L1S – Capítulo 059

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Si había un asentamiento humano que se había beneficiado al máximo del repentino ascenso al poder de la Necrópolis, definitivamente sería Gartmar. Lo que solía ser una pequeña y solitaria ciudad minera, ahora se había transformado en una ciudad completa.

Era el mismo Gartmar que había sido casi abandonado por la capital del reino, pero al que aún le aplicaban un impuesto del 80 por ciento sobre la minería, lo que empobrecía al pueblo.

Luego vino el Rey Trasgo que aterrorizó los alrededores. Le pidieron ayuda al gobierno en muchas ocasiones y cuando finalmente llegaron, estos hicieron poco para combatir la amenaza y más bien cazaron a la población, exigiendo sobornos exorbitantes por sus servicios. Cuando finalmente se enfrentaron con el Rey Trasgo, fueron completamente masacrados y Gartmar nunca recuperó sus pérdidas.

Los pueblos más pequeños que los rodeaban fueron masacrados, y en ese momento Gartmar era el siguiente en el camino del Rey Trasgo. Desafortunadamente, ese trágico evento coincidió con la expedición de los Elfos, causando que los aventureros emprendieran esa búsqueda aparentemente más fácil que ofrecía recompensas más ricas, dejando a los Trasgos libres para atacar.

El alcalde, enojado por la muerte de sus familiares que estaban viviendo en el campo, llegó incluso tan lejos como para pedir ayuda a un imperio vecino, lo que podría interpretarse como una rebelión contra la corona. Incluso entonces, los imperios cercanos no estaban interesados ​​en interferir y el sufrimiento de Gartmar continuó.

Justo cuando todos habían perdido la esperanza, un héroe apareció de la nada. Al frente de una pequeña banda de un par de docenas de aventureros, logró matar al Rey Trasgo. Una hazaña en la que fallaron miles de soldados del Reino.

Los ciudadanos vitorearon con entusiasmo a ese héroe que había salvado sus vidas y la de sus familias.

Sin embargo, ese infame héroe no había sido escuchado desde entonces. Incluso las tres mujeres aventureras con quienes supuestamente era cercano, estaban avergonzadas al decir que no tenían noticias de él.

Independientemente de qué tan lejos o qué tan duro lo buscaron, no había pistas por encontrar.

La gente comenzó a hablar, y los rumores se extendieron, como suele ser el caso en esas pequeñas ciudades. Se habló de que él era uno de los apóstoles de Dios, un Mesías que descendió del cielo para ayudarlos en su difícil situación y ahora que el acto estaba hecho, había regresado al cielo. Rápidamente se inmortalizó como la leyenda de la ciudad y todos sus ciudadanos lo adoraron.

Poco después, la expedición de los Elfos estuvo en pleno efecto. Se habló de que sus ejércitos se contaban por miles y que eran liderados por los míticos dragones.

Todos en Gartmar contuvieron la respiración durante ese tiempo. Todos recordaban cómo su héroe había castigado a los simpatizantes de los elfos y estaban preocupados por alguna retribución. Aun así, nunca apoyaron la expedición a pesar de la abrumadora presión de un ejército tan grande.

El poder de tal fuerza era tan grande que incluso si los diferentes reinos humanos se unieran bajo una bandera, no era seguro si podrían vencer en una batalla abierta. Todos los países vecinos estaban observando la expedición con nerviosismo.

Al final, las expectativas de todos se hicieron añicos. Las fuerzas Élficas se retiraron con pánico, dispersándose en sus bosques. Incluso se rumoreaba que sus dragones se habían sometido ante el Rey del Pozo. Los ciudadanos de Gartmar una vez más le agradecieron en silencio a su héroe. Si él no hubiera estado expresamente en contra de los Elfos, tal vez la ciudad los hubiera ayudado y hubieran sufrido la ira del Rey del Pozo como resultado.

