EAA — Capítulo 286

Capítulo 286: El Ancestro de la Familia Feng (1)


El viento sopló, haciendo ondear su encantadora túnica roja como la sangre.

Feng Jing Tian levantó su mirada de fénix hacia el pálido Feng Xiang. Sus ojos eran siniestramente fríos, como si no estuviera mirando a su padre, sino a su némesis.

«¿Con qué identidad me estás ordenando?»

La expresión de Feng Xiang cambió mucho, su rostro de repente pálido cuando gritó furioso: «¡Soy tu padre! Hijo infiel, ¿cómo puedes hablarle así a tu padre?».

«¿Padre?» Feng Jing Tian rió con desdén. «Lo he dicho antes; ¡si la Familia Feng la toca, comenzaré un baño de sangre que nadie jamás se atreverá a olvidar! Parece que no escuchaste con atención mis palabras».

Al sentir que el cuerpo de la joven se ponía rígido en su abrazo, inconscientemente apretó más su abrazo.

«Hace diez años, no pude proteger a madre de la muerte por culpa de tu cobardía. Pero le prometí a madre proteger a la chica que amo con todo lo que tengo».

Esta joven era la única que quería proteger…

«¡Imprudente!» El rostro de Feng Xiang se tornó serio. Temblando de ira, señaló con un dedo a Feng Jing Tian. «Mocoso estupido, me harás enfadar hasta la muerte. Cough, Cough…»

No fue capaz de seguir hablando después de decir unas cuantas frases. Cuando tosió, una bocanada de sangre brotó, manchando el suelo ante él de rojo.

Al igual que Mu Ru Yue, también estaba gravemente herido. La sangre manaba de un largo corte en su pecho, incluso algunos de sus órganos internos eran ligeramente visibles.

Podría decirse que ahora podía mantenerse en pie sólo gracias a su tremenda fuerza de voluntad, ya que cualquier otra persona ya se habría derrumbado en la inconsciencia.

Lan Xin miraba aturdida cómo su amado hombre abrazaba a otra chica, su delicado rostro volviéndose cada vez más pálido. Su corazón parecía haber sido atravesado con violencia, ya que sus lágrimas fluyeron sin control por su mejillas.

‘¿Qué tiene de bueno esa mujer para que Feng Jing Tian se haya rebelado contra la Familia Feng por ella?’

‘Incluso Lan Yue y yo no fuimos capaces de obtener sentimientos tan profundos por parte de ese hombre’.

Lo que hizo que Lan Xin tuviera el corazón aún más roto fue que Feng Xiang fuera incapaz de matar a esa zorra. Si ella hubiera muerto, quizás nada de esto hubiera ocurrido…

«¡Feng Jing Tian, no olvides que nuestra Familia Feng alberga el espíritu de nuestro ancestro en este territorio! Tus poderes son ciertamente grandes, pero ¿crees que estarás a la altura del ancestro?»

El ancestro era sólo un espíritu persistente, pero con su habilidad definitivamente tendría un método que le permitiera luchar por un breve momento contra alguien en el Reino Xiantian. Si él estaba dispuesto a interferir en este asunto, ¿qué tan difícil sería lidiar con una joven gravemente herida?.

Actualmente, el único que podía lidiar con ella era el ancestro…

La expresión de Feng Jing Tian se volvió cada vez más oscura mientras miraba fríamente a Feng Xiang, pero no dijo nada.

El ancestro estaba realmente impresionado por Mu Ru Yue, pero seguía siendo el ancestro de la Familia Feng. No sabía si se pondría de su lado o del lado de su padre…

«¡Ja, ja!» Feng Xiang empezó a soltar carcajadas como un demente. Con una sonrisa malévola y despiadada, continuó: «Jing Tian, eres mi hijo, así que no te haré nada. Sin embargo, esa mujer debe morir. Sólo el ancestro será capaz de lidiar con esta situación».

La mirada de Lan Xin y de la multitud se iluminó al escuchar lo que dijo.

¿Por qué la Familia Lan estaba un poco temerosa de la Familia Feng de Ciudad Feng? Era debido a este llamado misterioso antepasado. Aunque el antepasado era un espíritu persistente, era capaz de evitar que su alma se dispersara durante mil años. Definitivamente poseía un tesoro, y ese tesoro también podría ser capaz de ayudarle en la batalla…

¡Peng!

Feng Xiang sacó una tabla de jade y la partió en dos. Lanzó una mirada gélida hacia la joven en los brazos de Feng Jing Tian mientras gritaba: «No conozco tus antecedentes, pero ya que has ofendido a mi Familia Feng, ¡debes enfrentarte a la muerte!»