RW – Capítulo 139

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Capítulo 139: El poder del diablo

Cuando Barov regresó a su oficina dentro del Ayuntamiento, de inmediato cerró la puerta.

Dios mío, escalofríos recorrieron su columna vertebral, e inmediatamente sostuvo firmemente su Piedra Represalia de Dios y la colgó en su cuello, se sintió cómodo una vez más. Parece que Su Alteza Real en verdad ha llegado a ser poseído por el diablo. Anteriormente sólo era una especulación loca que había pensado, pero ahora estaba casi seguro, que la persona con la que acababa de hablar definitivamente no era el cuarto príncipe.

Barov era capaz de aceptar esos enormes cambios de carácter, cuando actuaba excéntricamente, pero ¿Cómo era posible que de repente tuviera tanto conocimiento sobre temas con los que nunca había tenido contacto? Este tipo de cosas, solo las había escuchado en los mitos y en las leyendas, se decía que era Dios quien poseía a un cuerpo mortal, moviéndose para sacar a la humanidad de su predicamento. ¿Pero desde cuándo el diablo comenzó a querer hacer lo mismo?

Si Roland Wimbledon actuara como un rey y se comprometiera en la gestión de su territorio (aunque esto se volviera una situación desafiante), Barov no se sorprendería demasiado si se enterara de que la información anterior proveniente del Cuarto Príncipe fue sin enseñanza alguna o que cualquier habilidad que decía resultó ser falsa, pero su carácter no podía ser disfrazado. Después de todo, siempre era posible que alguien le hubiese enseñado secretamente cómo gobernar una ciudad o incluso un país.

Pero Barov nunca escuchó algo acerca de esas ideas y planes que salían de la boca del Príncipe. Él trabajó previamente durante veinte años en el Ayuntamiento de la Capital, llegando incluso a ser Ministro de Finanzas, por lo que tiene un profundo conocimiento sobre cómo organizar y operar un Ayuntamiento. Como Ministro, estuvo a cargo de muchas áreas, e incluso hizo numerosos acuerdos secretos antes, pero nunca traicionó a sus superiores.

El Rey había emitido un decreto, en donde decía que un ministro podía elegir a las personas que quisieran que trabajaran bajo su mando. Por lo tanto, cada ministro tuvo su propio poder, y todos ellos terminaron haciendo uso de él de manera diferente. Por ejemplo, el ministro responsable de la defensa de la Ciudad del Rey tuvo cientos de caballeros y mercenarios bajo su control, pero al mismo tiempo, organizaciones clandestinas tuvieron mucha influencia. Cuando esas organizaciones comenzaron a causar alboroto, la mayor parte del tiempo lo guardias solo mirarían a los criminales, y para un noble pronto fue una situación difícil permanecer en la ciudad, lo único que podían esperar era que el rey los pusiera en prisión.

Pero esto no sólo sucedió en la Ciudad del Rey, otras ciudades también pasaron por la misma situación.

Por lo tanto, si quiero convertirme en un Señor o Rey, lo que necesito primero es una gran parte de la aristocracia u otros con un fondo influyente como mi apoyo.

Si no tengo suficiente dinero para reclutar a hombres, ¿Podría ser que tuviera otra opción en la que apoyarme? Y si controlo más personas, sería valorado por otros, después de todo tantas personas no pueden equivocarse, ¿Verdad?

Pero el enfoque del Príncipe subvirtió completamente el concepto de Barov acerca de cómo las cosas se manejaban. Es cierto que era el ministro y tenía a sus propios aprendices, pero todas las otras personas fueron reclutadas y recibieron dinero por parte del Ayuntamiento. En otras palabras, aunque fuese a morir, podría fácilmente remplazarlo por otra persona, o elevar directamente a una persona desde el fondo.

Este era un sistema completamente nuevo, Barov estaba completamente seguro de ello, el Príncipe estaba implementando un sistema político completamente nuevo para el Reino de Graycastle.

Algunas personas podrían pensar que se trataba sólo de una simple ilusión por parte de Roland, o que Roland se creía infalible. Pero Barov no pensaba de esa manera, tomó una pluma y registró todos los requisitos de Su Alteza.

Mirando nuevamente los planes, parecía que todo estaba entrelazado, y nada se dejaba a un lado.

Primero, tenía que administrar la comida y el agua para beber, de todos los proyectos.

Barov sabía, que naturalmente con un mayor control en la gente, las instrucciones ordenadas por el Señor se ejecutarían más rápido. Pero, también era consiente que llevar a cabo esas acciones, aumentaría enormemente la carga de trabajo para la administración, ¿De dónde podría conseguir a todas esas personas que necesitan saber leer y escribir? Además, también tendría en sus hombros el peso de los tesoros del Señor, Muy pocos Señores estarían dispuestos a realizar esa acción.

Cuando dirigió su atención al segundo proyecto de Su Alteza, el reclutamiento de plebeyos en el Ayuntamiento y la educación de todos los plebeyos. Barov no pudo reprimir los escalofríos por esos dos proyectos.

Si Su Alteza termina siendo capaz de implementar todo, ¿Cómo será la Ciudad Fronteriza?

