RW – Capítulo 465

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Capítulo 465: Paz interior y perturbación

Wendy, Scroll y Spear se encontraban sentadas en la sala del castillo, disfrutando del té negro de calidad superior importado de la Ciudad de Glow.

Wendy tomó la tetera que silbaba de la chimenea y vertió el agua hervida en una taza. Al ver la superficie del agua teñirse gradualmente de una naranja transparente y olfatear el suave aroma proveniente del vapor ascendente, sintió que todo su cuerpo se aflojaba. Después de soplar la taza para enfriar el té, tomó un pequeño sorbo. El sabor inicial era ligeramente amargo, pero lentamente al retenerlo en su boca se tornaba en un sabor dulce y fresco que rejuvenecía sus labios y lengua. A medida que el líquido caliente fluía hacia su abdomen, dejó escapar incontrolables gemidos de satisfacción.

Al otro lado del pasillo, Paper seguía jugueteando con el Sigil de la Voluntad Divina. Ella ya había dominado la habilidad de verter poder mágico en el sigil, y también era capaz de controlar con precisión la cantidad de poder mágico necesario. Pero sin importar cuanto lo intentara, solo era capaz de hacer brillar la primera piedra mágica en el sigil.

«Cada vez que la veo, me acuerdo de nuestros días en la Asociación de Cooperación de Brujas», dijo Scroll emocionado. «En ese momento, nadie creía que pudiéramos vivir una vida como la que tenemos hoy.»

«Si pudiésemos haber previsto el futuro, Cara no habría persistido tan obstinadamente.» Wendy dejó su taza. «Es bueno que en el futuro, nuestras hermanas despiertas no tengan que experimentar el sufrimiento que sufrimos.» Mientras hablaba, comenzó a reír. «Probablemente somos las últimas brujas que tuvieron que sufrir.»

«También somos las brujas más grandes, lo que significa que disfrutaremos poco de estos días buenos», agregó Scroll mientras colocaba su mano sobre su frente. «Parece que tenemos la peor suerte.»

«¿Es por eso que volviste temprano hoy solo para disfrutar un poco más de tiempo libre?» Wendy bromeó.

«Regrese solo después de completar mis tareas.» Está última se encogió de hombros. «Su Alteza Roland está ausente y, por lo tanto, la cantidad de trabajo es mucho menor de lo habitual. De alguna manera no estoy acostumbrada a esto.»

«¿Es eso así?» Wendy arqueó las cejas. «Cuando regrese Su Alteza, le diré lo que dijiste palabra por palabra.»

«Oh… entonces, para el próximo examen, no puedo prometer que podrás entender cada pregunta».

«Ustedes dos tienen una gran relación.» Spear se carcajeo mientras escuchaba la conversación. «Aunque no soy tan joven, nunca disfruté de una relación tan profunda con alguien. Ustedes dos se encuentran entre las más afortunadas de las brujas.»

«Eso es evidente. No todas las brujas tienen un padre poderoso», dijo Scroll, y bebió un trago de té antes de continuar, «Ademas de que le paso todo lo que tiene a su hija, incluso entre los nobles, esas personas son raras.»

«Por cierto, ¿cómo te va en el Ayuntamiento?» Wendy miró hacia Spear. «He oído que vas allí cada vez que tienes tiempo.»

«Hay muchos beneficios al ir.» Spear exhaló profundamente. «Esta es la primera vez que veo un estilo de administración tan ordenado y demarcado, que permite a los departamentos trabajar en estrecha colaboración. En lugar de hacer que los ministros de cada departamento contraten y den compensaciones por separado, el Ayuntamiento de la Ciudad se ocupa de ello. Me doy cuenta que con esta forma de manejar los asuntos, hay menos dificultades para reemplazar a los empleados, y también permite que los ciudadanos capaces se han capaces de tomar un puesto sin restricciones. No tengo idea de cómo Su Alteza concibió esta idea.»

«Incluso tuvo una conversación muy agradable con Barov». Scroll bromeó.

«Ejem, simplemente me consultó sobre algunas cuestiones relacionadas con las leyes de los nobles, y resulto que tenia una buena comprensión de ellas», dijo Spear, sacudiendo la cabeza. «Además, las nuevas leyes establecidas por Su Alteza son únicas, e incluso pueden implementarse en Fallen Dragon Ridge. Hablé de ello con Barov por un tiempo.»

«¿Ah, cómo son únicas?»

