Capítulo 351: La Sala de Ilusión (Parte I)
Después de que Mayne presentara sus respetos, cargo al Papa y lo llevo de vuelta al carro.
“Zero”, jadeó O’Brien y llamó suavemente.
Una Bruja Purificada vestida de blanco entró a la habitación a través de una pequeña puerta lateral, dando pasos ligeros que apenas eran capaces de escuchar. “Estoy aquí.”
El Arzobispo frunció el ceño. No esperaba la presencia de la Bruja Purifica en un lugar tan secreto. A pesar de que sean brujas criadas por el Papa por sus propios medios después de su despertar, y se encuentren sirviendo a Su Santidad de por vida, estas mujeres son, después de todo, brujas. Además, se sintió un poco descontento de que esa persona pareciera conocer la Iglesia de la Reflexión antes que él.
“Llévalo a la sala de ilusión.”
“Sí.” Se acercó al santuario y tiró la piedra tallada sobre la mesa. Una luz mágica destelló y el retrato gigante comenzó a elevarse lentamente hacia arriba, revelando una puerta negra de metal. Entonces, Zero tomó el colgante de cristal del cuello del Papa, lo insertó en la cerradura de la puerta y lo giro. Un sonido crujiente se escuchó desde el interior de la puerta de hierro, y pronto esta comenzó a abrirse hacia afuera.
Retiro el colgante de cristal, pero en vez de devolvérselo a Su Santidad O’ Brien, lo coloco en la mano de Mayne.
El arzobispo giro la cabeza para mirar al Papa, y éste asintió con la cabeza. “Tómalo. Te lo quedarás a partir de ahora. Puedes usarla para abrir la biblioteca del Templo Secreto Pivotal, o la puerta secreta de la Oficina de Investigación.”
“Vamonos.” Zero sonrió y tomó a Mayne de la mano. Caminaron juntos hacia la habitación detrás del retrato gigante; estaba claro que ya no se encontraban sobre la misma posición del suelo de la iglesia, además no había nada en la habitación excepto una ventana que mostraba las tierras altas de Hermes.
La habitación parecía ser muy espaciosa y tenía una estructura circular. Era aproximadamente la mitad del tamaño de la sala de oraciones y podía acomodar filas de diez personas paradas una al lado de la otra, de modo que era difícil asociarlo con el nombre de “Habitación secreta”. Sin embargo, dentro de ese espacio, no había muebles. El único lugar para sentarse era un banco de piedra que se extendía a lo largo de una de las paredes curvas de la habitación.
Después de que la puerta metálica se cerrara, Mayne jalo la mano de la Bruja Purificada y le preguntó: “¿Su Alteza te permitió entrar?”
Zero ignoro su pregunta y dijo. “Si no voy contigo, ¿quién activara la Piedra de Ilusión? No es como si tuvieras poderes de conducción.”
Su ruda respuesta provoco que el corazón de Mayne saltara furiosamente. “Parece que todavía te consideras una bruja de Su Santidad O’ Brien. Después de recibir el cetro y tomar el control del dominio de la Iglesia, te haré entender que no sólo debes respetar al Papa, sino también al Arzobispo heredero.”
“Entonces empecemos.” Retuvo las emociones negativas que desbordaban de su corazón y se sentó en el banco de piedra.
“Sí, Su Santidad.” Zero abrió un panel oscuro en la pared, y apretó una Piedra Mágica con sus manos. “Pero por favor esté preparado, porque es la primera vez que activo esta cosa.”
“¿La primera vez? ¿No has vivido más de doscientos años? ¿No has participado en las ceremonias de entrega papal anteriores?” Mayne se sintió un poco desconcertado, pero antes de que tuviera tiempo para pensar en ello, un deslumbrante rayo de luz destelló y pronto se encontró cubierto por la oscuridad.
Se oscureció por completo no había prácticamente ninguna luz, las paredes, el suelo y el banco de piedra desaparecieron de su vista. Mayne sintió como si hubiera sido tragado por una bestia gigante del abismo y de repente perdió todo concepto de distancia. El cielo y la tierra parecieron fusionarse en una sola entidad, y todo lo que pudo ver era oscuridad. Al bajar la cabeza, se dio cuenta de que ni siquiera podía ver su cuerpo.
Reteniendo el aliento, cuidadosamente agachó la mano y tocó el banco de piedra que quedaba debajo de él. Pisando Fuertemente con sus pies, se dio cuenta de que el piso también estaba en su lugar. Eso le permitió sentirse un poco aliviado. Por lo tanto, era justo como Mayne creía, no había sido transferido a una nueva cámara subterránea, sino simplemente que la Piedra Mágica había absorbido toda la luz de la habitación.
“Sin embargo, bajo esa oscuridad, ¿cómo es posible que se testigo de la “verdad” que Su Santidad mencionó?”
