Antes de la guerra
Cuando el barco aterrizo en la ciudad de Arkan, los 30.000 mil soldados que pertenecían a esa ciudad y los elfos oscuros que habían decidido quedarse, estaban sorprendidos por la gigantesca nave que había aterrizado sobre ellos, pero, no estaban asustados ya que la gobernadora Mara había avisado con antelación de que íbamos a llegar en una nave gigantesca.
Antes de que bajáramos le di la orden a Izet de que dejara la nave al frente de la ciudad mirando hacia el campamento enemigo.
Cuando descendimos del barco decidí quedarme en las murallas de la ciudad y observar el campamento enemigo mientras que Luprel, Lisa y Alem se dirigieron al castillo que se encontraba en medio de la ciudad.
Mientras observaba el campamento enemigo me lance una magia que multiplicaba mi visión por cuatro, de esta manera podía ver con fluidez a los soldados del otro bando, que se los notaba preocupados por la gran nave que se encontraba sobre la ciudad.
Lo que más me llamo el interés fueron dos personas que llevaban una armadura y espadas que parecían muy costosas. Lo que me preocupaba, era que esas armaduras y espadas estuvieran encantadas con magia de alto nivel.
Después también lance un hechizo de inspección mágica, este hechizo me permitía ver el poder mágico que tenían las personas. Por lo que vi en los soldados del imperio, fue que había muy poca gente con un alto poder mágico, pero si había mucha gente que poseía poder mágico pero de muy bajo nivel.
Unos de los problemas que no salía de mi mente, era que podía haber gente que estuviera ocultando su verdadero poder, como yo lo hacía.
Después decidí deshacerme de ambos hechizos y dirigirme hacia el castillo en donde se encontraba Luprel, para poder planear la estrategia.
Mientras caminaba por la calle hacia el castillo, me di cuenta de que llamaba mucho la atención de todos los soldados con los que me encontraba de camino hacia el castillo.
Después de haber estado caminando un rato llegue al castillo y después a la sala en la que se encontraban Lupre, sus hijos y Mara que iba a tomar el papel de dirigir el ejército.
La sala estaba llena de tención.
En el medio de la sala, había una mesa que tenía un mapa que había sido rallado incontables veces, en ese mapa se podía notar la desesperación y preocupación que tenía la gente que se encontraba en la sala por tratar de ganar esta guerra.
Mientras hablaban sobre qué tipo de estrategia tomar, decidí cortar su charla y hablar…
—Voy a hablar sobre lo que voy a hacer en esta guerra.
Después de haber dicho esas palabras, todos se quedaron mirando a Yossu.
—Quiero que mantengan a todo el ejército Elfo atrás mío, así, yo puedo tener una pelea limpia con la persona que dirige el ejército enemigo, en caso de que las cosas se compliquen, voy a avisar a Mara para que dé la orden de que todos los soldados ataquen.
—Si piensas en hacer eso, no me opongo a tu idea—Dijo Luprel con una voz que demostraba pura confianza en Yossu.
—Cuando observe el campamento enemigo, no pude ver a nadie poderoso, todos eran personas normales, así que no hace falta preocuparse por que perdamos esta batalla.
¨¨Dije esto para que el ambiente tenso en el que nos encontrábamos se calmara y obvio que me siento asustado, pero también emocionado.
—No lo digo porque estoy confiado, lo dijo por haber estudiado al enemigo, así que no hace falta que nos alteremos.
—También acuérdense que contamos con el barco que tiene artillería que puede facilitar la eliminación de enemigos y la eliminación de la fuerza aérea.
—según los espías, las personas encargadas de dirigir el ejército enemigo son el príncipe Teryes y Soyo, que están igual de locos que su madre la emperatriz Selim.
¨¨Así que las dos personas que había visto con armaduras y espadas costosas eran los príncipes. Esto era lo que estaba pensado Yossu.
El rey decide preguntarles a todos los que se encontraban en la sala a excepción de Yossu….
—¿Todos están de acuerdo con la idea que sugirió Yossu?….
Nadie se opuso a la idea.
Después de que todos se fueron de la sala. En ella solo habían quedado Yossu y Luprel.
Antes de que Yossu se fuera, Luprel se le acerca y dice….
—No sabes lo agradecido que estoy con el reino Orbis por la gran ayuda que nos han brindado, es una deuda que es imposible de pagar —Esto decía el rey elfo con lágrimas en su cara.
—No te preocupes, también hago esto por interés propio.
—Deseo probar mis hechizos y poder en esta guerra.
—Eso no quita que nos estés ayudando, después de que todo esto termine, voy a tratar de pagar esta enorme deuda.
Entre los dos se miraron a la cara, sonrieron y chocaron sus puños.
Continuara.
Gracias por la gente que sigue la novela y espero que la estén pasando bien en la cuarentena, por más que estén dentro de sus casa.