Capítulo 23: Encendiendo la mecha

A primera vista, tener a Novedad parecía una receta para la frustración y el fastidio sin fin: era una charlatana impaciente e impulsiva que parecía no tener ningún concepto del espacio personal, siempre rondando incómodamente cerca de él y pinchándole con las patas delanteras. A Zorian no le daban miedo las arañas, pero ese tipo de contacto físico cercano era demasiado.

Básicamente, era una versión arácnida de Kirielle. Y sólo toleraba las travesuras de Kirielle tanto como él porque era su hermana pequeña.

A pesar de ello, Zorian se alegraba de haberla conocido. Su personalidad dejaba ciertamente mucho que desear, y a menudo tenía que mantenerla concentrada en sus lecciones en lugar de salirse por la tangente sobre diversos temas, pero seguía siendo una fuente de información tanto sobre psiónica como sobre aranea. Y a diferencia de la matriarca, cuya explicación sonaba a Zorian como un intento de manipulación apenas velado, Novedad no tenía ni un solo hueso engañoso en su cuerpo. La mayoría de las veces decía lo que quería decir, y era dolorosamente obvio cuando intentaba cambiar de tema o falsear la verdad. Era un refrescante cambio de ritmo respecto a sus anteriores interacciones con la aranea.

Novedad permanecía felizmente ajena a sus pensamientos, demasiado absorta en su inspección del equipo de alquimia de Zorian. Esa era otra diferencia entre Novedad y la matriarca: Novedad no podía leer sus pensamientos superficiales a menos que él estructurara sus pensamientos muy lentamente y los dirigiera claramente a ella. Eso le hacía estar mucho más relajado ante su presencia de lo que habría estado de otra manera.

[Los humanos construyen tantas cosas extrañas] Declaró Novedad después de inspeccionar los frascos de vidrio con la vista y el tacto. Zorian no sabía si a los aranea les solía gustar tanto tocar las cosas y Novedad simplemente no tenía freno en sus interacciones con él o si la araña que tenía delante era simplemente un tipo de chica física, pero a Novedad ciertamente le gustaba tocar las cosas que estaba estudiando. Por desgracia, esto le incluía a él así como a objetos inanimados al azar, pero al menos parecía haber interiorizado por fin la idea de que a él no le gustaba que se subiera a su regazo. [¿Cómo has hecho esto? Es el mismo tipo de roca transparente que usas para esas cosas de “ventanas”, pero no tengo ni idea de cómo te las arreglaste para tallarla con esta forma. Y es tan suave, también… Sé que esas extremidades superiores ramificadas tuyas son mejores para manipular cosas que nuestras piernas, pero esto es una locura. Sabes, los aranea una vez trataron de mantener esclavos humanos para crear cosas para nosotros, pero fue una gran molestia y resultó que es mucho más fácil simplemente comerciar con los humanos por lo que necesitamos. A los humanos no parece irles muy bien bajo tierra, y secuestrar a los humanos siempre parecía enfadar mucho al resto de las comunidades humanas, incluso cuando no eran del mismo clan ni nada. Y… eh, eso fue hace mucho tiempo y ya no hacemos cosas así y deberías olvidar todo lo que dije al respecto, ¿de acuerdo?]

“Ajá.” Dijo Zorian con dudas antes de decidir no seguir con el tema. “Por si sirve de algo, la roca transparente se llama cristal, y en realidad no está tallada. Está hecha de arena, que se calienta hasta que se vuelve fundida y, por tanto, maleable, y luego se le da forma clavando largos tubos en la masa fundida resultante y soplando aire en ella.”

Novedad se giró para enfocar todos sus ojos en él. [¿Cómo, en nombre del saco de huevos arrugados de la abuela, se le ocurrió a uno de ustedes hacer eso? ¿Acaso los humanos tienen algún tipo de sentido mágico de la piedra o algo así?]

“Err, no.” Dijo Zorian pacientemente. Explicar cosas así a Novedad era molesto, pero hacía que ella estuviera mucho más dispuesta a compartir cosas con él a su vez, así que seguiría trabajando. “Los humanos siempre han andado con herramientas de diversa índole. Somos bastante frágiles en nuestras formas naturales, así que construir cosas es una cuestión de supervivencia. Usamos herramientas rudimentarias para fabricar herramientas mejores, y luego esas herramientas mejores para fabricar herramientas más precisas, y así sucesivamente. No sé realmente cómo surgió el soplado de vidrio, pero no se le ocurrió a alguien por arte de magia de repente…”

[No creo que se te pueda considerar frágil] Dijo Novedad con duda. [Manejas una magia increíble, y prácticamente has conquistado el mundo de la superficie con ella].

“No todos los humanos manejan la magia.” Dijo Zorian. “Sólo un pequeño número de personas son magos, y el número era aún menor cuanto más retrocedes en el tiempo.”

[Para ser sincera, la mayoría de tus “herramientas” me suenan mucho a magia.] Dijo Novedad. [Toman piedras y cosas y realizan complicados rituales con ellas para convertirlas en esas maravillosas creaciones que ningún tejido de red puede duplicar. Es la parte que más me fascina de ustedes los humanos, esa extraña magia de construcción que tienen. Esperaba poder aprender algunos de sus secretos mientras te enseño, pero parece que va a ser bastante difícil porque, ya sabes.] Agitó las patas delanteras en el aire para enfatizar, [no tengo esas ‘manos’ que los humanos usan para todo. No es que me esté rindiendo ni nada por el estilo. Definitivamente voy a pensar en algo].

