Capítulo 905: Yarus
De todas las ciudades del Dominio de la Oscuridad, la Ciudad de la Glotonería era sin lugar a dudas la más fuerte. La ciudad tenía un gran número de expertos poderosos y un gran número de dioses altos.
La Ciudad de la Glotonería era sustancialmente más fuerte que Ciudad Hushveil y la Ciudad de las Sombras combinadas. Si comparaban a los clanes de la Ciudad de la Glotonería, la Casa Sainte de Wallace estaría ubicada sobre algunos en fuerza, pero palidecía en comparación a la Casa Broadhurst de Yarus.
Había rumores circulando alrededor del Elysium sobre que Yarus, el Señor de la Ciudad de la Glotonería, había ascendido más allá del reino del dios alto. Yarus era un personaje muy discreto. Como le había delegado mucho de su trabajo a los miembros de su familia, era raro para la gente el estar en contacto con él. Adicionalmente, aquellos pocos que tenían la oportunidad de encontrarse con él no podían decir la diferencia entre el aura de un dios alto y un dios supremo. Por esas razones, los rumores siempre permanecían como eso.
Pero eso pronto cambiaría. Han Shuo, de pie cerca de la Residencia Broadhurst, inmediatamente descubrió que Yarus en efecto había alcanzado el reino del dios supremo por el poder de la oscuridad sin límites que rodeaba el lugar.
El elemento de la oscuridad que estaba flotando sobre la Residencia Broadhurst fue obra de Yarus. Había torres de energía alzadas por toda la zona que funcionaban como recolectores para el elemento de la oscuridad. Yarus y otros cultivadores del elemento de la oscuridad se beneficiarían de la alta concentración de ese elemento.
El plan original de Han Shuo era entrar inmediatamente en la residencia y asesinar a Larikson. Pero después de sentir la poderosa aura de la oscuridad, detuvo sus pasos y arrugó ligeramente sus cejas.
Si no estuviera ese dios supremo llamado Yarus, él podría irrumpir en la Residencia Broadhurst completamente oculto, asesinar a Larikson y marcharse fácilmente. Pero con Yarus que resultó ser más poderoso de lo que él había esperado. Con la barrera desplegada por un dios supremo alrededor de la Residencia, era prácticamente imposible para él entrar de forma oculta.
Si fuera descubierto irrumpiendo en el lugar, lo más probable es que enfrentaría el ataque de Yarus. No era que Han Shuo le temiera, pero al alertarlo se podría arruinar completamente su plan. Con el patriarca, un dios supremo y muchos otros dioses altos de la casa Broadhurst, sin mencionar el ambiente desventajoso, sus oportunidades de asesinar a Larikson serían mínimas.
Pero lo peor de todo, su rastro sería expuesto y todo mundo sabría qué regresó al Dominio de la Oscuridad. Wallace y Hofs podrían ir a ocultarse. En resumen, esto realmente arruinaría su plan.
Por lo tanto, después de pensar por un momento, decidió no irrumpir en la Residencia Broadhurst, para esperar a que Larikson dejara su casa antes de atacarlo.
Aunque Yarus era el Señor de la Ciudad, él estaba mucho más centrado en su cultivación. Les había entregado casi todos sus deberes a los miembros de su familia para que lo manejaran. Larikson, como el hermano menor de Yarus, fue delegado con una gran porción de ese trabajo. Era inevitable y sólo era cuestión de tiempo antes de que dejara la Residencia.
Han Shuo se retiró y fue a una agencia de información local para comprar las noticias sobre Larikson. Averiguo que esté en efecto se encontraba dentro de la residencia y que había estado dentro de la ciudad por un buen tiempo.
Después de obtener la información, Han Shuo regresó a las afueras de la residencia y espero pacientemente a que su presa saliera de su madriguera.
Tres días después, en el atardecer, Larikson y algunos guardias divinos de la Casa Broadhurst finalmente dejaron la casa. Estaban avanzando directamente a la puerta de la ciudad más cercana como si tuvieran alguna clase de misión.
A medio camino de su viaje, Larikson repentinamente tuvo una sensación de peligro.
“¡Hola, Larikson! ¡Jeje, es bueno verte de nuevo!” La voz de Han Shuo sonó mientras él apareció bruscamente ante Larikson.
“Ah, mierda”, exclamó Larikson. Antes de que su voz siquiera se desvaneciera, uno de sus anillos espaciales dejó salir un fuerte estallido de luz y rasgó el espacio tiempo frente a él. Larikson se disparó instantáneamente al interior de la fisura.
Han Shuo no esperaba que él fuera tan cobarde como para escapar inmediatamente al rasgar el espacio tiempo antes de que incluso intercambiaran una frase.
Sabía que para ese momento era muy tarde para atacar. Dejo salir un gruñido helado y se disparó a la fisura después de Larikson.
Entró en una dimensión extraña llena con luces brillantes. Y cuando apareció en el otro lado, se encontró a sí mismo bajo capas y capas de barreras. Vio un gran número de dioses llevando rostros burlones – ¡Larikson, Hofs y Wallace estaban entre la multitud!
Su consciencia pulsó y sintió la inmensa oscuridad sobre él. Inmediatamente, se dio cuenta de que había caído en una meticulosa trampa de su enemigo.
“Bryan de Han, bienvenido a la Residencia Broadhurst. Te estábamos esperando”, lo saludó un hombre delgado con una mirada firme y una sonrisa ligera y tranquila. Este hombre quien tenía un aura oscura rodeándolo no era otro que Yarus.
