Capítulo 473: Un tercer paso para la construcción de la ciudad

Después de dos semanas de enseñanzas y exploración, Barov, el Jefe del Ayuntamiento, celebró la primera sesión plenaria municipal en el salón del castillo al final del primer mes de primavera del nuevo año a petición de Su Alteza. Además de los Ministros de todos los departamentos, algunos nobles de la Fortaleza también fueron invitados a la sesión, por lo que el número total de participantes ascendió a 65.

Barov sabía que durante su proceso de enseñanza tendría que evaluarlos. Después de trabajar como Jefe del Ayuntamiento durante un año, podía distinguir fácilmente ahora, a nobles capaces de inútiles y ociosos. Por eso que la mitad de los nobles, habían fallado su evaluación.

Tal como lo describió Su Alteza, les había ofrecido a esos pequeños nobles la oportunidad de «tomar un tren express», pero la realidad era despiadada. Las personas que no pudieran seguir el ritmo de los cambios quedarían naturalmente obsoletas con el paso del tiempo. Barov compartió los mismos pensamientos. Si Su Alteza era un demonio o un dios, no cambiaba el hecho de que su territorio había manifestado una atmósfera completamente diferente de aquellos en otros reinos. Si esa era una nueva era, él estaría feliz de sumergirse en ella con el príncipe.

El tema principal de la discusión de la reunión de ese día fue para votar por ultima vez sobre la ley de unificación que se promulgaría después de la construcción de la ciudad. También necesitaba informar a los nobles de la Fortaleza sobre el contenido de ello. Barov se había preparado para ese momento durante mucho tiempo, y ahora finalmente era el momento de revelar los detalles.

Le entregó a todos un delgado libro con cubierta dura con letras doradas en su portada, que decía Leyes Básicas del Reino. Contenía algunos temas básicos de las leyes redactadas y editados de Su Alteza. Solo podía decir por su nombre que Su Alteza tenía una gran ambición, y también creía que el príncipe tenía la capacidad de hacer florecer las ciudades más allá de la Región Occidental.

«Empecemos.» Roland, quien se sentó al final de la larga mesa, les ordenó con un movimiento de cabeza.

«Si su Alteza.» Barov se aclaró la garganta y comenzó. «Quizás todos aquí presentes han escuchado que vamos a construir una ciudad en la Región Occidental. El libro que tienen delante es la manera en como se manejara el territorio una vez que lo unifiquemos y se promulgará en el territorio de Su Alteza una vez que se complete la construcción de la ciudad. Siéntase libres de leerlo, o pueden escuchar mi presentación nada más. Si tienen alguna pregunta o inquietud, interrumpan en cualquier momento, Su Alteza les responderá.»

Un leve crujido de páginas barrió el pasillo. Barov volteó la portada, revelando la primera página del libro hecha de un fino pergamino.

«Lo primero que ven ahora es el indice de los contenidos, que contiene la estructura y la institución del nuevo territorio …»

«Artículo uno: Roland Wimbledon se reservará todos los derechos con respecto a los territorios bajo su jurisdicción.»

«Artículo dos: el Ayuntamiento es la máxima autoridad del territorio, y administra todos los asuntos relacionados con el territorio bajo la supervisión de Roland Wimbledon.»

«Artículo tres: toda persona, al ingresar al territorio, tendrá derecho a obtener el estatus de ciudadanía a través de múltiples pruebas. El Ayuntamiento tiene la obligación de garantizar el suministro de al menos tres de estas pruebas al público.»

«Artículo cuatro: cada individuo, al obtener el estatus de ciudadanía, no debe ser discriminado por género o por su condición anterior, es decir, hombre libre, campesino, sirviente y esclavo. Todo ciudadano dentro del territorio tiene el derecho a la misma protección e igualdad y beneficio de la ley. Pero tiene la obligación legal de pagar impuestos, defender el territorio y servir en el ejército.»

«Artículo Cinco: Todo noble será tratado igualmente como ciudadano regular y no tendrá más privilegios en función de su título. Los títulos serán honorarios sin otorgar al sujeto un poder ejecutivo noble, y se otorgarán por herencia de conformidad con la ley.»

«Artículo seis: todos los ciudadanos tienen derecho a buscar una protección de la vida, seguridad y propiedad personal de Roland Wimbledon.»

«Artículo siete: todos los ciudadanos tienen derecho a la educación, la libertad de trabajo y el matrimonio.»