“Bueno, ya me has dicho que estás aprendiendo a ser mago, así que siempre puedes recurrir a la magia de verdad.” Dijo Zorian. “Después de todo, los hechizos de fabricación existen. Es cierto que tendrías que entender las propiedades de los materiales con los que trabajas y los principios de ingeniería de las cosas que intentas crear, pero si te tomas en serio lo de ser un artesano, eso es prácticamente imprescindible de todos modos.”

[Seré sincera y admitiré que no tengo ni idea de lo que acabas de decir] Dijo Novedad tras un breve silencio. [¡Pero supongo que estabas tratando de ser alentador, así que gracias!]

“Bien.” Suspiró Zorian. “Nos hemos ido por la tangente otra vez. Centrémonos de nuevo en las lecciones.”

[¡Pero esas lecciones son tan aburridas!] Se quejó Novedad. [Tú ya sabes la mayoría de estas cosas; sólo es cuestión de practicar, y de todos modos no puedes hacerlo aquí. Estás practicando, ¿verdad?]

“Claro que sí.” Aceptó Zorian. “Me paso la mayor parte de las clases tratando de percibir a mis compañeros y a otros estudiantes del edificio. No es que saque nada más útil de las clases estos días. Me va bastante bien, pero todavía tengo que concentrarme mucho para conseguir algún tipo de alcance. También he probado a percibir sus emociones, pero sigue siendo un éxito y un fracaso. ¿Estás segura de que nadie va a detectarme haciendo eso? Porque me voy a meter en un buen problema si alguien me detecta jugando con la mente de la gente.”

[Sigo diciéndote que nadie va a detectar nada sin invadir tu mente primero] Le aseguró Novedad. [He ido a preguntar a otras aranea sobre eso, ya que sigues preguntando sobre ello, y lo han confirmado. Básicamente, la detección de mentes y la empatía básica no implican ningún tipo de indagación en la mente de otras personas. Sé que no crees en la Gran Red y todo eso, pero imagina una especie de plano mental que lo impregna todo. Las mentes crean ondas en este plano mental, como piedras arrojadas a un estanque de agua estancada, y los que están abiertos pueden utilizar estas ondas para localizar otras mentes a su alrededor y adivinar algunos datos básicos sobre ellas. Cosas como las especies y su estado de ánimo general].

“Eso tiene sentido.” Dijo Zorian. “¿Así que percibir mentes y la empatía son en realidad dos aspectos de una sola habilidad, la de percibir este plano mental tuyo e interpretar las ‘ondas’ que se propagan por él? ¿Sabes si los hechizos de escudo mental tienen algún efecto sobre esto?”

[Oh, definitivamente.] Confirmó Novedad. [Los hechizos de escudo básicos que los magos gustan de usar arruinarán bastante tu capacidad de usar la empatía con ellos. Demasiadas interferencias. Por otro lado, detectarlos se vuelve aún más fácil. Cualquier hechizo que afecte a la mente hace que ésta sea más “ruidosa” para un psíquico, incluso los defensivos. Especialmente los defensivos, ahora que lo pienso. Bueno, excepto ese infame hechizo llamado “Mente en Blanco” que hace que una mente se desconecte de la Gran Red, haciendo que una persona sea completamente indetectable a la detección mental y totalmente inmune a la magia que afecta a la mente. Es algo bastante aterrador].

Zorian conocía el hechizo del que hablaba. Mente en Blanco era conocido como una especie de “defensa definitiva” contra la magia mental, pero el hechizo era famoso por causar problemas psicológicos si se lanzaba mal o se usaba demasiado. Varios magos paranoicos con la gente que invade sus mentes se han vuelto locos después de dejarlo permanentemente activado, lo que le ha dado una mala reputación entre los magos. Había otras protecciones menos drásticas que eran suficientes en la mayoría de los casos.

“Es extraño.” Dijo Zorian inocentemente. “La matriarca me dijo que ninguna débil magia humana podría protegerme contra ella si estaba decidida a atraparme, pero aquí me estás diciendo que hay un hechizo que podría aprender para hacerme completamente inmune a los poderes psíquicos.”

[Ah, bueno, ya ves…] Novedad tanteó. [En realidad tenía razón porque, porque son cosas totalmente diferentes, ¿sí? Una cosa es un escudo, podemos derribarlo totalmente o evitarlo. Sin embargo, si te sacas de la Gran Red, ¡es como si no estuvieras allí! Primero tienes que sentir una mente para conectarte a ella, y si no puedes conectarte a ella…]

“Lo entiendo.” Interrumpió Zorian. “No hay vínculo telepático, no hay magia mental subterránea. Y no puedes conectarte a algo que no puedes sentir telepáticamente. Hmm, claramente el creador de Mente en Blanco sabía un par de cosas sobre los poderes psíquicos, parece que el hechizo está diseñado específicamente para derrotarlos.”

[La idea no es tan revolucionaria] Refunfuñó Novedad. [Un psíquico suficientemente hábil puede desconectarse de la Gran Red con cierto esfuerzo. Se llama “ir a la oscuridad”. Sin embargo, es una habilidad bastante turbia, utilizada sobre todo por asesinos, ladrones y saboteadores. De todos modos, el problema no es sólo la Mente en Blanco, sino el hecho de que cualquier mago lo suficientemente poderoso como para lanzarlo es también lo suficientemente poderoso como para enfrentarse a toda la Red de araña en solitario. Tenemos formas de lidiar con gente así, pero no puedo decírtelo porque los demás me desmembrarían si dijera algo al respecto, ya que, ya sabes, las defensas secretas y esas cosas”.]

“Bien.” Dijo Zorian. No tenía intención de crearle problemas en casa a Novedad, así que no seguiría con ese tema. De todos modos, sus planes de defensa supersecretos probablemente se reducían a “colapsar todo el túnel encima de ellos”. “Así que Mente en Blanco es una habilidad psíquica traducida en un hechizo. No es tan sorprendente, supongo, a los magos les encanta tomar habilidades de criaturas mágicas y convertirlas en hechizos para su propio uso.”

