EAA — Capítulo 66

Capítulo 66: Sofocada por el Dolor


Tian Yuan mostró una ligera impaciencia mientras observa con frialdad la expresión eufórica en el rostro de Mu Ting Er. Frunció el ceño antes de decir indiferentemente: «¡Vamos! No tengo tiempo libre que perder aquí.»

Después de decir eso, ya no le prestó atención a Mu Ting Er y simplemente salió de la mansión. Mu Ting Er salió de su júbilo y persiguió al anciano que se marchaba…

Tian Yuan no tenía planeado dejar que Mu Ting Er se convirtiera en su genuino Yao Tong, ya que aún no regresaba a la Secta Qing Yun. La competencia había terminado, pero había planeado quedarse en la ciudad por un tiempo más, hecho que fue aprobado por Wu Yu.

Después de eso, le daría a Mu Ting Er experiencias inolvidables como un Yao Tong…

Tendría que levantarse de la cama antes del amanecer para recolectar plantas medicinales en la cercana Montaña Ocaso. Después de regresar, ya sería la puesta del sol, y no solo eso, sino que cuando Tian Yuan esté fabricando pastillas, él debe tener un ayudante a su lado. Si ella lo hacía de manera insatisfactoria, la amonestaria por asuntos menores; si cometía un error en un asunto importante, no le permitiría comer durante tres días.

Mu Ting Er pensó inicialmente que los tiempos difíciles habían terminado, pero pronto se daría cuenta de que había entrado al infierno.

¿Cómo podría ella, una niña mimada, sufrir tanta amargura? No solo perdió mucho peso, su cultivo tampoco mejoró… Su vida no era comparable a la vida que había tenido en la Familia Mu…

«Mu Ting Er, ayúdame a entregar estas plantas medicinales a Feng’er en la Mansión Jing» Tian Yuan colocó una canasta de plantas medicinales frente a Mu Ting Er y hablo sombríamente.

Mu Ting Er pensó que finalmente podría ver a Su Alteza, el Príncipe Heredero, por lo que reprimió el sabor amargo en su boca y con respeto bajó la cabeza, para responder, «Entendido, Gran Maestro Tian Yuan.»

Ella llevó la canasta y salió rápidamente. Debido a su prisa, no vio la fría sonrisa expresada en los labios de Tian Yuan en absoluto.

Las bulliciosas calles frente a la Mansión Jing.

Mu Ting Er disminuyó gradualmente sus pasos mientras levantaba la cabeza para mirar el imponente frente de la mansión, en ese instante su corazón comenzó a detenerse debido a las vistas.

Pero de repente, como en una ilusión, ella pareció ver a un hombre apuesto frente a ella, mirándola suavemente y diciendo las palabras más conmovedoras.

«Ting Er, serás la chica más querida en mi vida. Te protegeré por toda la eternidad.»

«¿Para qué puede servir Mu Ru Yue? Eres la única persona que puede convertirse en mi esposa.»

«Ting Er, ya que eres mi mujer, definitivamente te daré un título. Solo espérame tres meses, luego le anunciare al mundo que eres la mujer con la que me voy a casar.»

Esas palabras fueron dichas hace mucho tiempo, pero fue como si las hubiera escuchado el día anterior.

Mu Ting Er, que no tuvo traumas durante ese viaje, tampoco se vio afectada cuando entró directamente a la Mansión Jing, así que reprimió los sentimientos en su corazón y lentamente abrió la puerta de la habitación…

La cortina de la habitación se agitó levemente, permitiéndole ver dos cuerpos blancos como la nieve. Los diversos tonos de voces dentro perforaron su corazón sin piedad mientras Mu Ting Er escuchaba.

¡Explosión!

Ella dejó caer la canasta llena de plantas medicinales.

Mu Ting Er perdió su capacidad de pensar mientras observa con incredulidad la escena, y con los ojos muy abiertos miró al hombre que había declarado que la amaría por toda la eternidad.

A pesar de que ella había sabido antes que esta escena ocurriría en el futuro, verla personalmente todavía hacía que su corazón se sintiera como rasgado con brutalidad. Ese dolor la hizo sentir sofocada…

«¿Ting Er?» Ye Tian Feng había sentido algo de movimiento en la entrada, pero no tuvo tiempo de bajar del cuerpo de la adolescente. Cuando vio a Mu Ting Er de pie en la entrada, el pánico pasó rápidamente ante sus ojos antes de desaparecer al instante.

La chica debajo de él tenía ojos encantadores como la seda junto con una apariencia seductora, por lo que extendió sus brazos, enrollándolos alrededor de Ye Tian Feng como una serpiente. Sonrió seductoramente antes de preguntar: «Su Alteza el Príncipe Heredero, ¿quién es ella?»

«Ella es…» Ye Tian Feng miró a Mu Ting Er y respondió: «Ella es mi mujer.»

Ella no era su consorte imperial, solo una de sus mujeres.