Capítulo 24 – Árboles Marchitos

Cuanto más se adentraban en el sendero de la montaña, más desolado se volvía el paisaje. Casi no había vegetación en el suelo, y el camino que estaba casi sin vida estaba lleno de rocas que parecían colmillos afilados.

Las vides y la hierba marchita también habían crecido dentro de las grietas en las paredes. Los árboles marchitos parecían manifestarse en la oscuridad distante. El viento frío se podía escuchar soplando a través de las ramas de los árboles como susurros espantosos.

Brendel sabía que los árboles demoníacos habían drenado los nutrientes del suelo y habían convertido ese lugar en un yermo desierto conocido. Levantó su antorcha, y ocasionalmente pudo ver esqueletos en las sombras. Los esqueletos parecían ser de animales, específicamente de cabras de montaña que accidentalmente llegaron a esa zona prohibida y se convirtieron en la comida de los Árboles Demoníacos.

Romaine siguió detrás de él, con la antorcha alzada con una sola mano, mientras agarraba su bolso con la otra y miraba por todas partes llenas de curiosidad y tensión. Era la primera vez que realizaba un viaje tan lejos de su casa, y sentía que estaba comenzando a cumplir su sueño de ser una comerciante. Dificultad, excitación, riqueza infinita y tesoros que encontrar, ese era el sueño que mantenía ilusionados a los otros comerciantes y aventureros de ese continente, al igual que ella.

Y estando con Brendel sentía una sensación de seguridad.

Pronto las dos fuentes de luz pasaron por el estrecho valle. Y La mano de Brendel sujeto firmemente la empuñadura de su espada. Una vez dentro del juego pasa por esa área, e ingresó en una cueva de monstruos llamados Bestias Podridas.

El Árbol Demoniaco Dorado era una criatura terrorífica. Debido a que era una variante de un Árbol Dorado, y su cuerpo era muy probablemente el Antiguo Árbol Santo Élfico. Sin embargo, ‘El Árbol Pastor’, perteneciente a uno de los grandes cultos malvados, implantó en el árbol ‘Sangre de Dios’ y lo convirtió en el Árbol Demoniaco Dorado.

En ese mundo caótico, las tinieblas prosperaron donde el fuego era incapaz de alcanzar la civilización. No sólo existían los no-muertos, sino que también había regiones donde había cultos malvados con sus propios líderes. En el juego, discípulos malvados siguieron los pasos del ‘Árbol Pastor’ e hicieron cosas subrepticias. Dejaron saberle a la gente que estaban presentes, pero nadie supo cuáles eran sus motivos.

Y Brendel no fue la excepción.

El Árbol Demoniaco Dorado tenía dos habilidades. La primera convertir las plantas en seres vivos. La cual era capaz de convertir los arbustos en monstruos con forma de humano, y los cuales eran llamados Bestias Podridas. Esas Bestias Podridas eran exploradores del Árbol Demoniaco Dorado, vigilaban cada área del valle.

Una bestia podrida era de nivel 7 en el juego, y su fuerza era aproximadamente la misma de los guardias con los que Brendel peleo, pero su inteligencia era baja. Y Las Bestias Podridas veteranas eran de nivel 13, claramente oponentes difíciles para él.

Su segunda habilidad consistía en infundir de Maná Demoníaco a sus frutos. Una vez que los frutos del Árbol Demoniaco Dorado cayeran al suelo, se convertían en una criatura salvaje, y crecerían más de dos metros en un día. Eran guardias de élite del Árbol Demoniaco Dorado, y su nivel oscilaba de entre 20 al 22.Y La única oportunidad que Brendel tenía para derrotarlos era usando el Anillo de la Emperatriz del Viento.

Después de varias décadas, esas bestias podridas y criaturas demoníacas se habían acumulado demasiado. Si Brendel no hubiera conseguido su actual equipamiento, habría sido una tarea imposible para Romaine y para sí mismo pasar por ese estrecho valle. También tendría que tener especial cuidado para evitar el Árbol Demoniaco Dorado que era de Grado 2.