[¿En serio?] Preguntó Novedad. [Pero yo pensaba que la magia humana es tan buena que no se puede aprender nada de los demás. La matriarca siempre está hablando de lo increíble que es tu magia y de que nadie puede igualarla…]

“No, eso es completamente falso.” Dijo Zorian. “Los magos de tradición ikosiana, que son prácticamente todos los que vas a encontrar, se dedican a tomar la magia de otros y hacerla propia. Todo el sistema de magia estructurada está diseñado específicamente para ser ampliado según sea necesario. Es cierto que hoy en día rara vez encontramos algo que valga la pena aprender entre otras tradiciones mágicas, pero eso se debe principalmente a que ya robamos e intercambiamos todo lo que valía la pena tomar.”

[Esa… no es exactamente la historia que me contaron] Admitió Novedad.

“No te sientas mal, la mayoría de los humanos también piensan que toda nuestra tradición mágica surgió completamente en los primeros días del Imperio Ikosiano.” Dijo Zorian. “Pero volvamos a nuestra conversación sobre las defensas mentales. Dijiste que una aranea podía derribar o eludir la magia defensiva que no fuera la de la mente. ¿Eso te incluye a ti personalmente?”

[¡Por supuesto! ¿Por quién me tomas?] Protestó Novedad. [¡Si no pudiera luchar telepáticamente, me habrían devorado cuando aún estaba en el criadero!]

Zorian parpadeó. “¿Qué, en serio? Como en, ¿realmente ser devorado o…?”

[Err, no, no literalmente comido. No dejamos que las crías se coman unas a otras desde… err, en realidad, no hablemos de eso. Era sólo una forma de hablar, eso es lo importante. De todos modos]. Novedad se apresuró a cambiar de tema. [No sé cómo funciona entre los humanos, pero los aranea recién nacidos están confinados en el criadero durante los primeros meses de su existencia. Solemos ser muchos, y todos estamos encerrados en esta diminuta y aburrida habitación sin nada que hacer más que molestar a los cuidadores para que nos cuenten historias y buscar peleas entre nosotros, y a los cuidadores no les gusta que las crías se peleen físicamente entre sí. Sin embargo, son mucho más indulgentes a la hora de… experimentar… con nuestros poderes psíquicos. Es de esperar que se produzcan algunas peleas telepáticas, por lo que se aprende rápidamente a defender la mente].

Zorian trató de imaginar el escenario que acababa de describir Novedad y abandonó esa línea de pensamiento con un escalofrío. Tomó nota mentalmente de que debía evitar a toda costa estar cerca de los criaderos subterráneos, por si acaso el tema surgía en el futuro.

“Eso es… interesante… pero no es exactamente lo que estaba preguntando. He preguntado sobre cómo contrarrestar las defensas, no sobre cómo defenderse.” Dijo finalmente.

[No puedes ganar una pelea sólo defendiéndote] Se burló Novedad. [No entiendo esa extraña división entre ataques mentales y defensas en la que insistes. Contraatacar es una parte crucial de cualquier defensa que valga la pena. Incluso un contraataque débil obliga a tu oponente a dedicar algo de tiempo y concentración a sus defensas y debilita su propio ataque].

“Supongo que sigo olvidando que los poderes psíquicos no son hechizos discretos, sino más bien una manifestación múltiple de una única habilidad holística.” Admitió Zorian. “Aun así, la represalia no tiene por qué ser mental: si pudiera detener sus ataques mentales durante el tiempo suficiente, podría simplemente darle un puñetazo o lanzarle un hechizo para que se detenga. Teniendo en cuenta que no sé nada sobre el combate telepático, esa es probablemente la opción más inteligente para mí de todos modos. Y eso me lleva a mi propuesta: quiero ver cómo se comportan mis defensas mágicas frente a tus capacidades. Voy a lanzar unos cuantos escudos mentales y tú vas a hacer lo posible por desmontarlos. ¿Qué dices?”

[La honorable matriarca me dio instrucciones estrictas sobre cuándo puedo progresar con tus lecciones] Dijo Novedad vacilante.

Sin duda, acompañada de instrucciones estrictas sobre lo que no se le permitía enseñar en absoluto. Zorian no se hacía ilusiones de que los aranea tuvieran la intención de enseñarle nada más que una pequeña fracción de sus habilidades psíquicas. Aunque los aranea parecían adorar su habilidad en cierto sentido, y trataban de fomentar su difusión entre la humanidad, era evidente que consideraban la mayor parte de ella como un secreto personal. Demonios, algunas de las cosas que la matriarca le contó implicaban fuertemente que mantenían algunas cosas en secreto incluso entre ellos, no digamos ya para los forasteros. Por no hablar de que sería bastante insensato por parte de la matriarca enseñar a Zorian a hacer algunas cosas, ya que podría utilizar rápidamente esas habilidades en contra de sus intereses. Por ejemplo, estaba bastante seguro de que Novedad había recibido instrucciones firmes de no decirle nada sobre la manipulación de la memoria, ya que eso le permitiría jugar con el paquete de memoria de la matriarca y potencialmente alimentar su información falsa.

Sin embargo, a Zorian le parecía bien. Ya había sacado más de la aranea de lo que pensaba, y en caso de que alguna vez deseara más de lo que la matriarca estaba dispuesta a proporcionarle… Bueno, había más aranea que las que estaban debajo de Cyoria, y Novedad dejó claro que no se hablaban mucho entre ellas. Si intercambiaba un solo secreto con diez grupos diferentes, podría acumular fácilmente muchos más conocimientos de los que cualquier grupo se sentiría cómodo con él… para mayor ironía, incluso podría intercambiarles un secreto que obtuviera de uno de los otros grupos con los que intercambiaba. Era un truco clásico que los ikosianos utilizaban cuando trataban con grupos tribales, y el bucle temporal sólo lo hacía más fácil.

