Capítulo 239: Puedo Tratar esa Enfermedad (3)
«¿Todavía no has muerto?» Cuando Ye Wu Chen sintió el aura de Ye Qiu, su rostro encantador se volvió hacia él. Él entrecerró los ojos ligeramente. ¿Armadura chapada en oro? Tenías tal cosa contigo, ¿eh?. Pero este hermano mayor lo quiere ahora.»
Sonrió siniestramente y, bajo la mirada de la multitud, caminó hacia Ye Qiu.
Ye Qiu exclamó: «¿Qué quieres? ¡Patriarca, Mayor Dan, por favor sálvenme, rápido! “ Ya que él solo recuperó su conciencia, su tez todavía estaba pálida. Su condición física no estaba mucho mejor.
Mayor Dan no hizo ningún movimiento.
Después de escuchar el informe de ese discípulo de la Secta de Medicina, en realidad quería matar él mismo a este maldito bastardo con un golpe de su palma.
¿Cómo podría la hija de su discípula más preciada ser tocada por este viejo?
“Patriarca, conozco una forma de tratar al Joven Maestro. Si me salvas, trataré al Joven Maestro.» Ye Qiu estaba aprensivo y gritó con fuerza.
No le importaba lo que sucediera ahora. Solo quería escapar de esta terrible experiencia primero, después planearía su siguiente paso.
Mu Rong Tian estaba eufórico, pero cuando miró a Ye Wu Chen, dudó. Con su propia habilidad, no podría luchar contra este hombre a menos que el maestro estuviera involucrado en la batalla…
Cuando levantó la cabeza para mirar al Mayor Dan parado en el aire, supo que no tenía la menor intención de ayudar.
Esto podría contarse como la desgracia de Ye Qiu. De todas las personas posibles, ¿por qué eligió dañar a la hija de la hermana junior Yu’er? Con la sobreprotección del Mayor Dan respecto a la hermana junior, probablemente estaba frenando su impulso de matar a Ye Qiu en estos momentos.
En el pasado, su maestro había suprimido todas las objeciones para que su Hermana Aprendiz Junior fuera nombrada jefa de la Secta de Medicina. Esto ya demostró lo irracional que era este viejo.
Ye Wu Chen miró a Ye Qiu, quien escupió una bocanada de sangre con una cara tan pálida como el papel, mientras observa al hombre ante él con asombro.
Ese joven frente a él era obviamente mucho más fuerte…
Luego de ese pensamiento, incluso bajo la mirada de la multitud, Ye Wu Chen actuó con descaro.
Usó una llama para quemar la ropa exterior de Ye Qiu hasta las cenizas y arrebató con fuerza la suave armadura chapada en oro del cuerpo de este último. Tal vez encontró la armadura sucia, así que usó una llama para quemar toda la suciedad.
¡Un ladrón!
Todos lo miraron, sorprendidos.
Este tipo no era diferente de un ladrón.
«Mu’er», Ye Wu Chen se dio la vuelta y regresó al lado de Mu Ru Yue. Él sonrió con encanto y dijo: «Todavía no te he regalado nada. En esta ocasión solo estoy usando esta armadura para ganar tu favor, una especie de muestra de amor de mí. No te preocupes, yaa he borrado el aura de esa persona, la armadura está muy limpia… Después de que la uses, incluso si son practicantes de rango bajo en el Reino Xiantian, no podrán lastimarte.»
En cuanto a Ye Qiu, no hizo más movimientos. Wu Yu no lo dejaría ir, de todos modos…
Mu Ru Yue tomó aquella armadura chapada en oro sin ceremonias*. «Wu Chen, dices eso, pero parece que soy yo quien todavía no te ha dado nada.»
Ye Wu Chen se rió encantadoramente. Sus ojos violetas aterrizaron en el cuerpo de la joven. En este momento, tenía una expresión amable, reservada solo para ella.
«Mu’er, puedes darme el mejor regalo del mundo.»
«¿Qué?» Mu Ru Yue estaba aturdida y aún no había vuelto a sus sentidos por lo que dijo, pero a Ye Wu Chen no le importó que estuvieran en público y sonrió ligeramente antes de decir:
«Después de que te cases conmigo, ¿no sería un hijo el mejor regalo? Luego, en el futuro, nuestro hijo y yo podemos protegerte. Sin embargo, será mejor si tienes un par de gemelos, niño y niña. En ese caso, mi hijo y yo llevaremos a cabo la misión de protegerlos a ustedes dos, madre e hija.»
Mu Ru Yue se conmovió, así sin más. Si no fuera por la desaparición de Ye Wu Chen por un período de tiempo, tal vez ya se habrían casado.
- De forma brusca, sin elegancia.
