RW – Capítulo 5

0

Capitulo 5: Razón

Segunda ley de la termodinámica: No es posible que el calor fluya desde un cuerpo frío hacia un cuerpo mas caliente, sin necesidad de producir ningún trabajo que genere este flujo. La energía no fluye espontáneamente desde un objeto a baja temperatura, hacia otro objeto a mas alta temperatura.

Roland copió cuidadosamente esa ley sobre un papel, fue escrito con los caracteres de ese mundo. A primera vista, el texto parecía ser como una lombriz en movimiento. Realmente no entendía cómo la gente era capaz de aprender las cosas con ese tipo de caracteres.

​Si le preguntaran a la gente cuál de todas las leyes físicas era las mas aburrida y tediosa, Roland elegiría la segunda ley de la termodinámica. En un estado de equilibrio, los valores que toman los parámetros característicos de un sistema termodinámico aislado son tales que maximizan el valor de una cierta magnitud que está en función de dichos parámetros, llamada entropía.

Pero en ese nuevo mundo la entropía parecía no existir. Existía magia, y ¡era mucho más impresionante que la invención teórica de una máquina de movimiento perpetuo! ¿Habilidades del diablo? Roland se burló, y pensó que la gente de ese mundo no entendía la naturaleza de ese poder, era tan enorme que podía cambiar el curso del universo entero.

Por supuesto, podía empezar cambiando esa pequeña Ciudad Fronteriza.
Mientras Roland tarareaba una canción, arrancó la hoja de papel sobre la que había escrito y la arrojó a la chimenea. Pronto fue reducida a cenizas y sintió el placer de escapar de una jaula llena de leyes y teorías.

El Ministro que estaba a su lado, miró con confusión todas las acciones inexplicables del Cuarto Príncipe, pero afortunadamente para Roland el viejo él siempre se ha bía comportado de esa manera. Al final, Barov había decidido que el extraño capricho del Príncipe se olvidaría, por lo que no tendría sentido que interviniera. Ademas podía ver a Roland feliz por ello.

-El asesinato se ha completado, la Bruja fue colgada al mediodía- Informó Barov a Roland.

-Bueno, ¿alguien la vio?- Roland le habló mientras escribía

-no, todos los condenados usan capuchas- respondió Barov.

Para impedir que la Iglesia y la Asociación de Cooperación de Brujas tocaran a su puerta, Roland le ordeno al Carcelero de la mazmorra que encontrara a una persona con una estructura similar a Anna, y la ahorcaran. Además del Comandante de los Caballeros y el Ministro, todos los que estaban con él en la mazmorra en ese momento, fueron sobornados con 20 Royals de oro. Era un gran ingreso para ellos.

Barov propuso primero que mataran a todos los testigos, debido que no podrían mantener silencio para siempre, pero Roland lo rechazó. Sabía que no podía evitar que ese secreto se mantuviera oculto por mucho tiempo, ademas no le importaba que ese rumor se expandiera, pero todavía no era el momento adecuado. De todos modos, tarde o temprano tendría fricción con la Iglesia, ¡Esos idiotas que promovían la intolerancia hacia las brujas, causando por completo un desperdicio de recursos! Por otro lado, otras brujas oirían que dentro del reino había una Ciudad donde podían vivir en libertad, e incluso podrían recibir un trato preferencial.

¿Que pensarían las brujas de ello?

No importara la edad, solo la habilidad que poseen es lo importante.

-Entonces todo está bien- dijo Roland. -A continuación cuéntame acerca de los comercio, los impuestos y los gastos necesarios que la ciudad necesita durante un año. También dame un documento para que pueda verlo. Además, de los talleres en la ciudad, los lugares que hacen herrería, textiles y cerámica, también tiene que incluir el número y los tamaños de sus productos-

-Necesitaré tres días para preparar estos registros, pero…- Barov dijo mientras asentía, luego hizo una pausa, pareciendo no saber como continuar.

-¿Qué ocurre?- Preguntó Roland. Se dio cuenta de que finalmente había llegado el momento en que su habilidad estaba a punto de ser probada. Después de todo lo que hizo el dia anterior, fue interrogado por el Ministro debido a sus actos, un canalla siempre es un canalla, pero tener un mal carácter no significaba que no tuvieran cerebro. Ayudar y albergar a una Bruja, a los ojos del Ministro, era similar a ir en contra del mundo.

