RW – Capítulo 271

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Capítulo 271:  Elementos Químicos

Kyle Sichi regresó a casa después de terminar de hacer sus experimentos durante el día, su esposa ya había horneado pan plano, y preparado sopa de hongos, la cual le sirvió junto con una copa de vino.

Los dos últimos productos se podían encontrar en el mercado de conveniencia, especialmente ese tipo de enormes hongos blancos, que eran idénticos como las palabras que se encontraban escritas en el letrero, el cual decía: no encontrarás ningún manjar más delicado, fresco o fragante en ningún lugar, y después de una probada también descubrirás que es verdad. Si comes incluso una sola pieza, le será difícil olvidar su sabor único y especial.

Por supuesto, el precio por una pieza también era alarmante, un hongo del tamaño de una palma costaba un Royal de plata. Si no fuera porque Kyle tenía un buen sueldo, él nunca sería capaz de soportar la carga de comprar un alimento tan caro como ese. Pero también había muchas otras cosas similares como eso, el jabón perfumado y espejos. Mientras uno fuera capaz de tener suficiente dinero, su calidad de vida en la Ciudad Fronteriza sería mucho más cómoda que la de un noble promedio.

Roland era simplemente un hombre inimaginable, era lo que realmente sentía.

Después de terminar de cenar. Su esposa le entregó una carta.

“¿Esto es?”.

“La carta fue traída por el guardia esta tarde, en ese momento todavía no habías regresado del trabajo”, respondió, mientras comenzaba a limpiar la vajilla, “Dijo que al parecer vino de Ciudad Redwater.”

“¿Es eso así?” Preguntó Kyle mientras caminaba a su estudio. Cortó el precinto con un cuchillo y extrajo la carta antes de extenderla.

Para su sorpresa, la primera frase en realidad decía: “Estimado y respetado mentor.”

Al darse cuenta que Chávez fue quien envió la carta, no pudo evitar sonreír. Se sentó en la silla de su escritorio y comenzó a leer la carta cuidadosamente.

Inicialmente, cuando Kyle dejó el Taller de Alquimia de Ciudad Redwater, otro alquimista llamado Capola se convirtió en el nuevo jefe. Pero esa persona era de mente estrecha, y después de obtener la fórmula de cristal dejada por Kyle, no solo, no le proclamo al Señor que era su trabajo y el de Kyle, sino que incluso excluyó a Chávez, e intencionalmente o no también al grupo experimental de alquimia.

Dentro de la carta, Chávez también se quejó de que tal vez era porque quería tomar prestada la idea del método de ácido de doble piedra, por lo que al final no quiso anunciar el logro a la otra persona. Por lo que actualmente, muchos alquimistas aparentemente también habían comenzado a rechazar intencionalmente a Chávez, lo que causó que Kyle se sintiera bastante preocupado.

Kyle podía entender a grandes rasgos lo que esas personas estaban pensando, Chávez era el alquimista más joven de la sala de refinación, por lo que mucha gente seguía pensando todavía que se encontraba allí debido a la suerte y el aprecio que Kyle tenía por él debido a que fue su discípulo y gracias a ello se pudo alzar entre la multitud. Pero un alquimista principal solo podía pensar desdeñosamente ante ese tipo de vista. El salitre y el vitriolo verde eran cosas cotidianas, por lo que entonces, ¿por qué había sido Chávez y nadie más que él había descubierto el método del doble ácido de piedra? Ese punto por sí solo era más que suficiente para explicar ese problema. Percepción, Memoria, suposiciones sin miedo y diligencia, todos esos elementos eran indispensable durante la experimentación, al final la habilidad innata del joven era incluso superior a la suya.

Al final de la carta, Chávez había adjuntado dos fórmulas alquímicas, afirmando que eran dos de sus ácidos recientemente descubiertos que deseaba compartir con su mentor. Pero incluso a primera vista, Kyle pudo notar que la esencia de esas dos fórmulas era solo la creación de sal cuando los ácidos y las bases(álcalis) reaccionan entre sí, esa era el tipo de receta que podía escribir docenas de veces en un solo aliento.

Con un suspiro, Kyle Sichi dejó la carta y miro la “Química elemental” que yacía sobre su mesa.

Todo había cambiado con Su Alteza y sus llamados “libros antiguos”. Si no hubiera sido por ellos, el temía que seguiría siendo lo mismo que Chávez, estaría sin rumbo y vagando desconcertado por el caos primario, esperando encontrar algo de barro en la superficie y aún así verla después como una especie de tesoro.

Tomo el libro, e inmediatamente fue a la última página.

Una mesa bien divida con cien cuadrados estaba plasmada.

