GDK – Capítulo 893

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Capítulo 893: Comprando tiempo


*** Ciudad Witherbone, la mansión del Señor de la Ciudad.

Hill, el Señor de la Ciudad. Sha-t’o, el patriarca de la Casa Kiaran y los patriarcas de todos los grandes clanes en la ciudad se reunieron en la Mansión.

Hill sentado en su trono hecho de huesos blancos posicionado más alto que cualquier otro asiento en la cámara. Sus cejas se arrugaron con enojo mientras preguntaba, “¿has hecho algún progreso?”

Como el Señor de la Ciudad, él cultivaba en la energía de la muerte y poseía la fuerza de un dios alto en la etapa tardía. Algunos cientos de años antes, el Dios Supremo de la Muerte le dio una Marca Divina. Gracias a esta Marca dejada en su alma, era probable que Hill hiciera un rompimiento en poco tiempo y alcanzará el reino del dios supremo.

Aunque nunca tendría el Epítome que poseía el Dios Supremo de la Muerte, alcanzar el reino del dios supremo era un logro increíble. No había más que algunas decenas de existencias que tenían la fuerza de un dios supremo en todo el Elysium. Hill había sido asiduo en el cultivo y trabajo duramente para administrar Ciudad Witherbone por el Dios Supremo de la Muerte sólo por una oportunidad de ganar la Marca Divina lo que aumentaría sus posibilidades de avanzar al reino del dios supremo.

Él era una persona ambiciosa y codiciosa. En el momento en que escuchó por Sha-t’o sobre lo milagroso de las medicinas de la Casa Han y la sorprendente coordinación en equipo de sus guardias divinos, fue tentado. Igual que Hill, este último tampoco era un personaje benevolente. Los dos llegaron a un acuerdo en nada de tiempo y sus planes se pusieron en movimiento en el momento en que la Casa Han entró al Dominio de la Muerte.

Los guardias divinos de Sha-t’o y Hill fueron increíblemente cordiales y corteses cuando los escoltaban a Ciudad Witherbone. Pero tan pronto como entraron en la Residencia Kiaran, Sha-t’o comenzó a tratar de obtener esos secretos de la Casa Han. Y cuando descubrió que la Familia Han no divulgaría ni una palabra, inmediatamente les ordenó a sus guardias divinos que se estacionaran en los alrededores de la Residencia Kiaran, previniendo que dejaran la Ciudad.

Sha-t’o sacudió su cabeza como si no tuviera más movimientos. Respondió, “no importa lo que les ofrezca. No están dispuestos a vender esa información. Sin importar si son las fórmulas medicinales o sus métodos de entrenamiento, no divulgaran nada”.

“La Casa Han ya no tiene algún cimiento en la Ciudad de las Sombras. Aunque su Farmacia Perla Celestial tiene ramas en muchas ciudades, no poseen el poder para proteger sus bienes. Y ese Bryan, nadie sabe si siquiera sigue con vida. ¿Por qué demonios están siendo tan tercos? ¿Piensan que todavía tienen una forma de salir de esto?” dijo el patriarca desdeñosamente. Era un patriarca de los clanes mayores de Ciudad Witherbone.

“¡No tengo idea de por qué se aferran tanto!” Sha-t’o puso un apesarado y dijo, “no hemos sido discretos en nuestras acciones y debería ser obvio para ellos lo que estamos persiguiendo. También deben saber que no los dejaremos ir hasta que no tengamos lo que queremos. ¿Por qué simplemente no lo dicen?”

“Esos clanes que tienen relaciones con la Casa Han siguen enviando a sus representantes, clamando que desean hablar de negocios con ellos. Pero la verdadera razón es que deben buscar lo mismo que nosotros”. Hill arrugó sus cejas y le ordenó a Sha-t’o que acelerara el proceso, “acelera el proceso. No seremos capaces de ocultar el hecho por mucho tiempo. Esos clanes no son fáciles de manejar. Vendrán en persona a visitar la ciudad. Será problemático si descubren lo que estamos haciendo”.

