Capítulo 410: Expectativas
El vapor de agua formo una capa uniforme de niebla blanca, parecida a una gasa fina en el cristal de la ventana. El viento helado soplando en las ventanas con un sonido crepitante, contrastaba con la chimenea que ardía tranquilamente en la habitación.
Scroll se encontraba sentada frente a un largo escritorio en la Oficina del Ayuntamiento, leyendo rollos de documentos gruesos.
Esos documentos no eran temas de educación, sino temas estadísticos reportadas por varios departamentos. Ella usaba su tiempo libre para memorizar tal información en caso de que alguien lo necesitara. Esa era recientemente parte principal de su trabajo ya que no había mucho que tratar en el Ministerio de Educación. Después de todo, la segunda ronda de evaluación había finalizado no hace mucho, y no se realizaría otra antes del próximo verano.
Después de haber trabajado para Su Alteza Roland durante medio año, descubrió que Su Alteza estaba particularmente interesado en las estadísticas; le gustaba que sus subordinados describieran las cosas con una larga serie de números precisos; con frecuencia utilizaba términos como la razón horizontal, la relación año tras año y la relación relativa de la cadena. Y Posteriormente, todo el personal en el Ayuntamiento le retiró ese hábito.
A medida que la población del municipio crecía, el trabajo estadístico relacionado aumentó en consecuencia. Por lo tanto, Su Alteza le encomendó ese trabajo a Scroll y la llamó en broma «la base de datos» de Ciudad Fronteriza. Aunque el apodo la hacía sonar como un almacén, Su Alteza lo describió como algo extremadamente importante. Con la ayuda de una base de datos, dijo que podía estimar el desarrollo del próximo año y hacer planes económicos y militares. Incluso dijo que todas sus decisiones futuras sobre el territorio se basarían en el análisis de datos.
«Señorita Scroll.» Una mujer vestida de aprendiz abrió la puerta de la oficina y entró a la habitación. Después de inclinarse ante Scroll, ella le entregó un formulario de solicitud. «Hola, mi nombre es Freya. Su Excelencia Carter del Departamento de Justicia desea adquirir la información sobre los refugiados que aprobaron la verificación residencial en la última semana.»
Debido al conocimiento escaso, Su Alteza ordenó que cualquier persona que deseara consultar datos complejos debía primero obtener el consentimiento de Barov. En cuanto a los datos individuales, uno podría pedírselos a Scroll en cualquier momento.
«¡Espera un minuto!» Scroll miro la firma en el formulario de solicitud, y convocó su Libro Mágico y posteriormente le mostró los datos solicitados. «Bien. Dale esto al Sr. Carter».
«Gra… gracias.» Freya sostuvo con cuidado el libro que salió de la nada como si fuera una bestia demoníaca.
«No te preocupes, no te hará daño.» Scroll no pudo evitar reír. La mayoría de las personas ponían esa expresión cada ves que veían el Libro Magico. «No es necesario que me devuelvas el libro porque este desaparecerá cuatro horas después. Sin embargo, de acuerdo con la Constitución de Confidencialidad, no se te permite dárselo a nadie más que a Carter.»
«Sí, mi señora.»
Freya se inclinó y retrocedió. Mientras empujaba la puerta, Scroll vio un mar de gente en el pasillo, y un sonido de charlas entro a la habitación, pero se calmo nuevamente cuando la puerta se cerró.
Ese era un fin de semana, que se suponía que era un día de descanso, pero el Ayuntamiento todavía estaba tan ocupado como en los días de trabajo. Todo el mundo estaba entusiasmado con la próximas construcciones de Ciudad Fronteriza, por lo que estaban trabajando especialmente duro. Con la recompensa salarial por las horas extras ofrecidas por Su Alteza, nadie estaba dispuesto a quedarse en casa.
Scroll no entendió las decisiones de Su Alteza. Para ella, no había mucho trabajo por hacer en el Ayuntamiento, y en comparación con las labores de los mineros y los trabajadores en los hornos, escribir documentos oficiales, recopilar datos y hacer informes requería mucho menos esfuerzo; sin embargo, esos eran los trabajos principales del Ayuntamiento. Su Alteza solo tenía que dar órdenes, y todos lo cumplirían fácilmente. Realmente no había necesidad de aumentar el salario con respecto a lo que hacían. Comparado con la mayoría de trabajos, Su Alteza parecía ser demasiado benevolente.