Pero si alguna vez quería hacer algo así, necesitaba tener alguna forma de defender su mente. Tenía la impresión de que las tribus subterráneas fuera de Cyoria no eran tan amistosas como la matriarca y su tribu, y los efectos mentales se transferían a través de los reinicios. La matriarca prometió enseñarle “los fundamentos del combate telepático”, lo que él tradujo como “inadecuado para amenazarnos, pero lo suficientemente bueno para protegerse de las ratas de cráneo y de los magos mentales al azar”, así que necesitaba saber cómo le iba a la magia mental humana contra la aranea promedio.

“No estamos ‘progresando en mis lecciones’, porque no me vas a enseñar nada.” Insistió Zorian. “Es sólo un experimento. Quiero ver cómo se comportan mis hechizos contra ti.”

[Muy bien, entonces estoy totalmente de acuerdo] Novedad estuvo de acuerdo, repentinamente entusiasmada. [Pero, eh, no se te permite atacarme físicamente en respuesta, ¿de acuerdo?]

“Eso sería una especie de derrota del propósito del experimento.” Estuvo de acuerdo Zorian.

[Bien. Entonces, ¿asumimos que estoy atacando desde una emboscada o que estoy presionado por el tiempo?] Preguntó la novedad.

“¿La diferencia es?”

[Bueno, si estuviera atacando desde una emboscada, intentaría simplemente eludir tu escudo por completo mediante una habilidad superior. Es muy efectivo cuando funciona, pero es lento de preparar, así que no funciona si el objetivo no está demasiado ocupado con algo para enfrentarse a mí o no es consciente del intento. Por otro lado, si el tiempo es esencial, yo me limitaría a derribar los escudos con fuerza bruta. Es más rápido pero más costoso en maná. Ah, y es un poco difícil juzgar la cantidad exacta de fuerza necesaria para romper una defensa sin dañar también la mente que estaba defendiendo, así que… asumamos que estoy atacando desde una emboscada, ¿vale?]

“Sí, vamos.” Dijo Zorian con tono inexpresivo.

La hora siguiente fue tan frustrante como instructiva. Novedad se lo tomó todo como un juego, mejorando a medida que pasaba el tiempo, a pesar de los fútiles intentos de Zorian por perfeccionar sus defensas mediante repetidos lanzamientos y combinaciones de hechizos. Resultaba bastante embarazoso ver a la sobreexcitada y atolondrada aranea pasar por sus hechizos como si no existieran en 30 segundos. Por supuesto, esos 30 segundos le bastarían para incinerarla en la vida real, pero eso suponía que estaba en condiciones de hacerlo, y eso podría ser una suposición injustificada. ¿Y si ella estaba escondida de él? ¿Y si estaba detrás de algún tipo de protección? ¿Y si ella no era la única atacante?

Pero un poco de vergüenza valía la pena. Ahora sabía que su mejor defensa contra aranea (y otros psíquicos, supuso) era en realidad el hechizo básico de escudo mental. Otros hechizos más sofisticados no parecían poder hacer frente a los ataques telepáticos de Novedad.

[La mayoría de los hechizos que utilizabas eran muy fáciles de engañar y evitar con unas cuantas fintas y un poco de cuidado en el momento oportuno] Explicó Novedad. [Todos se basaban en simples patrones de defensa y siempre reaccionaban igual a mis ataques. Sin embargo, ese caparazón mágico con el que rodeabas tu mente… es una cosa tan burda, pero tengo que admitir que me dio problemas. No hay patrones ni nada de fantasía, sólo una barrera mental sólida e inflexible. No creo que fuera capaz de sortearla en absoluto si no hubieras estado estropeando el hechizo cada vez que lo lanzabas].

“¿Yo lo estropeaba?” Preguntó Zorian sorprendido.

[Sí. La cáscara tenía estas diminutas imperfecciones en ella que usé para pasarla. No creo que se suponga que estén ahí] Dijo Novedad.

Hmm, ¿minúsculas imperfecciones? Sonaba como un resultado normal de un límite de hechizo habitual. Muy pocos magos podían lanzar un hechizo de forma impecable, y rara vez lo necesitaban; las pequeñas imperfecciones rara vez importaban, a menos que se tratara de circunstancias muy especiales.

Al parecer, ésta era una de esas circunstancias especiales. Zorian reprimió un suspiro: ya podía oír la voz fantasmal de Xvim en su cabeza dándole lecciones sobre los fracasos de los magos de hoy en día y la necesidad de practicar hasta poder hacer los hechizos bien en lugar de lo suficientemente bien.

En retrospectiva, sólo estaba buscando problemas con esa línea de pensamiento.

* * *

Cuando Zorian llegó a su sesión semanal con Xvim, esperaba que Xvim le diera una hora de sus habituales tonterías… que en esta reanudación en particular significaban tomar un manojo de palos finos e intentar incinerar uno de ellos sin chamuscar el resto o quemarse la mano en el proceso. Hay que admitir que Xvim le miraba fijamente cuando entró, pero Xvim hacía muchas cosas realmente extrañas durante sus sesiones.

Zorian ni siquiera había tomado asiento antes de que Xvim decidiera hablarle.

“He oído que has estado lanzando bolas de fuego.” Dijo Xvim. “¿Es eso cierto?”