«Tal como la parte con respecto a la definición de ciudadanía…»

«Hermana Wendy, ¿cuándo podré encender la segunda piedra mágica?» Paper se unió inesperadamente y dijo mientras sostenía el Sigil de la Voluntad Divina.

«Cuando seas un poco mayor.» Wendy extendió su mano hacia la joven. «Ven, déjame darte un abrazo.»

Papper se metió entre las manos Wendy y se fundio en su abrazo.

Wendy acarició la cabeza de Paper mientras miraba a las otras dos brujas discutir sobre las nuevas leyes, y sintió una sensación de calma.

Sería tan bueno si esta vida pudiera durar para siempre.

En ese momento, un guardia entró al salón. Primero echó un vistazo alrededor de la habitación antes de acercarse a las cuatro brujas con una ligera vacilación.

«¿Algo pasó?» Wendy lo reconoció: era un guardia personal de Su Alteza.

«Señorita Wendy, alguien ha llegado al castillo, y afirma que su hija acaba de despertarse como una bruja…», dijo el guardia mientras las saludaba. «Su Alteza especifico que en caso de ausencia, usted seria quien estaria a cargo de tales asuntos.»

«¿Qué?» Las tres brujas se sorprendieron al mismo tiempo. «¿Una bruja ha despertado?»

«Eso es lo que dijo la persona.»

«Rápido, llévame con ella», respondió Wendy de inmediato.

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En la puerta principal del castillo, Wendy vio a dos ciudadanos esperando en el viento. Uno de ellos parecía tener unos 40 años, su cabello ya estaba medio blanco, y las arrugas en su frente eran profundas y largas. Llevaba un abrigo pasado de moda y su estatura estaba ligeramente encorvada. La otra persona era mucho más joven, tenía entre 17 y 18 años, y estaba parada reservadamente junto a la mujer mayor.

«Ella es la Señorita Wendy de la Unión de Brujas.» El guardia la presento.

«Mucho gusto, Señorita Wendy.» Los dos personas se inclinaron respetuosamente.

«Afirman ser inmigrantes del Territorio Sur y se mudaron a un distrito residencial del centro de la ciudad hace medio mes. Verifiqué sus documentos de identidad y no encontré ningún problema con la información proporcionada.»

«¿Eres la bruja?» Wendy miró hacia la joven y habló tiernamente. «¿Cuál es tu nombre?»

«La Señorita Wendy te hizo una pregunta.» La mujer mayor tiró de la manga de la joven.

«Summer», murmuró.

«¿Es su… madre?»

«Sí, sí, de hecho. Su padre todavía está trabajando en los Hornos, así que la traje.» La mujer mayor asintió repetidamente. «Señorita Wendy, ¿disculpe, pero puedo saber si lo que decía Su Alteza en el boletín es verdad… que las brujas tienen derecho a un salario de un royal de oro cada mes?»

«Es cierto, pero ella tiene que estar dispuesta a unirse a la Unión de Brujas.»

«Yo…» Summer abrió la boca.

«Ella está dispuesta, definitivamente está dispuesta a servir y dedicar todo a su alteza.» La madre interrumpió a su hija. «¿Tenemos que firmar un contrato? ¿Cuándo recibiremos el dinero?»

Esas palabras hicieron que Wendy frunciera el ceño incontrolablemente. No le fue difícil descifrar por el tono de voz de la madre que no solo estaba tratando a su hija como un objeto, sino que también pensaba que la Unión de Brujas era solo un lugar de placer para Su Alteza.

Wendy retuvo su infelicidad y respondió plácidamente: «Su Alteza está actualmente manejando algunos asuntos en la Fortaleza Longsong, y no estoy segura de cuándo volverá. Además, habrá algunos exámenes y pruebas antes de que ella pueda unirse al Unión. Puede dejar a su hija a nuestro cuidado en el castillo, y cuando Su Alteza regrese, haremos los arreglos para que usted firme el contrato.»

No importa qué, Summer era inocente, y por lo tanto, Wendy no quería imponer su enojo hacia su madre ignorante. A pesar de que las brujas ya eran aceptadas por la mayoría de los habitantes de la ciudad, los refugiados que recientemente habían llegado a la Región Occidental todavía les faltaba compresión sobre ello.

«Se la confiaré entonces, Señorita Wendy.» La madre hizo una profunda reverencia y luego le dio unas palmaditas en la cabeza a su hija. «Compórtate bien y no decepciones a Su Alteza.»

«Mamá, yo…» Summer trato de decir algo, pero la mujer mayor ya se había dado media vuelta, para caminar hacia el otro lado del castillo.