Al seguir caminado los sonidos de sus pasos se escuchaban de manera aterradora en esa área solitaria. Brendel recordó como solía adentrase a ese lugar con una gran cantidad de cuerdas, aceite, antorchas, raciones secas y un gancho, para luchar contra el Árbol Demoniaco Dorado cientos de veces.

La experiencia del Árbol Demoniaco Dorado se encontraba entre los 20 OZ y 30 OZ, y su mejor botín era el «Corazón del Árbol Dorado», el cual restauraba 1 hp cada minuto y era considerado como un artículo piadoso a la hora de iniciar el juego.

También Brendel se dio cuenta que lo único diferente era que la chica comerciante se encontraba siguiéndolo. De repente sintió que era algo romántico aventurarse con la chica que le interesaba.

“¿Brendel?” Romaine de repente le susurró para alertarlo.

Se giró y notó que su mirada estaba centrada en su mano. Se sorprendió levemente cuando noto que la Espina de Luz estaba brillando dentro de su vaina.

[¡Hay muertos vivientes cerca!]

Se asustó, pero inmediatamente pensó que los no-muertos de Madara podrían haber sido enviados para explorar esa zona y asegurarse de que nadie se les escapara. Se relajó y se dio cuenta que enfrentar a los no-muertos era una batalla fácil, siempre y cuando no alertara a las bestias podridas en el valle.

Sacó la espada y apunto en varias direcciones. Inmediatamente brillo cuando apunto en una dirección. Le Hizo un gesto a Romaine para que se mantuviera pegado a él y apagaron sus antorchas, para desplazarse hacia la dirección.

Al llegar al lugar notaron que efectivamente había un escuadrón de no muertos. Y como líder estaba el Nigromante Kabara. En Bucce no sólo había dejado escapar al explorador humano, sino que también perdió un Nigromante contra el humano. Rothko lo asignó a esa área para castigarlo por su decepcionante actuación, y también para recordarle que no estuviera ansioso por reportarse con su señor. (TL: Kabara apareció en el capítulo 5.)

Kabara comprendió su error, pero la cuestión urgente era cómo defenderse de las Bestias Podridas que tenía delante.

El nigromante y sus soldados habían derrotado a una Bestia Podrida con forma de humano lleno de espinas, pero tres Bestias Podridas les atacaron inmediatamente. Un par de ojos flamígeros protegidos por ramas se encontraban presumiblemente sobre sus cabezas, y miraban a los soldados no-muertos. Cuando Brendel miró más de cerca, vio que había huesos rotos alrededor de las bestias podridas.

Su batalla había comenzado.

[¡¿Qué son estas criaturas exactamente?!]

Las llamas verdes como ojos de Kabara se atenuaron.

Viendo que el enemigo iba a atacarlos de nuevo, sólo pudo ordenarles a regañadientes a sus soldados esqueléticos que cambiaran sus espadas por arcos. Los soldados encendieron sus flechas con un espantoso Fuego Azul del Alma, y una ola de flechas se disparó hacia las criaturas. Dos bestias podridas que fueron golpeadas por las flechas rugieron mientras sus ramas se balanceaban, y caían al suelo, para posteriormente convertirse en dos brillantes fogatas de llamas intensas.

El nigromante se rió instantáneamente. Eran ciertamente más fuertes que sus esqueletos, pero esas plantas le temían al fuego. Se dio cuenta que estaba equivocado, ¿cómo no pensó en ello antes? Kabara levantó su bastón y provocó que las Bestias Podridas que quedaba explotase en dos, y una lluvia de astillas de madera voló por todas partes.

Brendel se subió a una roca blanca e involuntariamente se rió cuando vio al nigromante regodearse tras la victoria.

[Este idiota se dirige hacia su muerte. Realmente usó magia aquí].

El nutriente favorito del Árbol Demoniaco Dorado era el maná, la cual era como una droga para él. Si hubiera alguna onda de maná causada por cualquier hechizo, aparecería inmediatamente. Puede que ese nigromante no lo supiera, pero su fin era inevitable.

Pero esto también significaba que estaban en problemas, y necesitaban encontrar un camino para llegar a un lugar más alto; de lo contrario, serían asesinados junto con ese no-muerto.

