Capítulo 53 – La línea entre la vida y la muerte

«Ser Esebar, écha un vistazo a esto.» El líder de los mercenarios le entregó el telescopio de bronce al noble después de usarlo.

El señor Manzana Dorada se sentó firmemente sobre un caballo Arreck.

Las tropas de caballería de Aouine alguna vez los usaron como elección principal como caballos de guerra, pero eventualmente cambiaron a los dragones voladores de dos patas. A pesar del cambio, los nobles todavía usaban los caballos para representar su estatus.

Esebar recibió el telescopio y miró a lo lejos con ellos, luego se lo pasó a su aliado, el empresario Burnley quien tenia una cara impasible.

El Señor Manzana Dorada no estaba muy ansioso. Incluso si el Conde Dunn muriera en su territorio, lo único que se vería afectado sería simplemente su reputación. Los nobles en esa área apreciaban el poder real sobre la reputación, y si el rey buscaba a alguien a quien culpar, era naturalmente el bastardo Luc Beson quien tenía la culpa, no los caballeros allí.

De hecho, quería que el conde tuviera un accidente, pero no se atrevió a hacer nada que fuera demasiado obvio. En este momento, simplemente reunió a su ejército privado y se preparó para atacar la fortaleza.

Pero él necesitaba capturar a la persona que invadió la fortaleza. Si el ejército de Melena Blanca capturara al invasor, y manipulara los registros militares, la responsabilidad recaería sobre él.

Burnley tomó el telescopio con una sonrisa, lo miró y dijo: «Hay personas en el pico de la torre.»

«Makavu, trae algunos arqueros. Su estado debe ser al menos un rango blanco porque el oponente es un espadachín de rango de hierro.»El Señor Manzana Dorada señaló en la parte superior de la torre mientras instruía al líder de los mercenarios.

«Entendido, Ser Esebar. Sólo espere y mire. Independientemente de si es un espadachín de rango hierro o un Escudero de Tierras Altas, definitivamente le atravesaremos el cuerpo con las flechas.» El líder mercenario respondió y se fue de inmediato.

Los ejércitos privados de los nobles se dividieron en dos líneas, permitiendo que su líder corriera libremente. No muy lejos, había jinetes montando sobre sus caballos desde el río ruidosamente, el paisaje estaba lleno de luces danzantes.

El Señor Manzana Dorada entrecerró los ojos: «Estos jinetes son realmente groseros.»

«Si aparecieron aquí, ¿eso significa que el Conde Dunn esta» Burnley hizo un gesto con su mano sobre su cuello con una cara radiante.

«Hmph. Es solo una segunda generación de la familia Les Brulais. El rey lo favorece por sus halagos. Gracias a eso, no piensa en los otros ministros y todos lo odian por su arrogancia. Morir en la calle es algo muy normal para él.» El Señor Manzana Dorada resopló por su nariz.

«Este hombre es un arqueólogo reconocido que puede identificar objetos. El rey le mira favorablemente por esto.» Burnley corrigió el error de su compañero.

«No es más que un tonto.»

Un explorador pronto se acerco a ellos para informarle a los hombres mientras discutían: «Mi señor, el ejército de la Melena Blanca está aquí.»

«¿Oh? ¿Cuántos?»

«Veinte de ellos. Parecen ser la vanguardia.»

«Bloquéenlos afuera.» Le ordeno al explorador, mientras señalaba con su látigo de caballos.

«Entendido.»

Tan pronto como el jinete se fue, otro se le acercó e informó: «Mi señor, los arqueros están listos.»

El Señor Manzana asintió: :»Eso debería ser suficiente. Haz que Granzon asedie la fortaleza lo antes posible. Tenia la sospecha de que podía volar hace mucho tiempo. Parece que mi suposición no estaba equivocada, y esta vez definitivamente los atraparemos.»

«Es un Escudero de Tierras Altas. ¿Cómo vas a encargarte de eso?» Preguntó Burnley.

«Originalmente sería algo dificil, pero como mataron a ese idiota abiertamente, aunque sea miembro de los Caballeros Blancos en servicio, nadie puede salvarlo.»

