¡Suaak!
Una grieta espacial dimensional se materializó ante mí y un brazo blanco comenzó a extenderse desde ésta.
El tiempo mismo se había ralentizado a tal nivel que sólo 0.0001 segundos habían pasado.
Chiiiiiic
Cuando la grieta comenzó a ensancharse, una criatura humanoide transparente y blanca salió de allí. Aunque eso se movía bastante despacio, era mucho más rápido que todo lo que estaba sucediendo a su alrededor.
La Lanza de Longinus de Uriel todavía tenía que avanzar un centímetro cuando ese ser blanco hizo su avance en la habitación.
La razón por la que yo podía ver cualquier movimiento se debía a la trampa espacio tiempo de Lena.
Aunque mis movimientos no eran capaces de igualar la velocidad de mis pensamientos, con la trampa yo al menos estaba consciente.
‘Hm, ¿seré capaz de lanzar un hechizo en este momento? ¡Congelar!’
Empujé mi voluntad hacia la red de Sephiroth.
Chawwaaa
De acuerdo a mi voluntad, todo a mí alrededor cayó en el cero absoluto, mientras se extendía a esa nueva llegada.
¡Pak!
Sin embargo, con un sólo movimiento de su mano, mi voluntad se dispersó.
‘Ah, ¿esa es su habilidad de Lavado de Cerebro? Hasta logró confundir a la red de Sephiroth’.
Sí, el ser que apareció desde el espacio era Metatrón. Sus poderes eran la manipulación del espacio tiempo, así como el Control Mental.
También había un poder adicional el cual Máquina sospechaba era una especie de habilidad de copiar magia.
Metatrón rápidamente se acercó a mí y me inspeccionó profundamente. Era obvio que él estaba bastante interesado en un ser que por primera vez había logrado contraatacarlo bajo la influencia de su parada del tiempo.
«Hmm… ¿qué eres? No creo que haya sido el pequeño juguete del Padre del Cielo lo que logró atacarme, ¿así que fuiste tú quien lo hizo?»
Metatrón procedió a tocar e inspeccionar todo mi cuerpo.
‘¡Ugh! Este tipo realmente me pone de mal humor’.
Cuando sus manos frías me tocaron por todas partes, luego procedió a arrancar uno de mis brazos.
«Hmm… no es un humano, tampoco un monstruo, qué tipo tan extraño».
Metatrón luego llevó su dedo a mi brazo cortado y probó mi sangre.
«Qué interesante, llevaré este brazo conmigo como recuerdo. Oh, por cierto, ¿has visto alguna señal de Abbadon? Es la primera vez en un tiempo que me siento tan cerca de ella».
Ignorando el increíble dolor, presione mi voluntad para conectarme con la red de Sephiroth.
‘¡Acelerar! ¡Acelerar! ¡Acelerar!’
Todas las partículas en la habitación, excepto cierta área alrededor de Metatrón se aceleraron y pude arrebatarle el control del tiempo.
“¡Tos! ¡Bastardo!»
Dado que nuestros roles ahora estaban invertidos, fue Metatrón el que estaba congelado. Aun así, aprendí de la peor manera que la sangre de un Dios era dorada mientras brotaba de mi hombro cortado.
Arrebatando mi brazo de regreso, lo coloqué contra mi hombro y comencé a sanarlo. Me había tomado bastantes segundos dolorosos antes de haber logrado conectarme con la red de Sephiroth.
«¡Hmph!… una vez que mi brazo esté completamente curado, me ocuparé de él. Lena, prepara algunas Trampas Mágicas”.
«¡Entiendo!»
Después de haberlo atrapado en 10000 capas de Trampas Mágicas, después procedí a cortar su cuerpo en diferentes piezas y las rodeé con el escudo Rohim. A pesar de haber llegado tan lejos, estaba seguro de que Metatrón no moriría, incluso si el flujo del tiempo era restaurado.
«¿Dijiste que era la cabeza la que arrojaba toda la magia?»
«Cierto, de acuerdo con Máquina el resto de su cuerpo sólo sirve como un dispositivo de amplificación, mientras que el proceso de pensamiento real y el lanzamiento de magia ocurren en la cabeza. Hubo varias instancias donde el Padre del Cielo no fue capaz de averiguarlo y sufrió una pérdida debido a eso”.
«Bien, tomemos un descanso y vayamos a esa área segura que creó Máquina».
De acuerdo con la sugerencia de Máquina, dividí su cuerpo en seis piezas diferentes, cada una con su propio conjunto de restricciones mágicas que imposibilitaran su recuperación. La cabeza sin embargo, tenía sus propias restricciones especializadas que bloqueaban el que accediera a la magia.
Quazic Quazic
Menos de un segundo había pasado en el espacio que rodea a Metatrón. Aun así, ahora que se restableció el tiempo regular, dado que la cabeza no podía interactuar con ninguna magia, no tenía forma de escapar de su situación.
«Bien, hemos terminado aquí, Lena, activa la matriz de teletransportación».
«¡Bien!»
Shhoong
Las seis piezas de Metatrón que habían sido retenidas con éxito fueron devueltas al espacio asegurado de Máquina.
«Bienvenido de regreso Johra! ¡Parece que atrapaste con éxito a Metatrón!”
Escuche la brillante voz de Máquina al llegar.
«Sí, gracias a tus comentarios fui capaz de asegurarlo fácilmente. Ahora llevaré la cabeza conmigo a la habitación segura».
Dejando a Máquina atrás con el resto de las partes de su cuerpo, lleve la cabeza de Metatrón conmigo a la habitación.
Era un espacio cúbico rodeado por gruesas paredes negras y custodiada por millones de hechizos mágicos que bloqueaban cualquier fuerza conocida.
¡Suoh!
Le quité la mordaza que le impedía hablar.
«¡Cómo te atreves a hacerme esto! ¡Crees que todo esto puede retenerme indefinidamente!»
Miré sin emoción la cabeza que había puesto sobre la mesa frente a mí. Era incapaz de lanzar hechizos a pesar de ser capaz de poder hablar, así que supe lo frustrante que debió ser para él.
«¿Por qué, crees que puedes escapar de aquí?»
«¡Incluso si no puedo en este momento, mientras viva encontraré la manera de obtener mi venganza!»
«Ah ~ Sé lo que estás haciendo, así que ni siquiera lo pienses».
«¡Bastardo! ¡Deja de decir tonterías y sólo mátame ya!»
«Oh, ¿así que ahora yo soy el malo? Bueno, hay dos razones por las que no te mataré, la primera es que simplemente serás resucitado después de tu muerte. Segundo es que sé que puedes copiar el poder de tu asesino».
«¿Cómo supiste eso?»
Preguntó Metatrón tímidamente, como un niño atrapado tratando de robar el tarro de las galletas.
«Sólo algo de información que adquirí durante más de 100 millones de años de análisis».
«¿Eres uno de los secuaces del Padre del Cielo?»
Hice una expresión incómoda mientras le explicaba la situación.
«En realidad, el Padre del Cielo y yo no estamos en los mejores términos».
Vi la furia ardiente en los ojos de Metatrón mientras me miraba buscando en mí, tratando de descubrir mi identidad.