Se giró hacia Romaine y la ayudo a subir. Había estado mirando a los no-muertos. Sus brillantes ojos no contenían miedo, sino curiosidad.

«Reconozco a ese nigromante.» Susurró en voz baja.

«Shhhh!»

Brendel trató lo que Romaine dijo como una broma. La apariencia de los no-muertos era lo suficientemente similar entre sí, por lo que era difícil distinguirlos, y básicamente no tenían ninguna diferencia en su aspecto exterior aparte de la forma de su alma. No sólo se limitaba a los no-muertos de baja nivel, para identificar a los no-muertos de gran nivel, lo hacia identificando decoraciones en su vestimento o el más mínimo rasgo.

«Realmente lo reconozco, Brendel, este fue el que vi en tu casa desde lejos, lo juró.” Dijo Romaine

«Bien, baja la voz, si los alertas, vamos a estar en serios problemas.»

Brendel entrecerró los ojos. Y observo las sombras que avanzaban entre la oscuridad, basándose en sus movimientos dedujo que eran Bestias Podridas. Después de contar más de treinta, se detuvo. Los números seguían aumentando, pero el nigromante no había ordenado a los esqueletos extinguir el Fuego del Alma con sus flechas. Las Bestias Podridas fueron atraídas por la luz.

“Parece que hay muchas cosas a nuestro alrededor, Brendel «, dijo Romaine.

«Sí, ven conmigo. Maten tu cuerpo agachado, y no los alertes.»

Las dos personas continuaron subiendo lentamente, con Brendel al frente. Poco a poco comenzo a notar los puntos positivos de tenerla a su lado. No se asustaba en absoluto bajo cualquier situación de peligro, y era difícil para una persona normal no estarlo.

Recordó que durante el juego un puñado de jugadoras dentro de su grupo gritaban cada vez que entraban en lugares aterradores. Pero esa no era la situación más embarazosa, ya que algunos de los hombres hicieron lo mismo también.

Al observar nuevamente noto que, las bestias podridas habían empezado a acumularse como torrentes desde varias direcciones, rodeando el nigromante y los pocos esqueletos que había. Kabara finalmente sintió que algo estaba mal, y empezó a lanzar un hechizo de Cortina de Sombras. Pero antes de terminar de cantar, dos criaturas rojas oscuras salieron de su punto ciego entre las rocas y destrozaron a sus soldados esqueletos restantes.

[Madre ¡Marsha, Lord Rothko! ¿Qué son estas malditas cosas? No había necesidad de patrullar aquí.]

El nigromante no se preocupó en absoluto por sus subordinados, ya que no existía compasión entre los no-muertos. Pero se le permitió tener un sentido de auto-preservación, y saltó rápidamente a las rocas. La agilidad y fuerza de un nigromante no eran bajas, pero la gente tendía a ser engañada por su apariencia.

Brendel no disfrutó en absoluto de esa escena debido a que el nigromante saltó hacia su dirección.

[¿Estás bromeando, no pudiste elegir una mejor dirección?]

Obviamente no se atrevió a sacar la’ Espina de Luz’, de lo contrario en esa oscuridad, se convertiría en un’ Señuelo de Luz’, y cada enemigo pondría sus ojos en él.

Afortunadamente, una bestia podrida de color rojo oscuro saltó repentinamente para agarrar el tobillo del nigromante, lo que causo que descendiera un poco. Justo después, las bestias podridas comenzaron a rodear esa área. Si Kabara hubiese dudado un segundo, habría seguido el destino de muerte de los soldados esqueléticos.

[¡Mátalo!]

Brendel gritó en su mente.

Pronto sintió a Romaine agarrándole su hombro, casi como si ella estuviera tan tensa como él. Cualquiera que viera la situación vería que su posición quedaría expuesta si el nigromante se acercaba más.

Pero las respiraciones de Romaine cayeron en sus oídos y lo distrajeron un poco. Se giró para mirarla y se dio cuenta de que estaba mirando fijamente a otro lugar.

[Huh?]

Brendel miró inconscientemente hacia donde estaba mirando, y su corazón se hundió en un río helado.