Capítulo 1018: Engañoso
Han Shuo casi caía sobre su rostro debido a su repentina epifanía. Desde que los demonios en su caldero habían sido recolectados y misteriosamente transformados en sus trece encarnaciones, ya no tenía ningún demonio que pudiera utilizar. Al usar el caldero en su máximo potencial, el número de demonios jugaban un papel fundamental.
Viendo a los dioses morir uno tras otro mientras los hilos se volvían más y más densos, fue tentado a tomar algunas almas divinas de la Diosa del Destino. Sin embargo, la red que ella estaba tejiendo era necesaria para bloquear la influencia de Aethernia. Podría arriesgarse a disminuir el poder resultante y por lo tanto le permitiría a Aethernia que tuviera un enorme efecto en los Doce Dioses Supremos con el Epítome. Eso podría ganar la ira de estos y causar que acabaran con él. Esa era la razón por la que él no se atrevía a actuar sin decirle a Fernando sobre su deseo.
Incluso cuando trataba de ser precavido, esa noción era irresistible para él. Estaba tentado por la gran cantidad de almas abajo y fantaseaba por ser capaz de utilizar algunas para sí mismo. Mientras los engranajes de su mente se movían, repentinamente llegó a una excusa para hacerlo.
En ese momento, una luz llegó zigzagueando desde abajo del Pandemonio hacia el Dominio del Destino, el cual no estaba lejos de la Franja. El Caldero de la Miríada de Demonios acelerando a máxima velocidad hasta que este alcanzó la zona de guerra. Luego, en secreto maniobró a través de la zona de guerra para absorber las almas divinas, arreglándoselas para recoger cientos de ellas en un instante. Exaltado en secreto, Han Shuo mantuvo su compostura y continuó charlando con Fernando mientras secretamente observaba la suave luz negra que emanaba el caldero mientras recogía las almas.
“Esas viejas son bastante poderosas. Los Dominios de la Luz, Agua y Vida quizás no serán capaces de hacer mucho daño. Los que están muriendo en este momento en su mayoría son de esos dominios mientras que el Dominio del Destino no está sufriendo muchas pérdidas”, dijo Han Shuo, tratando de distraer a Fernando para que no viera lo que estaba haciendo.
El anciano rió y dijo, “quizás ese no sea necesariamente el caso. Azdins definitivamente sabe de lo que es capaz el Dominio del Destino, así que no vendría sin preparaciones. No hay manera de que alguien tan ambicioso como él haga algo en lo que no tiene confianza, por no mencionar, los otros dos dominios tampoco son fáciles de manejar. No perderán tan duramente en contra del Dominio del Destino”.
La ‘profecía’ de Fernando pareció volverse realidad inmediatamente mientras la marea de la batalla cambiaba. Unos cuantos dioses supremos incompletos aparecieron detrás de las tropas de los tres dominios. En aquel entonces, parecían haber estado discutiendo cómo lidiar con las siete viejas, pero ahora, parecían cargar hacia ellas. Uno de estos era Gyál, quien había sido revivido por el Dios de la Luz. Estaba desplegando su Sagrada Armadura Dorada en su impresionante carga.
Aparte del Dominio de la Luz, los otros dos también tenían sus propios dioses supremos uniéndose, el del Dominio del Agua era una mujer gentil y hermosa quien se agitaba hacia la contienda como si no tuviera un solo hueso en su cuerpo. Nadie vio cómo atacaba, pero un lago flotante de agua apareció repentinamente al lado de las ancianas y fueron sumergidas.
El dios supremo del Dominio de la Vida era un hombre que cantaba en voz alta alabanzas hacia la Diosa de la Vida mientras de él emanaban olas de energía de la vida a través del campo de batalla. Cualquier combatiente de su lado que todavía estuviera vivo sería restaurado a su máxima capacidad sin importar que tan severas fueran sus heridas.
Aparte de esos tres, otros dos dioses supremos incompletos flanqueaban a las siete ancianas por ambos lados, a pesar de la barrera de los astrarios, cerrando lentamente la distancia entre ellos y las viejas. Con cada paso que las siete ancianas retrocedían, muchos dioses del Dominio del Destino eran asesinados. Ya no tenían una ventaja absoluta.
El ejército del Dominio del Destino parecía estar retrocediendo en contra del repentino e intenso avance. Ahora, parecía que los otros tres dominios eran los que poseían una ventaja. Han Shuo estaba regocijado por lo caótico que se estaba volviendo la batalla. No quería otra cosa además de que la matanza se acelerara incluso más. Los dioses no notaban la ligera luz negra sobre ellos que estaba absorbiendo almas divinas de ambos bandos.