Como si respondiera a la pregunta de Mayne, el suelo empezó a iluminarse de nuevo, pero era obvio que ya no se encontraba en la misma habitación secreta. Las losas del suelo estaban completamente pulidas hasta quedar brillantes y resplandecientes, reflejando un brillo azul oscuro, y en cada una de ellas se encontraban tallado varios patrones elaborados y exquisitos. Pronto, los rayos de luz se desplomaron por encima de su cabeza y Mayne quedó asombrado al ver aparecer un tragaluz transparente en el techo. Mirando a través del tragaluz, incluso pudo ver el cielo claro y las nubes.
En poco tiempo, aparecieron más muebles dentro de la habitación: una mesa redonda de mármol rodeada por sillas, junto con un globo terráqueo y vasos de vidrio colocados encima; las cuatro paredes estaban cubiertas con cortinas; una espada y un escudo se encontraban erigidos en el medio de la habitación; una cabeza de Megacerops colgando en la parte superior de la entrada.
Lo que siguió fueron sombras de personas.
Mayne observó con incredulidad como figuras reales de mujeres aparecían una por una en la habitación. Cada una de ellas vestía una magnífica túnica, y se encontraba sentada alrededor de la mesa. Sentada frente a la puerta del salón estaba nada menos que la líder de todas, la pelirroja, La Reina de las Brujas. Sus manos se inclinaron y se doblaron frente a ella, con la cabeza levantada y el pecho hacia afuera. Sus ojos miraban directamente hacia delante mientras que los ojos de las otras mujeres se centraban en ella. Para Mayne, todo eso parecía una pintura extremadamente realista.
“¿ Este es el significado de’ ilusión’ de la’ Sala de Ilusión’?” musitó Mayne. La ilusión ante sus ojos era perfectamente idéntica a una escena real, de tal manera que por un momento, las mujeres parecieron cobrar vida.
“Todas, el Experimento del Ejército de Castigo de Dios ha tenido éxito”, dijo una bruja sentada junto a Alice. “Ahora son extremadamente agresivos, sin miedo a la vida y a la muerte, y extremadamente poderosos. Incluso una débil bruja de apoyo puede transformarse en un poderoso guerrero que no es inferior a la de un Extraordinario Original. Además, también tienen la capacidad de interrumpir la liberación del poder mágico, y por lo tanto, cuando se enfrentan a diablos locos y señores del infierno, que requieren la Piedra de Conducción para luchar, indudablemente poseerán una enorme ventaja.”
“Pero la ceremonia de encarnación consume las vidas de las brujas, y he oído que no todo el mundo puede lograr transformarse con éxito.” Alguien lo dijo.
“Estos son detalles insignificantes.” Desplegó sus manos. “Creo que con la continuación de la investigación, podrá ser remediada por la Sociedad de Investigación.”
“No hables tan fácilmente, Elaine. Nos faltan números, y por lo tanto cada bruja es preciosa.” Esa otra persona frunció el ceño.
“¿Cuál es la diferencia entre morir por las manos de los diablos y morir en la ceremonia?” Elaine levantó la cabeza y dijo. “Al menos con este último, hacemos una contribución a la Federación antes de nuestra muerte.”
“Qué estas diciendo…”
“Suficiente.” Dijo Alice en voz baja. A pesar de que su voz era suave, el caos fue silenciado instantáneamente. Todas mantuvieron la boca cerrada y esperaron las próximas palabras de la Reina.
“Los mortales no pueden vencer a los diablos, hermanas mías”, dijo tranquilamente. “Podemos optar por no hacer nada más que disfrutar de este momento final de paz, y cuando llegue la próxima invasión de los diablos, estaremos completamente relegadas a la historia. O bien, podemos optar por dar una lucha final, poniendo nuestras esperanzas en los Guerreros de Castigo de Dios, y hacer los sacrificios necesarios para ellos. Admito que esta es una elección difícil, pero mientras haya una oportunidad de prolongar la existencia de la Humanidad, el espíritu y la determinación de las brujas nunca se romperá.”
“Aunque soy la Reina de la Ciudad Starfall, estoy dispuesta a permitir que hagan esta importante elección. ¿Quieren renunciar a la resistencia y morir en paz, o quieren vengar a nuestras hermanas muertas, y expulsar a los diablos de la región del amanecer, para restaurar la gloria pasada de las brujas? Depende enteramente de ustedes la elección.”
“Por supuesto, ninguna de nosotros será capaz de participar directamente en la tercera Batalla de la Voluntad Divina, por lo tanto, no importa cuál sea la decisión que tomemos, podemos vivir nuestras vidas transitorias pacíficamente. Recuerden, la elección que hacen ahora no es sólo para ustedes mismas, sino para todo el grupo de brujas… para que nuestras futuras hermanas puedan ver la sonrisa de Dios.”
“Los que no estén de acuerdo, por favor levántense ahora.”