“Deme otro mes. Si la Casa Han sigue siendo terca después de un mes, entonces dejaremos de ser amables con ellos”, Sha-t’o también sabía que no podía alargar el asunto por más tiempo. Él debía extraer la información que quería tan pronto como fuera posible a menos que quisiera que todos los pensamientos y esfuerzos que puso fueran en vano.

“Sí, obtenlos tan pronto como sea posible”. Hill tenía una sonrisa helada mientras decía, “¡si no cumplen tus demandas para entonces, los matáremos a todos! Somos cultivadores de la energía de la muerte. Tenemos un entendimiento del alma mayor que el de una persona ordinaria. ¡Si no podemos tenerlo de sus bocas, extraeremos esos secretos de sus almas!”

“Eso se hará sólo como el último recurso. Si hacemos eso y se filtra al público, esos clanes podrían formar una alianza para hacer una cruzada en nuestra contra. Y no hace falta decirlo, nuestra reputación e intereses se verán enormemente afectados. Si todavía es posible, debemos hacer que la Casa Han comparta voluntariamente esos secretos con nosotros”, dijo otro patriarca.

Sha-t’o asintió y respondió, “intentaré primero con todas las medidas suaves. ¡Pero si eso no funciona, entonces usaré las fuertes!” Él tenía un rostro helado mientras decía, “¡esos dos grandes secretos de la Casa Han valen el riesgo!”

“Muy bien, entonces está decidido. Tendrás otro mes. Después de eso, incluso si tú no los matas, enviaré a mis hombres para que los acaben. ¡Por las buenas o por las malas, haremos que esos dos secretos le pertenezcan a nuestra Ciudad Witherbone! Hill hizo gestos y dijo, “es todo por hoy. Pueden marcharse. Sha-t’o, aumenta la presión”.

Este se levantó de su asiento, se inclinó ante el Señor de la Ciudad y regresó a su Residencia Kiaran.

*** Dagassi caminó a la estructura al lado de la apestosa refinería de huesos. El Antiguo Rey Lagarto llevaba un rostro impotente y miserable mientras suspiraba al caminar. Cuando llegó a la estructura, no sabía cómo comenzar una conversación con los del interior.

Al igual que los miembros de la Casa Han, Dagassi era originario del Continente Profundo. No hacía falta decir que estaba molesto y triste por cómo era tratada la Familia Han por la Casa Kiaran. Sin embargo, como él era sólo un pequeño y diminuto guardia divino, no tenía influencia en ningún asunto. Sha-t’o hizo que él fuera el mediador debido a que conocía a muchos miembros de la Familia Han.

Stratholme y Ayermike eran conocidos de Dagassi cuando todavía estaban en el Continente Profundo. Durante su tiempo en la Residencia Kiaran, habían escuchado incontables malas noticias de parte de Dagassi. Aunque estos estaban enfadados con la Casa Kiaran, no tenían ningún rencor con él.

Stratholme forzó una sonrisa cuando vio al desanimado Dagassi. Fingió una risa y preguntó, “jaja, supongo que nos tienes más noticias hoy, ¿cierto?” Entendía que él debía estar llevando malas noticias. Se comportó de esa manera para que él no se sintiera tan miserable.

“’Suspiro…’ realmente no deseo verte aquí… Al menos no de esta manera…” Dagassi se lamentó, “en aquel entonces en la Ciudad de las Sombras, ustedes y Bryan me trataron muy bien en la Residencia Han. Pero ahora que ustedes están en la Residencia Kiaran, no sólo no puedo darles el mismo tratamiento, incluso he dejado que sufran semejante humillación… ‘Suspiro’… Si tuviera una fuerza mayor quizás me escucharían…”

“Esto no tiene nada que ver contigo. Li Wei puede ser considerada como una pequeña princesa en la Casa Kiaran. Y aun así, sus palabras son ignoradas de la misma manera. Sha-t’o ha sido cegado por la codicia y no escucha el consejo de nadie más. Esto no tiene nada que ver contigo”. Después de tomar una corta pausa, Ayermike preguntó, “entonces, ¿qué es lo que quieres decirnos?”