Como el Señor de la Ciudad y la existencia más poderosa en la Ciudad de la Glotonería, Yarus naturalmente exudaba una conducta noble y dominante. Como un experto en el reino del dios supremo, también poseía una calidad única e inexplicable.
Fuera de las capas de barreras que atrapaban a Han Shuo había docenas de dioses altos. Cinco de ellos, incluyendo a Wallace y Larikson, eran dioses altos en la etapa tardía mientras el resto eran dioses altos en la etapa media. La mayoría de ellos cultivaban en la energía de la oscuridad. Miraban a Han Shuo con burla en sus ojos, como si estuvieran observando una tortuga en un jarrón.
“Bien jugado, que truco tan impresionante. En efecto bien jugado”, Han Shuo tomo una respiración profunda, miro a Yarus y lo alabo, “en efecto eres un hombre brillante. No sólo posees una fuerza sobresaliente, también eres excelente para hacer planes. ¡No me sorprende que Wallace y Hofs no sean tus rivales y no me sorprende que tu clan sea el más poderoso en toda la ciudad!”
“¡Cállate!” gritó Hofs quien se sintió insultado. “Tu asqueroso pedazo de mierda. ¡Con Lord Yarus aquí, no escaparás en esta ocasión!”
“Bryan, no quería ser tu enemigo, pero no me has dejado otra opción”, Wallace dejó salir un suspiro decepcionado y confeso.
“JAJAJAJA, ¿ES EN SERIO?” Han Shuo se rio hasta casi partirse. Después de un largo tiempo, finalmente, respondió, “¿no te deje opción? ¿Te refieres a las dos veces que salve a Carmelita y las incontables veces que ayude a tu Casa Sainte? Maldita sea, comenzaste a suprimir a mi Casa Han tan pronto como fue fundada. Yo iba a mover a mi clan fuera de la Ciudad de las Sombras pero tú conspiraste con Hofs y Larikson para exterminar a mi clan. ¿Y ahora me dices que yo no te deje opción? ¡Debes estar jodiéndome!”
“La Ciudad de las Sombras siempre ha pertenecido a la Ciudad de las Sombras. ¡Cómo el patriarca, debo eliminar a todos aquellos que amenazan a la Casa Sainte!” Wallace trató de torcer la lógica.
“Que tipo tan ridículo”, remarcó Han Shuo con un rostro desdeñoso mientras sacudía su cabeza. No dijo mucho porque sabía que era imposible razonar con una persona tan irrazonable.
“Bien, bien. ¡Larikson, Wallace, Hofs, Ralph, todos están presentes!” Los ojos de Han Shuo pasaron a través de cada uno de ellos antes de finalmente detenerse en Yarus y preguntar sonriendo, “debes haber planeado y preparado meticulosamente este momento por un largo tiempo – aquí estoy. Entonces, ¿qué están esperando?”
Yarus puso una sonrisa encantadora antes de decirle a Han Shuo, “escuche mucho sobre ti, Bryan y debo decir, eres mucho más impresionante que tu reputación sobresaliente. Déjame ser franco – Wallace puede no tolerar la competencia, pero yo soy bastante diferente. De hecho, en este momento invito formalmente a tu Casa Han para ser parte de mi Ciudad de la Glotonería con la condición de que dejes de lado los rencores con Larikson. ¡No sólo tu presencia será más que bienvenida en mi ciudad, yo, Yarus, por la presente me comprometo a que lo que Wallace le hizo a tu Casa Han en la Ciudad de las Sombras nunca ocurrirá en mi Ciudad de la Glotonería!”
La oferta llegó con una sorpresa total para Han Shuo. También podía decir que Yarus era sincero cuando hizo la invitación.
“¡Hermano! ¡Cómo puede ser eso! ¡Ha asesinado a tu sobrino y muchos de nuestros expertos! ¡¿Cómo puedes dejarlo quedarse en la ciudad?!” protestó Larikson rápidamente antes de que Han Shuo pudiera siquiera responder.
“¡Silencio!” ordenó Yarus. El arrogante Larikson inmediatamente cerró su boca. Parecía como si este le temiera a su hermano.
Yarus, con sus cejas arrugadas, giró hacia él y lo reprendió, “fuiste tú y Felder quienes comenzaron todo este asunto. Bryan no asesinó a tus dioses altos sin provocación. Y en cuanto a tu hijo, no es nada comparado con un experto con la fuerza de un dios supremo. ¡En cualquier caso, tu pene todavía funciona bien y siempre puedes hacer más niños!”
“Her… Hermano…” Larikson estaba bastante sobresaltado.
El rostro de Yarus se volvió helado. Hizo gestos y dijo, “ya lo he decidido, así que calla”.
Aunque lleno de coraje, Larikson no se atrevió a hablar y bajó su cabeza. Continuó mirando con enojo a Han Shuo.
Wallace y Hofs que estaban de píe cerca de él, parecían asombrados. Era obvio que Yarus no le había revelado esa intención suya a esos dos. Lo miraron con ojos que parecían estar gritando, ‘amigo, ¿qué demonios? ¡Eso no es para nada lo que discutimos!’
La atención de Yarus regreso a Han Shuo. Puso una ligera sonrisa y ofreció, “Bryan, si te unes a mi Ciudad de la Glotonería, todos los agravios estarán perdonados. No sólo eso, también puedo proveerte con un tratamiento mucho mejor que el que tuviste en la Ciudad de las Sombras. Tierras, mano de obra, riqueza, conexiones – cualquier cosa que necesites, la tendrás. ¿Qué dices?”