RW – Capítulo 440

Capítulo 440: Juicio Tributario

Roland estaba estudiando la distribución de la red eléctrica de un distrito residencial cuando escuchó las noticias. Después de que Carter concluyera su informe, Roland dejó la pluma y suspiró levemente. Aunque sabía que algo como eso era inevitable, se sentía impotente y triste de ver que realmente sucedió. Había hecho publicidad repetidas veces de la estricta prohibición de la venta privada de alimentos, pero en verdad hubo gente que corrió el riesgo en aras de obtener un pequeño beneficio. Como ése era el primer caso de ese tipo, tuvo claro que tenia que dictar una sentencia severa para disuadir a otros.

Además, sintió la necesidad imperiosa de ultimar las leyes y contratar a oficiales jurídicos especializados para que realizaran el proceso interrogatorio y se ocuparan de los casos. Después de todo, cuando el tamaño de la ciudad aumentara, los casos criminales aumentarían con el crecimiento, y no tendría tiempo para juzgar a todos ellos.

Pronto tomo la decisión de llevar a cabo el juicio en el interior del castillo.

Roland también le había pedido Barov que se dirigiera al castillo, para que juntos escucharan a fondo los detalles del contrabando.

En el pasillo del salón, los dos sospechosos se arrodillaron en el suelo. Sus rostros pálidos y ojos sumidos le mostraron que eran nuevos en ese tipo de cosas.

Roland tomó asiento en el trono, aclaró su garganta y dijo: «Expliquen todo lo que hicieron. Serán doblemente castigados si omiten detalles o mienten dentro de su historia.»

«Sí, sí, Su Alteza.» Los dos sospechosos dijeron al unisono, pareciera como si lo hubiesen despertado de un sueño. Pronto se turnaron para contarles sus relatos de lo sucedido, pero particularmente el sirvo grito en voz alta: «¡Oh! ¡Señor, Su Alteza! Sé que lo que hice estuvo mal, pero si no vendía el trigo… ¡no habría podido seguir viviendo! Los oficiales no me compraron el trigo de acuerdo con lo que usted prometió. Por lo que tuve que hacer otras cosa!

Roland aclaró sus emociones a mitad de camino, el caso resultó ser sencillo.

Para tranquilizar a los ciudadanos, el ayuntamiento había fijado una cuota individual de compra de cereales ligeramente superior al consumo real. Por lo tanto, habría un pequeño exceso de trigo cada mes. Parker, que residía en la Sexta Área Residencial, olió una oportunidad de negocio. El solía moler el exceso de trigo en harina y añadirle algunas de sus hierbas para hacer panqueques sabrosos. Afortunadamente, las restricciones de venta en el Mercado de Conveniencia sólo se aplicaban a los alimentos básicos, mientras que las aves de corral y los huevos podían venderse libremente en los establos.

El negocio le daba unos cuantos royals de plata cada mes. Sin embargo, sólo había un exceso de trigo, por lo que se vio obligado a reducir su propio consumo para expandir la escala del negocio. Parker así fijó su mirada en los siervos que no vendieron toda su su cosecha al ayuntamiento, y pronto se puso en contacto con «Gold» para establecer ese trafico de negocio.

Sin embargo, las últimas palabras del siervo desconcertaron a Roland. «¿Por qué los oficiales no le compraron el trigo según lo estipulado?» ¿Este asunto involucra al Ayuntamiento?»

Roland miró a Barov. Ese último lo miro de frente y dijo suavemente: «El Ministerio de Agricultura es quien se encarga de hacer las compras. Y su Ministro es Sirius Daly, así que no creo que haya cometido un error tan grave. Puedo llamarlo para interrogarlo.»

Roland asintió con la cabeza y le ordeno a sus guardias que llamaran al Ministro de Agricultura al castillo.

Sirius Daly se apresuró para llegar al salón del castillo, y después de hacer una impresionante reverencia hacia Roland, preguntó si Su Alteza tenía alguna orden para él. Al observar sus movimientos, noto que seguía conservando el manierismo de los caballeros de la familia Wolf.

El príncipe pronto le dijo sus dudas de las partes del caso que no entendía. «¿Alguna vez te has negado a comprar los granos de los siervos?»

«Su Alteza, esto fue lo que sucedió,» respondió Sirius sin dudarlo. «Según sus exigencias, no paramos las compras después de la cosecha. Sin embargo, bajamos el precio de compra según la calidad decreciente del trigo. En los dos primeros meses, había poca diferencia entre nuestro precio de compra y el precio original.»

