GDK – Capítulo 706

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Capítulo 706: Volviéndose rico


Todas las píldoras medicinales que Han Shuo tenía en sus estantes fueron vendidas en ese día. Se embolsó un total de noventa y seis mil monedas de cristal negro. Él estaba deleitado ya que sabía que con esa cantidad de monedas, él no necesitaría preocuparse sobre el dinero por al menos una decena de años.

Antes de dejar la Farmacia Perla Celestial, todos sus clientes lo exhortaron a que les reservara una porción del siguiente lote de medicinas que producirían. Carmelita, después de ver que Han Shuo había vendido todas las medicinas, regresó apuradamente a la Residencia Sainte para continuar consumiendo la medicina que él había hecho especialmente para ella.

Fue después de que todos se fueron que él recordó sobre Donna y los pocos jóvenes de la Familia Lavers. Pensó que ella fue con Cage y Eve para agradecerle. Nunca cruzó por su mente que Donna intentaría denunciarlo.

Él estaba bastante confundido de por qué ella no entró en su farmacia. De hecho, había mantenido algunas medicinas reservadas para ella y no esperaba que se marchara en un momento desconocido. Asumió que Donna se había marchado debido a que estaba demasiado concurrido y que volvería otro día.

Después de cerrar la puerta principal de su farmacia, él se complació al contar las monedas de cristal negro en su anillo espacial una y otra vez. Se reía tontamente mientras murmuraba, “noventa y seis mil monedas de cristal negro… esto es suficiente para comprar una mansión en la Ciudad de las Sombras – no sólo cualquier mansión, una completamente amueblada con instalaciones… ¡Qué sorprendente!…”

Todos los ingredientes medicinales que recogió desde que llegó al Elysium fueron usados en esas píldoras que vendió. Aunque él ya había ganado noventa y seis mil monedas, si quería hacer incluso más dinero, debía ir a reunir más ingredientes medicinales.

Como sólo él conocía sobre los ingredientes necesarios para hacer píldoras medicinales, no podía delegar la tarea y debía completarla el mismo. Una vez más puso una señal en la puerta principal de la Farmacia Perla Celestial informando que estaba temporalmente cerrada. Luego, dejó la Ciudad de las Sombras y se dirigió hacia las montañas en su perímetro.

Había largas superficies de cordilleras por todos los alrededores en la ciudad donde las hierbas y los ingredientes que él necesitaba crecían. Habiendo tenido la experiencia de vender todas sus medicinas, él decidió recoger incluso más ingredientes medicinales que antes.

Al liberar los generales demonio en el Caldero de la Miríada de Demonios, él tenía una docena adicional de pares de ojos. Con eso, su velocidad para recolectar ingredientes medicinales se incrementó por una decena o más de pliegues. Dentro de un solo mes de tiempo, él había viajado a través de todas las grandes montañas en los alrededores de la ciudad. Había llenado dos anillos espaciales solo con ingredientes – suficientes para que él refinara píldoras por todo un año completo.

Como las montañas estaban sólo alrededor de la Ciudad de las Sombras, prácticamente no contenían ningún peligro. Ni fuerzas enemigas o cazadores de dioses se atrevían a irrumpir allí. Durante el mes en que él estuvo recogiendo ingredientes, se había llegado a cruzar con guardias divinos de la Ciudad de las Sombras cincuenta y siete veces. Patrullaban frecuentemente las montañas en pequeños equipos, protegiendo la ciudad en contra de invasiones a larga escala.

La mayoría de los guardias divinos no lo reconocieron. Lo encontraban muy sospechoso al inicio. Pero después de que él mostraba el emblema que el Señor de la Ciudad le dio, todos esos guardias divinos se volvían respetuosos con él. No sólo se disculparían con él, también le contarían de actividades anormales que descubrieron en los alrededores. Pensaban que Han Shuo estaba de alguna forma con la Familia Sainte.

Un mes pasó como si hubiera sido un parpadeo. Cuando él regresó a su Farmacia Perla Celestial, estaba asombrado por lo que vio.

Él no anticipó que su farmacia en realidad sería destrozada. Todos los contenedores y herramientas en el primer y segundo piso fueron destruidos. Esas botellas y contenedores especiales de farmacéuticos que compró fueron partidos. Ni una sólo herramienta permaneció intacta.

Incluso las piedras de energía en las torres de barreras en el tercer piso fueron partidas en pedazos. Del primer piso al tercero, toda la Farmacia Perla Celestial era un completo desastre. Han Shuo se volvió más furioso cuanto más veía. No tenía idea de quien podría hacer semejante cosa despreciable mientras se fue.

