GDK – Capítulo 782

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Capítulo 782: Nadie dirá ni una palabra de esto


Han Shuo y Rose observaron fríamente la batalla mientras estaban en sus rutas de escape. Han Shuo también colocó varios generales en lugares ocultos. Si esos dos fueran a utilizar métodos especiales para escapar, los demonios se lanzarían sobre ellos y detendrían sus acciones. Han Shuo y Rose también desplegaron múltiples barreras mientras observaban la batalla.

Los dos dioses altos asesinos revelaban desesperación en sus ojos. Sabían que no escaparían a sus muertes e intentaban causar el mayor daño con sus muertes. Usaron toda la energía restante en sus cuerpos para avanzar y acercarse a los guardias mientras planeaban lastimarlos seriamente.

Los guardias, sabiendo que los dos asesinos eran dioses altos, no se atrevían a acercarse a ellos. Estos inmediatamente lanzaron ataques de largo alcance hacia los dos para alejarlos cuando intentaban acercarse. La paciencia de los asesinos y su energía divina estaban disminuyendo. Con el tiempo, bajo el bombardeo de casi cien guardias, los dos dioses altos estaban cerca de agotar sus energías divinas.

Aparte de Han Shuo y Rose, Bollands tampoco participó en la pelea. Estaba guiando a los guardias sobre cómo derrotar de la manera más efectiva como equipo a un poderoso experto. Los guardias que habían practicado el arte de la pelea como equipo en la Formación de las Ocho Desolaciones y Tormentos lanzaron ataques densamente agrupados que no perdían un solo lugar de las defensas de los dioses altos, ejerciendo la máxima cantidad de presión en ambos dioses.

Para estos, era el momento más humillante que alguna vez habían experimentado en toda su vida. Habían intentado reunir su energía para escapar al costo de lesionarse seriamente a sí mismos o causando un retroceso en sus reinos. Pero en cada ocasión que trataban de hacerlo, serían perturbados y detenidos por los demonios. Después de repetir el proceso en varias ocasiones, los dos finalmente se dieron cuenta de que sus muertes eran seguras.

Con Han Shuo y Rose desplegando barreras, los dos asesinos no podían ni siquiera acercarse lo suficiente a los guardias y lastimarlos a través de la autodestrucción. Los dos orgullosos dioses altos fueron reducidos a lastimeros objetivos vivientes para el pequeño entrenamiento de Han Shuo. Con toda la esperanza por sobrevivir perdida, los dos asesinos finalmente no pudieron soportar más la humillación.

Ambos dejaron de lado cada defensa y permitieron que la energía divina y las armas divinas de los guardias aterrizaran en sus cuerpos. Las energías y armas sin mucha resistencia destrozaron sus cuerpos que casi habían agotado la energía divina. Ellos colapsaron en charcos de sangre y perecieron.

El Espíritu del Caldero salió rápidamente y recogió felizmente las dos almas divinas. Mientras el número de demonios en el Caldero de la Miríada de Demonios incrementaba, cuanto más almas de alta calidad se añadieran a la colección, el Caldero se volvería más poderoso. Han Shuo podía sentirlo claramente cada vez que tomaba prestada la energía del Espíritu del Caldero.

Para él, con el Caldero volviéndose más fuerte era una forma de él para volverse más fuerte. Por tanto, mientras fuera posible Han Shuo siempre haría lo mejor para ayudar al Espíritu del Caldero a recolectar tantas almas divinas como fuera posible.

“¿Qué? ¡Murieron sólo así!” gritó Barnard con una voz molesta. Parecía que la diversión término muy pronto para él.

Sus camaradas también se sentían igual. No esperaban que los dos asesinos simplemente se darían por vencidos justo cuando ellos estaban disfrutando más. Pensaban que la diversión duraría mucho más.

Después de que el Caldero de la Miríada de Demonios recolectó las dos almas de dioses altos, Bollands avanzó y fue hacia los cuerpos. Retiro las máscaras y observo cuidadosamente sus rostros. Después de un momento, él se levantó, giró hacia Han Shuo y sacudió su cabeza con seriedad. “¡Mayor, no conozco estos rostros!”

Bollands había servido en el Tercer Cuerpo de Erebus por muchos años y estaba muy familiarizado con los miembros de todos los grandes clanes en la Ciudad de las Sombras. A través de varios métodos encubiertos y normales, él se había encontrado y visto a personajes que incluso Han Shuo no conocía. Los dioses altos eran la clase de personas más raras y de pequeño número en cada ciudad. Si los dos asesinos se originaban de la Ciudad de las Sombras, sería imposible que Bollands no los reconociera.

