GDK – Capítulo 752

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Capítulo 752: Lo siento, gritaste muy tarde


Todo el grupo de Ciudad Hushveil liderado por Eugene fue aniquilado por Han Shuo. Nadie sobrevivió.

El aire en la entrada de la cueva estaba lleno con el hedor de la sangre. El Espíritu del Caldero volando en el aire, recogió el alma de Eugene que era un dios alto en la etapa media. No sólo la de Eugene, incluso las almas divinas de aquellos guardias que perecieron fueron obtenidas por el Espíritu del Caldero y fueron succionadas al Caldero de la Miríada de Demonios.

De acuerdo con el espíritu, el más alto grado del demonio debía ser hecho usando el alma de un dios alto. El demonio espíritu de ese grado era más poderoso que cualquier general demonio y podría proveerle al Espíritu del Caldero más poder. Desde la aniquilación del Exaltado Señor Demonio, el Caldero de la Miríada de Demonios no había producido ni un solo demonio de esa clase alta. Ahora que el alma divina de Eugene fue capturada, finalmente, había de nuevo un demonio espíritu en el caldero.

Eugene y su ejército fueron reducidos a charcos de sangre en sólo unos pocos momentos. Aparte de la sangre acuosa, el suelo también estaba cubierto con varios cuerpos que Bollands dejo. Era una escena horrenda.

Anito, Deco y los otros dos guardias divinos del Tercer Cuerpo estaban sobresaltados con asombro. Sus cerebros tenían un cortocircuito.

“Anito, aparte de Eugene, ¿no dijiste que te encontraste con fuerzas hostiles de Ciudad Alma Oscura? ¿Qué estás esperando? ¡Muéstranos el camino!” instruyó Bollands.

Fue sólo en ese momento que Anito pareció recobrar sus sentidos. Se veía asustado y alarmado mientras le preguntaba a Han Shuo, “Lord Bryan, ¿acabas, acabas de asesinar a Eugene?”

“¿Hay algún problema?” respondió Han Shuo tranquilamente después de poner una brillante sonrisa.

“Lord Bryan, aunque hay una batalla constante entre las siete ciudades del Dominio de la Oscuridad, los Jefes de los Guardias Divinos por lo general siempre son perdonados. Si un Jefe de los Guardias Divinos muere, el asunto escalara para ser un gran tema. Eugene era uno de los Jefes de los Guardias Divinos de Ciudad Hushveil. ¡Ahora que él ha perecido aquí, el Señor de la Ciudad de Hushveil seguramente se involucrara!” respondió Anito ansiosamente. Aunque las ciudades nunca habían cesado en sus batallas ocultas, sus Jefes eran altamente valorados y se les daba inmunidad. Era extremadamente raro que un Jefe de los Guardias fuera asesinado.

Estos eran los pilares de fuerza en una ciudad y eran altamente valorados por los Señores de la Ciudad. La muerte de uno de ellos los enfadaría y quizás incluso escalaría a una guerra a toda escala entre dos ciudades. Anito estaba asustado debido a que pensó en las graves consecuencias de la muerte de Eugene.

“Ah, no importa. ¡Me justificaré yo mismo con el Señor de la Ciudad en persona!” Han Shuo, sin embargo, no lo veía como algo grande. Dijo sonriendo, “¡vamos Anito, es tiempo de patear los traseros de los de Ciudad Alma Oscura!”

El corazón de Anito tembló de miedo con su respuesta. Tuvo un recuerdo del momento en que se encontró por primera vez con Han Shuo en la Ciudad de las Sombras, de la horrible actitud que le mostró. Un escalofrío viajó a través de su espina cuando pensó en eso. Pensó, ‘afortunadamente terminé convirtiéndome en su amigo. De lo contrario, probablemente ni siquiera habría sabido cómo morí. Oculta su fuerza tan bien y parece bondadoso. ¡Pero cuando estalla, será una masacre! ¡Este tipo es verdaderamente una persona despiadada y viciosa!

“Ven conmigo, mi Señor. Aquellos de Ciudad Alma Oscura también tienen a un Jefe de los Guardias Divinos. ¡Él asesinó a dos de nuestros camaradas!” Deco era mucho más intrépido que Anito y le mostró el camino.