El Señor Manzana observó como una figura negra aterrizaba en la cúspide de la torre. Pronto tomo a los dos y voló sobre las cabezas de los soldados. Mirando a los soldados, observo como estaban preparando sus arcos. Con una orden, cientos de flechas salieron disparadas al mismo tiempo.

«¡Ahhhhh, mi señor!» ¡Tienen arqueros!» Ciel tembló mientras gritaba asustado.

«¡Corta esa mierda, puedo verlos con mis propios ojos!» Brendel respondió sombríamente. Derribó una flecha con su espada, y la fuerza que transmitía entumeció ligeramente sus dedos. Su corazón se hundió al darse cuenta de que los oponentes tenían arqueros con rango de hierro. Las flechas volaron hacia ellos desde todos los ángulos y golpearon las alas de la gárgola. Sí seguían acercándose a ellos, no tendría forma de manejar las flechas.

«Vuela hacia abajo» dio una orden con un gruñido bajo.

«¿Vuela hacia abajo?» Los ojos de Ciel se abrieron de par en par al pensar que su señor se había vuelto loco.

[¡¡¡Nos vamos a morir!!!]

«No podemos dar la vuelta y volar de regreso. Estamos completamente rodeados por sus hombres. Si ese es el caso, deberíamos pelear por salir, quizás tengamos una oportunidad de sobrevivir.» Dijo Brendel con calma y miró fijamente a la inmensa multitud que había en el suelo.

«Mi señor, usted esta apostando demasiado.»

«Creer en tu fuerza se llama valentía, y poner tu destino en la suerte se llama ser temerario. Hay una fina línea divisoria entre estas dos cosas, y la clave es saber caminar sobre ellas. Este es uno de mis lemas en el juego, recuerda bien esto.» Contestó Brendel mientras miraba a su escudero.

«¿Juego?»

«¿No te dije esto antes? La vida es como un juego, un juego es como la vida.» Brendel de repente se rió cuando el peso se levantó de su pecho, y se sintió más despierto que nunca en su vida.

La gárgola voló más abajo mientras el aire silbante se escuchaba en los oído de los dos hombres. Ahora podían ver casi claramente a los arqueros. Otro silbido resonó en el aire, y otra oleada de flechas llegó hasta ellos. Brendel trató desesperadamente de bloquear todo, pero una flecha pasó y extrajo sangre de su costado.

La gárgola dio un giro completo y esquivo la mayor parte de la oleada. Se jactaba como una de las defensas más altas como una criatura de nivel veinte, e incluso un golpe totalmente cargado del anillo de Brendel no lograría derribarlo por completo, por lo que esas flechas no lo dañarían en lo más mínimo.

Desafortunadamente, la agilidad en el aire no era nada especial, de lo contrario Brendel podría ordenarle que usara varias maniobras aéreas para sacarlos del asedio. Pensó por un momento antes de sacar un rubí de su bolsa. Lo había tomado del cadáver de Dunn.

«¿Tu mana está a plena capacidad?»

«Sí.»

«»Entonces conjura un arco para mí.»

«¿Arco?» Ciel quedo momentáneamente aturdido mientras tomaba el rubí. «Mi señor, sugiero conjurar un escudo en lugar de un arco.»

«La ofensiva es la mejor defensa.»

«Entonces déjamelo a mí.» El aprendiz asistente asintió y levantó el rubí. «¡Capacidad de proyección, invoco un arco con un intercambio equivalente!» Incontables rayos de luz salieron del rubí y se curvaron a su alrededor formando un arco largo.

El arco largo no tenía cuerpo físico, y estaba formado simplemente por patrones mágicos. La cuerda y las dos esquinas del arco estaban escritas con grabados complicados que representaban las leyes de la magia. El cuerpo conceptual del arco era un principio de magia, y se pagaba convirtiendo las gemas preciosas en energía. No requería una flecha para disparar un proyectil.

«Mi fuerza de voluntad solo puede permitir que este arco dispare cuatro veces», dijo Ciel mientras le entregaba el arco a Brendel.

«Probémoslo.»

La tercera descarga de flechas llego de nuevo.

