Capítulo 27

La Mazmorra y el Maestro Cruel 7

Un vasto campo lleno de muerte y destrucción, espadas, lanzas, escudos, esqueletos, cuerpos de soldados, todo en conjunto con las marcas que mostraban la fuerza de la explosión que las origino y llamas se extendían hasta donde alcanzaba su vista.

Sentía el ardor producto de las quemaduras por fuego mesclado con el dolor de las flechas incrustadas en su cuerpo mientras se arrastraba en la tierra negra, llena de energía maligna signo de los muertos, el humo del fuego que ardía en todo el campo de batalla chocaba contra ella llevado por las ráfagas de viento que junto con el negro y estruendoso cielo eran un preludio de tormenta.

Su mano estirada en un intento desesperado de agarrar lo que evidentemente se encontraba muy lejos.

En la cima de una péquela colina podía ver un cuerpo arrodillado, espadas y lanzas atravesaban su cuerpo sirviéndole de soporte para no caer completamente en medio de un mar de fuego, oculto dentro de una cortina de negrura.

En su corazón el dolor de perder a esa persona era mayor al dolor físico que sentía, mientras que pronunciaba su nombre débilmente, tan débil que se perdía en el viento al punto que no pudo escucharlo ni ella misma.

Fue entonces que despertó con lágrima saliendo de sus ojos mientras su mano se encontraba estirada tal cual en el sueño intentando llegar al techo de la habitación, mientras su desnudo cuerpo era cubierto por la suave sabana, blanca y suave, tan suave que se resbalaba sin esfuerzo de su piel.

El sueño aun seguía vivo dentro de su mente, las emociones y el dolor que sintió se quedaron grabados dentro de ella haciendo que se contraiga, acercando sus rodillas a su pecho mientras sus brazos se juntaban entre estos y las lágrimas ahora acompañadas de sollozos se abrían camino a través de sus ojos cerrados con fuerza, mostrando el gran dolor que sentía.

Fue entonces que sintió una mano acariciar su cabeza, al abrir los ojos la recibió el rostro de Kai, quien la miraba con ternura.

— ¿tan mal sueño tuviste? — Kai pregunto con ternura y preocupación.

— uhmm — Kristin respondió con un simple sonido mirándolo con sus azules ojos vidriosos por las lagrimas que se escapaban de estos.

Entonces Kai la tomo y la acerco a su pecho, en un intento de calmarla abrazándola con fuerza.

  • ••••

El sol ya se había intensificado en el cielo y Kai sintió un pequeño forcejeo de Kristin por salir de sus brazos, por lo que la soltó y esta se alejo  saliendo de la cama arrastrando la blanca sabana con ella, dándole una sensual vista a Kai de su espalda y glúteos desnudos mientras cubría su frente con la blanca sabana.

El destino de Kristin era la jara de agua ubicada en la mesa más lejana de la cama.

— Deberías arreglarte… — dijo Kristin luego de tomar un vaso lleno de agua— pronto vendrán a buscarte

— ¿ya estas mejor?

— sí, perdona… no sé que me paso — respondió Kristin quien simplemente volvió a mirarlo de reojo un breve momento dándole aun la espalda — yo limpiare todo aquí he iré a donde el maestro Yujel, puede que haya encontrado algo

— De acuerdo, entonces te veré en la tarde — respondió Kai acercándose lo suficiente para besar la parte de atrás de su cabeza, entonces el cuerpo de Kristin tembló y Kai logro sentirlo.

— ¿no estarás con los cadetes todo el dia?

— Ayer solo fue un saludo especial, una prueba, todo aquel que se presente hoy la habrá aprobado… — dijo mientras cogía sus prendas y se vestía — ahora solo los instruiré por la mañana

Kai entendió que Kristin no quería verlo, no sabía porque, pero era claro  que no quería verlo en estos momentos por lo que se apresuro en arreglarse.

— Entonces en cuanto puedas ve a la casa del maestro… — dijo Kristin aun de espaldas.