A decir verdad, Scroll no creía que Su Alteza Roland pareciera un verdadero Señor. Sin embargo, era exactamente esa persona quien los estaba dirigiendo a una nueva, la cual era casi un milagro.
Ella no llegó a esa conclusión debido a su respeto y confianza por Roland, fue debido a esos datos claros; comparado con hace un año, cuando solo los mineros tenían un ingreso estable en Ciudad Fronteriza; los salarios de los mineros, los trabajadores en los hornos y los trabajadores en las fabricas se habían duplicado ahora, aunque solían ganar menos; algunas ocupaciones emergentes, como los ensambladores en la fabrica de motores de vapor y los operadores en la fabrica de ácido tenían salarios multiplicados por ocho, y el número de trabajadores todavía estaba en aumento.
Los cambios dentro de la ciudad eran tan obvios que si una persona no hubiera vivido allí hace un año, le resultaría muy difícil creer que tales cambios fueran posibles.
Scroll tocó las palabras en el documento. No podía imaginar cómo el territorio continuaría transformándose bajo el liderazgo de Su Alteza, pero ella creía firmemente que tendría un futuro lleno de esperanza y sorpresas.
«Señorita Scroll». La puerta de madera se abrió, y el guardia de Su Alteza Roland intervino. «Su Alteza quiere verte.»
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Cuando fue al tercer piso del castillo, Scroll observo que Su Alteza estaba organizando un manuscrito.
«¿Le gustaría que grabe esas cosas?» Atando su cabello negro, que estaba revuelto por el viento frío, ella se acercó y le preguntó al príncipe.
«Eso es correcto. Se necesita al menos la mitad de las células de mi cerebro para terminar este libro.» El príncipe masajeó su cuello, murmurando palabras que eran difíciles de comprender para Scroll. Incluso ese conocimiento general que estaba escribiendo, solo podía recordarlo en general, todavía tenia que deducir varias formulas.
Scroll se había acostumbrado a ese comportamiento. Ella ignoró sus términos raros, tomo el manuscrito y se dio cuenta de que las letras en su portada tenían un color naranja sin precedentes que tenían la palabra «cálculo».
Pasó un par de páginas y descubrió que era imposible entender lo que significaba el título del libro. Luego se concentró en memorizar su contenido: en comparación con las ecuaciones que había aprendido anteriormente, descubrió que esas nuevas fórmulas ni siquiera tenían números, sino una serie de símbolos extraños, como un conjunto completo de nuevos caracteres. Parecía ser una cosa que solo le interesaría a Anna y Tilly.
«Por cierto», preguntó Roland, «¿cuál es el ingreso promedio de los residentes?»
«Lo mínimo es de 10 royals de plata por mes, y lo máximo de 40», respondió Scroll sin detener la memorizan de los documentos, «pero para calcular el ingreso promedio necesitaría el Libro Mágico, que se esta utilizando ahorita.»
«Está bien. Puedes darme el resultado estadístico pasado mañana.» Roland agitó su mano. «Necesito este número para determinar la tarifa por el suministro de agua y calefacción. El proyecto de suministro colectivo de calefacción está a punto de comenzar en una semana. Al completarse, este lugar sera tan cálido como la primavera, incluso durante el invierno más largo.»
Una ciudad sin miedo al frío. Ese era uno de los milagros que solo podía suceder en el territorio de Su Alteza. «Si no obtengo trabajo adicional, le daré los resultados mañana.»
«Mañana… Sería bueno si pudieras convertir el Libro de Magia en un libro de cuentos.» Roland negó con la cabeza con una sonrisa. «O cualquier libro que Anna no haya leído.»
«¿Libro de cuentos?» Scroll se sobresaltó un poco antes de comprender rápidamente su razonamiento. «Mañana es el día de la señorita Anna …»
«Sí, su Día de Despertar», el Príncipe asintió y dijo.