Una colonia Goblin. En ese lugar donde alguna vez estuvo la ciudad del Castillo del Rey Demonio, los Goblin llevaban un estilo de vida sin restricciones.
Toscas vallas de madera, casas hechas uniendo ramas de árboles y madera seca aleatorias.
Era una sociedad primitiva donde los que poseían ramas de árbol más fuertes eran los más fuertes, y donde los Chamanes Goblin que hacían cantos dudosos aconsejaban al líder de la colonia.
Las actividades de Goblin que podrían encontrarse donde quiera, ciertamente estaban allí.
En el centro de tal colonia.
Con los frutos del bosque que eran el resultado de la recolección de ese día frente a sus ojos, el Jefe reprendió lo inútiles de los aldeanos.
Debido a que no tenían la habilidad para matar ni siquiera una bestia, el alimento básico de los Goblin eran las frutas.
Sería fácil cazar animales si tuvieran una elección de mejores armas, pero ellos no tenían la inteligencia suficiente para eso.
「Jefe, algo viene.」
「¿Es Humano?」
「¿Eso Humano?」
Los jóvenes Goblin nunca han visto Humanos reales.
Ellos sólo habían escuchado del 「Perverso Humano」 llamado Héroe en las historias transmitidas en su colonia.
Sin embargo, lo mismo se aplicaba para el Jefe de la Aldea.
Debido a eso, él no poseía ninguna confianza cuando vio que ‘ellos’ se acercaban.
Siendo un grupo de dos, ese grupo tenía una altura del doble de las suyas.
El hombre vestía ropas extravagantes con negro como su color base.
Tenía cabello negro y ojos rojos.
En cuanto a la mujer, vestía ropas que parecían resistentes con blanco y negro como colores base.
Tenía una armadura de apariencia fuerte y un escudo, además de una espléndida espada.
También tenía cabello negro y ojos rojos.
Incluso si no sabían si eran Humanos o no, el Jefe de la Aldea pensó que esa arma se veía fuerte.
No había error en que esas ropas también eran cosas magníficas.
Que seguramente, a él le quedarían mejor.
Pensando en semejantes estupideces, el Jefe de la Aldea imaginó una versión fuerte y genial de sí mismo.
Y luego, girándose hacia la pareja que parecía Humana que se aproximaba, el Jefe de la Aldea alzó su voz.
「¡Humanos! ¡Dejen pertenencias!」
Cuando el Jefe de la Aldea azotó la rama de árbol que usaba como bastón en contra del suelo para hacer ruido, los Goblin en los alrededores tomaron posiciones de combate con sus propias ramas.
Como intimidación, emitieron gruñidos y una sed de sangre.
Sin embargo, como si eso no le importara lo más mínimo, la mujer le habló sobre algo al hombre y entonces se aproximó al Jefe de la Aldea con un andar relajado.
Estaban siendo subestimados.
Cuando apenas pudo entender eso, el Jefe de la Aldea alzó su voz para dar órdenes a los Goblin.
「¡Matar!」
En el momento en que declaró eso –
La atmósfera se transformó y se escuchó un sonido distorsionado.
Estaba frío.
Sus dientes temblaban y tiritaban.
No podía moverse.
Error.
Era miedo.
El líder de la aldea lo reconoció por instinto.
La mujer de ojos rojos estaba ante sus ojos.
Los ojos de esa mujer, destellaron.
Esos ojos, eran tremendamente aterradores.
Un miedo que se sentía como si su corazón estuviera siendo sujetado fuertemente.
La fuente de ese miedo, no se detuvo.
Lentamente, ella avanzó… y menospreciando al Jefe de la Aldea, abrió su boca.
「¿A quién vas a matar?」
El Jefe de la Aldea estaba aterrorizado y sacudió su cabeza.
Para decir que no era así.
Para decir que no lo decía en serio.
Para decir que no pensó que fueran oponentes así de aterradores.
Esas absurdas excusas que vinieron a su mente se desvanecieron.
Lo que salió de la boca del Jefe fue, una sola palabra.
「A, ayuda…」
Eso era, una palabra que pedía que su propia vida fuera perdonada.
La mujer envió a volar al Jefe de la Aldea de una patada con ojos como si estuviera mirando basura.
「¡Gobuh!」
Con un solo movimiento que parecía como si estuviera pateando una roca a sus pies, el Jefe de la Aldea fue enviado a volar rebotando en contra del suelo.
No hubo ni un solo Trasgo que tratará de salvarlo.
Si hacían cualquier movimiento descuidado, ellos serían los siguientes.
Con solo su instinto, ellos entendieron eso.
Por esa razón, frotaron sus cabezas en contra del suelo. Con el fin de demostrar que no tenían intención de resistirse, extendieron las manos frente a ellos.
No sabían que esos movimientos significaban sumisión.
「… Un anuncio para ustedes Goblin.」
Cuando ella se paró frente a los goblin que se postraban frente a ella, Ichika gritó en una voz clara.
「De ahora en adelante, a todos ustedes se les dará el honor de recibir las palabras del Rey Demonio Vermudol-sama. Tallen cada palabra en sus cuerpos y obedezcan la voluntad del Rey Demonio-sama sin la menor de duda.」
Los pequeños corazones de los goblin reaccionaron a la palabra ‘honor’.
Y entonces, sus almas reaccionaron a las palabras ‘Rey Demonio’.
Rey Demonio.
Sus almas entendieron que esas palabras eran algo especial.
「… Oh, Goblin.」
Estos escucharon la juvenil voz del hombre mientras todavía seguían postrados.
「Esta colonia, estará directamente al mando del Rey Demonio de ahora en adelante.」
Los goblin no entendieron el significado detallado de eso.
Pero no hace mucho, el Jefe de la Aldea más distinguido y fuerte fue derrotado.
Ellos pensaron que en ese caso, no tenían más opción que obedecerlos.
「En cuanto a todos ustedes, haré que se conviertan en individuos adecuados para semejante papel. ¿Hay alguna objeción?」
No debería haber ninguna.
No, incluso si hubiera alguna – tal vez serían asesinados por esa mujer, eso era lo que los goblin temían.
Inspeccionando a los silenciosos goblin, el Rey Demonio Vermudol asintió.
「Bien, en ese caso… un sólo representante debe venir ante nosotros.」
Representante, eso significaba el Jefe de la Aldea.
Sin embargo, este aún estaba inconsciente.
Pensando en ese caso, un trasgo con gran fuerza alzó su cabeza.
「En, entonces es Agur. Agur, fuerte.」
「Bien, ¿entonces quién es ese Agur?」
Debido a las palabras de Vermudol, el trasgo con gran fuerza se señaló desesperadamente a sí mismo.
「Ag, Agur es Agur. Porque Agur es Agur.」
「Rey Demonio-sama, al parecer ese trasgo es Agur.」
「… Ahh, entonces era eso.」
De las palabras de Ichika, Vermudol se dio cuenta de que los goblin no tenían palabras en primera persona para referirse a ellos mismos. Y entonces, le hizo señas a Agur.
「En ese caso, iremos al castillo, Agur.」
Agur se levantó nerviosamente y sostuvo su propio palo de madera en su mano.
Esa era un arma importante que simbolizaba su fuerza.
Temía que si la dejara y fuera robada, su rango quizás podría cambiar.
「Rey Demonio-sama, ¿qué planea hacer trayendo esa cosa al castillo?」
En respuesta a la pregunta de Ichika que se diría era razonable, Vermudol sonrió con un rostro como el de un niño al que se le ocurrió una broma.
「Es algo simple. Ichika… si no me equivoco, todavía queda un montón de escombros, ¿cierto?」