Capítulo 3: La bruja llamada Anna (Parte II)
Después de que Roland se comiera la última pieza de huevo de su desayuno, tomó una servilleta y se limpio la boca, antes de decir, -así que está diciendo que estás preocupado de que la “Asociación de Cooperación de Brujas” escuche las noticias de que la Bruja no ha muerto y vengan a rescatarla.
-Es como usted ha dicho su Alteza- murmuró Barov, mientras exclamaba “-Si la prisionera hubiera muerto, no habría pasado nada, ¡pero ella sigue viva!. Si esas brujas son capaces de robar a los bebés que tienen posibilidades de convertirse en futuras compañeras, ¿Imagine lo que harían por alguien que ya es una de ellas? Con lo imprudente que se comportan, intentar rescatarla no sería extraño-
Roland no sabia que pensar, sentía que había algo extraño con ese tema. ¿Por qué el Ministro y el Comandante de los Caballeros están tan asustados de las Brujas?
La mujer que debería haber ejecutado es una Bruja, ¿verdad? Es tan delgada que pareciera que con solo un soplo de aire, caería al piso. Ademas si realmente tiene un poder inimaginable, ¿por qué se encontraba esperando la muerte parada?No, no tendría por que hacerlo. De acuerdo a lo predicado por la Iglesia, una vez atrapadas tienen que ser ejecutada sin juicio alguno, solamente por ser la encarnación del diablo. Incluso un ejército paga un alto precio al ir en contra de una Bruja. Sin embargo, esta “Bruja” fue capturada por la gente común de la Ciudad Fronteriza, y fue torturada e incluso amarrada con un lazo, pero no ha mostrado ni siquiera una pizca de ese poder inimaginable.
-¿Cómo fue capturada?- preguntó Roland.
-Escuché que cuando la mina en la Pendiente del Norte se derrumbó, al momento de intentar escapar, expuso su identidad como Bruja, y fue capturada después por aldeanos enojados- Barov respondió.
Roland pensó mientras escuchaba a Barov, ¿por qué presiento que esto ocurrió el día antes de mi reencarnación?
-¿Que hizo para exponerse?- preguntó el Príncipe en voz alta.
-Yo, bueno… no estoy seguro-, el Ministro dijo negando con la cabeza, -la situación es un poco confusa, ¿Creo que alguien la vio usando sus habilidades de bruja?
Roland frunció el ceño preguntado: -¿No investigaste a fondo la situación?-
-Su Alteza, reanudar el trabajo minero era la prioridad-, protestó el Ministro. -De los ingresos actuales de la Ciudad, la minería representa la mitad de lo obtenido en la producción de hierro y los guardias confirmaron que alguien en la escena fue asesinado por brujería-
-¿Qué clase de brujería?- exclamo Roland, interesado.
-Encontraron la cabeza y cuerpo de una persona esparcidos en el suelo como si hubiesen sido derretidos. El cadáver parecía una vela gastada- dijo el ministro con una expresión de disgusto -Su Alteza, alégrese de no a ver visto tal escena-
Roland comenzó a jugar con un tenedor de plata mientras pensaba. Por lo que veo en esta Inquisición de Brujas por parte de la iglesia, la mayor cantidad de personas son inocentes. Ademas creo que esta es una manera de la Iglesia para mantener el control sobre la población o la posibilidad de que los habitantes ignorantes desahoguen su ira. Claro, también creo que una parte de los acusados pudo haber causado su propia ruina. Creo que eran del tipo de personas que viste con ropa extraña y alega que puede predecir el futuro, mezclando un sinfín de cosas extrañas. Ademas de afirmar que sabe lo que pasa en la vida y la muerte.
Creo que esas personas se dieron cuenta de algunos trucos, como el uso de reacciones químicas, y dijeron que ganaron el favor de los dioses.
Para mis ojos, creo que son nada mas trucos de química, pero en esta época medieval, creo que son mal interpretados como fenómenos increíbles.
En cuanto a la gente derretida, creo que se trata de una solución ácida.
Pero cubrir el cuerpo completamente sería una molestia, además, no se vería como una vela quemada, y otros tipos de preparación, no pueden ser posibles
Entonces, ¿qué hizo?
Confiando en su sentido de química, tal vez…
Pensó hasta allí y con un tono decidido dijo: -Llévame a verla-
El Ministro se sorprendió por un momento antes de preguntar: -Señor, ¿quiere ver a la bruja?-
Barov se puso en pie por el pánico y golpeó la taza de leche que no había bebido.
-Sí, esto es una orden.- Roland miró al Ministro mientras por dentro se reía, estaba agradecido por el estilo irracional del Cuarto Príncipe.
