GDK – Capítulo 899

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Capítulo 899: El Demonio llega


En el momento en que Hill y Sha-t’o aparecieron, la lucha de la Casa Han básicamente termino.

Ambos poseían la fuerza de dios alto en la etapa tardía. Aparte de los dos, había cinco dioses altos de diferentes etapas de la Familia Kiaran. Además de eso, los dos jefes de los guardias divinos colocados en las afueras de la Residencia Kiaran también poseían la fuerza de dioses altos. Miles de guardias divinos se estaban apresurando a la Residencia desde cada parte de la ciudad. Esa gran desventaja era algo que la Casa Han no podía negar simplemente con formaciones de combate.

Sha-t’o estaba echando humo cuando regreso a su Residencia y vio todos los edificios que la Casa Han había hecho colapsar y los cuerpos de aquellos que asesinaron. Estaba tan molesto que deseaba desollar a cada miembro de la Casa Han.

Hill había llegado a la Residencia Kiaran al mismo tiempo que el patriarca, también vio las tremendas pérdidas que sufrió la Casa Kiaran y que los guardias de la Casa Han estaban retirándose gradualmente y se defendían con una extraña formación de combate. Sin embargo, no sólo no se sintió triste por las pérdidas de la Familia Kiaran, secretamente estaba deleitado.

En Ciudad Witherbone, la Casa Kiaran era el único clan que podía representar una amenaza verdadera a su posición como Señor de la Ciudad. Pero como Sha-t’o siempre había sido leal y devoto con él, Hill no podía encontrar ninguna excusa para disminuir la fuerza de la Casa Kiaran. No podía estar más feliz de ver que la Residencia Kiaran se había cubierto de fuego y sangre. Eso también era prueba de la enorme fuerza de combate en equipo de la Casa Han.

Para ese momento, la Casa Han hacía sido completamente rodeada por miles de guardias de Ciudad Witherbone. Hill estaba emocionado al pensar que la ciudad pronto obtendría las fórmulas secretas de sus medicinas milagrosas y sus formaciones demoníacas de combate extremadamente mortales.

“¡Cómo se atreven a atacarnos! ¡Están pidiendo la muerte!” gritó Sha-t’o, le estaba dando a Bollands, Stratholme, Emily y los otros una mirada mortal. Era como si quisiera desgarrar su carne y devorarlos vivos.

“¡Hemos tenido suficiente de tu intimidación y acoso!” Emily gritó enojada, “¡nos matarías sin importar lo que hagamos, si no nos dejaras vivir, lo menos que podemos hacer es hacerte sangrar!”

“Bien, muy bien”. Sha-t’o puso un rostro despiadado, hizo gestos y ordenó, “¡mátenlos a todos! ¡No muestren piedad!”

Un gran número de guardias y dioses altos habían rodeado a la Casa Han. Detuvieron temporalmente su ataque cuando Sha-t’o y Hill llegaron. Pero después de escuchar esas órdenes, no vacilaron más y avanzaron.

Sabiendo que las formaciones de la Casa Han eran increíblemente milagrosas y mortales, Sha-t’o no estaba confiado por su gran número de guardias. En su lugar, estaba confiando en su gran número de dioses altos. Le ordeno a estos que tomaran la delantera mientras sus guardias estarían lanzando proyectiles de energía de largo alcance desde una distancia segura.

Cinco dioses altos bajo Sha-t’o y dos dioses altos bajo Hill rodearon a la Casa Han desde siete direcciones. Los miles de guardias divinos de Ciudad Witherbone apuntaron sus armas divinas hacia la Casa Han.

Estos no tenían más opción que resguardarse y mantener su posición. Sabían que debían estar pesadamente rodeados por los guardias de toda la Ciudad. Si fueran a tratar de escapar del cerco, estarían bastante vulnerables y serían fácilmente aplastados por los guardias divinos quienes los sobrepasaban enormemente en número. Pensaban que era mejor quedarse en su posición y matar a quienes fueran hacia ellos, infligiendo el máximo daño al costo de sus propias vidas.