— de acuerdo, eso hare — contesto Kai abriendo la puerta para abandonar la habitación.

El corazón de Kristin se estrujaba de dolor con cada paso que escucha alejarse, pero el dolor al verlo era aun mayor…

•••••

Por mucho que Kai se intentaba concentrar en el entrenamiento de los cadetes, no lo lograba, su mente por momento repasaba todo acontecimiento que paso con Kristin, en busca de algo que pudiera ocasionar que ella no soportara estar más con él.

El entrenamiento consistía en una serie de golpes frontales, formando  filas y columnas perfectamente alineado, los cadetes daban puñetazos, sus piernas separadas en una clásica posición de entrenamiento de karate.

Kai observaba sus posiciones buscando defecto en la ejecución del ejercicio o al menos esa era su intención, pero su mente no estaba concentrada lo suficiente y él lo sabía muy bien.

En busca de un cambio, con la intención de volver a sus sentidos  y enfocarlos al entrenamiento escogió al cadete con los peores resultados para un combate.

Kai se encontraba completamente a la defensiva brindando consejos para realizar un ataque exitoso, forma correcta de cómo concentrar toda la fuerza, el movimiento de cadera para fortalecer el golpe, posición de las piernas entre otros detalles.

De pronto sus sentidos captsaron la puerta de su habitación abrirse la cual se encontraba a tan solo unos metros del centro del patio.

Por un momento prolongado sus sentidos se enfocaron en Kristin, esperando que Kristin dijera algunas palabras, una despedida, un adiós, un saludo, algunas palabras… cuales fueran no importaba para él…

Pero solo escucho el puño del cadete impactar contra su rostro, el crujir de sus dientes por la fuerza y el sabor de la sangre.

A pesar que nunca despego la vista de su oponente, su mente se encontraba en otro lugar.

La fuerza del golpe fue suficiente para mover si cabeza hacia un costado, pero su cuerpo… por el entrenamiento había adsorbido completamente el impacto evitando que este saliera volando hacia atrás.

Todos los cadetes detuvieron su acción asombrados de que Kai haya recibido el golpe directamente.

Aquel instructor, del cual ninguno había logrado atravesar su defensa, ahora se encontraba escupiendo sangre.

El contrincante, más que alegrarse de su logro, instintivamente trago saliva mientras se encontraba estático en su lugar.

— Buen trabajo — dijo Kai tocando el hombro del cadete — ahora regresa a la formación

El cadete simplemente asintió con la cabeza y regreso a la formación, entonces todos continuaron el ejercicio.

Como guerreros ellos podían claramente darse cuenta que Kai no se encontraba con ellos en mente, pero nadie dijo una palabra, todos sabían que existía una relación entre Kai y la hermosa aventurera Kristin, a pesar de su mala fama como Banshee, Kristin era considerada como una de las mujeres más hermosas de la ciudad y muy frecuentemente se escuchaba a muchos hombres nombrarla durante su borrachera proclamando que la conquistarían, por ello se habían vuelto tema de conversación entre los cadetes y soldados los cuales frecuentaban las cantinas con mayor frecuencia que un aventurero.

Para ellos era obvio que la razón era Kristin, pero aun así  ninguno se atrevió a poner palabras en sus bocas.

•••••

Kristin no entendía sus propias acciones, su cuerpo comenzaba a temblar con aquel sueño, para ella era obvio que no era normal, había tenido cientos de pesadillas antes, podía decir sin exageración que durante muchos años no hubo una sola noche que no despertara aterrada por ellas, pero esta vez era diferente, muy diferente.

En algún momento había llegado a donde Yujel e incluso abierto la puerta y entonces vio a Yujel de frente  el cual iba a su encuentro, pero entonces noto algo extraño en Kristin.

Estaba completamente pálida como un pergamino y con sus manos temblando.

— ¿Kristin que paso? — pregunto Yujel mientras la sujetaba de los hombros, tenía la sensación de que esta caería al suelo en cualquier momento.

