GDK – Capítulo 969


Capítulo 969: Deseo de muerte


Si fuera capaz de hacerlo, Asser definitivamente pagaría cualquier precio para asesinar a Salas en lugar de haberlo dejado entrar en la Alianza de Cazadores de Dioses. Era una pena que no fuera más que un deseo vacío. En el momento en que ellos aparecieron desde una esquina oscura, sabía que ya no había nada que pudiera hacer.

Ossora en ese momento estaba fuertemente herido, incluso si todavía podía pelear, no había mucho en lo que pudiera ayudarlo. Antes de que Han Shuo llegará, Asser y Ossora habían gastado mucha energía peleando el uno en contra del otro. Ahora que se enfrentaban a tres personas en su mejor condición, sentían que la muerte pronto les llegaría.

“¿Alguna última palabra?” Han Shuo miró a Ossora y decidió que no desperdiciaría el tiempo en hablar más con él.

Para ese momento, Ossora parecía haberse dado cuenta de su verdadero predicamento. Cuando vio que Han Shuo estaba por actuar, pisoteó el suelo y causó que un muro de tierra apareciera. Al mismo tiempo, sacó un Pergamino de Portal, tratando de rasgar el espacio tiempo para escapar.

Sin embargo, Han Shuo no hizo nada. En su lugar, observó a Ossora burlonamente mientras este trataba de utilizar el pergamino. Este brilló fuertemente por un momento, pero se detuvo justo después de que pudiera hacer algo.

“Esto…” Ossora verdaderamente se desanimó en ese momento. Sus ojos ahora se veían muertos.

“¡Nadie puede dejar cuando quiera el Pandemonio sin que yo lo diga!” Han Shuo sonrió y se preparó para asesinar a Ossora él mismo.

Wasir y Salas intercambiaron miradas antes de sonreír y dirigirse hacia Asser…

Mientras tanto, dentro de otra formación, Dagmar no podía moverse en absoluto. Las nubes a su alrededor eran completamente oscuras y muchas criaturas coloridas se combinaban para formar un monstruo gigantesco que danzaba frente a él.

El Superior podía ver muchas figuras borrosas pero sangrientas. Se veían como cadáveres que él sabía que habían regresado de la muerte y saltaban sobre él, arañando incesantemente con sus brazos podridos.

Toda clase de visiones se manifestaban en su mente. Parecía recordar a todos ellos y en ese momento, se veían extremadamente reales para él. Si no pudiera dejar de lado los pensamientos vacíos en su mente, no sería capaz de liberarse de las alucinaciones.

Después de quién sabe cuánto tiempo, el estado mental de Dagmar se recuperó. Se había estado sintiendo un poco cargado por sus años de locas masacres, pero concentró la energía de la muerte en su cuerpo para formar una guadaña mortal y corto, dispersando apropiadamente sus alucinaciones con ataques físicos.

Repentinamente, una figura familiar sosteniendo una lanza de hueso salió caminando desde la pesada niebla. La boca de Dagmar se curvó en una sonrisa desdeñosa cuando determinó que era sólo otra ilusión. Utilizando la guadaña que formó anteriormente, barrió hacia la figura que se acercaba.

Sin embargo, algo extremadamente extraño ocurrió, perdió el control de su arma a medio camino mientras la balanceaba. La energía de la muerte que formaba la guadaña era tan caótica que ya no pudo soportar el balanceo. No sólo eso, toda la energía de la muerte en los alrededores ya no parecía ser atraída hacia Dagmar, sino a la figura. Cuando descubrió que había perdido el control de la energía de la muerte, supo que no era una ilusión. «Han Hao, ¿realmente eres tú?”

El que sostenía la lanza de hueso en efecto era Han Hao. Un extraño brillo destelló a través de sus ojos mientras una extraña runa tras otra aparecía en sus pupilas. La irresistible fuerza de la muerte emanaba desde su lanza de hueso. Mientras la energía pura de la muerte que venía directamente del Fragmento del Epítome lavaba a Dagmar, este no pudo evitar postrarse en adoración.

“Dagmar, ya no eres mi oponente. Jura servirme y revela tu alma divina sin protección para mí. Luego, te perdonaré”, dijo Han Hao.

“Jajaja… Jajajajaja…” Dagmar estaba riéndose tan fuerte que las lágrimas se le salieron. Señalando hacia el joven, dijo, “¿yo? ¿Someterme a ti? Jaja… ¿En base a qué? ¡Han Hao, tú eres mi subordinado, mi inferior! ¡Siempre lo serás! ¿Quieres tomarme? ¡Vamos a ver si eres o no capaz de hacerlo!”

En aquel entonces en el Dominio de la Muerte, Han Hao había trabajado bajo las órdenes de Dagmar por más de cincuenta años. Aun así, ahora el joven quería que el Superior se sometiera ante él. Eso no era algo que el orgulloso Dagmar pudiera aceptar.

Han Hao miró a Dagmar nuevamente y suspiró, antes de asentir ligeramente. “¡Entonces déjame mostrarte!”