Poco después, una mujer apareció en la ciudad, clamando ser amiga del héroe de Gartmar. Se presentó como Ian y estuvo acompañada por un hada parlanchina y un lindo bebé dragón. Ella se volvió cercana a las tres aventureras y fue rápidamente aceptada por todas las personas en la ciudad que adoraron al héroe.

Como resultado, Gartmar una vez más recibió una gran ayuda. Sólo, los productos hechos por las hadas y los enanos no eran increíblemente populares o buscados. Sin embargo, cuando se combinaron los encantamientos de las hadas con la artesanía superior de los enanos, el valor de tales objetos se disparó.

Esos increíbles artículos fueron vendidos al principio a precios relativamente bajos por la amiga del héroe, Ian. Armas, armaduras y accesorios superiores se habían convertido en una vista común por toda la ciudad. La noticia de esto se extendió rápidamente por todo el continente y el interés por los productos de Gartmar había aumentado dramáticamente.

Esos productos pronto fueron rastreados hasta el Rey del Pozo, pero su ciudad no permitió la visita de humanos durante largos períodos de tiempo y establecer una ruta comercial con él era increíblemente difícil. Gartmar se convirtió rápidamente en el único lugar para encontrar esos productos tan solicitados.

Poco después, la ciudad fue reconocida como socio comercial exclusivo de Necrópolis, y Gartmar creció rápidamente en tamaño incluso rivalizando con la capital de su propio reino. La Necrópolis había crecido tanto que simplemente por el hecho de ser su intermediario, Gartmar se benefició enormemente.

Por supuesto, cuando las cosas van bien, los demás están celosos por tu éxito. La capital del reino codiciaba el nuevo poder y los lujos de Gartmar. Durante mucho tiempo los habían visto como una ciudad de campesinos y no tenían una relación armoniosa debido a años de recaudación de impuestos, pero con pocos beneficios. Por lo tanto, el rey estaba planeando remover al alcalde de Gartmar y reemplazarlo con su propia marioneta que cumpliera sus órdenes.

A través de su red de espías había logrado saber que el alcalde había buscado ayuda de un imperio vecino durante la crisis del Rey Trasgo, por lo que lo utilizó como pretexto legal.

«El alcalde de Gartmar ha sido convocado a la capital para responder por los crímenes de traición».

El enviado del Rey lo había anunciado en el medio del mercado de Gartmar que ahora se había convertido en el más grande del país. Desde la perspectiva de la nobleza, era inaceptable que una ciudad tan pequeña eclipsara a su gran capital. El rey sintió que su plan se desarrollaría sin problemas, pero no fue así. El carruaje que escoltaba al alcalde de Gartmar a la capital fue interceptado por aventureros quienes nunca habían estado de acuerdo con las tácticas intimidatorias de la nobleza.

«¡Alcalde, hemos venido a salvarlo!»

Un grupo de aventureros llegó al mercado liderado por Tyr y Kishande.

«¿Por qué harían algo tan tonto, al salvarme, están poniendo en peligro a todos en la ciudad?”

«¿No eres sólo tú quien es el blanco?»

Kishande habló rápidamente y el alcalde asintió.

«Bien, no hay necesidad de llorar por la leche derramada, ahora podemos considerar que nos hemos rebelado oficialmente, así que tenemos que idear un plan».

La capital envió un gran ejército bajo el pretexto de impartir justicia, mientras que el alcalde se sumergió en las arcas de la ciudad para organizar una milicia y solicitar el apoyo de sus vecinos. Fue en ese momento que se encontró con Ian que acababa de entrar al mercado.

«Eres Ian, ¿cierto? ¿Tú puedes comunicarte con el héroe?»

«En cualquier momento».

“La cosa es que tenemos un pequeño problema…»

«Dado que hizo la promesa de proteger este lugar, estoy segura de que cumplirá con su palabra».

Aunque fueron simples palabras que acabaron por decirse de pasada, sin mencionar que todo había ocurrido no hace mucho tiempo. Naturalmente, los ciudadanos sabían que Gaspard tenía todo el derecho a rechazar la solicitud, pero aún tenían esperanzas.

