GDK – Capítulo 968


Capítulo 968: ¡Acabaló tú mismo!


Mientras Ossora lidiaba con los desesperados ataques de Asser, observó con cuidado los pilares cerca de él con miedo de que emanaran incluso más rayos de energía para congelarlo. Se estaba sintiendo extremadamente impotente mientras se preguntaba cómo diablos cayó en esa área y se encontró con Asser. Para ese momento su plan para lidiar con Han Shuo había sido completamente arruinado.

Los dos estaban fuertemente restringidos dentro de esa extraña formación. Mientras peleaban a muerte, los pilares de piedra que atravesaban el cielo junto a ellos dejaban salir rayos de una extraña energía que podía congelar a cualquiera que fuera golpeado, causando que fueran atacados por el otro que no fue alcanzado.

Mientras tanto, la batalla igualada entre los dos, los dejó cubiertos de heridas por todas partes, la mitad de ellas gracias a sus oponentes mientras la otra fue por los rayos que disparaban los pilares. Ossora no quería seguir peleando con Asser. Desde el comienzo, había estado buscando una manera de salir, pero los ataques de la formación y la incesante persecución robaron toda su atención. Por ello, era incapaz de marcharse incluso aunque lo deseaba.

“¡Asser, no quiero seguir peleando contigo! ¡Deja de estar molestando!” Dijo Ossora mientras disparaba un rayo al suelo, causando que un gigantesco golem de tierra se alzara y bloqueara el frente.

El Superior, quien se encontraba oculto en la oscuridad, se rio. “Ossora, eres un Soberano de la Franja y estás en buenos términos con el dueño del Pandemonio, Bryan. En el momento en que salgas, te unirás a él para pelear conmigo. ¿Piensas que soy un idiota?”

Ossora sonrió amargamente y quería explicarle que ya no tenía lazos con Han Shuo, pero sintió que no era apropiado antes de poder traicionarlo. Por no mencionar que en cualquier caso no era como si Asser creería que le decía la verdad, por eso vacilaba.

Viendo que el viejo permanecía en silencio, Asser intensificó sus ataques. La energía de la oscuridad trataba de sujetar al Soberano como tentáculos. Estaba haciendo todo lo posible para herirlo antes de dejar ese condenado lugar.

Mientras tanto, los fantasmales dibujos en la docena de pilares de las cercanías parecieron cobrar vida y aullaron desde la densa aura negativa, dejando salir un grito que penetraba los oídos. Ambos notaron el cambio en los pilares e inmediatamente hicieron muecas de disgusto. Incluso desde el comienzo de su pelea, los pilares de piedra habían interferido, pero no parecían una amenaza cercana, así que los dos continuaron la pelea.

Pero en ese momento, las imágenes fantasmales que aullaban dejaron salir un aura maligna increíblemente helada la cual causó que Asser y Ossora sintieran un escalofrió. Se vieron unos a otros, pareciendo que habían llegado a algo e inmediatamente se alejaron uno del otro sin continuar su pelea. Pronto, una larga sombra emergió desde atrás de uno de los pilares. La energía que dejaban salir estos parecía haber sido atraída por algo y se reunía en esa sombra borrosa.

“¡Grandioso! ¡Finalmente, estás aquí!” Ossora exclamó con alegría, “es grandioso que estés bien. Estaba siendo perseguido por Isaiah y el resto así que tuve que retirarme a este sitio. ¡Poco sabía que caería en este lugar y encontraría a este tipo!”

Sabía que la persona era Han Shuo. La expresión de Asser cambió por la implicación. Sabía que estaba en un enorme problema al tener que lidiar tanto con el maestro del lugar y el anciano al mismo tiempo.

Como se esperaba la figura se reveló para ser Han Shuo. “Ossora, ¿te encuentras bien?” preguntó, luciendo preocupado mientras lo hacía.

El viejo obviamente estaba feliz sobre la actitud aparente de Han Shuo, pensando que toda su trampa todavía no había sido expuesta. “Estoy bien, llegaste en el momento justo. ¡Acabemos juntos con Asser!”

“¡Eso es exactamente lo que estaba planeando hacer!” dijo mientras cargaba hacia el Superior, quien estaba oculto en la oscuridad.

Los rayos de luz de los pilares se dispararon como armas afiladas que rasgaban a través de todo lo que se ponía en su camino. Incluso el Dominio de la Divinidad de la Oscuridad de Asser fue rasgado por las explosiones, exponiendo su cuerpo en el interior. Ossora se alegró todavía más. Miraba a Han Shuo con un intento malicioso bien escondido.

“¡Voy!” Ossora rio en voz alta mientras giraba bruscamente, causando que las arenas en el suelo se reunieran en él. En ese momento, era tan pesado como una montaña mientras se acercaba a Asser de forma dominante.

