GDK – Capítulo 750

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Capítulo 750: No lo vuelvas tan sangriento


Sanguis, Bollands y Gilbert eran actualmente los más fuertes en la Perla Celestial después de Han Shuo. De los tres, Bollands había estado trabajando en el Tercer Cuerpo y por lo tanto era el más experimentado. Aunque Sanguis era el más fuerte entre los tres, carecía de experiencias en la vida real y necesitaba templarse más. Gilbert y Han Shuo podían comunicarse por medio de la telepatía, lo cual podía ser útil en ciertas situaciones.

Han Shuo decidió que más que llevar un enorme grupo de personas a la misión, sólo tomaría a los mejores.

Él había delegado todas las otras tareas a los miembros de su clan. Creía que la Perla Celestial estaría bien mientras él estaba lejos y que pronto se mudarían a la antigua Residencia Lavers.

El Fuerte Lasberg estaba localizado cerca de la frontera de la influencia de la ciudad y bastante cerca de Ciudad Hushveil y Ciudad Alma Oscura. Si uno fuera al norte desde el fuerte después de cruzar un inmenso océano y extensas cordilleras uno pondría su pie en el Dominio de la Destrucción.

De los numerosos fuertes bajo la influencia de la ciudad, el Fuerte Lasberg era el más grande en tamaño y tenía algunos de los recursos más abundantes en los alrededores. Aparte de estar un poco lejos de la ciudad, Han Shuo no podía encontrar ninguna falla sobre la cual quejarse.

Después de medio mes, él, Sanguis, Bollands y Gilbert llegaron al fuerte. Como los documentos oficiales todavía debían ser elaborados, el Fuerte Lasberg todavía no estaba en manos de la Casa Han, los hombres de Erebus estaban a cargo de manejar el fuerte de momento.

Han Shuo no busco a Erebus inmediatamente después de llegar. En su lugar, recorrió los alrededores del fuerte con sus tres aprendices. El Fuerte Lasberg actualmente albergaba aproximadamente una población de cinco mil, con la mayoría siendo dioses fundamentales. Los dioses menores y dioses medios también estaban presentes, pero los dioses altos raramente eran vistos.

El Elysium era vasto y enorme en el número de dioses viviendo allí, aun así, perdían ante los mortales cuando se trataba del tamaño de la población o su densidad. Aunque el fuerte era más grande que los territorios del Imperio Lancelot, albergaba simplemente alrededor de cinco mil dioses en comparación a por lo menos varias decenas de millones de mortales que vivían en el Continente Profundo.

La situación en la mayoría de las ciudades del Elysium era similar a la del Fuerte Lasberg. Nunca vivían tan densamente como los mortales en los planos materiales menores. Incluso la Ciudad de las Sombras albergaba a sólo unas decenas de miles de personas. Se decía que la ciudad más poblada en el Elysium tenía doscientos o trescientos mil dioses, un número que palidecía en comparación a las ciudades de los mortales.

Después de andar alrededor del fuerte y aprender sobre su condición, Han Shuo y sus aprendices finalmente se dirigieron a la residencia temporal de Erebus en el centro del Fuerte.

La residencia, como el fuerte, originalmente le pertenecía a la Casa Lavers. Los edificios eran altos y masivos. Tenía una medida muchas hectáreas y ocupaba más tierra que la Residencia Lavers en la ciudad, como el precio de la tierra era barato, sin mencionar la baja población.

Aunque esta residencia de los Lavers ocupaba un trozo de tierra mayor que en la ciudad, estaba detrás en cuanto a términos de instalaciones y decoraciones. No había torres de energía o de barreras cubriendo cada espacio, no había barreras sofisticadas que protegieran los gimnasios de los intensos estallidos de energía. El interior de los edificios no estaba decorado suntuosamente, más bien tenía un estilo bastante minimalistas.