“Ciertas personas deliberadamente hicieron que escuchara su conversación… Hill y mi patriarca tuvieron una reunión hoy y le dio a mi patriarca una fecha límite. Si todavía no puede obtener la información de ustedes después de un mes, Hill los matara y extraerá la información de sus almas”, reveló Dagassi.

“¡Pelearemos con ellos!” Gilbert grito furioso, “¡qué montón de despreciables bastardos! ¡Nunca me había encontrado con alguien más desvergonzado que ellos! En aquel entonces cuando cooperamos para construir una rama de la Perla Celestial en esta ciudad, nos trataron tan cordialmente. ¡Y después de hacer una tonelada de monedas de cristal de nuestra Perla Celestial, así es como nos tratan! ¡Son más desagradables que Wallace!”

“¡Si no nos dejan vivir, entonces los atacaremos!” dijo Sanguis con sus ojos brillando en rojo. Durante esos meses que se quedaron en la Residencia Kiaran, Sanguis había hecho hervir su furia y odio. Estaba teniendo el impulso de destruir despiadadamente todo.

Él también estaba consciente de que una vez que atacaran, la Casa Han estaría muerta. Aunque los guardias de la Casa Han eran poderosos, eran pesadamente sobrepasados en números por los guardias de esta ciudad.

La Casa Han estaba enfrentando una amenaza más grande en Ciudad Witherbone que antes. De regreso, en la Ciudad de las Sombras, Wallace sólo consiguió a alguien más para que hiciera su trabajo sucio, pero no atacó abiertamente a la Casa Han debido a que de alguna manera le temía a Han Shuo o más específicamente, a su conexión con la Diosa del Destino.

Pero en esta ciudad, Hill y Sha-t’o no consideraban al joven Han Shuo como alguna amenaza. En sus mentes, este no era nada más que un farmacéutico genio. No tenían idea de su asociación con la hija de la Diosa del Destino. Por lo tanto, no tenían vacilaciones sobre el exterminio de la Casa Han.

“Si lanzamos un ataque sorpresa, podemos matar al menos algunos cientos de guardias divinos de la Casa Kiaran. Pero, desde luego, al final terminaremos muertos. Deberíamos comenzar a discutir cómo matar a tantos de la Familia Kiaran como sea posible. Incluso si vamos a morir, deberíamos hacer que nuestras muertes valgan la pena”, dijo Bollands calmadamente.

Él conocía la situación en la que estaban y que no había esperanza de escapar de la Residencia Kiaran. De cómo lo veía, causarle el mayor daño a la Casa Kiaran, era la única cosa que podían hacer.

“¡No!” gritó Emily. Explicó, “Bryan definitivamente no quiere que nada nos ocurra. ¡No podemos ser apresurados!”

“Entonces, ¿qué deberíamos hacer?” Gilbert gruñó, “no tenemos manera de salir y estamos muertos sin importar lo que hagamos, ¡al menos podemos hacer que sufran algunas pérdidas!”

“Bollands, Sanguis, Gilbert, ustedes tres conocen mejor las formaciones demoníacas de combate de Bryan. Produzcan un conjunto de instrucciones para una de las formaciones”, instruyó Emily a regañadientes.

“¿Por qué? ¡¿Cuál es el punto?!” Sanguis gritó, “¡ellos nunca nos dejarán ir! ¡Incluso si les damos todo, todavía van a encerrarnos aquí!”

“Dagassi, ¿nos ayudaste a entregar la información?” Emily le preguntó a Dagassi sin responder a la queja de Sanguis.

“He utilizado todo el millón de monedas de cristal negro que me diste. Si él todavía sigue con vida, tarde o temprano recibirá la información”. Él forzó una sonrisa y dijo, “Hill y Sha-t’o no consideran a Bryan como una amenaza. Ellos no limitan mi actividad en absoluto”.

Emily asintió y dejó salir un pequeño suspiro de alivio. Le propuso al grupo, “tratemos de comprar tanto tiempo como podamos. Sólo espero que Bryan nos encuentre antes de que sea muy tarde”.