«¿Qué es ese monstruo?» El Señor Manzana señaló a la criatura oscura con alas inmensas. Los ojos de Burnley brillaron, pero no respondió.

«Esa es una gárgola, mi señor. Es una obra maestra de los herreros de Buga, un tipo de marioneta de guerra.»

Fue un mercenario quien respondió cortésmente.

«¿Eso es una gárgola?» La expresión del Señor Manzana cambió. Respiró profundamente. Había oído hablar de los magos montañosos de Karsuk, una conexión dejada por los archimagos de Buga, y parecía que los rumores eran algo válidos. Su corazón comenzó a tramar cosas. Todavía estaba bien si ofendía a un escudero de tierras altas, pero los archimagios de Buga eran algo totalmente distinto.

«Ser Esebar, no tenemos otra opción.» Los ojos de Burnley cambiaron un poco y trataron de persuadirlo.

El Señor Manzana se giró y lo miró, y Burnley de repente se dio cuenta de que estaba exagerando las cosas. El gordo empresario se rió y negó con la cabeza. «Pero es cierto que los magos de Buga no son personas con las que se debe jugar…»

El Señor Manzan levantó la cabeza y se sintió incómodo.

Brendel y Ciel aterrizaron en el suelo sin sufrir ninguna lesión adicional. Otra descarga de flechas llegó otra vez, y Brendel los derribó con su espada. Tan pronto como la lluvia de flechas terminó, envainó su espada y levantó el arco mientras saltaba sobre la espalda de la gárgola y voló hacia los arqueros.

Makavu estaba en medio de los arqueros. Y no podía creer lo que vio cuando observo a Brendel volar desde tan bajo, pero su experiencia en las innumerables batallas de su historia le produjo una sensación de peligro cuando se dio cuenta de que había una gárgola.

Inmediatamente le gritó a su vice capitán: «¡Está lo suficientemente cerca, haz que los arqueros disparen a voluntad!»

Los soldados entendieron el significado, y los jinetes de los lados se prepararon para rodear el área.

Los soldados dispararon de nuevo.Brendel respiró profundamente otra vez. No había necesidad de ninguna técnica de arco con el arco conjurado, pero tenía problemas para equilibrarse con la criatura voladora. Apuntó durante unos segundos, y luego levemente soltó la cuerda del arco. Un rayo de luz blanca entró en la muchedumbre de soldados a cinco metros de Makavu, rompiendo las rocas cercanas en guijarros.

«Oh.» Ciel suspiró mientras miraba.

Brendel no entró en pánico y se estabilizó. Volvió a tirar del arco y esta vez la flecha perforó a dos arqueros detrás de Makavu. La flecha explotó en las inmediaciones de atras, hiriendo a los soldados alrededor del área de impacto.

Volvió a tirar del arco. Makavu ya se estaba retirando apresuradamente y confundió a Brendel con un mago.

Esa flecha derribó al vicecapitán de su caballo. Brendel se estaba volviendo más preciso.

[Esta es la última flecha. ¡Están a punto de contraatacar!

Los ojos de Brendel siguieron a Makavu con una mueca mientras se adentraba en la multitud. Dudó antes de soltar la flecha hacia los arqueros, haciendo que explotara. Debido a la zona compacta, cuatro de ellos murieron, y los arqueros restantes se retiraron.

Debido al caos, hubo una apertura cuando huyeron en diferentes direcciones.

La gárgola se dio la vuelta y agarró a Ciel. Est le había dado a Brendel un poco de tiempo y sentía que su juicio era correcto. Luego ordenó a la gárgola que pasara por encima de ellos. Justo cuando pensó que todo estaba bien, un flecha salió de entre la multitud y golpeo con precisión una de las alas de la Gargola.

Brendel se sorprendió y giró la cabeza para ver al líder mercenario, Makavu.

Debido al inesperado giro de los acontecimientos, la gárgola voló inestablemente con una trayectoria ovalada y descendió cerca del río. Makavu gritó encantado y soltó la cuerda. No le importarón sus palmas ensangrentadas y gritó:»¡Ahora! ¡Captúrenlos!»

La situación cambió de repente.