EAA — Capítulo 284

Capítulo 284: Batalla entre Dos Xiantian (2)


Por desgracia, la flecha ya estaba en el arco, y era imposible no dispararla. ¡Si ella no moría, entonces quizás el que moriría en el futuro sería él! ¡Esta chica debe morir hoy para prever eliminar futuros desastres!.

Lo que era decepcionante era que si él hubiera sabido de su talento y de las píldoras que tenía anteriormente, no habría bloqueado la relación entre ella y Feng Jing Tian, sin importar qué.

Pero en este mundo los «futuros probables» eran inútiles fantasías; estaba predestinado a perderse un talento tan inigualable…

Cuando Feng Xiang volvió a sus cabales, un aura poderosa salió disparada hacia él desde la espada en la mano de la joven, obligándole a bloquear apresuradamente con su propia espada aquella rafaga de energía tan similar a la suya.

¡Boom!

Sin previo aviso, sintió que una fuerza inigualable impacta su pecho, tras lo cual palideció y escupió una bocanada de sangre.

¡Su poder y velocidad eran claramente mucho mayores que antes!

Incluso si una persona acababa de entrar en el Reino Xiantian, solo sería capaz de igualar la disparidad de poder con píldoras.

La expresión de Feng Xiang finalmente cambió, un nivel de seriedad sin precedentes era visible en su mirada, postura y energía. Observando al hombre más fuerte de la ciudad tomar en serio a alguien que era considerada como una basura hace unos minutos, estaban sin palabras, especialmente Lan Xin. Su delicado cuerpo temblaba ligeramente y ni siquiera se atrevía a hablar, por miedo a atraer la atención de aquella demonia.

Realmente estaba arrepentida…

Lan Xin apretó los puños mientras un remordimiento sin límites impregnaba su corazón.

En ese momento, esta arrogante señorita finalmente comprendió lo que era el arrepentimiento.

«¡Lan Yue!»

Una chispa de odio brilló en los ojos de Lan Xin.

‘Todo se debe a esa mujer, Lan Yue. Si no fuera porque me prometió que estaba dispuesta a compartir a su marido Feng Jing Tian una vez que se casaran y que incluso me mencionaría ante él, no habría actuado como su pieza de ajedrez.’

‘Es risible cómo me engañó la profunda fachada de hermana cariñosa de Lan Yue. Siempre pensé que me quería como su hermana menor y que planeaba compartir a Feng Jing Tian conmigo…’

‘Parece que sólo soy una pieza de ajedrez para trasladar todas las terribles emociones de Feng Jing Tian para que pueda fingir ser una esposa amable y virtuosa que es nada más que gentil. Además, con el asunto de hoy, he sido utilizada como una espada’.

La desesperación llenó los ojos de Lan Xin. Su arrepentimiento era tan intenso que realmente quería suicidarse golpeando su cabeza contra la pared. Sin embargo, Lan Xin, que tenía un miedo natural a la muerte, no fue capaz de tomar esa decisión tan imprudente…

«Pequeña, admito que eres realmente poderosa. Pero no importa lo fuerte que seas, todavía no eres mi rival, incluso con la ayuda de algunas píldoras».

La palma de Feng Xiang golpeó el pecho de Mu Ru Yue después de esas palabras. Al ver que ella retrocedía un par de pasos y tosía con la boca llena de sangre, una fría sonrisa adornó su rostro.

‘¿Y qué si tienes píldoras? La disparidad de poder no puede ser superada fácilmente a través de métodos tan simples…’

Sin embargo, Mu Ru Yue no detuvo sus ataques contra Feng Xiang, su excepcional rostro emanando una frialdad cada vez más intensa. La intención asesina que emanaba de su cuerpo parecía cubrir todo el patio trasero, extendiéndose por el cielo de toda la ciudad.

«¡Jaja! Pequeña, ¿por qué no usamos nuestros últimos movimientos para acabar con esto?»

Feng Xiang levantó la cabeza y se rió como un maniático mientras introducía todo su poder en el rayo verde en forma de espada que tenía en su mano. El susodicho rayo emitió una luz verde enceguecedora que se expandía gradualmente. Finalmente, se formó un formidable tornado que cargó hacia Mu Ru Yue.

Los ojos de Lan Xin se iluminaron lentamente al ver tan valiente espectáculo.

Si esa mujer cayera por la mano del jefe de la Familia Feng, entonces no le pasaría nada…

«¡No!»

De repente, la multitud escuchó un grito desgarrador.

Cuando Feng Jing Tian vio el último movimiento de Feng Xiang, una mano parecía haberle desgarrado el corazón con saña, escupiendo en la herida sin piedad. Gritó con furia mientras cargaba hacia la joven sin dudarlo…