieran alcanzarlos.

[¡Tenemos que apuntar a ese mago! Si continúa usando su magia, ¡sera un desastre para nosotros!]

Makavu agitó su gran espada dos veces, indicando a sus hombres que se dispersaran y rodearan a los enemigos. Quedo furioso cuando vio su comportamiento vacilante. Cada uno de ellos era al menos un rango de Hierro, pero cuando llegó el momento crítico se mostraron reacios a avanzar.

«¡Carguen hacia adelante! ¡Ataquen como uno! «Makavu entendió que necesitaba estimularlos a pesar de su enojo.

No sabía que Brendel lo había estado observando desde hacía bastante tiempo.

[He luchado demasiado para saber lo que estás pensando. No hay necesidad de tratar de esconder tus tácticas.] Brendel observó como Makavu avanzaba sobre un caballo Arreck mientras emitía comandos continuos.

Escupió la arena en su boca y tocó el hombro de Ciel, luego señaló a Makavu.

«Vez a ese hombre, dispara a la par conmigo una flecha mágica.»

Ciel inmediatamente negó con la cabeza. «Está montando un caballo, no soy tan preciso.»

«No hay problema, no tienes que preocuparte por conservar mana, si fallas simplemente sigue disparando.»

«Entonces debería estar bien.»

Brendel contó a los jinetes en su entorno, agarró la empuñadura de su espada y se preparó. Después de que Makavu y sus jinetes los rodearan en un círculo, Makavu levantó su espada justo como esperaba.

[Él se está preparando para cargar con todos]

Treinta metros.

Veinte metros.

Brendel estaba esperando esa oportunidad. Se posiciono y desenfundó su espada de la vaina. La luz se mostro junto con una violenta ráfaga. Makavu miro la onda translúcida extendiéndose por el suelo, arrastrando guijarros a lo largo de su camino. Aunque nunca había visto el estilo de espada de la corte real, reconoció que un peligro se acercaba a él. Inmediatamente saltó de su caballo.

Mientras se impulsaba por el aire, la técnica de Brendel pasó junto al caballo Arreck, y el cual se tambaleo y cayo hacia adelante.

Sus cuatro extremidades fueron cortadas.

Makavu contuvo su aliento al pensar en un termino.

[Arte de Espada]

Pero antes de que pudiera terminar su pensamiento por completo, un rayo de luz blanca atravesó el aire y golpeó su pecho. Un segundo ataque apuñaló su hombro y una flecha atraveso su abdomen, el ultimo rayo final de luz pasó a su lado. Makavu cambió de dirección tres veces en el aire antes de estrellarse contra la arena sin vida.

Ese cambio repentino hizo que los jinetes tiraran de sus riendas. No se sorprendieron por la muerte de Makavu, sino por la técnica que mostraron. Era un movimiento característico utilizado por los paladines. Sus caras se llenaron de horror mientras se preguntaban quién era el joven.

«Fuiste bastante preciso.» Brendel envainó su espada.

«Ho ho. Pero el crédito pertenece a mi señor.» Ciel respondió con una expresión seria.

Brendel sonrió cuando escuchó eso. Miró el paisaje frente a él. A pesar de que los jinetes quedaron atónitos por la habilidad, no podían relajarse al ver a las sombras de la infantería en el bosque del borde de la fortaleza.

Exhaló mientras reorganizaba su plan. Miró hacia el norte y se dio cuenta de que la única posibilidad de escape era en esa dirección. No estaba seguro de si sería capaz de lograrlo, pero señaló en esa dirección y gritó: «¡Wstry (Avance adelante)!»

[Si no tengo ningún comando de ataque para la gárgola, solo usare el comando para que se mueva.]

El Señor Manzana observó los eventos sucedido un poco aturdido. Su rostro estaba contorsionado en una expresión fea. Aunque no eran tropas de elite, había pagado por ellas, especialmente por Makavu. A pesar de que era un hombre sin ningún estatus, era un comandante fuerte y un luchador capaz.

«Un escudero de tierras altas es de hecho un escudero formidable. Realmente no creía en los rumores de la legendaria destreza del ejército de caballero blancos, pero parece que eso no era falso», dijo Burnley con una sonrisa.

«Parece que el Conde Dunn probablemente murió. Me pregunto si ese ‘Tigre’ se atrevera a enfrentar a ese caballero de las tierras altas. Si logra hacerlo, un cadáver no seria de ningún uso para nosotros, especialmente si no logrmos encontrar a las dos mujeres.»

«Me resulta extraño por qué ese joven en particular mató a Dunn. Si ese hombre es realmente una militar de Bucce, ¿no hubiese sido mejor usar al conde como rehén? Es una lástima, podríamos haber usado a las personas y poderes detrás de Dunn. «Burnley fingió estar consternado por los acontecimientos, pero sus ojos se estaban riendo.