Con un rostro sombrío, él lentamente camino del primer al tercer piso y de regreso. Le dio vueltas a su mente sobre quien podría hacer semejante cosa.

Lo primero que cruzó su mente fueron los hermanos de la Casa Lavers, Cage y Eve. Esos dos fueron los dos primeros personajes que él ofendió después de llegar al Elysium. La otra persona de quien sospechaba era el joven de cabello dorado llamado Edmund quien primero visitó su tienda con Jiya. En ese momento Edmund intentó destruir su tienda, pero fue detenido por la pronta llegada de Anito.

Aparte de esos pocos, él no podía pensar en nadie más quien destruyera su tienda. No había permanecido dentro de la Ciudad de las Sombras por mucho tiempo y simplemente se había hecho enemigo de unas pocas personas en esa ciudad.

El regreso de Han Shuo atrajo muy rápidamente la llegada de Anito. Se apresuró a la tienda con un grupo de guardias divinos. Cuando entro, vio a Han Shuo, llevando un rostro oscuro, sentado en silencio en una silla que tenía una pata perdida. El corazón de Anito se sacudió. Forzó una sonrisa y explicó apresuradamente, “pasó hace siete días alrededor de la medianoche. Regresamos al Tercer Cuerpo por la noche y por tanto no vimos que ocurrió. ¡La tienda estaba así cuando regresamos al siguiente día!”

“¿Encontraron algún rastro o pista?” Han Shuo se reclinó en la silla rota y se balanceó suavemente mientras interrogaba a Anito con un rostro helado.

Este sacudió su cabeza con una sonrisa amarga, diciendo, “hemos estado investigando por días pero no hemos descubierto absolutamente ninguna pista dejada por el criminal. No tengo idea de quien lo hizo. Er… La Señorita Carmelita todavía no ha salido de su cultivación y el Señor Andre ha ordenado que la escena del crimen fuera preservada hasta tu regreso. Es por eso por lo que no limpiamos la tienda y también por qué aquellos quienes quieren ganar tu favor no han tocado nada”.

Han Shuo creía que sin las instrucciones de Andre, esos nobles de los grandes clanes familiares quienes no ahorraban monedas de cristal para comprar sus medicinas habrían comenzado a restaurar el lugar. Incluso hubieran vuelto el lugar más magnífico de lo que fue antes de ser destruido.

“¿Conoces el origen de Edmund?” después de un momento de silencio, Han Shuo arrugó sus cejas y preguntó.

“Es de la Casa Buller. Sin embargo, ese tipo no está relacionado directamente con la línea sanguínea de la Familia Buller y no tiene mucho estatus en ella. Ese chico fue el primero en venir a mi mente después de que descubrí lo que ocurrió aquí y lo investigue cuidadosamente. Durante ese periodo de tiempo, él ni siquiera estaba en la ciudad. Además, ese chico no es tan valiente como imaginas. Creo que después de aprender sobre tu relación con la Señorita Carmelita, no se atrevería a tener pensamientos de meterse contigo”, Anito le dio un análisis detallado.

“Muy bien, gracias”, después de meditar profundamente por un momento, Han Shuo repentinamente le agradeció.

“De nada… Es mi trabajo”, Anito se inclinó humildemente y respondió sonriente. Luego tomó la iniciativa para sugerir, “¿te gustaría que te ayude a redecorar la tienda? Conozco algunas personas en la ciudad quienes se especializan en ese trabajo”.

“Entonces tendré que molestarte. Aquí tienes quinientas monedas de cristal negro. Si no es suficiente, sólo ven por más”, él no pudo encontrar ninguna pista de los restos. Cómo intentaba continuar usando la tienda para negocios, casualmente le entregó quinientas monedas a Anito para que reparara el lugar.

“¡Descansa tranquilo, completaré todo para ti, bien y limpiamente!” Él golpeó su pecho y se comprometió después de recibir las monedas.

“Entonces muy bien, dejaré este desastre para ti. Te veré pronto”, Han Shuo asintió y dijo sonriente Confiaba en que Anito repararía apropiadamente el lugar y por ello se marchó de la Farmacia Perla Celestial.

Él no había ofendido más que algunas pocas personas en la ciudad. Si no fue Edmund, debieron haber sido Cage y Eve. Cuando pensó en esos dos, se volvió incluso más furioso en su corazón. Pensó interiormente, ‘si no fuera por mí, Eve habría sido desfigurada. ¿Y así es como me agradeces? ¿Destruyendo mi tienda cuando salgo? ¿Me he convertido en un objetivo para acosar?’