Un ejército de la capital del reino marchaba hacia Gartmar. Les tomaría aproximadamente una semana a pie, así que eso fue todo el tiempo que la ciudad tuvo para preparar su defensa y prepararse para la batalla.

Mientras tanto, los enviados diplomáticos mandados a pedir ayuda habían sido rechazados. Sus vecinos también habían estado celosos del éxito de Gartmar y probablemente también tenían sus propios diseños para ocuparla.

Diez días después todavía no había señales del ejército del reino. Enviaron a un explorador para averiguar dónde podrían estar escondidos, pero no encontraron rastros. Más tarde se difundieron algunos rumores entre los aventureros de que una gran fuerza de no muertos había sido vista marchando por la capital, pero nadie había hecho la conexión entre ellos y el desaparecido ejército del reino.

Aunque el cómo sucedió seguía siendo un gran misterio, el resultado fue increíblemente favorable para Gartmar y desastroso para la capital. Habían enviado a casi todo su ejército, dejando sólo una fuerza raquítica para defender y mantener la paz en casa. Los nobles celosos y codiciosos habían agrupado sus fuerzas privadas y crearon un ejército de 50,000 hombres, pero de alguna manera todos estos habían desaparecido en el aire.

«¡Su Majestad! ¡Por favor perdónanos, nuestra casa no puede permitirse enviar más tropas ahora mismo!»

«¡Qué! ¿Estás tratando de desobedecer una orden directa de tu rey?”

 El rey amenazó a los otros nobles usando su posición, sería difícil para él mantener su título y dominio sobre su propia ciudad, y mucho menos el país con sólo 3000 soldados, cuando la población de la capital era 100,000.

Al día siguiente, recibieron noticias aún peores.

«¿Qué un ejército masivo de no muertos marcha hacia nosotros?»

«Sí, majestad… con nuestra pequeña cantidad de tropas, no podemos involucrarlos».

«Aunque los no muertos normalmente son bastante débiles y fáciles de matar, pero con tantos números uno puede esperar que haya un nigromante involucrado que pueda revivirlos fácilmente. Además, el punto más problemático son sus números tan sospechosos…»

«Así que el tamaño de los no muertos, ¿es similar a nuestro ejército con el que hemos perdido el contacto?»

«Sí señor, fue informado por uno de nuestros mejores exploradores, por lo que su validez puede estar asegurada».

«¡Lechan! ¡Entra e informa lo que está sucediendo!»

El rey convocó a su jefe caballero real que estaba custodiando la entrada de la sala del trono para confirmar el informe. Normalmente siempre estaría al lado de los reyes para garantizar su seguridad, pero tuvo que ser enviado para proteger la entrada debido a una escasez de la mano de obra.

«Sí señor, de hecho hay unos 40,000 esqueletos y zombis. Sus números son casi exactamente los mismos que las tropas que enviamos».

«¿¡Cuál es el significado de esto!? ¡Solicita rápidamente el refuerzo de nuestros aliados! Los civiles también deberían estar armados y listos para luchar. Bueno, ¿qué es lo que estás esperando? ¡Hazlo!»

El impaciente rey había perdido su paciencia y se había enojado. Había pensado que enviando un ejército de 50,000 hombres a Gartmar sería capaz de aplanar fácilmente esa ciudad de advenedizos.

Por supuesto no había enviado a todo su ejército sólo por tratar con una aldea remota como Gartmar, sino más bien para presionar a esa nueva y supuesta ciudad que ridículamente era llamada Necrópolis.

Sin embargo, con la desaparición de sus soldados y la presencia de un ejército de no muertos en la puerta principal, era similar a un combo noqueador y no se podía asegurar la seguridad del reino.