Mientras viajaban, Deco le explicó que esos de Ciudad Alma Oscura fueron en realidad los primeros en llegar a la montaña. No querían que nadie más se acercará a la montaña. Los de esa ciudad descubrieron a los hombres de Anito revisando los alrededores de la montaña y fueron asesinados.

Fue después de eso que Eugene con sus hombres llegaron a la montaña. Sin embargo, en esta ocasión, las dos fuerzas no chocaron entre sí cuando vieron que sus fuerzas eran más o menos las mismas. Las fuerzas de Ciudad Alma Oscura decidieron comprometerse. Ocuparon algunos de los depósitos más grandes y dejaron el resto sin vigilar, permitiendo que Eugene y sus hombres tomaran esos depósitos.

Esas fuerzas estaban dirigidas por un Jefe de los Guardias Divinos llamado Jirofi. Tenía la misma fuerza de Eugene – un dios alto en la etapa media. Cultivaba la energía de la destrucción.

Con Deco señalando el camino, el grupo llegó pronto cerca del centro de la montaña. Había entradas a cuevas a su alrededor. Cada entrada estaba protegida por algunos guardias de la Ciudad Alma Oscura.

“¡Lord Bryan, Jirofi de Ciudad Alma Oscura debe estar en la cueva más grande!” después de llegar, Deco le dijo a Han Shuo mientras señalaba la cueva.

“Nuestra Ciudad Alma Oscura ha reclamado estos depósitos. Vayan a otros depósitos – ¡no hagan que los ataquemos!” advirtió un guardia mientras veía fríamente a Han Shuo y su grupo. Era muy arrogante en su actitud.

“¡Bollands, Sanguis, maten a algunos, muéstrenles quién es el jefe!” en lugar de desperdiciar palabras, Han Shuo instruyó a los dos que comenzaran a asesinar.

Al asesinar, Bollands podría incrementar su intento asesino, Sanguis ganaría energía de la sangre de sus enemigos, mientras que él podría obtener más almas divinas. Asesinar a otros sólo beneficiaría a los tres cultivadores de las artes demoníacas. Después de todo, fueron esos de Ciudad Alma Oscura quienes dieron el primer ataque en contra de los hombres del Tercer Cuerpo. Han Shuo no vio razones para evitar la violencia.

Tan pronto como terminó sus palabras, Bollands y Sanguis se lanzaron sobre dos guardias en la entrada de la cueva. Sanguis sacó un hilo de sangre de su palma mientras veía a los guardias con sus ojos rojos. Inmediatamente cuando sus miradas se encontraron, los dos guardias divinos sintieron que la sangre en sus cuerpos estaba hirviendo.

Bollands llegó a su lado en ese momento. La delgada espada larga en su mano dio un brillante destello antes de entrecruzarse en los guardias. ‘¡Corte, corte!’ fueron desmembrados. Sus cuerpos ahora cortados en trozos, cayeron en el suelo y salpicaron sangre en todas direcciones.

Antes de que esos guardias en las otras entradas de las cuevas pudieran dar apoyo, la tragedia había ocurrido.

Inmediatamente chillaron en voz alta y elevaron sus fuerzas, señalando una emergencia para Jirofi. Habían atestiguado que tan aterradores eran Bollands y Sanguis y notaron que Han Shuo, el líder de la pareja, no hizo un movimiento. No se atrevieron a ser imprudentes y estaban en gran alerta, observando cuidadosamente a Sanguis y Bollands mientras llamaban a su jefe.

Un momento después, treinta y siete guardias incluyendo al Jefe Jirofi volaron rápidamente desde las cuevas. Sus ropas y armaduras estaban oscurecidas. Al parecer habían estado ocupados excavando los cristales de energía.

Tan pronto como se apresuraron a la escena, Jirofi gritó, “¿qué ocurre?” Cuando vio el desastre de sangre fresca bajo sus pies, su rostro se volvió oscuro y parecía enfurecido. Jirofi tenía una figura rechoncha. Su par de ojos brillaban con una luz siniestra y astuta. En ese momento, su mirada feroz había girado para mirar fijamente hacia el Han Shuo tranquilo y calmado de pie en el centro.

