«Levántate Melpomene, es un poco incómodo si tú permaneces postrada así».
«No, no me moveré hasta que el maestro me acepte».
«¿Estás probando mi paciencia?»
«Conozco demasiados de tus secretos y conociendo tu temperamento, es probable que a menos que me aceptes, me asesinaras. Sólo puedo esperar así, Maestro».
«¿Estás haciendo todo esto debido a la profecía que predijo tu hermano?»
«Quizás al inicio, pero ahora está completamente por mi libre voluntad».
«Hmm, pero ¿cómo puedo saber si tú te estás moviendo de acuerdo con la profecía o por tu propia voluntad?»
«¿Cómo puedo probártelo? Yo simplemente sé que estoy actuando por mi propia voluntad».
«¿Quién puede decir que tu así llamada libre voluntad no ha sido ya determinada por la profecía?»
«Estoy segura de que hubiera actuado igual incluso sin tener conocimiento de la profecía».
«¿Por qué sería eso? Yo simplemente soy tú dueño. Si no tuviéramos ese contrato de esclavitud uniéndonos, ¿nosotros no seríamos simplemente extraños?»
«Ya hemos dormido juntos».
«Si eso es algo de lo que te arrepientes, entonces Viezda puede ayudarte a olvidarlo por completo».
«Cuando me elegiste yo me convertí en tuya».
«Eso es sólo debido al contrato esclavitud. Si fuera otro maestro sería lo mismo».
«Yo soy ciega».
«Ya estoy al tanto de eso, ¿estás buscando simpatía?»
«No, sólo que al elegir una esclava, es normal escoger una que tenga una habilidad útil».
«Como dijiste, soy un pervertido».
«Hm, ¿te han insultado esos comentarios?»
«Estaría mintiendo si yo dijera que no».
«Bien entonces, tenía curiosidad sobre por qué tu voz parecía brillar tan intensamente cuando hablabas conmigo».
«¿Brillar?»
«Aunque no puedo ver, cuando hablas conmigo puedo sentir que tu voz es más brillante que cualquier otra».
«¿No dijiste que yo sonaba pervertido?»
«Eso era sólo una mentira que solía usar para ocultar mis verdaderos sentimientos. Desde que escuché la voz del maestro, ya había decidido seguirte».
«¿Qué se supone que significa eso?»
«Sólo quería saber qué tipo de persona podía tener una voz tan única».
«Tal vez es sólo la forma en que yo sueno».
«No, no tiene nada que ver con el tono, sino con alguna clase de fuerza oculta».
«¿Puede ser debido a la profecía que has escuchado de tu hermano?»
«No, en cambio mi impresión de la profecía de mi hermano fue una de disgusto. Estaba destinada a estar con una criatura no muerta repulsiva y malvada con el destino del mundo colgando en la balanza».
«¿Por qué suena como una clase de demonio?»
«Cierto, sabiendo eso yo hace mucho había renunciado a mi futuro, pero desde que conocí al maestro, mi opinión ha cambiado completamente. La forma en que hablas con la hermana mayor y conmigo, era la voz más hermosa que jamás había escuchado”.
«No hables así, eso es demasiado».
«Digamos que desde que me maldijeron, siempre lamenté haber perdido mi habilidad de ver. Fue sólo cuando yo te conocí y escuché tu voz única que por primera vez me sentí bendecida por ser ciega. Ahora no me importa si muero, sólo busco tu aceptación».
La miré hacia abajo una vez más. Conocía demasiados de mis secretos y posiblemente estaba siendo influenciada por alguna profecía desconocida. Al no aceptarla, ¿yo estaría deshaciendo esa profecía? ¿Cuál era el contenido exacto de esa profecía en primer lugar?
Esa profecía que había sido hecha por Teireisias era un factor demasiado desconocido. Nox fue sellado y el Príncipe Ardal fue apresado en su propia mansión.
¿Podemos alterar una profecía? Conociendo el futuro, ¿no debería ser posible cambiarla? ¿Cómo puede existir siquiera un futuro sin cambios?
Interminables preguntas sobre el existencialismo se arremolinaron dentro de mí.
Cerré mis ojos, me pregunté a mí mismo.
‘No sé cuál es la opción correcta. Parece que independientemente de cuál elija, estaré encadenado a una profecía predestinada. Y si decido no elegir nada, ¿cómo afectaría eso el futuro?’
Al abrir mis ojos, mire hacia abajo a Melpomene y hable.
«No puedo aceptarte por ahora. En su lugar, continuarás sirviendo a mi lado donde te estaré vigilando de cerca».
«Ah, así que al final se cumplió lo que se esperaba».
Dentro de mí, grité con frustración. ¿Ya estaba predestinado que yo pospondría esa elección? ¿Qué deparara el futuro?
«Sí, ahora levántate Melpomene».
«S… i, Maestro».
Sujetando su corazón con dolor, se levantó de un salto. Era porque como su dueño, había usado su nombre para emitir una orden.
«Yo todavía no te conozco lo suficiente y cómo has ocultado la profecía de tu hermano, no puedo confiar en ti. Si dependiera de mí, tú no vivirías para ver otro día, pero ya que estás muy cerca de Viezda, no quisiera verla lastimada. En el futuro no puedes revelar ninguno de mis secretos y no puedes mantener nada oculto de mí. ¿Entendido, Melpomene?»
«Sí, lo prometo. No te preocupes, no te traicionaré aunque me cueste la vida».
Dándome una mirada sincera, ella sujeto suavemente mi mano.
«Sí, puedes haberme engañado una vez, pero no será habrá una segunda vez o te aseguro que te mataré yo mismo. He sido traicionado en el pasado y he decidido no perdonar nuevamente a nadie. Quizás lamentaré hacer una excepción dándote una segunda oportunidad, pero no puedo soportar romper el corazón de Viezda en este momento».