El Superior suspiro por su mala suerte y su predicamento. Si no estuviera en la maldita formación, tendría una oportunidad de escapar. Sabía lo difícil que sería marcharse dada su experiencia y a que no era capaz de hacerlo sin el tiempo suficiente. Observo mientras Ossora y Han Shuo se acercaban a él desde atrás y adelante. Luego abandonó cada pensamiento fugaz y repentinamente giró hacia Han Shuo.

Habiendo peleado con Ossora por bastante tiempo, así que más o menos conocía el alcance de sus habilidades. Creía que podría ser capaz de recibir el ataque de Ossora. Sin embargo, Han Shuo, estaba más allá de lo aterrador y no estaba seguro de que fuera capaz de recibir el golpe.

“Jaja, Asser, debiste saber que esto ocurriría desde el día en que quisiste acabar con el Pandemonio”, Han Shuo dijo mientras desaparecía repentinamente.

Asser notó que ya no podía sentir la presencia de Han Shuo, causando que entrara en pánico y se rindiera en su ataque, eligiendo en su lugar rodearse nuevamente con la oscuridad.

Un golpe sordo pudo escucharse detrás de él, seguido de un aterrador grito penetrante. “Bryan… Por qué… ¡¿Por qué me atacaste?!” Ossora estaba cubierto con sangre.

Asser estaba aturdido. Observó mientras Ossora sangraba y giró hacia el sonriente Han Shuo, completamente anonadado.

Una extraña energía fluía desde el cuerpo del viejo, causando incontables explosiones en el proceso. Eventualmente, la sangre comenzó a brotar desde todos los orificios de Ossora. Desesperadamente evitó los ataques de Han Shuo mientras maldecía el trato injusto que estaba recibiendo.

“Ossora, siempre te respeté como un guía. ¡Aun así, no conocías tu lugar!” La expresión de Han Shuo era una extremadamente helada. “¡Te atreviste a traer a Isaiah, Regis y Miller al Pandemonio, así que debiste pensar en que esto ocurriría! ¡Jeje, sólo hice lo que tú querías hacerme durante todo este tiempo!”

“Tu… ¿Lo sabías?”

Han Shuo asintió. “No debes seguir esperando a que Isaiah y el resto te salven. Ni siquiera pueden salvarse a sí mismos”.

“¡Imposible!” Ossora gritó con una voz extremadamente aguda, sus heridas lo hacían estar más desesperado comparado a su habitual conducta tranquila. “¡No hay manera en que tú seas capaz de manejar a los tres!”

“Creo que no hay nada más que podamos decir”. Han Shuo suspiró. “Ossora, me ayudaste antes, así que no quiero matarte yo. ¡Es mejor que lo acabes tú mismo!”

“Jejejejejejeje… ¡¿Acabarlo yo mismo?! ¡Bryan! ¡¿Realmente piensas que todo está bajo tu control?!”

“¿Oh? ¿No es así?” Han Shuo se burló y miró a Asser, quien estaba tratando de alejarse. “¿Estás hablando de él? Jaja, ¿piensas que él puede ayudarte?”

Mientras hablaba, dos figuras más aparecieron desde atrás de los pilares, llamadas, Wasir y Salas. En el momento en que aparecieron, el rostro de Ossora se volvió cenizo. “Wasir y Salas… Bryan, oh Bryan… ¡Eres verdaderamente despiadado! ¡No pensé que trabajarías junto a Wasir, pero incluso con ese maldito Salas!”

Asser observó a Salas con incredulidad. “¡Tú! ¡¿Por qué estás ayudándolo?!”

Incluso aunque no era de la Franja, sabía que Salas le tenía un enorme rencor a Han Shuo. De lo contrario, Dhaka, Dagmar y Asser no le habrían permitido unirse a la pelea en contra de la Franja. Aun así, en ese momento, estaban del mismo lado.

“¿Qué no lo sabían ya?” Salas fingió sorpresa y se burló, “¿no estabas convencido de que fui uno de los que causo que sufrieran esa pérdida en las tres montañas? ¿Por qué estás actuando tan sorprendido en este momento?”

Cuando dijo eso, Asser se sacudió con enojo. “¡Así que realmente fuiste tú!” En aquel entonces, aunque culparon a Salas por la pérdida de sus hombres, realmente no pensaban que los hubiera traicionado.

“¡Jaja, desde luego que fui yo! ¡De lo contrario, nunca habrían perdido a la mitad de sus hombres incluso antes de entrar al Pandemonio!” Salas se rio con una alegría extrema mientras miraba la mirada en su rostro. En aquel entonces, el trió había querido convertirlo en un chivo expiatorio, pero en ese momento, él estaba dando la última carcajada.