Erebus estaba anormalmente deleitado por la llegada de Han Shuo. Llevó a los cuatro al interior de la habitación más grande de la residencia antes de decir sonriendo, “el Señor de la Ciudad le ha entregado el Fuerte Lasberg a tu Casa Han. Tú Bryan, eres el verdadero anfitrión y maestro de la residencia. Yo solo soy un visitante quien se ha quedado aquí por algunos días”.

“Mi Casa Han todavía tiene que recibir los documentos oficiales. ¡Hasta entonces, el fuerte está bajo tus órdenes!” respondió Han Shuo sonriendo.

“Bollands, ahora que Bryan ha regresado, ¿realmente vas a dejar el Tercer Cuerpo?” Erebus preguntó después de girar y sonreírle a Bollands.

Antes, cuando Han Shuo se marchó a refinar su arma demoníaca, arregló que Bollands trabajara bajo Erebus. A diferencia de Ayermike Cotton y Stratholme el viejo monstruo, la fuerza de Bollands mejoraría entre más matara. Masacrar a un dios causaba que su intento asesino se condensara en sustancia, formando una energía similar al yuan demoníaco y la energía divina, permitiéndole que su fuerza se elevará.

Él era un asesino infame en el Continente Profundo donde se originaba. Era un profesional en el arte de asesinar y había ayudado a Erebus, eliminando incontables enemigos durante su servicio en el Tercer Cuerpo. Era tan buen ayudante que incluso Erebus se sentía algo vacilante sobre su partida del Tercer Cuerpo.

Bollands llevaba una expresión sin emociones y asintió. Dijo, “fue mi mayor quien me enseñó cada habilidad que sé y quien me pidió que trabajara en el Tercer Cuerpo. Ahora que ha regresado, debo dejar el Tercer Cuerpo y regresar a él”.

“Bryan, ¿¡por qué siempre eres tan afortunado!? Erebus dijo con envidia.

“¡Tú lo sabes, tengo la bendición de la Diosa del Destino!” La leyenda decía que la Diosa del Destino controlaba el destino de los demás. De los relatos de Aobashi y Erebus, él ciertamente había ganado el favor de esa Diosa. Por tanto, esas palabras que dijo eran mitad broma y mitad verdad.

«Muy bien, vamos a los negocios. Sé tu objetivo al venir aquí ya que Lord Andre anteriormente me contó una cosa o dos. He estado prestando atención a una montaña relativamente lejos del Fuerte Lasberg y mis hombres han ido a explorar. Obtuve algo de información útil de eso”, el rostro de Erebus se volvió solemne y dijo con una voz profunda, “la montaña no le pertenece a ninguna ciudad. Está entre Ciudad Hushveil y Ciudad Alma Oscura. El incidente comenzó cuando algunos guardias divinos de nuestra ciudad escucharon decir que un enorme depósito de cristales de energía fue descubierto en el área. Después Lord Andre envió a sus hombres para recabar información, pero no han regresado ninguna noticia hasta hoy. Probablemente se encontraron con su perdición”.

“Fue entonces que Lord Andre me informo de eso. Como resultaba que me encontraba en los alrededores, envié a un pequeño escuadrón para investigar. ¡Basado en las noticias que trajeron, un enorme depósito de cristales de energía definitivamente está presente!”

“Aparte de eso, ¿encontraste alguna información útil?” Han Shuo sonrió traviesamente mientras decía, “debes conocer las intenciones del Señor de la Ciudad. Debo tomar el control del depósito con el fin de tomar el Quinto Cuerpo. Los tres clanes mayores deben haber comenzado a ejercer su poder y recursos, los cuales sobrepasan a los míos. ¡Si no tienes información suficiente, dudo que pueda encontrarlo antes que ellos!”

“He confirmado la localización exacta. Aparte de las fuerzas de nuestra Ciudad de las Sombras, hay guardias divinos de Ciudad Hushveil y Ciudad Alma Oscura. Estoy seguro de que para ellos, los conflictos son inevitables. ¡Debes prepararte mentalmente!” Erebus pensó por un momento y continuó, “debes aprender los detalles de la situación de Anito. Sólo ponte en contacto con él cuando estés allí”.

“¿Cómo lo contacto?” preguntó Han Shuo.

