GDK – Capítulo 1019


Capítulo 1019: Intensificar la batalla


Antes, Althea sólo estaba un tanto molesta. Pero después de escuchar lo que Han Shuo acababa de decir, su expresión se volvió sombría y ya no oculto su enojo hacia él. “¿Piensas que mi Espejo del Destino está recolectando almas por diversión? Sin este, la influencia de Aethernia se volvería más y más fuerte. ¡Pereceríamos antes de que seas capaz de romper la barrera alrededor de Aethernia!”

Fernando también arrugó sus cejas, pensando que Han Shuo se había sobrepasado. Sin embargo, no lo reprendió directamente como lo hizo Althea. “Han Shuo, hacer esto sólo nos causará problemas. Incluso si yo lo permito, los otros no lo harán. Para entonces, aparte de Azdins incluso Nestor, Amon y Cratos se enfurecerán por esto”.

Mientras ella también podría estar recogiendo almas para sus propios fines, al menos todavía era justificable. Sin el espejo soportando la influencia de Aethernia, sus Epítomes desde hace mucho habrían desaparecido. Así, incluso si Azdins, Nestor y el resto estaban descontentos por lo que ella podría estar haciendo, todavía tenían que hacer lo que decía y sólo se atrevían a causarle los menores problemas pensando en lo que podrían provocar.

Han Shuo no estaba sorprendido por sus respuestas. Sonriendo relajadamente, dijo, “no se enfaden tanto y escúchenme primero”. Viendo que los dos se calmaban, continuó, “¿no dijiste que mientras pudiera mitigar la influencia sobre los Epítomes me permitirías recoger almas?”

Althea parecía un tanto extrañada y lo sometió a escrutinio antes de decir, “¿estás diciendo que puedes hacerlo?”

Fernando estaba igual de sorprendido. Lo miró con incredulidad y dijo, “Han Shuo, no deberías decir cosas como estas a la ligera. El menor error puede arruinarnos a todos”.

“¿Me veo como la clase de persona que bromea sobre asuntos como estos?” él puso una sonrisa en su rostro y dijo solemnemente, “puedo prometerte que una vez que mi artefacto demoníaco absorba las suficientes almas, puede contratacar la influencia de Aethernia de la misma forma. No sólo eso, con suficientes almas, incluso puedo romper con facilidad la barrera de Aethernia”.

Algo destello a través de los ojos de Althea. Parecía estar bastante sacudida mientras miraba duramente a Han Shuo, antes de deliberar por un momento. “¿Tienes la seguridad de que tu artefacto puede romper la barrera de Aethernia una vez que reúna suficientes almas?”

Han Shuo asintió. “Estoy seguro. Mientras haya suficientes, abrir Aethernia será solo cuestión de tiempo.

“¡Muy bien!” ella dijo, respirando tan fuerte que su pecho subía y bajaba. “Te permitiré recolectar esas almas. Pero deberías conocer las consecuencias de sí no eres capaz de romper la barrera de Aethernia para ese entonces”. Giro hacia Fernando y dijo, “Fernando, por favor llama a los otros. Esto nos afecta a todos y debemos hacer un nuevo acuerdo”.

El anciano asintió y abrió algunos caminos espaciales para invitar al resto al Santuario del Destino.

“¿Qué ocurre?” Azdins dijo con una sonrisa brillante, como si los dioses homicidas que estaban peleando cerca no fueran sus hombres.

Nestor observó a Fernando con dudas antes de girar hacia Han Shuo. “¿Hay algo nuevo? Parece que tienes algo enorme para discutir”.

Althea, viendo aparecer a Monroe, Lyna y Azdins, arrugó sus cejas incluso con más fuerza como si estuviera disgustada porque ellos atacaron su dominio. Procedió a narrarle al resto la situación. Cuando todos ellos lo escucharon, giraron hacia Han Shuo con miradas de duda. Monroe era la más directa. “¿Estás seguro de que este chiquillo no está inventando las cosas? Esto no es algo sobre lo que deba bromear. Si no está seguro, ¿no significa eso que todos nosotros moriremos si él falla? Althea, ¿no piensas que es muy arriesgado de tu parte colocar nuestra supervivencia en este mocoso?”

Muchos otros pensaban igual. No creían que él en realidad tuviera la habilidad de hacer eso. Nestor, Amon y Cratos no expresaron sus opiniones en el asunto, pero tampoco se pusieron del lado de Han Shuo.

“No estoy segura de si lo que dice es verdad, pero creo que deberíamos apostar en él. No nos queda mucho tiempo, así que no debemos dejar de lado cualquier oportunidad”.