«Artículo Ocho: se fomentaran las interacciones comerciales y el libre comercio en el territorio, siempre que tales actividades se lleven a cabo de conformidad con la ley.»

«Artículo Nueve…»

Barov pasó sus dedos pagina por pagina mientras explicaba los artículos uno por uno. Pocos códigos redactados por los nobles concernían a civiles. Incluso los hombres libres en la ciudad eran vistos como sujetos de explotación por grandes nobles. De hecho, era raro que las leyes de Su Alteza implicaran tantos derechos y protecciones para los civiles. El príncipe probablemente creía que solo podían ganar la Batalla del Día del juicio final con la ayuda del poder de la gente.

A Barov no le importaba en quién confiaba Su Alteza. Para él, los nobles y los civiles eran lo mismo. Solo le importaba hacer todo lo posible para completar las tareas enmedadas por Su Alteza y mantener un control firme sobre el poder. En Ciudad del Rey, había sido transferido de la Asociación de Astrología al Ministerio de Finanzas, sirviendo como Viceministro del Tesorero. Había pensado que pronto se mantendría en el más alto nivel de autoridad en el Reino de Graycastle, pero se dio cuenta después de una década de espera que su ambición se había convertido en un sueño desolado y sin esperanza. Había obedecido la orden del Rey Wimbledon III de acompañar al Príncipe Roland a Ciudad Fronteriza debido a una promesa hecha al anterior rey, y también debido a su morbosa decepción durante años. Sin embargo, nunca espero que su anhelado sueño se hiciera realidad de otra manera.

Barov no había visto un verdadero demonio, pero conocía bien la fuerza y ​​el poder de esos caballeros armados. Si Su Alteza pudiera derrotar a los caballeros de un solo golpe, ciertamente podría barrer todos sus obstáculos en el Reino. Eventualmente, el príncipe ascendería al trono y se convertiría en el soberano reinante del estado, y él sería la Mano derecha del Rey. Si el Tesorero todavía estuviera vivo para entonces, ¿qué semblante amargo le mostraría a Barov?

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Como la mayoría de los contenidos dentro del libro fueron leídos a los sujetos con un lenguaje sencillo, ninguno de los ministros se sorprendió. Sin embargo, cuando leyó la parte que estipulaba la prohibición de la trata de personas y la abolición de la esclavitud, los nobles comenzaron a murmurar. Todos los demás artículos se aprobaron unilateralmente.

Nadie cuestionó el artículo sobre la reforma de los nobles. Esos pequeños nobles no se habían beneficiado demasiado de sus territorios ya que la mayoría de sus tierras se encontraban en áreas desiertas, por lo que no les importaba demasiado el llamado poder feudal y el poder legislativo. Además, después de dos semanas de estudio, muchos de ellos habían planeado vender los territorios al Ayuntamiento y utilizar los ingresos para comenzar un nuevo negocio, como una fábrica de maquinas o una planta química.

La conferencia comenzó en la mañana y no se detuvo hasta la tarde. Todos se centraron en la presentación. Cuando llegó la hora del almuerzo, los sirvientes colocaron la comida sobre la mesa y dejaron que las personas comieran mientras leían. Barov bebió mucho agua, pero a pesar del dolor que tenia en su garganta, estuvo feliz de explicar cada detalle de los artículos a las personas presentes.

Finalmente, ingresaron al último tema de discusión, que era el único artículo en las Leyes Básicas del Reino que requería la opinión de todos. Era la bandera y el nombre de la nueva ciudad.

La sala de conferencias pronto se llenó con ruidos de debate.

Barov les pidió a todos que crearan un nombre y un diseño ideal para la bandera. Los asistentes colocaron su trabajo sobre la mesa y elegieron el mejor.

Después de varias rondas de votación, escogieron el diseño de la bandera y el nombre de la nueva ciudad.

El diseño de la bandera se basó en el emblema de la familia real del Reino de Graycastle. Su patrón básico era un arma y una torre, encima de la cual había un gran pentagrama con tres más pequeños debajo. El gran pentagrama representaba al Señor Roland Wimbledon, mientras que los más pequeños representaban el Ayuntamiento, el Ejército y la Unión de Brujas.

En cuanto al nombre de la ciudad, eligieron «Ciudad Neverwinter».

Nota Traductor: En sí en chino el nombre de la ciudad es Nunca Nevara o hará frió, por eso es Nunca Invierno.