“¡Sobre eso, no debes preocuparte, Bollands debería saber cómo hacerlo!” Erebus puso una sonrisa y dijo, “aunque has trabajado para nuestro Tercer Cuerpo, no has pasado mucho tiempo con nosotros. Bollands, por otra parte, ha aprendido bastante. ¡Hizo un trabajo de verdad en este lugar, más que sólo presentarse por los créditos como cierto bribón!”

Han Shuo se giró hacia Bollands y vio que este asintió. Bollands en efecto sabía cómo se comunicaban los agentes del Tercer Cuerpo en el campo.

“Bien, me retiro. ¡Espero ser el primero en llegar allí!” después de obtener información útil de Erebus, Han Shuo decidió no quedarse más de lo necesario y rápidamente se marchó a su destino.

Erebus sabía que cuanto más pronto estuviera allí, sería mejor. Por tanto, no le pidió que se quedara y dijo sonriendo, “buena suerte en el viaje. ¡Espero que regreses con buenas noticias!”

“¡El Quinto Cuerpo será mío cuando regrese!” dijo Han Shuo mientras reía. Su relación con Erebus era profunda y por ello no era cuidadoso en sus palabras. Después de dominar la Formación de Espada Asesina de Dioses Avici con sus diecisiete espadas voladoras, él tenía la confianza suficiente en su fuerza. Él creía que podría tomar exitosamente el depósito de cristales si no se encontraba con ningún percance,

“Maestro, ¿qué estás planeando hacer?” Gilbert le preguntó después de que dejaron el Fuerte Lasberg junto a él.

“Eso depende de la situación en ese lugar, pero nuestra meta final es tomar el depósito de cristal. Los cristales de energía son cosas buenas. ¡Son universalmente demandados en cada ciudad con dioses!” respondió Han Shuo.

Después de viajar alrededor del fuerte, él descubrió que aunque era grandioso al producir toda clase de minerales, había un amplio margen en términos de defensa. Descubrió que el número de torres de energía y torres de banderas disponibles era deficiente. Con el fin de mejorar las defensas, él necesitaría una gran cantidad de cristales de energía. La ocupación de ese enorme depósito de cristales de energía que todavía debía ser tomada por alguien, sería útil para servir a un propósito.

El grupo de cuatro viajó por cinco días y una noche, llegaron a la montaña que Erebus les había señalado. Inmediatamente, Han Shuo desplegó a sus generales demonios. Noto que había muchos dioses en la montaña.

Bollands, después de su llegada descubrió varios símbolos únicos en algunos enormes árboles. Pensó en ello por un momento antes de ir hacia Han Shuo y decir respetuosamente, “¡mayor, ven conmigo!”

Este último sabía que Bollands había descubierto un mensaje de Anito y lo siguió junto a Sanguis y Gilbert.

En una de las cuevas de la montaña, vio a Anito. Un pequeño escuadrón de guardias divinos era usualmente de diez hombres fuertes. Sin embargo, él vio sólo tres personas al lado de Anito que se veía deprimido. Sus ropas estaban sucias y rasgadas. También había rastros de sangre en su pecho. Parecían haber sufrido grandes pérdidas.

La tristeza desapareció del rostro de Anito cuando Bollands entró en su vista. Luego, cuando vio que Han Shuo también había llegado, su rostro se llenó de alegría. Incluso exclamó, “¡Lord Bryan has venido!”

Los tres guardias al lado de Anito conocían su nombre. La depresión se levantó de sus corazones y la alegría apareció en sus rostros.

“Anito, ¿qué ocurrió? ¡Parece que han sido heridos de gravedad!” Han Shuo pregunto confundido con sus cejas arrugadas.

“Por aquellos de la Ciudad Hushveil y la Ciudad Alma Oscura. ¡Seis de nuestros camaradas fueron asesinados!” Anito dijo enfadado.