Otras trescientas almas fueron tragadas por el caldero sin que nadie lo notara. Fue en ese momento que repentinamente, el caldero decidió dejar de ser discreto y comenzó a absorber las almas a un rango voraz. En cualquier parte que aparecía la luz negra, las almas desaparecían. ‘¡Maldita sea, a este ritmo seré descubierto! ¡Detente!’
En ese momento, un extraño sonido pudo escucharse desde el Santuario del Destino, antes de que el espejo destellara y mostrará una imagen del caldero. Han Shuo sabía que la diosa lo había descubierto.
“Ustedes dos, por favor vengan al santuario”, ella envió una fuerte ola espiritual.
Fernando, todavía ignorando la situación, descendió en el santuario. Han Shuo vaciló un poco antes de seguirlo.
“Althea, ¿por qué pediste que descendiera? ¿No puedo observar la pelea por encima? No está en contra de nuestro acuerdo, ¿cierto?”
El Santuario estaba hecho de un material desconocido que de alguna manera hacía que el interior se viera como una galaxia con incontables estrellas moviéndose. Han Shuo se sintió un poco intranquilo cuando entró.
Althea no respondió a la pregunta de Fernando y en su lugar observó con calma a Han Shuo. “Han Shuo, ¿estás tratando de crearme problemas?”
Fernando observó extrañamente a Han Shuo y preguntó, “¿qué está ocurriendo?”
“¡Míralo tú mismo!” Althea agitó su mando y mostró una proyección de lo que estaba haciendo el caldero. Era muy claro que Han Shuo estaba recolectando almas, así que no podía negarlo.
Incómodo, él rió. “Bien, hay tantas almas en los alrededores, así que calculé que no debería afectarte mucho. Después de todo mi artefacto demoníaco puede absorber las almas como tu espejo y sólo voy tras las sobras. Por no mencionar que esto lo reforzará y tendrá un enorme efecto en el crecimiento de mi cultivación. Seré capaz de alcanzar el nivel que esperan mucho más rápido. Pienso que no les molestará que sea honesto”.
“Han Shuo, eso no es muy apropiado, ¿no es así?” Dijo Fernando después de meditarlo.
“Las almas son utilizadas por el espejo para detener la influencia de Aethernia. Es por el bien de todos. Sólo entonces nosotros los Dioses Supremos con el Epítome podemos estar tranquilos. Incluso aunque tú no tienes un Epítome, Han Hao tiene uno. ¿Realmente eres tan codicioso para darle prioridad a esto sobre tu hijo?” dijo ella, obviamente descontenta.
‘¿Piensas que Han Hao es igual a ti? ¡Esto no afecta a su Epítome!” Naturalmente, él no lo diría en voz alta. “Estaba planeando recolectar solo un poco, pero mi artefacto demoníaco es un poco difícil de controlar. No te preocupes, lo mantendré vigilado”.
“Si tu artefacto puede ayudar a resistir la influencia de Aethernia, no me importaría dejarte tomar algunas almas. ¡Pero si no va a hacer nada de momento, espero que dejes de hacer algo tan engañoso por el bien de todos!” dijo ella severamente.
Han Shuo habló telepáticamente con el Espíritu del Caldero. “Idiota, ¿por qué lo hiciste tan obvio? ¡Detente, ahora! Sólo podemos hacer esto en secreto. ¿Estás tratando de avergonzarme? Ya han dicho que no podemos absorber almas si no podemos mitigar la influencia”.
“¿Quién dice que no puedo?” el Espíritu del Caldero protestó como respuesta. “Mientras tenga almas suficientes en mi cuerpo, digamos el poder de diez mil almas, puedo mitigar parte de la influencia. ¡Si tuviera cien mil almas para convertir en demonios, puedo detenerla completamente! ¡No hay necesidad en absoluto de ese estúpido Espejo del Destino!”
“¿Estás seguro?”
“¡Maestro, si tuviera doscientas mil almas, incluso podría aplastar directamente la barrera de Aethernia!”
“Han Shuo, ¿qué significa esto?” Althea dijo con frialdad. Nadie se había atrevido a ignorarla así y eso era lo que Han Shuo parecía estar haciendo cuando se estaba comunicando con el caldero. Eso la molestó enormemente.
“¡Creo que después de todo tendré una rebanada de este pastel!” Dijo Han Shuo con una sonrisa después de tomar una respiración profunda.