Capítulo 265: El último enemigo
Timothy entró en la habitación circular del Señor del Puerto de Clearwater ubicado en la parte superior de la torre.
A diferencia de los castillos más comúnmente vistos, la torre era más alta y más estrecha. Además de tratar con el gobierno y de observar el exterior, temía que incluso reunir a todos sus ministros del gabinete para celebrar una reunión del consejo ya era imposible.
Ninguno de los muebles en la habitación se había movido de su lugar, era como si el dueño apenas acabara de irse y estuviera a punto de regresar. Delante de la entrada se encontraba una mesa cuadrada de color marrón rojizo, con libros ordenados de manera ordenada. Y justo en medio se encontraban varios manuscritos sin terminar y una pluma insertada en una botella de tinta; como si estuviera esperando a que alguien llegara y completara los archivos.
Timothy se dirigió paso a paso hacia la mesa y se sentó en la gran silla. El asiento se encontraba cubierto con una estera de enfriamiento cosida con palos de bambú. Algo que era bastante adecuado para calmar el calor abrasador del último mes de verano. También se encontraba colocado un cubo de agua junto a la silla, evidentemente se usaba para mantener el hielo, así como también tenía función de disipar el calor de la sala y bajar la temperatura. Sin embargo, el clima se encontraba en esos momentos un poco sombrío, había nubes oscuras sobre el mar, lo que redujo drásticamente la temperatura e hizo que la habitación pareciera menos sofocante.
Timothy se inclinó hacia delante, colocó su rostro cerca de la superficie de la mesa y lo olió suavemente, el olor lleno sus fosas nasales con un aroma débil y dulce: era la fragancia de girasol verde azulada más amada de García. Fue producido en la Cresta de la Montaña del Viento Frío, y en comparación con la rosa rugosa y el romero, tenía una sensación única y refrescante, como si contuviera parte del hielo del norte.
Que solo después de usarla durante mucho tiempo, la misma fragancia se apoderaría del olor de la persona. No había duda de que a su hermana le gustaba sentarse sobre esa silla, con las manos en la mesa, escuchando un informe o escribiendo un decreto.
Pensando sobre todo ello, Timothy no pudo evitar reírse.
“Jaja … ja … jaja … jajajaja …” Al final, Timothy simplemente se apoyó en el respaldo de la silla, levantó la cabeza y comenzó a reírse con toda su fuerza.
¡Finalmente había ganado!.
García había abandonado el Puerto de Clearwater y había abandonado el Territorio del Sur, lo que significaba que había renunciado al trono de Graycastle.
Después de recibir noticias de que la Flota de Vela Negra se encontraba navegando hacia el norte, inmediatamente llamo a las tropas bajo su mando y lidero a más de cinco mil esclavos, ratas y criminales a la frontera del sur, para atacar el nido de García en el Puerto de Clearwater. La única resistencia que encontró provino de la gente de la Arena del extremo sur. Timothy no sabía qué clase de promesas habían acordado, pero lo atacaron en oleada una tras otra sin temer por sus propias vidas. Además, el punto problemático fue que también estaban en posesión de la píldora Berserker.
La batalla duró casi medio mes, pero al explotar sus números superiores y al interrumpir repetidamente el contraataque de su enemigo, Timothy pudo fragmentar lentamente la línea de defensa de la Gente de la Arena. Casi tres mil personas suyas habían muerto durante la batalla por el desgaste, y si sus hombres no hubieran recibido el apoyo de las píldoras, Timothy temía que su gente no se hubiera atrevido a poner siquiera un solo pie dentro del campo de batalla. Sin mencionar que alguna vez se hubiesen atrevido a luchar contra las feroz y barbara Gente de la Arena en una lucha a muerte.
El resultado final de la batalla fue que tuvo que cruzar una capa de cadáveres para poder ingresar a la Torre del Señor del Puerto de Clearwater.
El título “Reina de Clearwater” era historia, el sur de Graycastle finalmente había regresado bajo su control.
“¿Su Majestad?” Probablemente al escuchar su risa despreocupada, el Caballero que se encontraba custodiando la puerta de afuera, empujó la misma y entró a la habitación.
“No hay ningún problema”, Timothy respondió y se levantó. Señalo al caballero y se dirigió a sí mismo, indicándole que lo siguiera, y pasó por una puerta lateral para pisar el balcón.
Inmediatamente fue golpeado por la brisa marina ligeramente salada, lo que causa que su bata revoloteara. Parecía que se avecinaba una tormenta al mirar las nubes oscuras que se alzaban sobre sus cabezas y se volvían cada vez más gruesas.
Esto es realmente lamentable, pensó Timothy, estaba planeando ver el puerto de mi tercera hermana, los muelles y la Torre del Señor caer víctimas de las llamas, pero ahora parece que esto será imposible.
Durante el último medio año estuvo constantemente en el campo de batalla junto a sus soldados, apenas había pasado un mes en el que se había quedado en la Ciudad del Rey. Le había confiado a su primer ministro imperial que se hiciera cargo de todos los asuntos del gobierno, aunque el marqués Wyke parecía leal, la lealtad no quería decir que el marques pudiese siempre mantener la puerta cerrada y resistir la tentación. Gerald Wimbledon era el mejor ejemplo de aquello.