Era problemático que el rey sólo considerara a sus propios soldados como simples números, en lugar de seres humanos vivos. Si sus soldados hubieran sabido lo que pensaba, estarían volviendo de sus tumbas, eso sería si hubieran sido enterrados en lugar de marchar a su propia capital en ese momento.

«¡Póngase en contacto con el Templo y dígales que envíen sacerdotes! ¿No son los no muertos algo con lo que deberían lidiar?»

«Lo haré inmediatamente, su majestad».

«¡No tienes tiempo para responder! ¡Encuentra rápidamente una solución para esos malditos no muertos!»

El rey le estaba ordenando frenéticamente a sus súbditos, mientras intentaba entender la situación actual.

«¡Maldición! ¿Cuándo comenzó a caer todo sobre mí? ¿Fue cuando comencé a interferir con el alcalde de Gartmar? ¿O fue cuando envié el ejército? ¿Pudo haber sucedido todo esto porque acusé falsamente al alcalde de traición?»

El rey estaba sumido en sus pensamientos, tratando de descubrir la causa de sus recientes problemas. ¿Cómo desapareció su propio ejército y luego se convirtió en una legión de no muertos marchando hacia su capital en sólo 10 días?

«No hay nadie en el continente con ese tipo de habilidad ¿verdad? Espera, ¿el gobernante de Necrópolis no es un Demi Liche? Entonces tal vez…’

De pronto, todas las piezas del misterio se unieron. ¿Y si el gobernante de Necrópolis tuviera alguna clase de conexión con Gartmar? Explicaría el reciente ascenso en la fortuna de la pequeña ciudad y, como Demi Liche, tendría la capacidad de formar un ejército de no muertos.

Ese maldito Rey era poderoso e incluso había logrado someter a los dragones de los Elfos, así que con eso y la conexión con los recientes no muertos daba credibilidad a sus sospechas.

«¡Cómo se atreve a involucrarse! ¡Tráeme la piedra de Dios!»

El Reino Mirin había protegido esa piedra sagrada por mucho tiempo, la habían recibido como parte de un pacto con un Alto Dios hace muchos años. Sin embargo, había un precio para usar la piedra de Dios, que era la propia fuerza de vida del rey. Por esa razón, era la carta de triunfo que pocos reyes habían usado alguna vez, salvo por cuestiones graves de vida o muerte.

Enfrentado al gobernante de Necrópolis que había logrado someter a los dragones y matar al Rey Demonio y que ahora se encontraba en la cima del continente, el pobre rey sintió su muerte inminente y no dudó en usar la piedra divina.

Sosteniendo la piedra sagrada que emitía una luz azulada en sus manos, comenzó el encantamiento apropiado.

¡Ughh!

La luz azul se iluminó, absorbiendo la fuerza vital del rey mientras su rostro envejecía y aparecieron arrugas profundas.

«¡Rey de Mirin! De acuerdo con el juramento de tu primer rey y antepasado, cuya sangre corre por tus venas, yo, Michael, he descendido. ¡Arrodíllense!»

En el medio de la sala del trono apareció un ángel de ocho alas y todos los sirvientes, caballeros y el rey en la habitación se postraron ante él.

«Te damos la bienvenida, Oh enviado de Dios».

«Ya sé de tus problemas y lucharé en tu guerra. Dentro de cuatro días apareceré ante tu puerta norte y esperaré al enemigo».

Habiendo terminado de hablar, desapareció con un cegador destello de luz.

«¡Asegúrense de que todas nuestras fuerzas estén listas y movilizadas en cuatro días!»

Por orden del rey se realizó el reclutamiento obligatorio entre los campesinos. Estaba listo para arriesgar todo en ese choque contra Necrópolis. Si pudiera vencerlos, naturalmente se convertiría en la nueva superpotencia del continente.

Todos los civiles en la capital podrían estar sujetos a reclutamiento, y de su población de 100,000 habían logrado armar a una fuerza de aproximadamente 40 ~ 50,000 hombres, mujeres y niños.

Y con esto comenzó el nuevo desafío de Johra.