MRTM – capítulo 20

En la parte de atrás del ejército elfo se encontraba Luprel, Lisa y Alen que estaban sorprendidos por la derrota aplastante que habían tenido los dos príncipes.

—Padre al fin podemos hacer pagar al imperio por la muerte de madre —Esto decía Alen con una gran felicidad.

Cuando Alen y Lisa miraron a su padre podían ver como se le caían las lágrimas de Felicidad. Era tanto el contagio de esas lágrimas que a Alen y Lisa también se le caían las lágrimas.

Después de que terminaron de llorar, Lisa decide preguntarle algo a Luprel.

—Padre, perdón por esta pregunta, pero ¿podrías comprometerme con Yossu?.

—Creo que fue amor a primera vista, además, me gustaría conocer el reino Orbis del que proviene Yossu.

—por lo que él dijo, en su reino habitan muchas razas y me gustaría conocerlas y poder llevarme bien con ellas, para que en el futuro el reino Elfo pueda convivir junto al reino Orbis —Esto decía Lisa con una expresión de gran emoción.

—Como siempre eres tan curiosa hija mía.

—Me encantaría hacer eso, pero antes tengo algo que necesito pedirle a Yossu —Dijo Luprel.

Después de decir esto, Luprel decidió ir al campo de batalla y unirse a la guerra.

En el momento de la muerte de los dos príncipes, Yossu decide gritar…

—Elfos, los generales del imperio han caído.

—Es hora de atacar.

Las palabras de Yossu motivaron a los soldados elfos. Tras escuchar esto los soldados elfos y los del imperio empezaron a pelear.

Mientras ambos bandos estaban peleando, decidí dar la orden a mi lobo de que se moviera y atacara a placer a los soldados del imperio. También a través del objeto de comunicación le di la orden a Izet de que empezara a disparar los cañones mágicos antiaéreos hacia todos los wivern que se encontraran en el cielo y que todos los que estaban en el barco dispararan con algunos cañones hacia el ejército enemigo.

Durante la guerra podía sentir a varios señuelos a lo lejos observando, a lo que me refiero es a que había animales siendo controlados por personas desde lugares lejanos que estaban observando la batalla. Esto no me importaba en absoluto, es más, para mí esto era un beneficio, de esta manera el mundo conocería el poder del reino Orbis y atraería a las razas que no son humanas a formar una alianza.

Los ataques de los wyvern no afectaban en nada al barco flotante ya que contaba con una gran barrera protectora.

Después de haber observado un poco el campo de batalla podía ver como los soldados elfos invocaban a bestias de la naturaleza que median por lo menos 5 o 6 metros, lastimosamente entre diez elfos solo podían invocar a una de las criatura y no todos eran invocadores, estas criaturas llamaban mucho mi atención, ya que nunca las había visto y parecían muy efectiva para cargar cosas pesadas.

Después de haber visto todo esto, decidí entrar en la batalla.

Mientras usaba la magia de velocidad y agilidad que me había puesto en mi cuerpo antes de la batalla, corría por medio de las filas enemigas y degollaba a todo soldado enemigo que se me cruzase con mis propias manos, mientras me movía entre las filas enemigas había guardado mis alas para que no me estorbaran en el momento de andar por lugares muy angostos.

Después, saque mis alas y volé hacia el cielo hasta una altura en la que pudiera ver a todo el ejército enemigo.

Las fuerzas enemigas estaban disminuyendo drásticamente, gracias a la ayuda de los cañones mágicos que estaban en el barco.

Mientras volaba no se podía ver a ningún wyvern, el imperio se había quedado sin la fuerza aérea, ahora solo quedaba reducir sus filas con una magia de gran poder que pudiese matar a varias personas a la vez.

En el momento en el que me encuentro volando, activo una de las habilidades de mi clase Ángel, lanzas celestiales.

Desde arriba se podía ver como todos los soldados de ambos bandos se quedaron quietos y sorprendidos por lo que veían desde abajo.

Lo que veían los soldados elfos y del imperio era impresionante, podían apreciar como el cielo encima de ellos se había repleto de luces brillantes.

Mara y Luprel que se encontraban en el campo de batalla estaban muy sorprendidos al igual que los soldados elfos.

Luprel en voz baja dice….