“¡Desde este día en adelante, esta montaña y estos depósitos pertenecen a la Casa Han de la Ciudad de las Sombras!” Gilbert anunció después de avanzar con valor. Le lanzó una mirada arrogante a Jirofi y continuó, “Eugene ha sido asesinado por mi maestro ya que no fue listo. ¡Si no quieres seguir su camino, dejen todo y marcharse ahora!”

“¿Casa Han?” Jirofi alzó una ceja y respondió fríamente, “los únicos clanes en la Ciudad de las Sombras que conozco son los de la Casa Sainte, Lavers, Kinson, Kisa y Buller. ¿Desde cuándo hay una Casa Han?”

“Corta las tonterías. ¡Deja todos los cristales de energía que extrajiste y saca tu trasero de allí!” dijo Gilbert de una forma mandona y arrogante, “¡vete ahora o quédate para siempre!”

Jirofi parecía ser más difícil de manejar comparado con Eugene. No parecía ser provocado o afectado por Gilbert y sus rudos insultos y gritos. Hizo una sonrisa con su relleno rostro y le dijo a Han Shuo, “¿quieres que nos retiremos sin siquiera demostrar que tienes la suficiente fuerza para retarnos? No funciona de esa manera, muchacho”. Jirofi había descubierto que Han Shuo era el líder del grupo.

Bajo las miradas provocativas de Jirofi, este puso una leve sonrisa y respondió, “¡entonces bien, no te marcharas!”

Tan pronto como terminó esas palabras, las diecisiete espadas volvieron a salir. Un viento helado sopló y silbo de las espadas que se dispararon hacia los guardias divinos que los rodeaban. Las espadas no sólo eran increíblemente afiladas, también tenían un aterrador poder corrosivo, toxinas y un aura helada. Bajo el maravilloso control de Han Shuo, estas recorrieron el espacio como unas sombras y penetraron a través de los cuerpos de los guardias. Todos aquellos que fueron golpeados por las espadas voladoras comenzaron a derretirse a una rápida velocidad y se convirtieron en charcos sangrientos en nada de tiempo.

Jirofi estaba enormemente alarmado y fue intimidado por las viciosas espadas voladoras de Han Shuo. Luces ansiosas salieron de sus ojos mientras gritaba de inmediato, “¡alto! ¡Nos iremos inmediatamente!”

Todavía llevando una sonrisa cálida en su rostro, Han Shuo respondió, “¡lo lamento, gritaste muy tarde!”

Las diecisiete espadas voladoras convergieron abruptamente hacia Jirofi y la energía del Espíritu del Caldero fluyó en el cuerpo de Han Shuo. El Dolor Incesante, la primera forma de la Formación de Espada Asesina de Dioses Avici, nuevamente fue desplegada. La escena del Infernó inmediatamente consumió a Jirofi mientras el dolor abrumaba cada nervio en su cuerpo. Operando la Formación de Espada con su consciencia, Han Shuo creó miles de agujeros por todo el cuerpo de Jirofi.

Fuera del Dolor Incesante, uno sólo vería a las espadas volar en el aire oscuro. No podrían observar lo que ocurría dentro de la Formación de Espadas.

De pronto, el cuerpo de Han Shuo se volvió borroso y voló al interior del Dolor Incesante. Su encarnación de la destrucción salió del Caldero de la Miríada de Demonios y comenzó a consumir la energía divina dejada por Jirofi.

Este cultivaba la energía de la destrucción. La mayoría de su energía divina había sido agotada por la formación. Pero debido a su inmensa fuerza y que Han Shuo deliberadamente intentó no asesinarlo inmediatamente por medio de las precisas y bien controladas maniobras de las espadas voladoras, el intenso poder corrosivo simplemente destruyó las defensas de su energía divina y no se extendió por su cuerpo.

Han Shuo se apresuró a la formación para absorber los restos de la energía divina de Jirofi antes de que muriera. Aunque sólo una fracción de energía quedaba en él, como era un dios alto en la etapa media, todavía era muy benéfica para su encarnación de la destrucción.

Gradualmente, toda la energía divina de Jirofi fue consumida. Sin ninguna energía para resistir el poder corrosivo de las espadas voladoras, este se licuó. Su anillo espacial fue convenientemente tomado por Han Shuo.

