EAA — Capítulo 131

Capítulo 131: La Suavidad de Ye Wu Chen


Mu Ru Yue lo miró ferozmente mientras un leve rubor se revela en su exquisito rostro. Apretando los dientes, le preguntó: «En un inicio, ¿quién fue el que vino corriendo desnudo cuando me estaba bañando? ¿Qué estabas pensando en ese momento?”

«Tu esposo quiere que seas responsable de él.»

Ye Wu Chen fue honesto y reveló sin demora sus intenciones.

«¡Ye Wu Chen!» Mu Ru Yue apretó con fuerza su puño para evitar moverse por impulso y golpear ese hermoso rostro al que se le debía una paliza. «No acepté casarme. ¡Ahora que el decreto imperial ya es ineficaz para nosotros!”

«Tu esposo puede esperar». Ye Wu Chen miró tiernamente a la chica que abraza, y sonrió mientras decía: «Esperaré hasta el día en que estés dispuesta a casarte conmigo. Pero en ese período de tiempo, si hay otros hombre que aparecen a tu lado, tu esposo no puede evitar estar celoso… Su resultado será el mismo que el de Feng Jing Tian.»

«Feng Jing Tian. ¿Te estás refiriendo a ese encantador?» Mu Ru Yue miró con curiosidad a Ye Wu Chen. «¿Qué le hiciste a Feng Jing Tian?»

Ye Wu Chen levantó las cejas y miró a la chica en su abrazo. Con una leve aura siniestra en su apariencia divina, respondió: «No mucho, solo lo hice incapaz de abandonar la cama durante medio año… ¿Por qué? ¿Mi esposa siente lástima por él?”

«¿Lástima? ¿Me compadezco de ese hechicero? Siento que lo hiciste genial, tenía ganas de patearlo cada vez que veía esa estúpida sonrisa.»

Ye Wu Chen estaba un poco aturdido antes de sacudir, impotente, su cabeza. En un segundo, sus ojos estaban llenos de afecto y ternura.

«Mu’er, ya es tarde, deberías descansar. Tu esposo seguramente vendrá y te buscará mañana.» Ye Wu Chen sostuvo la cabeza de Mu Ru Yue con gentileza antes de darle un suave beso en la frente. Con una sonrisa encantadora, juró que definitivamente no le soltaría las manos.

Mientras observaba la figura de ese hombre desaparecer bajo la luz de la luna, el corazón de Mu Ru Yue nunca podría volver a ser tan pacífico como antes. Las acciones de ese hombre hicieron que su corazón se encogiera.

Dentro de la noche, Ye Wu Chen detuvo sus pasos, sus ropas moradas revoloteaban en el viento de la tarde. En este momento, una chica vestida de negro apareció detrás de él, quien se arrodilló y respetuosamente preguntó: «Maestro, ¿cuáles son sus órdenes?»

«Este Príncipe quiere que la gente de la Secta Santa sepa que este Príncipe ha estado haciendo el tonto. Hazlo en el próximo medio mes.»

Actualmente, el palacio ya estaba siendo controlado y los dos expertos de la Secta Santa habían muerto. Sería difícil que sus noticias pasaran del palacio, por lo que en ese momento solo podía depender de sí mismo.

«¿Maestro?». Die Yi miró con sorpresa a Ye Wu Chen. Con un ligero apreton de sus labios rojos, se armó de valor y dijo: «Su subordinado será valiente y le pedirá al maestro que retire su orden, con el poder actual de la Mansión del Rey Fantasma, todavía no puede resistir a la Secta Santa. ¿Por qué el maestro quiere que esas personas sepan que el maestro pretendía ser un tonto? ¿La gente de la Secta Santa no se sentirá atraída y vendrá?”

La atmósfera de la noche se puso tensa.

El corazón de Die Yi se tensó cuando un aura opresiva se elevó ante ella, y en un segundo su cuerpo se ablandó bajo la presión y cayó directamente al suelo. Ella no se atrevió a levantar la cabeza para mirar al hombre.

Ye Wu Chen miró a la niña que cayó al suelo… Con una especie de oscuridad en su hermoso rostro, su voz sonaba tan siniestra como cualquier cosa proveniente del infierno, haciendo que el cuerpo y el alma de Die Yi se estremezcan.

«¡Solo necesitas seguir la orden de este Principe!»

¿Seguirla? Die Yi sonrió con amargura, ella era absolutamente leal al maestro, ya que este era el hombre en su corazón. Sin embargo, no podía soportar ver a su maestro caminar sobre tal camino peligroso solo por una niña.