«No necesariamente. No necesita estar a lado de un facción política demasiado rápido. Los asuntos entre la familia real y el ejército melena blanca todavía no están concluso. Pero sin importar sí ese hombre es un asesino o tuviera otros objetivos en mente, creo que fue por su espada…» El Señor Manzana Dorada agarró las riendas del caballo y se acomodo.

«¿Esa espada élfica?»

Esebar quería asentir, pero de repente vio que sus soldados se estaban separando como si estuvieran evitando una ola. Se detuvo momentáneamente, y luego miro a una gárgola atacándolos. Sus palabras se detuvieron mientras tiraba de sus riendas inconscientemente. Quería darse la vuelta, pero como estaba usando demasiada fuerza, el caballo se puso de pie con un relinche.

«¡Señor Esebar, tenga cuidado!»

Dado que la gárgola era de nivel 20, su fuerza era más alta que la de la mayoría de los guerreros de rango de hierro, y junto con su formidable defensa, su ataque en contra de los soldados sin rango era similar al ataque de un tigre cargando en medio de corderos. Con el advenimiento de ese monstruo gigante, los soldados de repente sintieron un miedo innato apoderándose de sus cuerpos. Uno de ellos incluso gritó con pánico: «¡Dragón!»

Brendel esperaba que la gárgola aplastara fácilmente las formaciones débiles de los soldados, pero también entendió que la situación no duraría mucho. Los soldados momentáneamente confundidos, una vez se recuperaran, pondrían luchar en contra de la gárgola con sus números.

Si estuvieran bien entrenados, la gárgola no podría incluso manejar a diez soldados.

Necesitaba utilizar aprovecharse del caos y evitar que recuperaran su formación. Actuó rápidamente.

«Ciel, sígueme y cúbreme.»

Cuando terminaron de hablar ya estaban precipitándose hacia adelante. El camino provocado por la gárgola, fue inmediatamente bloqueado por los soldados, pero Brendel balanceó su espada hacia delante, y la presión del viento fue como una hoz atravesando a los soldados. Como si estuviera cosechando trigo

Los soldados situados de ellos retrocedieron en pánico y abandonaron toda idea de continuar luchando. Pronto un camino mas grande que la gárgola se abrío. Si Makavu estuviera presente, habrían podido reagruparse, pero ya no estaba.

Brendel y Ciel pasaron rápidamente por el bosque. Aquellos poco que los siguieron, fueron derribados por ciel. Todavía tenía dos botellas de poción de maná, y el hechizo del arco mágico era barato y efectivo.

Brendel alzo la cabeza y miro lejanamente a un grupo de nobles en la cima de la colina. Al observar al señor Burnley, emitió otro comando.

«Ese bastardo gordo, ary – (avan!)»

Antes de que terminara de emitir el comando, observo de repente a un grupo de jinetes llegar desde su flanco izquierdo. Esos jinetes vestían ropas azules con un sombrero puntiagudo, y armadura plateada con protecciones en los hombros.

Los dos grupos se dieron cuenta de que el ‘Tigre’ Luc Beson había llegado.

«¡Baco, Taron, derriben al espía de Madara!» Incluso en medio del ruidoso ejército, la tranquila voz de Luc Beson aún resonaba claramente. Pronto un escalofrío fue enviado a todos los presentes.

Dos jinetes miraron de izquierda a derecha a Brendel después de que Luc Beson terminara de hablar.

«Muy bien.» Brendel se burló fríamente en su corazón y activó su habilidad de ‘Carga’, pasando rápidamente ante ellos en un instante. Baco y Taron se detuvieron por un momento, y cuando se dieron cuenta de lo sucedido, se dieron vuelta, el joven los había dejo atrás por diez metros.

No solo ellos, la mayoría del ejército de melena blanca también quedó atónito. Los dos hombres líderes de escuadrones, también eran luchadores rango de hierro bajo, por lo que Brendel les adelanto el paso fácilmente.

Las cejas de Luc Beson se levantaron.

[¿La Habilidad carga? ¿Ese joven también está relacionado con los caballeros del Sol?]

Inmediatamente levantó su mano derecha: «¡Odin, Kline, detenganlo!»

Pronto los dos jinetes se movieron. Los líderes del escuadrón eran especialmente hábiles en sus habilidades de conducción, y aunque se movieron tarde, inmediatamente alcanzaron a Brendel.

Pero antes de que los soldados pudieran animar a sus líderes, Odin y Kline ya habían sido arrojados de sus caballos. Todos los ojos de las personas se abrieron de par en par.

Los que pudieron ver rápidamente la escena, supieron lo que había pasado: el joven escudero se había lanzado e intercambiado golpes con cada uno de ellos, destruyendo sus espadas.

«Limite fuera» Las palabras de una persona inmediatamente provocaron que muchas personas se dieran cuenta de lo que sucedió.

Brendel no escuchó ni dijo nada ya que su atención estaba en Burnley. La gárgola ya lo había agarrado. El era la clave para escapar de ese callejón sin salida.

[La victoria está cerca, ¿verdad?]