Cada vez que miraba la mesa, no era capaz de evitar que su piel se pusiera como piel de gallina en todo su cuerpo y también sentir una fuerte sensación de reverencia… y miedo desde lo profundo de su corazón.

Cada cuadro tenía un pequeño número de serie en la esquina superior izquierda, las cual estaba enumerada hasta el 118. Además de las primeras dos filas, la mayoría de las cajas se encontraban en blanco, a excepción de algunos símbolos en el medio. Por ejemplo, el veintiséis: hierro(fe), veintinueve: cobre(Cu).

El nombre de la tabla era: “Tabla periódica de los elementos.”

Mientras sostenía el libro con sus manos temblorosas, el Alquimista en Jefe le preguntó a Roland sobre el contenido de esos cuadros en blanco, y simplemente recibió la respuesta de que habían sido llenados originalmente, pero no podía recordarlos en ese momento.

Si en ese momento, la otra parte no hubiera sido Su Alteza Real, lo más probable es que él hubiera agarrado el libro con todas sus fuerzas y se lo hubiese arrojado al rostro.

Según los registros del libro, en esa tabla se encuentran todos los elementos existentes en la tierra. Si existiera un criterio para la alquimia, no habría duda alguna de que ese sería el capítulo más deslumbrante de todo el libro. Lo que más le asustaba era la pregunta: ¿qué tipo de persona fue capaz de dibujar tal gráfico de esa manera? Y si ya lo habían hecho antes, ¿qué se supone que debían de considerar los alquimistas? Parecían ser simplemente una pandilla de niños sentados en el cieno, amontonando algunas rocas.

De repente, Kyle pensó en la promesa de Su Alteza Real, en caso de que también pudiera llamar a Chávez, y retener al grupo de aprendices recientemente reclutados, tal vez podría llenar esos tres nuevos laboratorios. De esa forma, su sueño de poner sus manos en la “Química Intermedia” se haría realidad.

Pensando hasta allí, inmediatamente sacó un trozo de papel blanco y comenzó a escribir su respuesta.

De hecho, en la reunión en la que Su Alteza Real le preguntó si tenía alguna pista relacionada sobre la producción de ácido a gran escala, no le había dicho la verdad. Debido a que el contenido era complejo y largo, por lo que habría sido una pérdida de tiempo hacerlo. El asunto más importante era que aún no sabía si su método podía funcionarle o no. Después de todo, basó completamente su método de producción en los elementos y principios de reacción escritos en el libro.

Por lo que, comparándola con la prueba de alquimia anterior, su hipótesis era como el murmullo sin sentido de un niño mientras se encontraba dormido. Quería usar materiales que nunca antes había visto, junto con un método de reacción inaudito, para crear algo que pareciera no tener similitud con las materias primas, solo porque tenían el mismo tipo de elemento.

Pero dentro del corazón de Kyle todavía tenía una leve premonición, ¡sentía que ese método en realidad podría ser factible!

Después de todo, dentro de los cientos de experimentos de permutación anterior, no hubo una sola ocasión en lo que la información del libro contenía no fuera correcta.

Con el plan inicial concluido, el siguiente paso era completar un conjunto completo de pruebas teóricas dentro del laboratorio. Como Su Alteza había dicho que el método industrial podía utilizarse para la producción a gran escala, también debería ser posible reproducir los resultados en el laboratorio.

Kyle termino rápido la carta, no malgasto palabras para consolar a Chávez, en vez de eso le dijo directamente a su discípulo maravilloso sobre el conocimiento alquímico que estaba disponible y medible. Kyle creía que no existía ningún alquimista que rebosara de los intereses de un hombre sabio, que dejara pasar la oportunidad de buscar la verdad.

Después de doblar la carta, y colocarla en un sobre, sellándola con su respectiva cera, Kyle no podía hacer nada más que esperar al día siguiente para darle el mensaje a un vendedor ambulante para que la entregara.

Después de terminar, su línea de visión una vez más se posó sobre la tabla periódica.

Pensando en esos cuadros en blanco que nunca más se llenarían, Kyle sintió como si su vida ya no tuviera ningún favor que ofrecer. Pero afortunadamente, Su Alteza Real le había mencionado una frase que causo que su corazón se acelerara, y hasta ese día esas palabras seguían paseándose de un lado a otro dentro de sus oídos.

“No pongas esa mirada, la tabla periódica ordena cada elemento en un patrón regular de acuerdo con una ley subyacente. Puedes llenarlo tú solo”.

“¿Patron regular? ¿Quiere decir que esos elementos desconocidos también pueden ser deducidos… como si.. se tratase de la derivación de una formula alquímica?”

“Así es, incluso aunque nunca los has visto antes, aún puedes describir su apariencia y características.”

“Esa regla, ¿qué es?”.

“¿Quieres saber? Está escrito en la ‘Química Intermedia’”.