“Pero tengo una idea como una medida de prevención. Espero que todos acepten duplicar las muertes en esta guerra. Con eso, incluso si el método de Han Shuo no funciona, mi espejo tendrá suficientes almas para mitigar la influencia. ¿Qué piensan?”

“Es una buena idea. No hace daño estar doblemente preparados”, dijo Nestor quien todavía no había participado en la guerra hasta ese momento. Amon, Cratos y Fernando también parecían aprobar la idea. Solo Monroe, Lyna y Azdins no dijeron nada. Ellos eran lo que habían sufrido más en la batalla, así que tener más pérdidas no necesariamente era una cosa buena.

“¿Cuál es tu opinión personal, Althea?” Azdins preguntó, su sonrisa se había desvanecido desde hace mucho.

“Creo que vale la pena intentarlo. Si puede abrir Aethernia, vale la pena sacrificar más almas. Por lo menos, nos dará la oportunidad de asesinarla antes de que emerja de Aethernia”.

«Jaja, Azdins, la propia Althea no está en contra cuando tu lado tiene la ventaja. ¿Así que de qué te preocupas? ¿No me digas que te estás acobardando?” Nestor lo provoco.

“¡Está bien!” Azdins rió de corazón y dijo, “desde que Althea no tiene miedo, ¿por qué debería tenerlo yo? Monroe, Lyna, no podemos encogernos cuando los otros están avanzando”. Él giró para observar a Althea, como si dijera que estaba aceptando su reto. Las otras dos diosas aceptaron a regañadientes, por ir siempre de acuerdo con los planes de Azdins.

“¡Chiquillo, si no puedes abrir Aethernia cuando llegue el momento, yo te sentenciaré a un destino que es peor que la muerte!” Monroe lo observó amenazadoramente.

Han Shuo simplemente se encogió de hombros y sonrió. “No te preocupes. Definitivamente no te decepcionaré”. ‘¡Hmph, cuando mi cuerpo principal alcance el Reino del Diablo, estarás acabada!’

“Desde que ese es el caso, vamos a continuar con la guerra. Ya no hay necesidad de contenernos. Ataquen con todo lo que tengan. Les diré cuando se hayan cosechado suficientes almas. ¡Hasta entonces, enloquezcan!” Althea dijo imparcialmente. “Regresen por donde vinieron. Los caminos espaciales todavía están allí, así que sigan su camino”.

Azdins y los otros se marcharon con apariencias sombrías mientras que Nestor, Amon y Cratos le lanzaron a Han Shuo una sonrisa extraña antes de irse. Justo cuando él estaba por marcharse con Fernando, Althea dijo repentinamente, “déjame reclamas las almas en este lado. Puedes reclamar las del otro frente cerca del Dominio de la Luz”.

Teniendo a dos personas reclamando almas en el mismo lugar causaría un conflicto, así que Han Shuo lo encontró bastante razonable. “Muy bien. Entonces iré al Dominio de la Luz. Fernando, tendré que molestarme para que me envíes allá”.

“No hay problema”. El anciano sonrió y abrió un nuevo camino antes de entrar él mismo.

Han Shuo le dio a la Diosa del Destino una última mirada antes de seguirlo. Al siguiente momento, noto que ahora se encontraba en la Cordillera de las Mil montañas del Dominio de la Luz. Este era el lugar por el que cualquiera tendría que pasar para entrar en el Dominio de la Luz. Había miles de montañas de varios tamaños, por lo cual el nombre. Actualmente, había innumerables dioses batallando unos en contra de otros. Aquellos de los Dominios del Viento, Fuego, Trueno y Tierra derribaban a los que eran de los Dominios de la Luz, Agua y Vida, forzándolos a entrar en el Dominio de la Luz.

Al parecer, por los incontables guardianes enemigos masacrados, la alianza de los cuatro dominios tenía la ventaja. Pero afortunadamente, el Dominio de la Luz alzó incontables torres de energía en las montañas las cuales emanaban una luz sagrada, que de alguna manera los ayudaba a disminuir la persecución.

Las densas torres de energía consumían un inimaginable número de cristales de energía. El Dominio de la Luz debió haberlas preparado para los Dominios de la Muerte, Oscuridad y Destrucción, pero no tuvieron más opción que usarlas para manejar el inesperado ataque de una alianza que no esperaban. Han Shuo vio incontables almas flotando en el cielo y comenzó a reír con emoción. Sin vacilar, sacó el Caldero de la Miríada de Demonios y comenzó a recolectarlas.