Zorian se detuvo a la fuerza para no fruncir el ceño ante el hombre. Que hiciera un comentario así nunca era una buena señal: a Xvim nunca le impresionaba nada de lo que hacía Zorian, así que sin duda encontró algo objetable en su práctica de combate con Taiven. ¿Cómo demonios se había enterado el hombre de eso?

La cara de Xvim no le decía nada, y Zorian ya había intentado usar su rudimentaria empatía con él en vano, tratando de ver qué era lo que movía al molesto hombre. Xvim tenía un increíble control sobre sus emociones, y prácticamente nada le hacía tambalearse o le ponía de los nervios.

“Puedo lanzar el hechizo, sí.” Dijo Zorian con cuidado, como si hablar más despacio le ayudara a eludir el campo de minas que Xvim le había preparado con su pregunta. “Es cierto que sólo a la mínima potencia, pero…”.

“Entonces, eso es un no.” Dijo Xvim con tono inexpresivo. Lo miró fijamente, como si desafiara a Zorian a contradecirlo. Afortunadamente, Zorian era demasiado sabio como para alterarse por las declaraciones de Xvim en ese momento, así que se limitaron a mirarse en silencio durante unos instantes. Finalmente, Xvim rompió la mirada con un suspiro exagerado. “Los magos de hoy en día, siempre se apresuran a hacer las cosas a medias. Esperaba algo mejor de ti. No hay nada malo en interesarse por la magia de combate, pero ir inmediatamente a por el hechizo más llamativo y mejor valorado a tu alcance no es aconsejable. Una bola de fuego a medias no es una bola de fuego. Deberías haberte concentrado en construir una base sólida hasta poder hacerlo bien.”

“Bueno.” Dijo Zorian con calma, “Entonces, ¿Por qué no me enseña cómo se hace?”

En respuesta, Xvim sacó sin palabras una pila de cartas de su cajón y se las lanzó. Zorian las atrapó instintivamente antes de que pudieran chocar con su cabeza, demasiado acostumbrado a sus travesuras como para sorprenderse de la jugada.

“¿Cartas?” Preguntó, dándoles la vuelta en sus manos. Parecían naipes normales, salvo que sus caras habían sido sustituidas por cuadrados, líneas, círculos y otras formas geométricas.

“Cartas.” Confirmó Xvim. “Específicamente, cartas hechas de material que absorbe el maná. Los signos aparentemente ornamentales de las esquinas expulsan todo el maná que recogen las cartas, irradiándolo a los alrededores. Se necesita mucho maná para afectarlas de alguna manera.”

“¿Y yo las afectaré?” Adivinó Zorian.

“Lo intentarás, estoy seguro.” Dijo Xvim, reacomodando con precisión las plumas en su mesa en lugar de mirar a Zorian. “Son muy difíciles de afectar para magos de tan escasas habilidades como las tuyas. Para abreviar la historia, intentarás quemar las formas pintadas en las cartas, y sólo las formas. Puedes empezar cuando te sientas preparado.”

Zorian miró las cartas por un momento. Sospechaba que sabía cuál era el objetivo de este ejercicio: tenía que usar mucho maná, y tenía que usarlo al instante o los glifos de las esquinas simplemente irradiarían su maná. Ese era más o menos el reto básico de toda la magia de combate: dar forma a una gran cantidad de maná rápidamente sin estropear demasiado el límite del hechizo.

Así que respiró hondo, eligió la carta que le pareció más fácil (era sólo un círculo en el centro, ¿qué tan difícil podía ser?) y vertió una buena cantidad de maná en su primer intento.

Aparte de que los glifos de las esquinas brillaron un poco, no ocurrió nada.

Maldita sea. Esto podría ser un poco más difícil de lo que pensó que sería.

* * *

Después de fracasar en su intento de afectar a las cartas unas cuantas veces y de pasarse y quemar unas cuantas cartas hasta hacerlas cenizas, quemándose los dedos en el proceso, Zorian consiguió finalmente quemar unas formas borrosas que estaban claramente inspiradas en lo que se había dibujado en ellas en lugar de ser un agujero irregular quemado en el centro de la carta. Como era de esperar, Xvim tenía cosas muy despectivas que decir al respecto.

Finalmente, Zorian se quedó sin maná y tuvo que parar. ¿Qué clase de ejercicio de modelado era tan intensivo en maná que se podía agotar mientras se practicaba? Los de Xvim, por lo visto. Sin embargo, en lugar de mandarlo a paseo, Xvim procedió a sermonearlo sobre la forma correcta de reunir el maná ambiental. Al parecer, había una forma de asimilar el maná ambiental más rápido si te sentabas completamente quieto y te concentrabas en no hacer absolutamente nada más. Así que no era muy útil, pero probablemente era crucial si pretendía completar el nuevo ejercicio de Xvim en un tiempo razonable.

Entonces, como comentario de despedida, Xvim comentó casualmente que iban a continuar su lección mañana. El hecho de que mañana ni siquiera fuera un día de clase no molestó a Xvim en lo más mínimo.

“Bien.” Concluyó Xvim. “Tenemos un día entero, entonces. Necesitaremos el tiempo por lo que he visto hoy.”

No fue un hecho aislado. A partir de ese día, Xvim insistió en las sesiones de práctica todos los días, acaparando todo el tiempo libre que tenía Zorian. ¿Por qué Xvim decidió de repente hacer eso, cuando normalmente nunca interactuaba con él fuera de sus horarios de reunión asignados? No sé si Zorian lo sabía. Sin embargo, era ciertamente molesto.

Por su parte, los aranea tenían sus propias frustraciones. Intentar localizar al hombre que contrató el grupo de Taiven para recuperar el reloj resultó bastante fácil, pero acceder a él fue todo lo contrario. Además de ser bueno rompiendo y analizando guardias, el hombre también era bueno construyéndolas, y además era un mago muy capaz. Los aranea perdieron a dos de sus miembros tratando de acorralarlo y finalmente renunciaron a él para ese reinicio en particular, centrándose en otras pistas por el momento.

