EAA — Capítulo 100

Capítulo 100: ¿Qué tiene de increíble ese tonto? (2)


«Mujer, ya he averiguado tu pasado durante el tiempo que estuve afuera. He oído que te vas a casar con un tonto” Feng Jing Tian negó con la cabeza. Su par de ojos, similares a los de un fénix, contenía una felicidad hipnótica.

«Si quieres escapar, puedo ayudarte. Incluso el Emperador no tendría el derecho de obstaculizar tu camino, pero mi condición es… » Feng Jing Tian no había notado que la expresión de Mu Ru Yue se había oscurecido. Con una sonrisa, continuó, «¿Qué tal si te casas conmigo?»

La expresión de Mu Ru Yue se oscureció hasta el punto en que se parecía a un charco de agua estancada. Con su cuerpo emitiendo una aterradora aura, miró el rostro del encantador de Feng Jing Tian antes de decir con frialdad: «Todavía no me he casado con él, pero él ya es mi esposo. Si vuelves a llamarlo tonto, créeme que incluso si no puedo matarte ahora, seguramente habrá un día en el que te arrepentirás.»

La sonrisa en el rostro de Feng Jing Tian desapareció gradualmente y dirigió su mirada hacia la aterradora figura de la joven. Su corazón se sentía como si hubiera sido perforado por algo.

«¿Qué tiene de bueno ese tonto?» La mirada de Feng Jing Tian se atenuó lentamente, esta vez ojos eran sombríos cuando fijó un permanente contacto visual con Mu Ru Yue.

Incluso él no sabía interpretar sus emociones en ese momento.

Tenía la costumbre de molestar a cualquier belleza que conociera, pero eso siempre fue todo lo que hizo. Sin embargo, cuando él vió su actitud fría, descubrió que no podía olvidarse de ella.

En los últimos años, él sólo conoció a dos tipos de persona. Por un lado, estaban los que no podían desenvolverse con libertad después de ver su encantadora apariencia, mientras que por el otro lado estaban aquellos que lo ridiculizan por la ropa roja que llevaba puesta o por tener una magnifica apariencia, una que era incluso mejor que las de muchas niñas.

Ella era la única que no estaba aturdida ni se burlaba de él. Solo honesta y completa indiferencia…

Después de regresar, comenzó a buscar información sobre ella… Y su curiosidad inicial se convirtió en apreciación. ¿Quién hubiera pensado que había sufrido tanto en los últimos años?.

Los que deberían haber estado más cerca de ella querían que muriera. Se suponía que debía tener un talento sin igual, pero tenía sus meridianos bloqueados debido a un veneno y fue humillada durante cada día.

Esta chica había sufrido tanto hasta que, un día, finalmente se puso de pie y manifestó un resplandor sin igual para que el mundo entendiera que la primera Joven Maestra de la Familia Mu ya no era un estorbo.

Pero en actualidad, esta chica estaba protegiendo a otro hombre frente a él. Eso hizo que el corazón de Feng Jing Tian sufriera, haciendo que ojos se llenaran de pena.

«Nadie más necesita saber eso, es suficiente con que yo lo sepa.»

Para ser honesto, la actual Mu Ru Yue todavía no sabía qué posición tenía Ye Wu Chen en su corazón. Sin embargo, sin importar que, solo necesitaba pensar en ese muchacho y su corazón se llenaria de calidez.

Él era puro e inocente como una hoja de papel en blanco. Era como un rayo de luz que iluminaba su oscuro corazón, en medio de un mundo lleno de tantas muertes.

Fue precisamente por su presencia que no se sintió sola en este mundo extraño.

Fuera de la ventana, bajo la luna, un hombre enmascarado tenía ambas manos en su espalda. Permaneció derecho a la luz de la luna, con una mirada llena de una dulzura sin límites cuando observo el rostro familiar dentro de la habitación.

No pudo evitar el desear casarse de inmediato con esta mujer, pero comprendió que no era el momento adecuado. En cambio, tenía que esperar el día en que todos sus asuntos se hubieran resuelto antes de poder casarse con ella…

«¿Feng Jing Tian?» La mirada del hombre enmascarado aterrizó en la cara del encantador. Con unos labios curvados que emitían un aura siniestra, continuó, «Te atreves a robar a la chica de este Príncipe, parece que debería darle una lección, no cualquiera puede desear a mi mujer. Además, esa patada suya no estuvo nada mal…»

‘Solo espero que esa jovencita no me patee allí durante nuestra noche nupcial, en el futuro…’