Por tanto, al escuchar sus palabras, Han Shuo estaba seguro de que los asesinos eran originarios de otra ciudad. Él pensó cuidadosamente en ello. Aparte de Ciudad Hushveil, él había ofendido a Portlem quien era un forastero del Dominio de la Oscuridad. Se preguntaba si alguno de ellos podría estar detrás del ataque.

Arrugó sus cejas mientras pensaba profundamente en ello, después de un tiempo, observó en todos los alrededores y les ordenó a sus guardias, “no hablen de este incidente hasta que lleguemos al fondo de ello”. Después de una corta pausa, añadió, “¡esto incluye a los de la Casa Sainte!”

Cinco dioses altos habían ido a asesinarlo y él pudo lograr tres muertes. Esto probablemente significaba que él había ofendido a un poder muy formidable.

Actualmente era un oficial de alto rango en la Ciudad de las Sombras. Si Wallace y Andre supieran del incidente, los dos seguramente comenzarían sus propias investigaciones lo que significaría que preguntarían sobre todos los detalles. Quizás inadvertidamente les revelarían su asombrosa fuerza a otros. Dejando de lado otras preocupaciones, él no quería que el público supiera su verdadera fuerza hasta que la competencia entre los Jefes de los Guardias Divinos comenzará.

Después de pelear con los dioses altos asesinos, todos los guardias del Quinto Cuerpo se convencieron completamente de Han Shuo. Ni uno solo de ellos tenía ninguna duda sobre su capacidad. Sus miradas hacia él estaban llenas solamente con reverencia y respeto.

Por tanto, después de que él terminó estas palabras, los casi cien guardias respondieron respetuosamente al unísono de forma afirmativa. Ninguno de ellos tenía alguna otra opinión.

En el Elysium, la cultivación y fuerza, eran todo lo que importaba. La gran mayoría de sus habitantes tomaban las mejoras en sus fuerzas como su mayor prioridad. Era también por eso que todos en el Elysium adoraban al fuerte. No tenían nada más que admiración por los verdaderos expertos. Después de que Han Shuo demostró su formidable poder al asesinar a un dios alto sin esfuerzos, esto sin dudas hizo que los guardias del Quinto Cuerpo se volvieran extremadamente complacientes con él. Lo aprobaron genuinamente como su nuevo Jefe de los Guardias Divinos.

“¡Descanse tranquilo, mi Señor! ¡Nadie dirá ni una palabra de esto!” aseguró Barnard con reverencia que venía desde el fondo de su corazón y admiración brillando en sus ojos.

Han Shuo asintió y dijo, “excelente. Mientras hagan exactamente lo que ordenó, ninguno de ustedes se encontrara en problemas”. Luego vio alrededor y dijo sonriendo, “muy bien. Supongo que esos dos que escaparon no van a regresar. Continuaremos nuestra marcha hacia la Cordillera Nube Ascendente”.

“Mayor, creo que ya no estamos en peligro. ¿Podemos continuar nuestra práctica de rastreo y acoso?” preguntó Bollands respetuosamente después de inclinarse ante él.

“Si, adelante”, Han Shuo no pensaba que los dos asesinos que escaparon los amenazarían más y por tanto acepto directamente.

Después de que Bollands guió a los guardias para continuar con toda clase de entrenamientos y ejercicios, Han Shuo giro hacia Rose y la instruyó, “no dejes que nadie me moleste”.

Rose estaba confundida. No tenía idea de por qué él le daría semejante orden tan repentinamente. Sin embargo, ella no hizo preguntas y asintió. Aunque la relación entre ambos hace mucho que mejoró, ella todavía era tan silenciosa como siempre. Normalmente, no hablaba a menos que él le hiciera alguna pregunta. Raramente comenzaba una conversación con él.

Después de dar las instrucciones, Han Shuo se sentó con las piernas cruzadas en el lugar y cerró sus ojos. Con un pensamiento de su consciencia, un demonio refinado del alma de un dios alto salió de él a una velocidad extrema. Se dirigió al norte.