Aun así, hicieron todo lo posible para contrarrestar a los invasores durante el festival de verano.

Los dos reinicios siguientes fueron muy parecidos: los aranea recopilaron información sobre los invasores, a veces pidiendo a Zorian que hablara por ellos si tenían que interactuar con alguien abiertamente, e iniciaron una campaña limitada de asesinatos entre los cultistas y otros colaboradores de la invasión que consiguieron identificar. Zorian aprendió magia de combate, artes mentales aranea y trató de sobrevivir a las lecciones de Xvim sin golpear al hombre en la cara. Sus esfuerzos fueron dando sus frutos, ya que la invasión se volvía más y más descabellada con cada reinicio posterior, y la matriarca esperaba que su misterioso tercer viajero del tiempo apareciera pronto.

La mayor sorpresa para Zorian, fue que Novedad recordaba realmente sus interacciones en reinicios anteriores. Al parecer, la matriarca no estaba monopolizando la transferencia de memoria como Zorian pensaba que haría, sino que le estaba dando recuerdos de 6 araneas diferentes en ese paquete de memoria suyo. Novedad, siendo algo así como la entrenadora personal de Zorian a estas alturas, se consideraba lo suficientemente importante como para ser incluida en esa compañía de élite, algo de lo que la joven araña estaba muy satisfecha.

Ssin embargo, ahora Zorian sentía que era hora de cambiar de ritmo. Dos reinicios llenos de Xvim eran suficientes para él, y Taiven le había enseñado la mayor parte de lo que sabía sobre la magia de combate de todos modos.

Llamó a la puerta del despacho de Ilsa y esperó a que le invitara a entrar.

* * *

“Buenos días, señor Kazinski.” Dijo Ilsa con un toque de diversión. “No le esperaba hasta el viernes. Supongo que habrá oído algunas historias sobre su mentor.”

“No, ya sé qué clase de persona es Xvim. No es por eso que estoy aquí.” Dijo Zorian. “No, estoy aquí porque quiero aprender a teletransportarme.”

Ilsa parpadeó sorprendida. “Eso es… bastante ambicioso. Dejando de lado la cuestión de por qué debería dedicar mi tiempo a enseñarte eso, ¿qué te hace pensar que eres capaz de lanzar un hechizo así? Incluso el más simple de los hechizos de teletransporte es muy difícil.”

“Una pregunta justa.” Admitió Zorian. “¿Qué tal una demostración?”

“Por supuesto.” Rió Ilsa, indicándole que siguiera adelante. Zorian no necesitaba empatía para ver que no creía que fuera capaz de impresionarla.

Pues bien, reto aceptado.

Cada ejercicio difícil de conformación, cada hechizo complicado que aprendió durante los últimos dos años en el bucle temporal, los exhibió todos. A cada prueba escrita o pregunta teórica que ella le planteaba, él respondía con una respuesta perfecta, a veces porque conocía el tema de verdad y otras porque ella solía hacer las mismas preguntas cada vez que intentaba impresionarla. Y entonces, cuando ella aún se tambaleaba al darse cuenta de que él era lo suficientemente hábil como para graduarse en la academia en ese mismo momento si así lo deseaba, sacó varios objetos mágicos de su mochila y comenzó a explicarle sus experimentos con fórmulas de hechizos. Aunque no era una profesora oficial de fórmulas de hechizos, Zorian sabía por sus anteriores reinicios, que tenía muy buenos conocimientos en la materia, y podía apreciar la dificultad de las hazañas que le estaba mostrando.

“Me sorprende que no hayas solicitado un traslado a un grupo de nivel 1 con este tipo de habilidades.” Comentó Ilsa cuando finalmente terminó.

Ah, sí, los grupos de nivel 1: la respuesta de la academia a los estudiantes demasiado avanzados para el plan de estudios normal. Lamentablemente, el prestigio de pertenecer a uno de esos grupos significaba que mucha gente hacía todo lo posible por colocar a su hijo en uno de ellos, y eso significaba que las lecciones reales no podían ser mucho más avanzadas que las normales, pues de lo contrario toda la gente que compraba o arreglaba de alguna manera su presencia allí no podía seguir el ritmo. Zorian había oído todo tipo de cosas sobre esos grupos, buenas o malas, pero la imagen general parecía ser la de un grupo de trepadores sociales que miraban por encima del hombro a los demás. Nada de lo que Zorian quería formar parte.

“Creo que puedo hacer más cosas a través del estudio independiente.” Dijo Zorian. “Si realmente pensara que sus clases no tienen nada que ofrecerme, simplemente me examinaría.”

“No te precipites.” Advirtió Ilsa. “Estoy segura de que los recursos de la academia te serán útiles durante un año más. No estás tan avanzado.”

A la academia no le gustaba que la gente se pusiera a prueba. Se enorgullecían públicamente de poder ayudar incluso a los magos adultos, y no digamos a los niños superdotados. Graduarse antes de tiempo implicaba que al estudiante no le quedaba nada por aprender de la academia, y se consideraba una especie de bofetada en la cara por parte del estudiante. Tampoco te devolvían el dinero por terminar antes de tiempo.

En definitiva, Zorian no tenía intención de hacer la prueba, pues no conseguiría nada, salvo crear mala sangre entre él y la academia. Sin embargo, siempre le parecía que lanzar algunas amenazas ligeras en las negociaciones ayudaba a que la otra parte lo tomara más en serio.