— estoy bien solo tuve un muy mal sueño — respondió mientras que Yujel la dirigía al asiento.

Al escuchar la palabra sueño Yujel se detuvo y cambio de expresión.

— ¿Sueño?… — pregunto, entonces la obligo a tomar asiento — ¿Qué viste en tu sueño? — pregunto con un rostro completamente serio.

Kristin noto el cambio en su maestro y le pareció sospechoso, aun así respondió a su pregunta contándole todo, hasta el último detalle.

— ¿sabe qué significa? — Kristin pregunto con ojos llenos de temor.

— Quien sabe, tal vez solo fue un sueño… — respondió Yujel desviando la mirada y alejándose.

Para Kristin que había pasado muchos años bajo su tutela, le era evidente la mentira de Yujel, era obvio que algo ocultaba. Cogiéndolo de un brazo evitando que escape volvió a insistir.

— Por favor maestro debo saber… — Kristin insistió con lágrima en los ojos.

Yujel era completamente vulnerable ante las lágrimas de Kristin, la conocía desde pequeña, era prácticamente la nieta que nunca tuvo.

— Yujel suspiro pesadamente — entiendo… — acariciando su cabeza continuo hablando — esta noche te quedaras aquí, usare el cristal de comunicaciones y hablaremos junto con Nasha

Kristin no entendía la razón por la cual su segunda maestra tendría que estar presente, pero asintió con la cabeza indicando que entendía.

— por ahora enfoquémonos en Kai, hay mucho que debemos leer

— ¿leer? — pregunto confundida.

— Logre descifrar la información de ayer, no creerás la cantidad de bendiciones — Yujel contesto subiendo las escaleras después de tomar  libros de la recepción.

•••••

El entrenamiento había terminado incluso antes del medio dia, pero Kai no se dirigió a la residencia de Yujel, había vuelto a la habitación luego de comer en el comedor de la guarnición.

Esta se encontraba completamente en orden, tal cual como se la habían entregado.

Acostado en la cama cerró los ojos, a pesar de no estar cansado los cerro buscando un breve descanso, no, de hecho era más como un intento de escusa para no ir a donde Yujel, la razón era clara, aun no había logrado entender el motivo de la reacción de Kristin.

Por mucho que lo intentaba no lograba comprender y la intranquilidad junto con ansiedad apareció dentro de él.

Al darse cuenta, Kai se puso de pie y comenzó a combatir en su mente contra toda clase de monstruo, moviendo su cuerpo y atacando como si su enemigo se encontrara ahí.

En su mundo, este entrenamiento mental lo realizaría con personas como oponentes, pero en este mundo se había enfrentado más a monstruos que personas, por lo que cambio de oponentes intentando ambientar su mente al combate.

Había perdido la cuenta de cuantos monstruos derroto mentalmente, su cuerpo mostraba señales de cansancio, el fuerte sol del medio dia ya había pasado hace mucho dando paso a los cálidos rayos previos al ocaso. Sin darse cuenta había pasado demasiado tiempo.

Entonces se escucho un campanazo, era la campana de la iglesia la cual solo se encontraba a unas cuadras del cuartel y  más delante de esta, se encontraba la zona de ejecución.

Kai sabia por Kristin que la campana solo sonaba en cuatro ocasiones y en cada una sonaba diferente, durante una boda su sonido era consecutivo y en ritmo alegre, durante una misa esta sonaba repetidamente en intervalos de unos cuantos minutos, indicando que la misa comenzaría pronto.

Durante un ataque enemigo sonaba desesperada junto con las demás campanas ubicadas por la ciudad.

Por último… sonaba durante una ejecución, en esta ocasión solo sonaba tres veces, el tercer campanazo anunciaba el deceso del  sentenciado.

El primer campanazo que escucho indicaba que el sentenciado había subido a la tarima de ejecución. Kai escucho atentamente y el segundo campanazo llego, indicando que el sentenciado había terminado sus últimas palabras. Sin esperar mucho se escucho el tercer campanazo.

Alguien había muerto…