Extrañas lápidas salieron una tras otra desde la lanza de hueso y levitaron hacia el lado de Dagmar, invocando su deseo de pelear. Sin embargo, noto que la energía de la muerte dentro de él era influenciada por las lápidas, causando en él que fuera incapaz de dejar salir siquiera un poco de la misma.

“Por qué… ¡¿Por qué tu cuerpo no tenía el Fragmento del Epítome aquella vez en el Nexo?!” gritó rígidamente.

Podía decir que las lápidas venían desde el mismo Fragmento. Comparado a lo que había experimentado anteriormente, el poder del Fragmento ahora era mucho más misterioso e insidioso. Originalmente, podría resistirse cuando se enfrentaba en contra de Han Hao, con él último no siendo capaz de hacerle mucho daño.

Aun así, en esta ocasión, se sentía completa y extremadamente impotente. La energía de la muerte que él había cultivado por milenios no servía en absoluto. Ahora entendía que Han Hao probablemente había absorbido el Fragmento del Epítome, lo que significaba que de ahora en adelante, no tenía semejantes cuando se trataba de controlar la energía de la muerte aparte del Dios Supremo Nestor quien poseía el Epítome.

“¡Dagmar sométete a mí! ¡Si lo haces no lastimaré ni siquiera un cabello tuyo!” Dijo fríamente Han Hao, viendo a Dagmar muy perplejo.

“¡Preferiría morir antes que someterme a ti!” Gritó el último y guió su energía de la muerte restante en su cuerpo para que hiciera implosión, aplastando inmediatamente sus órganos en el proceso. Luego, algunas extrañas ondulaciones salieron desde su alma divina, convirtiéndose en luces que dispersaban la oscuridad.

Dagmar sabía que al enfrentar a Han Hao, el portador del Fragmento del Epítome y un compañero cultivador de la energía de la muerte, él no podría acabarlo ni siquiera con un ataque suicida. Antes de que su ataque siquiera llegará, la energía de la muerte contenida sería disipada por el Fragmento.

Dagmar era un hombre orgulloso. Aunque sabía que al bajar su cabeza sólo en esta ocasión sería perdonado, no lo haría. Como alguien que solía gobernar a Han Hao, no podía soportar la idea de hacerlo, así que la muerte era una opción preferible.

Sintiendo las ondulaciones en el alma de Dagmar, Han Hao sabía que estaba por desvanecerse de la existencia, algo que lo sorprendió considerablemente. No sabía por qué el Superior eligió la muerte en lugar de someterse a él.

Mirando el cadáver de Dagmar, sus ojos brillaron. Después de un tiempo, arrojó una llama fantasmal sobre el cadáver y lo convirtió en cenizas.

Aunque el dios supremo Dagmar estaba muerto, su cuerpo divino todavía tenía un montón de usos. Sus huesos podrían ser utilizados para hacer una lanza de hueso o púas todavía más poderosas, mientras que su cráneo y cerebro podrían usarse para hacer algunos artefactos demoníacos impresionantes. De hecho, incluso su piel tenía sus usos.

Pero por alguna razón, no cosechó el cadáver del Superior y en su lugar lo cremo. Sólo detuvo las llamas cuando todo fue reducido a cenizas.

Un simple anillo blanco como el hueso cayó en el suelo. Después de vacilar un poco, él avanzó y lo recogió. Cuando envió algo de energía de la muerte en el anillo, apareció un gigantesco tono blanco de huesos.

Aturdido, Han Hao tomó una respiración profunda y se sentó lentamente. Envió algo de energía divina al trono y este se movió a donde quiera que deseara. Algunas ondulaciones extrañas venían desde el trono y se comunicaban con las ondulaciones del alma de Han Hao. Cuando envió más energía de la muerte a este, el trono de hueso parecía incluso más aterrador que cuando Dagmar lo utilizaba. Al parecer, de alguna manera había cambiado después de reaccionar a la energía de Han Hao.

Este sentía que el trono en ese momento era parte de su cuerpo, igual que las siete púas de hueso en su espalda. Luego bajó del trono y lo miró mientras este levitaba en medio del aire.

Con un pensamiento, el trono se movió y recorrió el cielo como un dron a control remoto. Una sonrisa apareció en el rostro de Han Hao mientras jugaba con su juguete nuevo. El trono se movía a través del aire según su deseo, ganando más y más velocidad.

Después de un tiempo, saltó en el y envió más energía de la muerte a este, causando que se agitara y activará las cuchillas de hueso alrededor del mismo. Desde la distancia, se veía como una monstruosidad esquelética que era capaz de realizar muchos movimientos ofensivos ágiles en medio del aire.

Han Hao no estaba apurado en dejar el lugar. Disfruto de la sensación y tenía el sentimiento de que el trono nunca le perteneció a Dagmar, porque él no era capaz de utilizarlo a todo su potencial. Sin embargo, su propia energía era capaz de desbloquear los sellos prohibidos en el trono y desplegó más funciones misteriosas.