RW – Capítulo 463

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Capítulo 463: Eliminando a la Pandilla Bloodyhand

El corazón de Snaketooth se hundió rápidamente.

«Suéltala… vete…» El miedo se apoderó de su garganta. Abrió la boca, pero solo pudo hablar con una voz entrecortada.

«¿Quieres decir que la ‘suelte’? De acuerdo.» El hombre pateó el banco debajo de los pies de Sunflower, y su cuerpo se puso rígido al instante. La cuerda se apreto en el cuello de Sunflower. Dio una patada en pánico, apretó y soltó sus manos atadas, pero ninguna de etas cosas ayudó.

Tigerclaw se apresuró a ayudar, pero su cabeza fue golpeada desde atrás con un palo y cayó al suelo.

«Si no te hubiéramos estado esperando, la hubiera matado antes.» Uno de los secuaces de Kanas se burló. «¡Qué buena excusa, diarrea! Probablemente no lo sepas, pero hemos tenido gente observándote. Él sabe que los perros callejeros no son disciplinados. Sabíamos que tendríamos que enseñarte una lección para asegurarte de que cumplieras con la reglas de la Pandilla Bloodyhand.»

«Es culpa mía.» Snaketooth se arrodilló. «¡Por favor, déjala ir! ¡Ella nunca salió de esta habitación!»

«Esta pequeña perra me mintió», el hombre se encogió de hombros. «»Ella juró que sólo estabas buscando un refugio del viento. Incluso con sus dos dientes destrozados, no cambio su historia. ¿Por qué la querría viva? para que pueda vengarse de mí?»

Quieren matarnos. Snaketooth rápidamente entendió la situación. Luchó por alzar su cabeza, y al observar como la lucha de Sunflower por liberarse estaba debilitándose y su cuerpo estaba comenzando a ponerse rígido. Se obligó a sí mismo a no mirarla, sino a prestar atención a la daga que colgaba de la cintura del hombre. Estaba a solo seis pasos de distancia. Si Snaketooth pudiera apresurarse y obtener esa daga…

De repente, la cuerda se rompió.

Sunflower cayó al piso silenciosamente.

«Qué demonios…» El secuaz frunció el ceño, pero antes de que pudiera terminar sus palabras, una línea de sangre salpicó de su cuello, rociando la cara de la ratas cercanas a él.

Snaketooth miró fijamente a la escena delante de él y prontos sonidos de pelea se escucharon del cuaryo exterior.

«¡Alto! ¡Este es el territorio de la Pandilla Bloodyhand!»

¡Alguien… alguien entro a la fuerza!»

«¡Oh… mi mano!»

«Maldita sea. ¡Salgan y matenla!»

«Mon… monstruo! Ayuda…»

Los seguidores de Kanas se miraron y sacaron sus armas. Antes de que pudieran escapar, algo entró volando y derribó a los dos hombres del frente.

Snaketooth vio entonces al atacante, era una mujer impactante con el pelo negro atado casualmente a una cola de caballo. Llevaba puesto un largo vestido negro y sus ojos eran dorados. Snaketooth sintió su sangre congelarse cuando la miro.

«Suelten las armas, y pongan sus manos sobre sus cabeza y arrodíllense. Si quieren vivir.» La mujer alzo tres dedos. «Contaré hasta tres. Cualquiera que no siga mis instrucciones morirá.»

«Tres.»

Hubo sólo unos pocos segundos de silencio antes de que alguien gritara:»¡Dios, esas habilidades… ella debe valer 100 royals de oro!.»

«¡Todos, muévanse!»

«¡Atrápenla y el jefe definitivamente nos recompensará bien!»

«¡Atrápenla viva!»

«No importa. Estarías mejor muerto.» Levantó una gigantesca espada ornamentada de forma extraña y atacó a la multitud. Snaketooth no podía creer lo que veía. La espada estaba hecha de hierro fundido, y todo lo que tocaba terminaba roto instantáneamente. Se movía a una velocidad tan rápida que la flechas de las ballestas de sus enemigos apenas eran útiles. Las armas ocultas que antes eran efectivas no podían alcanzar el objetivo ahora. La multitud no podía escapar de ella, y mucho menos luchar.