Necesitaba regresar a Ciudad del Rey tan pronto como pudiera para estabilizar las corrientes subterráneas de la agitación política que estaba pasando allí. La lluvia en el sur probablemente duraría varios días, los cuales no podría desperdiciar esperando en ese lugar.
“Regresaré a Ciudad del Rey temprano mañana en la mañana”, Timothy abrió la boca y menciono: “Excepto por mis guardias personales y los Caballeros de Ciudad del Rey, todos los demás Caballeros y mercenarios serán entregados a ustedes. Sr Ed Hawes, por favor tome mi lugar en la defensa de la frontera sur. No debes permitir que la Gente de la Arena ponga un solo pie dentro de las fronteras de Graycastle”.
“¿Tú … me dejarás quedarme aquí?” El joven caballero de la familia Hawes del norte preguntó sorprendido: “Pero me gustaría continuar luchando a su lado, Su Majestad. Yo-“.
“Caballero, defendiendo la tierra fronteriza también estas peleando por mí.” Timothy interrumpió: “Escucha, todavía hay muchas cosas que se tienen que hacer aquí, así que tengo que dejar el Territorio del Sur en manos de personas leales y competentes, que sean capaces de hacerlo, capaces de hacer frente a las consecuencias”.
“Pero …” Ed se encontraba todavía dubitativo.
“Sé lo que te preocupa”, el nuevo Rey sonrió comprensivamente y le dio una palmadita en sus hombros. “Ten la seguridad, no te quedarás en este lugar para siempre. Cuando termine el asunto relacionado con el Puerto de Clearwater, te llamare de inmediato a Ciudad del Rey. Después de todo, Graycastle aún no está unificado, aún necesito recuperar el territorio occidental, y para eso, necesitaré aún más Caballeros que puedan atacar y atravesar las líneas enemigas. Entonces, ¿cómo podría olvidarme de ti en este lugar?”.
Al escuchar las palabras tranquilizadoras del Rey, el joven levantó su vista, con unos ojos brillantes se arrodilló y dijo: “¡Como desee, Su Majestad!”.
“Levántate”, dijo Timothy mientras asentía con satisfacción. “Hay tres cosas que debes hacer a continuación. Primero, tienes que tomar a todos los habitantes restantes del Puerto de Clearwater bajo custodia y acompañarlos de regreso a Ciudad del Rey.”
“¿No quieres colgar a estos traidores?”, Preguntó sorprendido el Caballero.
“No, no pueden ser considerados traidores reales. Si realmente se hubieran unido a García, se habrían ido con la Flota Vela Negra. Si mato a esta gente, solo sería conveniente para ella.” Sin embargo, la influencia de mi tercera hermana está realmente más allá de mis expectativas, de los más de 10’000 habitantes dentro del Puerto de Clear Water, más los esclavos cautivos de Eagle City, en realidad solo fueron 400 personas las que no quisieron irse con ella. Si no fuera por la resistencia de la Gente de la Arena, el Puerto de Clear Water no habría sido diferente de una ciudad abandonada.
“¡Su Majestad es benevolente!”.
“Lo segundo que tienes que hacer es quemar todos los muelles, los astilleros y las torres de los Señores, quiero que todos en el Sur vean que García, la Reina de Clearwater, ha dejado de existir. Incluso si regresa con el rabo entre las piernas, solo quedarán ruinas cuando regrese”.
“Sí”, estuvo de acuerdo el Caballero.
“Lo último que pido es que reúnas a todos los refugiados para mí.” Timothy miró el horizonte sobre el mar, y luego dijo con calma: “Además, cualquier hombre sin hogar, rata, bandido e incluso la Gente de la Arena son aceptables. Desde la batalla de Eagle City hasta hoy, la disputa en el Territorio del Sur nunca se ha calmado, por lo que deberías poder encontrar una gran cantidad de refugiados que se encuentre viviendo en los pueblos y ciudades de los alrededores. No importan los tipos de métodos que utilices para reunirlos, solo que antes de que comience la guerra contra el territorio occidental del reino necesitarás proporcionarme al menos 5,000 hombres.
La fuga de García demostró la exactitud de su estrategia, como gobernante de más de la mitad de la población de Graycastle, debería usarlos para luchar contra los rebeldes, en circunstancias normales, con un equipo de 100 caballeros encabezando un ejército de varios miles de plebeyos, el caballero generalmente ni siquiera necesitaría participar en la batalla. Su única responsabilidad sería la distribución de las píldoras y comandar la batalla. Frente a un enemigo que tenía la ventaja de números absolutos, mientras atacaran incesantemente, el enemigo no podría resistirlos. Si García hubiera mostrado una voluntad inquebrantable y hubiera decidido defender el Puerto de Clearwater hasta la muerte en lugar de retirarse, ella habría sido tragada por las masas de gente que se volvió loca por las píldoras.
Ahora solo le quedaba un enemigo, Roland Wimbledon en el territorio occidental.