GDK – Capítulo 958

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Capítulo 958: Acceso sin restricciones


Cada persona que se las arreglaba para cultivar hasta el reino del dios supremo era increíblemente poderosa y Dhaka no era la excepción. El ataque al alma de Han Hao realmente no podría hacerle un daño verdadero, por lo que se las arregló para dispersar fácilmente el ataque al centrar su atención.

Incapaz de deshabilitar las defensas del Pandemonio a pesar de haber estado destruyendo en frenesí muchas de las formaciones, el Superior eligió en su lugar darle caza a Han Hao.

Su mente se fijó con resolución, estaba preocupado de que no hubiera alguien para guiarlo o recibirlo. Ahora que el pequeño esqueleto se mostró, no habría manera en que simplemente lo dejara ir. Dhaka lo persiguió sin miedo y ya no atacó ninguno de los pilares de piedra que vio. En su lugar se centró en capturar a Han Hao.

“Estará bien, ¿verdad?” Stratholme dijo preocupado mientras observaba desde el espejo mágico.

Bollands parecía calmado como siempre, como si no estuviera en pánico y no intentaría escapar incluso si el cielo se desmoronaba. Observó a Dhaka persiguiendo a Han Hao a través del espejo y dijo con una voz dudosa, “no lo sé. Pero apuesto que el Mayor le explicó lo peligroso que era ese lugar. ¡Creo que por lo menos tiene la suficiente confianza de regresar después de llevar a Dhaka a ese lugar!”

“Espero que funcione. De lo contrario, no creo que seamos capaces de manejar esto…” Stratholme dijo con una sonrisa torcida. Sabía que tan profunda era la relación entre Han Shuo y Han Hao. Si el último realmente caía en el Pandemonio, Han Shuo sin duda se llenaría de furia y nadie en la cámara quería enfrentarse a su ira.

“¡Estará bien, definitivamente!” Aunque Bollands sonaba seguro, en realidad se sentía un poco ambivalente al respecto.

“¡Miren!” Phoebe gritó y señaló el espejo mágico. “¡Va a entrar!”

Bollands, Stratholme y el resto dejaron de hablar y miraron hacia donde ella señaló, todos llenos de tensión, suspenso y anticipación.

Después de que varias defensas en el Pandemonio fueron colocadas, Han Shuo les había informado sobre no entrar accidentalmente en esas peligrosas formaciones.

El lugar que estaban observando era la Formación Aniquiladora del Cielo, a la cual ninguno de los miembros de la Casa Han debería siquiera acercarse una vez activada. Aquellos que lo hicieran sin lugar a dudas moriría.

Han Shuo se aseguró de repetir su advertencia más de un par de veces y además de darles a conocer el peligro de las formaciones cada vez que les comentaba sobre el Pandemonio sin ninguna excepción.

Han Hao ahora se encontraba de pie en el perímetro exterior de la formación. Repentinamente, nueve descargas de rayos feroces se lanzaron hacia él como una fuerza imparable de la naturaleza, como si quisieran aniquilar completamente el alma de Han Hao. Interminables cantidades de odio se condensaron y formaron nueve montañas gigantes que se lanzaron hacia él, cada una tan poderosa como un ataque a todo poder de un dios supremo.

El suelo no podía verse, siendo reemplazado por un interminable abismo oscuro. Una fuerza de succión similar a la gravedad pudo sentirse instantáneamente. Era tan poderoso que Han Hao parecía ser incapaz de resistirse, como si estuviera siendo arrastrado hacia las profundidades.

Las fuerzas del rayo, montañas y gravedad, todas le apuntaron claramente. Parecía que no podría ser capaz de escapar de los ataques sin importar como esquivara y todo eso con sólo entrar en el borde de la formación.

Justo cuando estaba por bloquear los ataques entrantes mientras continuaba su descenso, noto una figura entrando al abismo desde el exterior. Exaltado, se rindió de inmediato en su idea de bloquear los tres ataques, eligiendo desplegar al instante todo el poder contenido dentro de su carta de triunfo.

A las afueras de la Formación Aniquiladora del Cielo, la parte de la lanza de hueso que brotó desde el suelo brilló directamente. Un pincho tras otro brotó desde la propia lanza. Repentinamente, las energías negativas que infestaban el Pandemonio parecían ser arrastradas hacia los pinchos que acababan de aparecer en la lanza.

Después de un tiempo, un pilar de luz apenas tan alto como un humano comprimido entró en el rango de la formación para crear un camino que alcanzó a Han Hao mientras este caía hacia el fondo del abismo.

Sus ojos brillaron antes de saltar en la columna de luz. De pronto, la columna se encogió rápidamente mientras regresaba hacia la superficie.

En el momento en que Dhaka entró en la formación, repentinamente notó que su edicto de la destrucción fue afectado seriamente. Que el área al instante parecía haber cambiado las leyes que gobernaban la destrucción. La energía divina de la destrucción contenida dentro de su cuerpo se volvió mucho más caótica, haciendo imposible para él formar Orbes de la Destrucción aun cuando normalmente podía crearlas sin ningún esfuerzo.

No sólo eso, el poder de los rayos y la fuerza de las montañas así como la gravedad que le apuntaban desde las profundidades del abismo le apuntaban con certeza. El intento asesino y el odio que eran esenciales para los enormes ataques perturbaron enormemente su paz mental.