La Casa Han entendía que tenía una ventaja sobre sus enemigos en la fuerza de combate en equipo. Si se extendían, perderían la única ventaja que tenían. No sólo apresurarían su perdición, también fallarían en causarle un daño significativo a sus enemigos.

Cada miembro de la Casa Han tenía un rostro tranquilo a pesar de enfrentar una perdición segura. Estaban listos para saltar a lo que era probable ser su pelea final.

Siete dioses altos comenzaron a cargar hacia ellos desde siete direcciones. Una nube oscura como una capa, formada usando la energía de la muerte rodeo la Residencia Kiaran mientras los deslumbrantes destellos emergieron desde las torres de energía restantes. La enorme y siniestra nube oscura flotó lentamente hacia donde se encontraban reunidos los de la Casa Han.

Los siete dioses altos desplegaron sus dominios de la divinidad. Varias energías elementales en el ambiente fueron reunidas para formar extrañas corrientes de energía. Cuando las siete corrientes de energía hechas por los siete dioses altos se dispararon hacia la Casa Han, con esto se inició una cadena de eventos mortales.

Miles y miles de coloridas energías se dispararon al cielo y silbaron hacia la Casa Han. También fueron arrojadas lanzas de hueso. Eran los productos de más alta calidad manufacturados por la renombrada Refinería de Huesos utilizando los materiales de la mejor calidad. No sólo su acabado fue pulido como un espejo, también estaban llenas de una gran cantidad de aura de la muerte.

Cada miembro de la Casa Han tenía un rostro calmado. A pesar de tener miles de ataques como enjambre sobre ellos, ni un solo guardia entró en pánico y su rango de respiración se mantenía firme. Permanecían calmados y organizados como si esos proyectiles brillantes que volaban hacia ellos fueran sólo gotas de lluvia normales.

A pesar de ser enemigos, esos guardias de Ciudad Witherbone estaban asombrados por la conducta sin miedo de la Casa Han. El Señor de la Ciudad Hill, quien tenía experiencia en el entrenamiento de los guardias divinos, estaba especialmente asombrado. Después de ver el valor mostrado por los guardias de la Casa Han, él estaba lleno de miedo y estaba más determinado a obtener sus métodos secretos de entrenamiento.

La Casa Han permaneció inmóvil ante los miles de ataques que volaban hacia ellos. ¡Pero momentos antes de que esos ataques aterrizaran, su formación de combate se transformó repentinamente!

Los guardias de la Casa Han que se encontraban aglomerados repentinamente avanzaron. Originalmente tenían un espacio entre ellos de sólo tres pasos, pero repentinamente se extendieron hasta separarse diez pasos.

La postura que asumieron en la nueva formación, los guardias de la Casa Han entraron en acción con un gran entendimiento. Algunos de ellos desplegaron toda clase de barreras y defensas para resistir el bombardeo mientras el resto lanzaban contrataques sin prestar ninguna atención a esos golpes de energía y armas divinas que les apuntaban.

En el instante en que la Casa Han asumió una nueva formación para defenderse y mientras contratacaban, esos guardias de Witherbone ya no permanecieron en calma. Algunos desplegaron defensas mientras algunos trataron de escapar y esquivar frenéticamente.

Los dos ejércitos se bombardearon con enjambres de lanzas de hueso, armas divinas y corrientes de energía. Momentos después de intercambiar golpes, se volvió obvio que la Casa Han tenía la desventaja, en principio, debido a su bajo número de expertos.

Si fueran sólo tres dioses altos, Sanguis, Bollands y Gilbert serían capaces de manejar los ataques, aunque fuera bastante extenuante. Sin embargo, estaban enfrentando a siete dioses altos, con cinco estando en la etapa media y dos en la etapa tardía observando a los lados. Debido a la enorme diferencia en fuerza, la Casa Han ya no era tan imparable como lo fue antes. Uno tras otro, los guardias de la Casa Han perecieron por las abrumadoras energías que les disparaban.