«Protege a tu amiga, niño», escucho una voz, pero la fuente de la voz no se veía por ningún lado.

Trago saliva y se arrastró al lado de Sunflower en estado de pánico. Puso su mano en las fosas de su nariz para sentir su respiración.

Ella Exhaló débilmente aire cálido… ¡todavía estaba viva!

Snaketooth sintió ganas de llorar, la felicidad de haber sobrevivido lo abrumó.

Lo que estaba escrito en el anuncio era real. ¡Esas personas habían sido enviadas por el príncipe para eliminar a las ratas! Ahora tenían esperanza!

Inclinándose sobre Sunflower, estalló en lágrimas.

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 La pelea terminó rápidamente, en el momento en que mas soldados vestidos de marrón entraron.

A todas las Ratas conscientes se les dijo que se mantuvieran en línea y salieran de la habitación uno por uno.

«Me duele la cabeza», se quejó Tigerclaw con una mano frotándose la cabeza. «El chichón es tan grande.»

«Agradece que no fuiste golpeado hasta la muerte.» Snaketooth le miró con lágrimas en los ojos.

«¿Que pasó?» Sunflower se masajeó el cuello, el cual tenia una línea negra provocada por la cuerda. «Pensé que estaba muerta.»

«Te lo diré después de que salgamos de aquí,» Snaketooth negó con la cabeza. Tenía miedo de que si hablara demasiado, volviera a llorar.

«Tu turno.» El guardia en la puerta coloco los brazos de Snaketooth en su espalda.

Snaketooth no se resistió, y siguió al guardia afuera. Una mujer con un vestido blanco estaba de pie en el patio, era lo contrario a la diosa de negro mortal. Su cara estaba cubierta por una capucha, con sólo hebras de pelo rubio y rizado asomándose de ella.

«Puedes irse después de contestar las preguntas del Señor.»

«Sí», respondió Snaketooth fielmente, estaba maravillado de las capacidades de este ejército.

«¿Has asesinado?» Su voz era enérgica y agradable como si fuera de otro mundo. «¿Qué tal violación? ¿Robo?»

De repente algo le impresionó en su mente: ella fue la que le había advertido sin mostrarse.

«Nada de eso.»

«Bien.» Ella asintió. «Su alteza espera que vayas a la plaza para que cenes.»

Snaketooth se detuvo después de dos pasos. trato de juntar su valor para preguntar: «¿Eres una bruja?»

«Así es.» pero Snaketooth no esperó que la bruja le respondiera sin necesidad de preguntarle.

«Estos son los seguidores de Kanas», Snaketooth continuó hablando, mordiéndose el labio. «Él No ha estado aquí durante cuatro días. ¡Debe estar escondido en algún lugar con Bloodyhand! ¡Bloodyhand es el verdadero jefe de la pandilla! ¡No lo dejen ir!»

«No te preocupes. No pueden escapar.» La mujer sonrió y dijo con un tono de confianza incuestionable.

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«¿Quieres decir… que Su Majestad envió a las brujas a buscar a los lideres de las Ratas?» Los ojos de Tigerclaw estaban abiertos de incredulidad.

«No solo brujas sino también muchos hombres comunes», Snaketooth contó la extraña historia que acababa de presenciar. «Lo que he adivinado es correcto: las brujas son aceptadas en el territorio de Su Alteza. Pueden aparecer en público sin preocupaciones e incluso pelear con los demás.» Hizo una pausa, y luego continuó hablando con entusiasmo: «Si Papper realmente fue enviada allí, ella debe estar viviendo una vida bastante decente.»

«Parece que quieres ir allí y verla», dijo Sunflower, moviendo la boca. «Las brujas son talentosas y es difícil verlas. Podrías avergonzarla si vas a verla.»

«Oh…» Snaketooth quedó atónito por un momento. Sabía que lo que decía Sunflower era verdad. Era sólo una rata, aunque sobreviviera al invierno, su identidad seguiría siendo la misma. Papper debería estar viviendo una vida totalmente diferente ahora, totalmente fuera de su alcance.

«No lo pienses demasiado». Tigerclaw le dio una palmadita en el hombro. «Mira, es hora de comer.»

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