En ese momento, Han Hao utilizó su lanza para dejar rápidamente el abismo. Dhaka finalmente pareció darse cuenta de que cayó en su trampa y forzó su energía de la destrucción para estabilizarse antes de impulsarse desesperadamente para escapar.

¡Choque! Incluso aunque casi no sintió resistencia mientras entraba en el abismo, cualquier intento de ascender se sentía como si se estuviera enfrentando al peso combinado de decenas de miles de montañas sin forma que lo presionaban. No había manera de que rompiera a través de ese obstáculo, especialmente con su poder inestable.

“Phew…” Han Hao finalmente se las arregló para dejar la Formación Aniquiladora del Cielo. Recuperó su lanza de hueso del suelo y está regresó a su forma habitual casi de inmediato,

“¡Ha salido!” Bollands celebró con alivio. Mientras que fue quien le pidió a Stratholme que se calmara, no tenía confianza en que Han Hao fuera capaz de escapar.

“¡Maravilloso!” Stratholme celebró un trago de una bebida alcohólica. “Ahora que Dhaka ha sido atrapado, nuestro trabajo será mucho más fácil. Dagmar y Asser tendrán muchas otras formaciones esperándolos. No importa que tan cuidadosos sean, nunca serán capaces de evitarlas. Supongo que necesitarán por lo menos de diez días para poder salir”.

La mirada de Bollands se calmó mientras decía, “es tiempo de lanzar un contrataque. Le informaré a Sanguis, Gilbert y los otros sobre esto. Los cazadores de dioses en el exterior ahora no tienen líderes y no son nuestros rivales”.

Celebraron mientras se preparaban para enfrentarse a los cazadores de dioses con un corazón ligero.

Han Shuo y Wasir se apresuraban hacia el Pandemonio a toda velocidad. Después de que el Soberano escuchara sobre la enorme pérdida de Dhaka, sintió todavía más respeto por Han Shuo en ese momento, pero pensó que no tenía sentido decirle. De la forma en que lo veía, Han Shuo indiscutiblemente era superior a Tyre, el líder de los Cinco Soberanos, tanto en términos de poder personal como fuerza en equipo.

De camino, una pregunta pesaba constantemente en la mente del Superior, ¿por qué Han Shuo no parecía preocupado por las batallas que se acercaban? ¿De dónde venía esa confianza? Sin importar que, los Cinco Soberanos de la Franja no eran suficiente para soportar a la Alianza de Cazadores de Dioses. Después de todo, ellos eran sólo unos cinco dioses supremos, mientras los de la alianza eran muchos más. No sólo el número de expertos en la alianza superaba por mucho a los de la Franja, su fuerza era definitivamente muy superior.

Sin importar a quien le preguntaran, la Franja no parecía tener oportunidad en contra de la Alianza. Wasir había hecho preparaciones para dejar la Franja con sus subordinados antes de que la batalla comenzará. De no haber sido por la promesa de Han Shuo de que el Pico Glacial no sufriría ningún daño a través de la batalla, no habría sido tan terco como para quedarse.

“Bryan, ¿Por qué no pensaste en Tyre, Logue y Ossora para que pelearan junto a ti en esta sangrienta batalla?” Decidió que un acercamiento directo para esa pregunta era el mejor.

“Tyre y Logue quieren utilizar esta oportunidad para controlar la Franja. Esos dos definitivamente, no tienen buenas intenciones, así que deben tener alguna clase de carta de triunfo secreta. En cuanto a Ossora, para ser franco, yo realmente no entiendo sus motivos. Sin embargo, definitivamente tiene su propia agenda. Quizás hará algo que me sorprenda”, Han Shuo le respondió después de pensar un poco.

“Desde que llegaste a la Franja, Ossora ha intentado buscar tu amistad. Entonces, ¿por qué elegiste cooperar conmigo en lugar de con él?” Eso era algo que lo molestaba mucho, ya que no era capaz de imaginarlo.

“¿Ossora?” Han Shuo sonrió. “Definitivamente ha tratado de complacerme. Aun así, ¿qué es lo que provocó? Una pelea con Salas, un rencor con Tyre y Logue, así como una enorme batalla contigo. ¿Y qué es exactamente lo que arriesgo? Nada aparte de una Tienda del Soberano y una oportunidad de verse más fuerte que Salas”.

Sacudió su cabeza y continuó, “también es muy ambicioso. No me atrevo a acercarme mucho a él o a dejar que conozca mis planes. Me preocupa que me sabotee en un momento crucial y no sea capaz de hacer algo al respecto”.

“En efecto, él no es alguien a quien puedas entender fácilmente”, Wasir estuvo de acuerdo después de meditar un poco.

Mientras tanto, la persona de la que estaban hablando en ese momento estaba en las afueras del Pandemonio con un grupo de sus expertos restantes.

Las fuerzas de la Casa Han, lideradas por Bollands, Sanguis y Gilbert, estaban asesinando a los cazadores de dioses que invadían su territorio. Los enemigos estaban siendo aplastados sin misericordia antes de que los restantes salieron corriendo en confusión.

Ossora se miraba como si recientemente hubiera sido parte de una gran batalla. Las manos de sus hombres estaban bañadas de sangre y muchos de ellos se apoyaban entre ellos para mantenerse de pie. Ossora ordenó, “¡ayuden a la Casa Han a derrotar a los cazadores de dioses!”