-Su Alteza, no entiendo…-  Barov hizo una pausa mientras pensaba en sus palabras, -en el pasado, aunque usted hizo cosas sin sentido, sin embargo siempre fue inofensivo, pero ahora… ¿Por qué correr un riesgo tan grande sólo para salvar a una Bruja? La ley para asesinarlas fue establecida por la Iglesia, e incluso su padre, Su Majestad Wimbledon III estuvo de acuerdo-

Roland pensó por un momento y luego preguntó: -¿Crees que la Ciudad Fronteriza es un buen lugar para vivir?-

-Uh, esto…- Barov no entendió que tenia que ver la pregunta con su planteamiento del problema, después de algún tiempo dio su verdadera opinión, -No es buena-

-Es horrible, en comparación con Valencia o el Puerto Clearwater, ¿ademas sientes que tengo alguna oportunidad de ganar los derechos de sucesión al trono en contra de mis hermanos?-

-…- El Viceministro abrió la boca pero no respondió.

-Para ser sinceros es casi de cero. Así que sólo puedo elegir otro camino-, continuó Roland mientras miraba a Barov que no tenia una rastro de expresión sobre su rostro. -Sera un camino que incluso sorprenderá a mi padre-

Él no indicó el que las brujas eran malvadas, porque hacerlo tendría poco éxito. Barov había sido el Viceministro de Finanzas durante dos décadas, era considerado un político competente. Para la mayoría de los políticos, sus ganancias personales eran más importantes que la ley moral del bien y del mal. Tomando también la ruta emocional no era adecuado para él, Roland recordó las acciones del Príncipe anterior, se enteró de que realmente no podía ser considerado como una persona recta y justa.

Así que eligió jugar en el conflicto eterno entre la autoridad religiosa y secular, como el poder de expansión de la Santa Iglesia ya era una espina constante en el lado de Wimbledon III. La Iglesia afirmó que el mundo funciono de acuerdo a la voluntad de Dios, y que el Papa era el portavoz de Dios. Si la gente encontró que lo que se dijo no era verdad, y estaba llena de mentiras, el dominio de la Santa Iglesia sería sacudido violentamente.

Con la frase “la bruja no es mala, así que quiero salvarla”, sería difícil convencer al Viceministro, pero reemplazado la oración con “ella no es una bruja malvada, y puedo usar esto para atacar a la Iglesia”, Barov fácilmente podría ser persuadido a aceptar esta conclusión.

“Independientemente de cómo estuvieran los territorios de mis hermanos y hermanas, era una conclusión inevitable que todo terminaría en posesión de la Iglesia. Ya habían pisado el derecho divino de los Reyes, si sólo el Papa puede ser considerado como el gobernante legítimo, entonces ¿son los actuales gobernantes de esta tierra o somos nosotros?” Roland hizo una pausa justa de tiempo antes de continuar “Incluso mi padre tendrá que poner su esperanza en mí: Un líder que no es suprimido por la Santa Iglesia, que tiene todos los derechos exclusivos de un Rey real, su elección sería muy clara”.

Cambiar el “enemigo del mundo entero” en “sólo el enemigo de la Iglesia” era más fácil de aceptar para muchas personas, sin mencionar a Barov, que estaba de pie al lado de la familia real.

“De la misma manera, si él es consciente de las habilidades extraordinarias que tienen, y pueden aprovechar la ayuda que les dio la Santa Iglesia, las órdenes de ejecución no serán más que una broma en papel. Aunque no hay posibilidad de garantizar el éxito, tampoco es imposible. ¿Crees que vale la pena el riesgo?” Roland miró fijamente al Viceministro mientras decía estas frases seguidas: “No dude ahora, Barov. Has sido un Viceministro durante dos décadas, ¿verdad?. Si puedo convertirme en Wimbledon IV, la palabra Vice acabara, o incluso más, algo así como… ser la Mano del Rey es posible, ¿eh?”.

Mirando a la espalda de Barov que se marchaba, Roland se sintió aliviado. Era fácil ver que él no pensaba mucho en su promesa, esto era normal, incluso Roland mismo no creía que este plan recién creado, que estaba hecho de arrogancia podía ser realizado. Pero eso no era importante, la clave era dejar que Barov creyera que realmente pensaba de esa manera. El hijo de un Noble protegido sólo podía pensar en un plan simple, sin mencionar que El Cuarto Príncipe realmente odiaba la mentalidad de la Iglesia. En este momento, la manera de atraer a más brujas también estaba puesta.

En cuanto a sus verdaderos pensamientos… Aunque Barov los conociera, no sería capaz de comprenderlos.

Roland llamó a la criada: “Llama a la señorita Anna, dile que venga a verme”.

​Roland felizmente pensó que el siguiente plan sería el mejor.