Cualquier plebeyo será capaz de leer y escribir, y mientras el Ayuntamiento desee aumentar su fuerza de trabajo, podrá encontrar un gran número de personal adecuado. Y con la posibilidad de entrar en el Ayuntamiento, esto, a su vez, promoverá el acceso universal al sistema educativo. También obtendrán una posición de recompensa, mientras al mismo tiempo obtienen una mejor calidad de vida, me temo que sólo tomará uno o dos años, hasta que todos tomen la iniciativa de solicitar educación, incluso si no pueden obtenerla educación para ellos, definitivamente enviaran a sus hijos a la escuela.

Y si pensamos en todas las previas compensaciones pagadas a los empleadores por el Ayuntamiento, los plebeyos ya no necesitaran trabajar todo el tiempo para conseguir el dinero suficiente para comer, y además romperá completamente con la situación donde solo la nobleza tiene el capital, para servir como funcionarios administrativos.

No hay duda de que sólo el Diablo podría pensar en un sistema tan revolucionario.

Barov respiró profundó, sujeto con fuerza la Piedra Represalia de Dios con sus manos, sólo tenía una pregunta: ¿El diablo en realidad podía hacer cosas buenas?

Si alguien fuera a decir que el príncipe era malvado, él sería el primero en pararse de frente para defenderlo.

Para él, las acciones del Cuarto Príncipe podían ser vistas como los movimientos de un Rey sabio. Incluso los Reyes de las leyendas, nunca se preocuparon tanto por las vidas de los plebeyos como lo está haciendo hizo Su Alteza. Incluso compró suficiente comida para alimentar a los plebeyos usando su propio dinero, para que toda la gente permaneciera con él dentro de la Ciudad Fronteriza, y fuera capaz de pasar con seguridad los Meses de los Demonios. Además, todas esas tecnologías y equipos del Diablo estaban destinados al desarrollo de la ciudad fronteriza; Incluso las malvadas brujas, usaron sus habilidades para mejorar la calidad de vida de la gente.

Barov de repente pensó que incluso si Roland se convirtiera en el próximo rey del Reino de Graycastle, no sería nada malo.

Pensó en las enseñanzas de su padre: Si no tienes nada que decir, no tienes que ser el que hable, si no quieres saber la respuesta, tampoco tienes que ser el que preguntes, así que decidió ocultar su descubrimiento en lo profundo de su corazón. Puesto que era el diablo, y la Iglesia ya tenía vestigios, si la apariencia exterior no se equivoca, podría iniciar una emboscada en el propio campamento del Diablo y exponerlo a muchos testigos oculares.

Sacudió la campana y llamó a Sirius Daly, quien se había incorporado recientemente al Ayuntamiento.

Haciendo la comparación con los otros caballeros estúpidos y arrogantes, ese joven caballero de la Familia Wolf podría ser considerado como alguien verdaderamente destacado, aunque aún quedaba algo del orgullo de ser un antiguo caballero, estaba más que dispuesto a escuchar lo que su maestro tenían que decirle.

“Maestro, ¿Cuál es el encargo para mí?” Después de cerrar la puerta, saludo a Barov.

“Su Alteza Real tiene previsto abrir un nuevo Ministerio, estarás a cargo de supervisar la siembra y necesitaras al menos dos aprendices para que te ayuden con los registros,” Barov repitió la petición de Roland delante de él, “Además, deberás ir al salón de la ciudad y elegir a diez personas que cumplan los requisitos, es necesario que sean mínimo diez personas, y luego llevar a cabo los planes.”

“Aunque las personas sean siervos, Su Alteza insistió en colocarlos en el Ayuntamiento. Si algunos demuestran un desempeño sobresaliente, tal vez incluso llegaran a ser el jefe del Ministerio de Agricultura, ah…” Suspiró “También estarás a cargo del mantenimiento de los registros, sin embargo, cuando el arado de primavera termine, yo te cubriré la espalda.”

“Maestro, sólo dos personas serán seleccionadas del Ayuntamiento.” Dijo con orgullo, “También estoy familiarizado con este procedimiento.”

“¿Tú?” Barov se quedó estupefacto.

“¡Sí! Antes de ser un caballero, ayude a mi padre a manejar la granja, así que sé todo sobre la siembra de trigo.” Sirius hizo una pausa. “Pero cuando Su Alteza me preguntó si tenía alguna otra experiencia, no lo dije… Porque temía que me enviaría a labrar las tierras y trabajar con los siervos.”

Cuando escucho Barov se puso feliz, tenía ambos requisitos, educación y conocimiento acerca del trabajo agrícola, incluso si la población de los siervos se uniera al Ministerio de Agricultura, habría un candidato digno que podría hacerse cargo de la posición de liderazgo. Por ahora, Sirius le era leal, por lo que si se convirtiera en el jefe, sería lo mismo a tener el mando del Ministerio de Agricultura.

“Bueno.” Barov comenzó a formar sus palabras en una prometedora promesa. “Haz un buen trabajo y tal vez puedas subir a una posición aún más alta de la que tenía antes.”

Cuando Sirius salió de su oficina, Barov se apoyó en la silla mientras tarareaba.

Ahora que sabía que Su Alteza fue poseído por el Diablo, tenía que apoderarse de todo el poder como le fuere posible. El diablo está lleno siempre de aprecio por la gente ambiciosa, eso era conocido y fue grabado en las leyendas. Ya sea que sus derechos fueran conferidos por el Rey o concedidos por el Diablo, ambos privilegios eran igual de dulces.

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