Él había aplicado algo de yuan demoníaco en el demonio de alto grado. Por tanto, cuando él concentró su atención y le ordenó que volara, el demonio en su estado sin materia voló mucho más rápido de lo normal. De hecho, estaba volando a una velocidad más rápida que la de él usando el Arte de los Nueve Cielos Demoníacos impulsado con la energía del Espíritu del Caldero.

Los demonios no tenían materia y la gravedad no los afectaba por lo que podían viajar ridículamente rápido. Ese demonio, habiendo recibido un impulso del yuan demoníaco de Han Shuo, podía viajar a una velocidad incluso más alta.

Momentos antes, cuando peleaba con los asesinos, él había dejado una gota de su esencia de sangre en la armadura del enano. Él tenía una conexión milagrosa con la esencia. Incluso cuando el enano se las había arreglado para rasgar un túnel a otra dimensión usando un arma con el milagroso edicto del espacio y escapar, mientras llevará una gota de su esencia de sangre con él, Han Shuo podría tener una aproximación cercana de su localización cuando concentraba completamente su mente en sentirlo.

Él podía sentir que los dos asesinos que escaparon estaban extremadamente lejos y todavía se estaban moviendo a una gran velocidad. Él no los persiguió debido a que pensaba que quizás no sería capaz de alcanzarlos incluso si iba tras ellos con todas sus fuerzas. Pero más importante, tenía la responsabilidad de mantener segura su compañía de guardias. Estaba preocupado de que los guardias pudieran encontrarse con otro peligro y no pudieran manejarlo por sí mismos.

Por tanto, él permaneció junto a sus guardias y envió al mejor demonio que tenía, un demonio espíritu, para que revisara la situación por él. No esperaba que el demonio pudiera lastimar a los dos asesinos, pero quería que revelara las identidades de sus enemigos anónimos. Una vez que supiera a quien se enfrentaba, tendría una idea general de cómo alistarse o incluso eliminar la amenaza cuando llegara la oportunidad.

Para el demonio espíritu que llevaba su velocidad al máximo, el tiempo parecía ralentizarse. Su cuerpo sin materia hacía minúsculas y ligeras ondas en la atmósfera mientras iba a través del cielo y hacia la región que Han Shuo le ordenaba.

Más o menos media hora después, él le dio una orden con su consciencia y el demonio que se movía ultra rápido fue frenando. Este comenzó a aproximarse a la región del frente de forma cautelosa.

Han Shuo vio a dos figuras que estaban volando a un alta velocidad. Una de las figuras era pequeña y llevaba guantes adornados con chispas centelleantes. Sin pensarlo, Han Shuo supo que eran los dos asesinos que escapaban. Ambos se apresuraban al frente y no tenían idea en absoluto de que un par invisible de ojos los seguía y observaba desde la distancia por la parte de atrás.

El demonio los siguió alrededor de diez minutos antes de que ambos asesinos repentinamente frenaran. Repentinamente se desviaron y se detuvieron ante la boca de una cueva cubierta con rocas rotas y ramas de arbustos. El enano dio una ligera tos.

Varias figuras oscuras aparecieron lentamente desde la cueva. Mientras salían de la cueva, sus rostros se volvieron más claros. Uno de ellos era Dolores quien había desaparecido desde hace mucho tiempo. Puso una expresión emocionada después de salir de la cueva y preguntó, “Patriarca, ¿fue un éxito?”

Los asesinos finalmente removieron sus máscaras. El tipo alto reveló ser Felder, el patriarca de la Casa Lavers. Tenía un rostro oscurecido mientras respondía, “fallamos. Somos los únicos sobrevivientes”. Felder luego giro hacia Lakrisen quien también retiró su máscara y dijo con una voz pesada, “Lord Lakrisen, lo siento por perder a esos tres ayudantes habilidosos suyos”.

Lakrisen estaba llevando un rostro amargo y resentido. Dijo fríamente, “tres dioses altos han perecido. ¡¿Cómo voy a justificar las pérdidas con mi hermano mayor?!

Él en ese momento era como un volcán a punto de hacer erupción. Felder no sabía cómo responderle. Simplemente dejo salir un suspiro impotente y se mantuvo en silencio.

Lakrisen le dio una mirada a Felder con ojos helados antes de dejar salir un helado gruñido y decir, “¡regresaremos a Ciudad de la Glotonería y arreglaremos las cosas allí!” e inmediatamente se marchó. Felder dejó salir otro ligero suspiro antes de hablarle a Dolores y los otros para que siguieran por detrás a Lakrisen.