Ilsa siguió pensando en silencio durante un rato, golpeando rítmicamente su lápiz sobre una carpeta llena de pruebas escritas que Zorian había rellenado rápidamente antes en la reunión. Zorian no la interrumpió, aunque consideró que el largo silencio era una mala señal. Lo más probable es que este intento fuera un desperdicio y que tuviera que intentar otro enfoque en la próxima vez.

“Muy bien, esta es mi oferta.” Dijo Ilsa de repente. “Transferiré tu tutoría de Xvim a mí. Te instruiré en aspectos avanzados del ilusionismo, la alteración, la animación y el conjuro. Si me impresionas con tu dedicación, incluiré hechizos de dimensionalismo menores en esa lista, y si demuestras ser hábil con ellos… entonces te enseñaré el hechizo básico de teletransporte.”

Zorian parpadeó. ¿Qué? Eso era mucho más de lo que había pedido. No es que se quejara, pero…

“Eso sonó mejor de lo que esperaba.” Dijo Zorian. “¿Cuál es la trampa?”

“Bueno, en primer lugar, espero que seas mi asistente personal.” Dijo Ilsa. “Llevo dos años intentando conseguir uno, pero el director se niega a pagar su sueldo y encontrar una persona capacitada dispuesta a trabajar gratis es sorprendentemente difícil. De todos modos, te encargarás sobre todo de la gran cantidad de exámenes y deberes que recibo cada día, y puede que también te pida que te encargues de algunas de mis tareas de enseñanza a las clases de primer año. O cualquier otra tarea aleatoria que se me ocurra y que considere inferior a mí, en realidad.”

Molesto, pero un precio justo para lo que ofrecía. De hecho, todo esto sonaba notablemente como-

“Y te convertirás oficialmente en mi aprendiz.” Continuó Ilsa. “Si voy a enseñarte magia avanzada y a confiarte mi trabajo, quiero tener algún tipo de control legal sobre ti.”

…así. Normalmente, Zorian se mostraría muy receloso de firmar un contrato de aprendizaje con alguien a quien apenas conocía, teniendo en cuenta que su principal objetivo era fastidiar al aprendiz si iba en contra de su acuerdo con su mentor, pero este contrato sólo iba a durar hasta el final del reinicio, así que qué demonios.

“Ah, y tú asumirás el cargo de delegado de clase de tu grupo.” Dijo Ilsa de repente.

Zorian dio un respingo. No sólo era un trabajo ingrato y horrible, sino que además ya estaba ocupado.

“Akoja va a quedar destrozada.” Murmuró Zorian. Se sentía un poco mal por haberle robado el puesto, sobre todo porque en realidad no lo quería en primer lugar, pero no había manera de que perdiera esta oportunidad.

Ilsa se rió. “Zorian, la razón por la que te doy el puesto es que Akoja ya no lo quiere. Dice que odia el puesto, que todo el mundo la rechaza por ello y que debería dárselo a otra persona. Por desgracia, no he recibido ninguna oferta para cambiarla. Al menos, no de nadie de confianza.” Miró a Zorian con complicidad. “Tú fuiste una de las personas que ella recomendó para el puesto, pero ni siquiera me molesté en preguntártelo. Todo lo que había oído sobre ti sugería que no aceptarías el puesto.”

“Y tenías toda la razón.” Aceptó Zorian, todavía un poco conmocionado. ¿Akoja no quería ser la delegada de la clase? ¡Pero la chica vivía para esas cosas! Y de todos modos, si no quería hacerlo entonces ¿por qué lo realizaba con tanta dedicación? Si Zorian estaba atrapado en un trabajo que odiaba, haría lo menos posible, o incluso lo estropearía deliberadamente para que Ilsa se sintiera presionada a sustituirle lo antes posible. ¿Por qué no podía hacer lo mismo Akoja? “La única razón por la que acepto esto ahora es porque tu oferta es muy buena.”

“Entonces, ¿tenemos un trato?” Preguntó Ilsa para confirmarlo.

“Sí, pero tengo una pregunta y una demanda.” Dijo Zorian. “Primero, ¿por qué quieres enseñarme esas materias en particular? Y segundo, quiero aprender el hechizo de teletransporte antes del festival de verano.”

“Dudo de alguna manera que consigas dominar los prerrequisitos del hechizo de teletransporte en poco menos de un mes.” Dijo Ilsa. “Pero en el caso muy teórico de que lo hagas, no tengo ningún problema en satisfacer tu demanda. ¿Por qué te empeñas tanto en ese hechizo?”

“Es un poco mi sueño poder hacerlo.” Se encogió Zorian. “En mi mente, el teletransporte siempre ha sido uno de los ejemplos de lo que un mago adecuado debería ser capaz de hacer.”

“Interesante. Por curiosidad, ¿qué otras cosas puede hacer un mago de verdad?” Preguntó Ilsa.

“Hacer un campo de fuerza, crear un objeto mágico, producir una bola de fuego, reparar objetos rotos y volverse invisible.” Dijo Zorian. “Ya puedo hacer las cuatro primeras, y la quinta es ilegal sin permisos especiales.”

De todos modos, él ya estaba trabajando en la adquisición de un hechizo de invisibilidad, pero ella no tenía por qué saberlo.

Ilsa le dirigió una mirada cómplice y Zorian habría temido que estuviera leyendo sus pensamientos si no estuviera seguro de poder detectar cualquier intrusión casual en su propia mente.

“Para responder a tu primera pregunta, elegí esas disciplinas porque son mi especialidad.” Dijo Ilsa. “Lo correcto es que un aprendiz aprenda la especialidad de su maestro, ¿no es así?”

“Claro.” Aceptó Zorian. “Sin embargo, no estoy seguro de qué tienen en común todas esas cosas. ¿No se supone que las especialidades son más específicas?”