Las diecisiete espadas voladoras regresaron a su cuerpo mientras el Espíritu del Caldero salía. Se alegró como un niño al que le regalaron juguetes mientras tomaba el alma de dios alto de Jirofi. Voló en los alrededores, recogiendo las almas de esos guardias también asesinados por Han Shuo. Algunos de los guardias de Ciudad Alma Oscura estaban escapando. Pero con Bollands, Sanguis y Gilbert cazándolos, no sobrevivirían por mucho.

En lugar de perseguir y cazar personalmente a esos guardias, él tenía a sus tres aprendices para hacer el trabajo. A diferencia de Bollands, Sanguis y Gilbert no tenían experiencia en cazar para matar. Este sería un gran ejercicio para ambos y la experiencia podría serles útil en el futuro.

Con los generales demonios observándolos y teniendo a Bollands, ese asesino experimentado, Han Shuo creía que ninguno de esos guardias sobreviviría.

“¡Mi, mi Señor, verdaderamente eres asombroso!” exclamó Deco mientras miraba a Han Shuo con ojos de reverencia.

Anito, mientras tanto, parecía bastante aterrado. De una forma deprimida, dijo, “Lord Bryan, Jirofi de Ciudad Alma Oscura, también era un Jefe de los Guardias divinos. Ahora que dos de ellos murieron por ti, los dos Señores de la Ciudad seguramente exigirán que seas castigado”.

“¿Qué tienen que ver sus muertes conmigo?” Han Shuo sonrió de forma maligna y dijo, “Eugene y Jirofi claramente se mataron uno al otro cuando peleaban por el control de la montaña, fue una destrucción mutua. La tragedia ya había ocurrido para el momento en que llegamos. ¡No hice nada en absoluto!”

“¿Huh? Tu no…” Anito estaba confundido mientras Han Shuo mentía a través de sus dientes. Luego, su rostro se sacudió. Mientras pensaba en algo, también comenzó a sonreír de forma malvada. Dijo mientras admiraba, “¡muy sabio, mi Señor!”

“Mientras que nadie de la Ciudad Hushveil y la Ciudad Alma Oscura viva, lo que sea que digamos será la verdad. No importa si los dos Señores de la Ciudad no nos creen. ¡Si no hay evidencia en nuestra contra y con nosotros negándolo todo, no hay mucho que puedan hacer en nuestra contra!” Deco también llevaba un rostro de admiración. “Mi Señor, ¿qué hay de esos que escaparon?”

«No te preocupes por ellos. ¡Con Bollands, ninguno de ellos vivirá para decir algo!” respondió Han Shuo sonriendo. Vaciló por un momento antes de decirles, “espero que todos ustedes mantengan este secreto. Debemos decirle la misma historia a todos, incluso a Lord Erebus y al Señor de la Ciudad. ¡De lo contrario, si se sabe, estaremos en un enorme problema!”

Anito, Deco y el otro guardia golpearon sus pechos y juraron mantener el secreto. Anito dijo, “no te preocupes mi Señor, no lo divulgaremos. Jeje, pero creo que dado lo sabio que es el Señor de la Ciudad, descubrirá una o dos cosas”.

“No podemos hacer nada sobre eso. ¡Pero mientras no extendamos la historia y nos mantengamos consistentes, estaremos bien!” dijo Deco sonriendo. Después del incidente, reverenciaban y le temían enormemente a Han Shuo. De hecho, lo respetaban más que a Erebus quien los había liderado por muchos años. Sabían que necesitaban cubrir sus traseros ya que habían participado personalmente en el asunto.

“Busquen y recojan sus anillos espaciales, con cuidado. Debieron de haber extraído toneladas de cristales de energía para este momento. ¡Los cristales son nuestros, asegúrense de no perder ninguno!” Han Shuo instruyó.

Esos dioses que habían muerto se derritieron en sangre y se esparcieron en el suelo, dejando solamente sus armas divinas y anillos espaciales. Mientras tuvieran cuidado, su carne no sería corroída. En cuanto a esos dioses, asesinados por Bollands y Sanguis, aunque sus cuerpos estaban en estados sangrientos, no eran corrosivos. Por tanto, Han Shuo estaba bien con su seguridad.

Mientras Anito y los otros guardias buscaban y recogían los botines de guerra para él, Bollands regreso. Se inclinó y le dijo, “¡todo en orden, mayor!”

Han Shuo asintió sonriente. Estaba muy satisfecho con el resultado de su viaje.