“El más abominable entre ellos es ese tipo llamado Eugene, quien nos acompañó en el asedio de los cazadores de dioses. ¡Inesperadamente, dio unos golpes tan viciosos en nuestra contra sólo para poner sus manos en el depósito!” un guardia divino llamado Deco dijo furiosamente. Han Shuo lo había visto alrededor de Erebus cuando fueron a asaltar la base de los cazadores.

“¿Eugene?” Han Shuo quedó aturdido por un momento, pero pronto una sonrisa helada apareció en su rostro. “¡Qué inesperado, un conocido!” Eugene se había estado burlando y ridiculizándolo durante el asedio de los cazadores de dioses. Tenía prejuicios en su contra debido a su amistad cercana con el dueño de la Farmacia Dios del Pantano, Hassling. Han Shuo no esperaba que lanzara un golpe mortal sobre los guardias divinos de la Ciudad de las Sombras.

Ciudad de la Glotonería, Ciudad Agua Oscura, Ciudad Piedra Oscura, Ciudad Espejismo, Ciudad Alma Oscura, Ciudad de las Sombras y Ciudad Hushveil eran las siete ciudades principales del Dominio de la Oscuridad, ordenadas de la más poderosa a la más débil.

Aunque las siete le servían al Dios Supremo de la Oscuridad, eran independientes una de la otra. Existían una competencia y pequeñas fricciones entre ellas. Aunque nunca había habido una guerra total entre las ciudades, los choques menores nunca cesaban entre ellos.

Las siete ciudades hacían frontera entre ella y por tanto era común que algunos conflictos se dieran en los territorios por tomar. Era común que algunos guardias divinos perecieran. Los Siete Señores de la Ciudad estaban bien con tales conflictos menores y muertes casuales. Después de todo, los choques entre pequeños clanes opuestos en las ciudades eran mucho peores, ya que la masacre de todo un clan era a menudo el resultado.

Los tres Dioses Supremos de la Muerte, Destrucción y Oscuridad consideraban benignas las competencias, eran de ayuda para promover el poder de pelea de sus sirvientes. Mientras esos conflictos no alterarán la estabilidad de sus Dominios, estos sólo lo ignorarían y los dejaban pasar. Era sólo cuando se alzaban los conflictos mayores que podían impactar severamente la fuerza del Dominio, que los Dioses Supremos entrarían en escena.

Los conflictos debido al reclamo de los recursos naturales eran ocurrencias comunes en el Dominio de la Oscuridad. Wallace quien había enviado a Han Shuo a esa tarea no le importaba en absoluto lo que hiciera. Todo lo que le importaba era que al final, él obtuviera el control del depósito.

“Cuéntame la historia completa”, preguntó con una voz profunda.

“Eugene y sus guardias divinos también están aquí. Hay muchos depósitos en esta montaña. Reclamamos un depósito relativamente grande en el nombre de Lord Erebus. Pero antes de que pudiéramos extraer los minerales, Eugene vino y aseguró que ellos descubrieron primero el depósito, demandando que nos marcháramos. No lo hicimos y ellos nos atacaron. ¡Perdimos a tres de nuestros camaradas por ellos!” Anito dijo enfadado.

“¡Eugene todavía debe tener rencores en contra de Lord Erebus por ser maleducado con él y por eso tomó ventaja de la situación para desquitarse con nosotros!” remarcó Deco. Había visto la fricción entre Erebus y Eugene durante el asedio de los cazadores. Como Aobashi y Blightsoar estaban allí. Eugene no tuvo más opción que mantener su rencor en silencio. No se atrevió a enfrentarse en contra de Erebus.

Pero la situación en ese momento era diferente. Como Wallace hizo de la tarea de ocupar el depósito una competencia para decidir el nuevo Jefe del Quinto Cuerpo, Erebus no fue en persona. Con él ausente, Eugene no tuvo más opción que atacar a sus guardias divinos.

“¿En cuál depósito está Eugene? ¡Muéstrenme el camino!” Han Shuo dijo con calma después de conocer toda la historia.