“Bueno, cuando era una joven maga, yo también tenía un pequeño sueño.” Dijo Ilsa. “Concretamente, quería dominar la conjuración verdadera.”

Zorian parpadeó. “¿Como la creación de materia real de la nada? ¿No es eso un mito?”

“Esa es la postura actual de la Academia, sí.” Convino Ilsa. “Las fuentes anteriores al cataclismo afirmaban que los magos poderosos podían realizar la hazaña, pero todos los hechizos para hacerlo se han perdido y nadie ha sido capaz de recrearlos en los tiempos modernos. Muchos magos creen que nunca existieron y que los registros antiguos están inventando cosas o describiendo algo distinto a la creación real de materia. De todos modos, cuando era una joven maga, mi sueño era recrear esos hechizos, así que estudié todo lo que creía que podía ser un camino hacia ese objetivo. El conjuro moderno consiste básicamente en crear ilusiones sólidas, así que era algo natural empezar con el ilusionismo y luego progresar hacia el conjuro. Y luego, como el verdadero conjuro implica trabajar con materia real, pasé a los hechizos de alteración que se ocupan de la fabricación de objetos.”

“Y… ¿tuvo algún éxito?” Preguntó Zorian con curiosidad.

“Depende de tu definición de éxito.” Se encogió Ilsa. “Mi objetivo final era diseñar un hechizo que convocara material de otro lugar, sin que el lanzador tuviera que saber exactamente de dónde procedían los materiales. Así era como imaginaba que los antiguos ikosianos podían “fingir” la creación de materia. Más o menos lo conseguí, pero el hechizo que hice sólo funciona en una sala especialmente preparada y el coste de maná del hechizo varía mucho de un lanzamiento a otro, dependiendo de lo que esté intentando conjurar. Y hubo un incidente embarazoso con la parte de la creación de oro del experimento, en el que se robaron unas monedas antiguas de un museo cercano…”

Sacudió la cabeza. “Una historia para otro momento. De todos modos, tengo que ir pronto a clase. Prepararé un contrato de aprendiz para que lo firmes mañana, así que asegúrate de pasarte cuando tengas tiempo.”

* * *

Los siguientes cinco reinicios fueron tan agitados como aburridos. Agitados en el sentido de que siempre había algo que hacer, y aburridos en el sentido de que poco era realmente novedoso. Mejoró constantemente sus diversas habilidades, los aranea se estaban volviendo muy hábiles para contrarrestar a los invasores de diversas maneras, y Zach parecía haber aceptado finalmente que algo muy inusual estaba sucediendo en el fondo, y que no era causado por él.

Había pocas posibilidades de que Zach identificara a Zorian como el causante de los cambios, ya que la mera magnitud de los mismos tendía a ahogar todo lo que Zorian hacía personalmente. La aranea siempre comenzaba cada reinicio de forma muy agresiva, dando pistas anónimas al departamento de policía de Cyoria, asesinando a algunas personas e incluso difundiendo algunos rumores por ahí. El resultado era que para cuando Zorian entraba en su primera clase, los cambios ya se habían propagado por toda la ciudad, profesores y alumnos de la academia incluidos. Zach no parecía sospechar que Zorian fuera el causante final, ni ningún otro compañero de clase.

Zorian empezaba a estar de acuerdo con Zach en ese sentido: fuera quien fuera el tercer viajero del tiempo, desde luego no estaba en su clase. Zorian había hablado con todos ellos mediante diversas excusas, ayudaba el hecho de que había pasado los últimos cinco reinicios como nuevo representante de la clase, así que tenía muchas excusas para ello, utilizando su empatía, que mejoraba poco a poco, para ver si reaccionaban con asombro o sorpresa cuando soltaba algunas de las frases más sugerentes que sólo tendrían sentido para una persona que viajara en el tiempo. No encontró nada que implicara a ninguno de ellos.

En general, las cosas iban bastante bien en opinión de Zorian. El último reinicio fue especialmente bueno en lo que respecta a Zorian: por fin había conseguido aprender el hechizo de teletransporte de Ilsa, Zach estaba empezando a ser inteligente a la hora de contrarrestar a los invasores en lugar de simplemente intentar enfrentarse a todos con sus habilidades de combate, y el último intento de invasión no consiguió conquistar el edificio principal de la academia ni los refugios de los estudiantes porque los aranea consiguieron de alguna manera influir en la dirección de la academia para que ajustaran su esquema de protección.

Pero la matriarca se estaba impacientando. Algo la ponía más y más nerviosa con cada reinicio, y se negaba a decirle qué era, dando excusas poco convincentes cada vez que él le preguntaba. Parecía estar concentrando la mayor parte de sus energías en algún tipo de proyecto personal, que ella describía como “recopilación de información” y “seguimiento de una corazonada”, y los resultados que estaba obteniendo la perturbaban claramente. Zorian sospechaba fuertemente que había descubierto algún tipo de información vital sobre la naturaleza del bucle temporal, y ella se negaba a compartirla con él por alguna razón. Sinceramente, se sentía un poco amargado por ello. ¿Qué podría ser más inquietante que lo que ya sabían sobre el fenómeno?

En cualquier caso, la matriarca insistió en que había que encontrar al tercer viajero del tiempo, y cuanto antes mejor. Una vez que Zorian confirmó que no estaban en su clase, se convenció de que, al igual que Zach, ni siquiera estaban presentes en la ciudad la mayor parte del tiempo. Con toda probabilidad, se limitaron a dar información crítica a los invasores al comienzo de la reanudación y luego se fueron a hacer lo suyo. Si querían llamar su atención, la invasión probablemente tendría que ser un fracaso espectacular.

En consecuencia, la matriarca trazó su plan para el próximo reinicio, uno que definitivamente sería imposible de ignorar…