TGC Prólogo

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El sol ardiente era como un tirano codicioso desatando su calor mortal sobre los páramos y eliminando la poca humedad que quedaba. Las arenas interminables se extendían en el horizonte tan vastas que engendraban desesperación mientras se tragaba todos los demás colores con su propio y monótono amarillo. Olas de aire caliente barrieron el árido páramo provocando tormentas de arena que ocasionalmente borraban el propio sol. El mundo entero estaba en un estado de caos desolado, y parecía como si los cielos y el suelo fueran del mismo color apagado.

El suelo estaba lleno de trozos y retazos de escombros que se agrupaban para formar pequeñas montañas. Había decenas de miles de estas cosas, y parecían dinosaurios de acero que habían sido enterrados en la arena con sólo su espalda visible. El paso de incontables años los había carcomido lentamente causando que parches de óxido aparecieran por todas partes. Este lugar estaba lleno de edificios llenos de cicatrices que habían sido completamente diezmados, dejando sólo sus esqueletos detrás  para siempre un testamento silencioso de su antigua gloria.

Hace miles de años este lugar era una ciudad. Miles de años después había sido reducida a ruinas.

Hace 50 años este lugar se había convertido en un campamento de carroñeros.

¿Quién todavía recordaba su antigua extravagancia, su brillante opulencia, su deslumbrante prosperidad?

¿Quién todavía recordaba que este lugar estuvo una vez lleno de innumerables rascacielos? ¿Quién se acordaba del aerodeslizador atómico que había pasado por aquí, de las naves nodriza aéreas que habían volado en intrincadas matrices?

¿Quién recordaba que este interminable desierto yermo fue una vez un vasto océano conocido como el Océano Atlántico? ¿Quién recordaba las hermosas islas artificiales que una vez brillaron como perlas? ¿Quién se acordaba de las muchas ciudades submarinas que estaban esparcidas por el fondo del mar como las estrellas en los cielos?

¿Y quién recordaba que este lugar una vez tuvo un nombre? Un nombre antiguo y verdadero que había sido enterrado hace mucho tiempo por las mareas del tiempo, un nombre que había sido completamente olvidado… ¡Nueva York!