“Lord Bryan, Eugene ha traído alrededor de cincuenta guardias con él. ¿No son nuestras fuerzas un poco pequeñas?” respondió el sobresaltado Anito, “tengo que reportarle la situación a Lord Erebus. Se nos instruyó que no hiciéramos nada apresurado y esperáramos hasta que los otros competidores de nuestra ciudad lleguen, antes de atacar a Eugene”.

“No, sólo nosotros somos suficientes”, Han Shuo dijo orgullosamente. Si fuera a esperar a que los otros competidores se unieran, incluso si ellos se las arreglaran para tomar el depósito, las disputas se alzarían cuando llegara el momento de dividir el botín. Era mejor para sus intereses no dejar que ninguno de sus competidores llegarán y reclamaran el depósito.

“¿Por qué están siendo tan parlanchines? Sólo hagan lo que pidió mi maestro y corten la basura”, gritó Gilbert molesto.

“¡Anito, dirige el camino!” dijo Bollands con una voz amenazadora. ¡Estaba dejando salir un aire homicida!

Después de haber trabajado en el Tercer Cuerpo por siete años, Bollands había desarrollado una amistad con muchos de sus camaradas. Las acciones de Eugene al matar a sus antiguos camaradas lo habían enfurecido. Bollands había asesinado a muchos guardias divinos de otras ciudades y poseía un intento asesino extremadamente intenso. Después de practicar las artes demoníacas, este creció más y más vicioso y sediento de sangre. ¡Aparte de Han Shuo, absolutamente nadie podría mantenerlo controlado!

Anito había interactuado bastante con Bollands y sabía que ese anciano era de sangre fria, un loco sediento de sangre. De alguna manera se sentía aterrado ante él y le respondió con una voz temblorosa, “muy bien. Pero necesitas tener cuidado. ¡Eugene, nuestro oponente es un dios alto!”

“Eugene no es nada en contra de mi maestro”, remarcó fríamente Sanguis.

Él, así como los aprendices y mujeres de Han Shuo tenía una fe ciega en él. ¡Creían que no había nada que no pudiera hacer, aunque él nunca se había encontrado o conocido a Eugene, tenía confianza de que perdería en contra de Han Shuo!

Bollands y Gilbert también asintieron hacia el comentario de Sanguis, aceptando sus palabras.

“¡Bien, vengan conmigo!” dijo Anito. Por alguna razón, cuando Sanguis le disparó una mirada, Anito sintió una presión incluso más grande que la de Bollands. En sus ojos, Sanguis, Bollands y Gilbert eran todos personajes feroces y despiadados. Como él nunca había visto el lado feroz de Han Shuo, no podía entender como él, alguien quien siempre llevaba una sonrisa y era amable con todos, podía mantener bajo control a esos tres monstruos.

Muy pronto con su guía, el grupo llegó a una enorme cueva.

“¿Eh?” un guardia que trabaja para Eugene y vigilaba la entrada en la cueva sonrió siniestramente y preguntó, “¿todavía tienes las agallas de regresar? ¿Crees que Lord Eugene no fue tan misericordioso al no matarlos a todos la última vez?”

“¡Jaja, han regresado para morir!” otro guardia dijo burlándose. Obviamente no tomaban en absoluto a los recién llegados como una amenaza.

Anito se giró para ver a Han Shuo como si le suplicara su ayuda, dijo, “¿Lord Bryan?”

“Oh no, has traído refuerzos. ¡Jaja!” el guardia exclamó con una forma de ridículo como si no notara a Han Shuo hasta que Anito habló.

“¿Mayor, debería?” si hubiera sido antes, Bollands habría cargado desde hace mucho. Pero ahora que Han Shuo estaba con él, le pediría sus instrucciones. Se atrevería a ser irrespetuoso con Erebus e incluso con Wallace el Señor de la Ciudad. ¡Sin embargo, nunca sería grosero con Han Shuo o iría en contra de sus deseos, ya que sabía que todo lo que tenía le fue entregado a él por Han Shuo!

Este último todavía llevaba una sonrisa cálida y tranquila en su rostro y asintió hacia Bollands. Dijo, “¡adelante, pero no lo vuelvas tan sangriento!”