«Yo tampoco quiero hacer que la hermana mayor este triste”.
«Cualquier ser viviente es capaz de traicionar a otros por su propio beneficio. La única solución para eso es terminar con sus vidas».
«Seré diferente».
«Deja de pretender que ya lo sabes todo».
«¿Huh?»
Melpomene gritó con sorpresa mientras la cargaba como a una princesa. No había esperado que yo hiciera eso.
«No malinterpretes, no hay un significado oculto. Eres simplemente mi esclava, así que quiero cuidar de mi propiedad».
«Sí… Sí…»
Mientras la cargaba de regreso al dormitorio, ella coloco su rostro ruborizado en contra de mi pecho.
«¿Quieres hacerlo conmigo?»
«Tengo trabajo que hacer».
«¿Te estás preparando para el futuro, maestro?»
Mirándola con su ceño fruncido, le pregunte «qué tanto es lo que sabes».
«Creo que puedo saber más sobre tú futuro que incluso tú, maestro».
«Ya veo, bien, lo escucharé todo otro día, ahora estoy ocupado».
«Sí, yo estaré esperando».
Deje la habitación sin decir ni una palabra más.
‘Qué problemático, tanto Melpomene como su hermano saben mucho más de lo que deberían saber sobre mí. Si esa clase de información alguna vez llega a manos de los Altos Dioses, podría ser usada en mi contra. Por el momento no puedo dejarla salir de esta mazmorra. ¿Y qué hay de Teireisias? No, no tengo tiempo para preocuparme por él en este momento’.
Yo me teletransporté y llegué a la ciudad portuaria más al sur del Reino Mirin y abordé el barco para el que yo había comprado previamente un boleto.
«Caray… las cosas se han complicado incluso todavía más».
Mirando la calma del mar, traté de organizar mis pensamientos, pero la paz no llegó tan fácilmente.
Tres días después, el barco atracó en nuestro destino, el cual era una isla.
«Esta es la isla Atol, hogar de la famosa Mazmorra Killion», exclamó el capitán mientras nos preparábamos para desembarcar. Mirando hacia adelante me di cuenta de que la isla era más grande de lo que esperaba. Después de todo, se decía que tenía un diámetro de 60 kilómetros.
Dejando atrás el puerto, primero me dirigí a las afueras de la ciudad y establecí una matriz de teletransportación en un área aislada. Luego me dirigí a la aldea más cercana a la Mazmorra Killion. La mazmorra estaba en el centro de la isla, bajo un enorme volcán. Cerca, se había formado un pequeño pueblo para satisfacer las necesidades de los innumerables aventureros. Eventualmente se había convertido en una ciudad de tamaño decente con una población de 20,000 personas.
«¿Por qué es tan caliente?»
Aunque en general era cierto que las provincias del sur eran más calientes, el calor generado por el volcán hacía que la temperatura fuera insoportable, como la de un desierto en pleno verano.
«Johra, la Mazmorra Killion es enorme, más allá de la imaginación. Hasta la fecha, se han descubierto 20 pisos enteros, cada uno con una gran variedad de artefactos, flora, fauna y minerales. Los recursos cosechados por los aventureros ayudan a alimentar la industria no sólo de esta ciudad, sino de toda la isla. También…”
Lena continuó con su descripción detallada.
«Soy consciente, gracias. No seré el único allí, lo tengo».
Me detuve en el gremio de Aventureros y le di un vistazo a sus misiones, antes de darle su turno a las tiendas en la ciudad.
«A finalmente lo encontré».
«Johra, ¿estás buscando un mapa? Yo trazare fácilmente un mapa del lugar una vez que hayas entrado».
«No, todavía necesito sus mapas, porque si quiero ir a donde ninguno ha ido, es necesario saber qué áreas han visitado».
«Ya veo, en realidad no necesitas el mapa, sólo querías saber cuánto se ha explorado».
«Correcto».
Después de mi breve conversación con Lena, entré en la Mazmorra. El primer piso se llamaba Arena Helada y aunque hacía un calor abrasador afuera, allí había un desierto interminable lleno de arena helada al tacto. Además, en su lugar parecía ser de noche. Definitivamente era alrededor de mediodía cuando puse un pie dentro de la mazmorra.
«Parece que al igual que la última mazmorra, está también existe en una dimensión separada».
«También lo creo, todos mis sensores están siendo afectados, como por algún magnetismo terrestre».
Era lo mismo para mi Sentido Arácnido. Todo parecía apagado, como la sensación nauseabunda de estar dando vueltas y vueltas en un remolino.
«Voy a contar contigo, Lena».
«Entendido, comenzaré a trazar este piso».
10 minutos más tarde teníamos un mejor entendimiento de nuestro entorno.
«Siguiendo recto parece ser el mejor camino aquí».
«La salida está en la dirección opuesta a la Luna».
«¿La luna no se mueve aquí?»
«No lo sé, supongo que si lo hiciera, la salida cambiaría como consecuencia».
Hablé con Lena mientras cruzábamos el desierto del Templo Pingdao. Ocasionalmente era atacado por algunos escorpiones plateados, pero hice un trabajo rápido en ellos. Fue bastante aburrido, así que continué conversando con Lena.
«Johra, necesitas regresar inmediatamente a tu mansión en la mazmorra».
«¿En serio?»
«Sí».
Creando una delgada lámina de platino en el suelo, dibujé una matriz de teletransportación.
¡Shuung!
El paisaje cambió ante mis ojos y noté a mis sirvientes esperando por mí.
«Maestro, es genial que hayas llegado, ¡sígueme!»
El mayordomo me arrastró sin explicarme nada más.