Roland camino a la puerta, y se detuvo repentinamente, para preguntar: -¿por qué usamos la horca?
-¿Qué?- dijo Barov.
Roland reiteró su pregunta, -¿Por qué ibamos a ahorcarla? ¿no deberíamos quemar a las brujas en la hoguera?-
Barov quedo un poco desconcertado, así que preguntó: -Por que ella no le tiene miedo al fuego-
*****
La mazmorra era pequeña, no tenia suficiente espacio para tener a muchas personas dentro de ella, todo causa de la tierra estéril. La mayoría de los criminales eran liberados o sentenciados, después de ser juzgados unos cuantos días, por el mismo problema.
Además de Barov, El Príncipe, el Comandante de los Caballeros, El Carcelero y dos guardia, entraron a la prisión.
La mazmorra tenía un total de cuatro niveles. Las paredes estaban construidas de bloques de granito duro. Era la primera vez que Roland entraba a ese lugar y se dio cuenta de que entre más profundo caminaban, más estrecho era el pasillo, y el número de celdas también se reducía
También noto que debido a que era un proyecto rudimentario no tenia un buen sistema de drenaje. El suelo estaba húmedo y las aguas fangosas residuales fluían por las escaleras, hasta el último piso.
Obviamente, la Bruja estaba en el fondo de la mazmorra. Por cada nivel que bajaba, el hedor en el aire se hacia más fuerte.
-Su Alteza, a pesar de que tiene un Medallón de Retribución de Dios, se está arriesgando demasiado, no es seguro- Fue Carter quien hablo.
Tan pronto como supo que El Príncipe planeaba visitar a la bruja, inmediatamente siguió al Príncipe, y le aconsejó en el camino que dejara de hacerlo. Pero todo fue inútil, incluso repitiéndole el mandato directo del Rey de que no debía involucrarse en situaciones peligrosas no tuvo efecto. Obviamente, no sólo era una cara bonita, también era un charlatán. Después de escucharlo repetidamente durante un buen tiempo, Roland sólo deseaba que alguien cosiera su boca. -Debes mirar al mal antes de enfrentarlo en el campo de batalla. Pensé que lo sabías-, dijo.
-Además de luchar con valor contra el mal, también es importante evaluar las capacidades de uno y actuar en consecuencia; La conducta imprudente no se considera valiente.- Carter refutó.
-¿Quieres decir que si te encuentras con un enemigo más débil que tú, puedes hacer justicia, pero si él es más fuerte, harás de la vista gorda?- preguntó Roland.
-No, Su Alteza, quiero decir…- Carter tartamudeó.
-Tenias miedo de una ataque por parte de las Brujas, y ahora incluso tienes miedo de ver a una niña, sí que mi Comandante de los Caballeros es muy temible-
Aunque el Caballero era un buen fanfarrón, no se destacaba en el debate y menos encontra de un de batiente como Roland, por lo que perdió completamente. Aprovechando el silencio, el grupo llegó al fondo de la mazmorra.
Ese piso era más pequeño que el anterior, con un total de sólo dos celdas. El Carcelero encendió las antorchas en las paredes y cuando la oscuridad se desvaneció, Roland vio a la Bruja encorvada en un rincón de su celda.
Eran finales de otoño y la temperatura en la mazmorra era lo suficientemente baja como para que la gente mirara su propio vapor al respirar. Llevaba un abrigo de piel con forro de seda en su interior, por lo que no sentía frío, pero la niña sólo llevaba harapos que ni siquiera eran capaces de cubrir completamente su cuerpo, brazos y pies que sobresalían. Estaban completamente azules.
Las antorchas que se iluminaron rápidamente la estremecieron , y la obligaron a cerrar los ojos fuertemente. Cuando se acostumbró, abrio los ojos y los miro de frente.
Sus ojos eran de un azul pálido, tranquilos como un lago antes del comienzo de una tormenta. No había miedo en su rostro y ni odio ni enojo. Con tan solo observarla Roland, se dio cuenta de que no se parecía en nada a una niña debil. Parecía como si estuviera frente a una llama ardiendo. Pronto observo como la luz de las antorchas en las paredes se atenuó.
La muchacha trató de ponerse de pie, apoyándose contra la pared en cámara lenta como si temiera caer. Cuando se levanto, salió de la esquina, y dejó que la luz la cubriera su cuerpo.
Con un movimiento tan simple, causo que lo hombres aspiraran varias veces aire frío mientras retrocedían dos pasos atrás, sólo el Comandante de los Caballeros fue capaz de resistir y se para frente a Roland.
-¿Cómo te llamas?- preguntó Roland a la Bruja y toco al Caballero en el hombro, indicando que no necesitaba estar tan nervioso.