Pero a pesar de eso, era obvio para cualquier observador que la fuerza de combate en equipo de la Casa Han era mucho mayor que la de los guardias de la ciudad. Si no fuera por los siete dioses altos, la Casa Han quizás tendría la oportunidad de aplastar a los miles de guardias de Ciudad Witherbone.

Muchos de esos guardias se lamentaban y huían cuando eran atacados. Muchos fueron asesinados cuando chocaban con sus camaradas que también trataban de evitar un ataque.

Mientras tanto, cada guardia de la Casa Han permanecía tranquilo y en silencio a pesar de enfrentar ataques que llenaban el cielo. Trabajaban juntos de manera metódica. Aquellos a cargo de las defensas ponían toda su energía en defender mientras aquellos a cargo del ataque podían centrarse completamente en sus ataques.

Desde el inicio al final, cada guardia de la Casa Han permanecía en sus posiciones. Nadie entró en pánico a pesar de ver que sus camaradas perecían en batalla.

“Sha-t’o, pídele a tus hombres que tengan cuidado. ¡Asegúrate que no maten todavía a sus líderes!” dijo Hill. Estuvo observando a la Casa Han con admiración y sintió una gran reverencia por la persona que entrenó a esos guardias.

Él sabía que en el momento en que esa persona muriera, su alma comenzaría a desvanecerse y los recuerdos contenidos dentro desaparecerían junto a ella. Cuando el alma se disipara completamente en el ambiente, sus memorias también se habrían ido completamente. Ninguna cantidad de energía divina de la muerte podría restaurarla.

La razón por la que Hill quería mantener a esos miembros principales de la Familia Han era para que pudiera extraer tantas de esas preciosas memorias y secretos como fuera posible.

“Entiendo”, respondió Sha-t’o mientras asentía. Después de ver las enormes pérdidas que su Casa Kiaran sufrió por la Casa Han, fue consumido por el enojo y casi había olvidado su objetivo principal. Pero recobró sus sentidos después de ser advertido por Hill.

Primero tomó una respiración profunda antes de rugir hacia el cielo. Luego, habiendo reunido la atención de sus dioses altos, hizo gestos con sus manos.

Como veteranos de la Casa Kiaran, esos dioses altos inmediatamente entendieron sus órdenes sin palabras. Se volvieron mucho más selectivos en sus bombardeos. La mayoría de los ataques aterrizaron en los guardias sin importancia de la Casa Han.

Fueron estos siete dioses altos quienes causaron las mayores bajas. Los siete sólo atacaban y mataban a esos guardias en el perímetro externo, pero no atacaban a los miembros núcleo de la Familia Han que estaban reunidos juntos.

La Familia Han se miró y vieron la desesperación en los ojos de los otros. Stratholme y Emily eran personajes bastante agudos. Podían decir instantáneamente lo que sus enemigos estaban planeando.

Bollands le dio un vistazo a los dos y de inmediato leyó sus pensamientos. Gritó, “no hagan nada estúpido. Con nosotros tres aquí, no hay necesidad de suicidarse. No serán capaces de extraer ninguna información de sus almas incluso si son los últimos en caer”.

Bollands podía decir que Stratholme y Emily estaban planeando suicidarse para que sus almas se disiparan antes de que Sha-t’o y los otros pudieran extraer algo de sus recuerdos.

Emily suspiró suavemente y murmuró para sí misma, “adiós Bryan… Supongo que nunca más te veré…”

Fue en ese momento que repentinamente, como si la plegaria de Emily fuera escuchada, un rugido capaz de hacer temblar la tierra se escuchó en el horizonte. ¡Un aura feroz que llevaba el deseo de aniquilar todas las cosas, repentinamente envolvió a toda Ciudad Witherbone!