—Impresionante, este es el poder de un dios, a este dios no hay quien se le oponga.

—Qué suerte que tuvimos de habernos topado con tal ser. Gracias a él todo el reino Elfo se salvara.

¨¨No merezco hacerme llamar Rey, después de todo no he hecho nada.

Desde el lugar en el que estaba Lisa y Alen se podía apreciar mucho mejor y estaban muy conmovidos al igual que su padre.

—Bueno creo que ya es hora de terminar con todo esto, después de todo cumplí con mis objetivos:

  • Demostrar nuestro poder al mundo.
  • Hacer que el reino nos deba una deuda muy grande. Este objetivo era uno secundario que había pensado mientras nos dirigíamos hacia la ciudad de Arkan.
  • Probar mi magia y habilidades de combate.
  • Encontrar información sobre este nuevo mundo y conseguir un mapa. Este objetivo era en realidad el principal.
  • Conseguir una alianza con los países que se encontraran alrededor de nuestro reino.

Cuando la magia de lanzas celestiales estaba lista, la mano que tenía hacia arriba decido bajarla, esto servía como orden para hacer que todas las lanzas de luz cayeran del cielo al campo de batalla del lado enemigo a gran velocidad.

Después de que las lanzas tocaran el suelo, toda la parte en donde estaba el ejército enemigo había sido cubierta por grandes partículas de tierra que flotaban sobre el aire. Al irse las partículas de tierra, solo se podían ver a todos los cuerpos del ejército enemigo aniquilados por las lanzas de luz. Los únicos que habían quedado del imperio eran algunos nobles y soldados que se encontraban en el campamento en retaguardia y todos ellos estaban completamente sorprendidos y aterrorizados por la manera en la que su ejército había sido masacrado.

Después de todo esto, decidí bajar y acercarme a Luprel. En el momento en el que me le acerque a Luprel él se arrodilla delante mío y todos los soldados al ver esto decidieron hacer lo mismo que hacia su rey.

—Gracias por todo esto Yossu.

¿Me gustaría pedirte un último favor?.

—¿Qué tipo de favor quieres pedirme Luprel? —Le digo con una cara seria.

—Permítenos a mí y a mi gente poder ser parte del reino Orbis.

A pesar de que todos los soldados estaban sorprendidos por lo que había pedido Luprel, ninguno se negó a la petición, ya que todos los elfos veían a Yossu con mucho respeto por lo que él había hecho por ellos.

—¿Por qué quieres hacer eso? —Pregunto Yossu

—Yossu, he visto tu poder, generosidad y sabiduría, esto es todo lo que necesito saber para seguirte —Dijo Luprel.

¨¨los pocos días que Yossu estuvo en mi reino me pude dar cuenta que es una persona a la que no se lo puede ofender, debido a su gran poder, además, si nos unimos a él vamos a poder ser protegidos y no vamos a tener que sufrir más por parte de los humanos, sin contar, que es un rey con un carácter perfecto y que tiene la habilidad de hacer que las personas se postren ante él. Estoy muy interesado por ver el mundo que veremos si estamos junto a Yossu en el futuro.

—Entonces, Yo que gano si los acepto en mi reino.

Luprel le respondió….

—Si usted nos acepta en su reino le vamos a aportar minerales mágicos de nuestras minas y también como parte de su nación le brindaremos poder militar para poder enfrentarse a cualquier enemigo.

¨¨Solo estaba satisfecho con que ellos ya se hubieran rendido ante mí, pero para quedar bien tenía que hacerles ese tipo de preguntas.

—Para que sepan yo tengo pensado crear un país para todas las razas y eso incluye a los humanos.

—¿Alguien se niega a esto?… pregunta Yossu.

Ningún elfo se negó.

—Desde hoy, todo el reino elfo pasa a pertenecerme a mí —Dijo Yossu.

—Cuando volvamos a la Ex-capital del Ex-reino élfico quiero que den la noticia de que el Ex-reino élfico ahora pertenece al rey del reino Orbis.

Todos los elfos en vos alta dijeron….

—Como usted diga su majestad.

Después de eso, Yossu se dio vuelta y con una sonrisa de gran felicidad y en voz baja dijo….

—Maravilloso, Está pasando todo como anillo al dedo y esto cada vez es más emocionante y divertido.

 

Continuara.