Sirius se detuvo antes de continuar: «Después de llegar el invierno, debido a que la mayoría de los siervos no tenían lugares adecuados para almacenar el trigo y fueron reubicados a los graneros áreas temporales en la zona de vivienda, la calidad del trigo se deterioró sustancialmente. Posteriormente cuando volvimos hacer la compra, encontramos que los alimentos ya estaban húmedos, descoloridos y mohosos. Por lo tanto decidimos que los precios de compra se reducirían entre un 20 y un 30 por ciento. Pero la comida de este siervo en particular estaba mayormente húmeda, mohosa, y no podía ser almacenada por más tiempo. Por eso, el precio que ofrecí fue cinco veces menor que el que ofrecimos durante la cosecha.»

«¡Su Alteza, eso esta malo como para no vender!» Gritó el siervo. «Pasé todo mi año trabajando en la cosecha. ¡Ese precio es incluso más bajo que el que obtendría de las Ratas Callejeras! ¿No dijo que los precios no cambiarían?»

«¡Pero tienes que venderlo a tiempo, idiota!» Barov se enojo. «¿Crees que nadie sabe por qué acaparaste el trigo?» Si hubiese habido un problema de suministro de alimentos en la ciudad, habrías vendido tus porción por tres o cuatro veces mas el precio habitual.»

Pronto el caso quedo aclarado. Sin embargo, el resultado sorprendió un poco a Roland. Había pensado en ello como un simple problema de tráfico de alimentos, pero en lugar de eso, descubrió que se trataba de una caso de venta de alimentos ya echados a perder. Parker era obviamente consciente de que ese lote de granos era de muy mala calidad y, sin embargo, estuvo de acuerdo en comprarlos a mitad del precio en múltiples ocasiones. Probablemente no le importó si el trigo mohoso era realmente comestible.

Si bien no había duda de que el siervo había cometido un grave delito y debía ser castigado severamente, Roland no estaba seguro de cómo castigar a Parker. Había oído las historias de Scroll sobre como los pobres vivían. Y como cuando no tenían nada que comer, saciaban su hambre con ramas, hierba y hojas. Esa fue precisamente la razón por la que Scroll había subrayado repetidamente lo noble y grandioso que era para todos los ciudadanos poder comer trigo. Parker solía ser pobre también, y probablemente no sabía que era un delito grave usar ingredientes de baja calidad para hacer panqueques.

Después de discutir el asunto con Barov durante un tiempo, Roland finalmente emitió su fallo.

Se levantó, y miró a todo el público antes de decir solemnemente:»Yo declaro a los dos hombres culpables. El siervo desobedeció la prohibición y el traficó con el grano. A sabiendas violó la ley y por lo tanto es doblemente culpable. Lo sentencio a diez años de trabajo en las minas. Si su desempeño y comportamiento son buenos, el número de años puede ser reducido.#

«El residente Parker también violó la prohibición, y además usó trigo de baja calidad para hacer panqueques que vendió a otros ciudadanos. Por esos dos crímenes, lo sentencio a diez años de trabajo y una multa equivalente a tres veces sus ganancias por la venta de panqueques. ¡Mis sentencias serán ejecutadas inmediatamente!»

Los dos presos perdieron sus fuerzas y cayeron al suelo como personas paraplejicas. Los guardias a sus lados de pie, se acercaron a ellos y los sacaron fuera del pasillo del salón.

El príncipe entonces instruyó sus ordenes a Sirius. «Escriba sobre este asunto en un boletín y dáselo a Barov para que lo revise y publique. Quiero que todos los ciudadanos conozcan la secuencia de los acontecimientos, y se aseguren de que esto no vuelva a suceder.»

«¡Sí, Su Alteza!»

Cuando terminó el juicio, Roland llamo al Comandante de los Caballeros a su oficina. «¿Escuche que la persona que arrestó al criminal fue Vader otra vez?»

Carter asintió. «Sin embargo, esta vez se pasaron de la raya. Se quitaron los uniformes mientras arrestaban al criminal, y en el proceso, también fueron reportados por entrar en una pelea con los plebeyos. Le advertiré sobre ello.»

«No hagas eso. De hecho, deberías recompensarle», dijo Roland, acariciándose la barbilla. No espere que un policía que fuera parte de los refugiados se adaptara tan rapido a la situación y entendiera cómo arrestar a un criminal. Anteriormente, Vader había sido un miembro del equipo de patrulla en Valencia, por lo que entendía bien como funcionaban las ratas callejeras, por lo que era un talento innato su trabajo de investigación.

Cuando llegue el momento, lo reclutaré en la Oficina de Seguridad. Pensó en voz baja Roland. Nightingale carece de mano de obra después de todo.

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