Por tanto, fue a la Residencia Lavers.

Los guardias divinos en la puerta principal de la residencia todavía lo recordaban. Su fama en alza en la ciudad era el tema de discusión de muchos miembros de la Casa Lavers. Los dos lo reconocieron inmediatamente y lo saludaron desde lejos. Eran muy amistosos en su actitud.

“Jaja, no sabía que en realidad el señor era un sorprendente farmacéutico. ¡Todos en la ciudad han estado peleando por tus medicinas!” ese guardia divino quien anteriormente le presentó a los miembros de la Familia Lavers, dijo sonriendo.

“Como un gesto de gratitud por la advertencia que me diste la última ocasión, aquí hay una pequeña botella de medicina”, Han Shuo naturalmente recordaba sobre los dos guardias divinos cordiales y casualmente les regalo dos botellas de sus Píldoras del Rejuvenecimiento.

“Muchas gracias, muchas gracias”, la sonrisa en los rostros de los dos guardias creció incluso más. Sabían que tanto estaba actualmente valorada esa píldora en la ciudad. Sólo una pequeña botella era equivalente a tres años de sus salarios. ¡Sería extraño si no estuvieran felices!

“¿Estás aquí para buscar a la Señorita Donna? Eso es desafortunado. La Señorita Donna salió al Dominio del Espacio. ¡Definitivamente no regresará por al menos un año!” un guardia divino le explicó de alguna forma apesarada después de guardar la píldora.

Han Shuo no sabía que durante el tiempo en que estaba recogiendo los ingredientes en las montañas de los alrededores, Donna había intentado buscarlo en la Farmacia Perla Celestial. Quería preguntarle sobre lo que en realidad ocurrió con Eve y quería estar en contacto con él. También intentaba comprar algunas medicinas a nombre de su Casa Lavers.

«Oh… Donna no se encuentra…” él comenzó a vacilar si debía entrar después de escuchar que ella no se encontraba. Después de todo, en toda la familia, la única persona con la que él estaba familiarizado era ella.

“Hey… ¿no es Bryan? ¿Por qué estás frente a la puerta y no entras? Vamos, vamos, entra”, una voz sonó desde la distancia en el momento menos esperado. En un instante, Teng Fei llegó ante él y tiró de él hacia la Residencia Lavers como si fuera su amigo desde hacía un largo tiempo.

Han Shuo básicamente fue arrastrado por la fuerza a la residencia por él. Habiendo perdido la oportunidad de marcharse, puso un rostro temerario y entró en la residencia con Teng Fei.

“Donna y su hermano fueron al Dominio del Espacio y sólo regresaran después de algún tiempo. Ella y yo en realidad hemos intentado localizarte, pero no estabas en tu farmacia…” Teng Fei explicó sonriente mientras tiraba de él hacia el gimnasio donde se encontraron por primera vez.

“Desde que Donna no está, creo que me marcharé. Vine sólo para verla. No estoy familiarizado con ninguna persona de la Familia Lavers aparte de Donna. Mejor no me quedo más tiempo”, Han Shuo repentinamente dejo de caminar y ya no dejó que Teng Fei tirara más de él.

“Vamos, ya estás aquí, bien podrías quedarte y platicar conmigo. Mi estadía en la Residencia Lavers recientemente se ha vuelto más y más incómoda. ‘Esa’ pareja de hermanos no son personas quienes puedan lograr cosas. ¡Es sólo que no puedo permanecer con ellos!” desde el momento en que él decidió comprar las medicinas de Han Shuo, su relación con Cage y Eve ya no fue armoniosa. Como él en realidad secretamente buscaba terminar con ambos, naturalmente no puso esfuerzos en suavizar la tensión. De hecho, incluso usó esa oportunidad para distanciarse de los hermanos y se determinó a mejorar su relación con Han Shuo y Donna.

Teng Fei quien estaba hablando y hablando repentinamente se congeló. Cuando alzó su cabeza, vio los rostros enfadados de Cage y Eve que goteaban con sudor. Sus rostros estaban llenos de resentimiento y furia mientras miraban a ambos.

“¡Cómo te atreves a entrar en nuestra Residencia Lavers!” Eve gritó. La ira se elevó en su cabeza tan pronto como vio a Han Shuo.

“¡Vine a buscar a Donna y no es de tu maldita incumbencia!” La actitud poco juiciosa de Eve hizo que él estuviera incluso más furioso. No había manera de que él fuera amable con esa mujer descerebrada.

“No he arreglado las cuentas contigo por golpearme la última vez y ¿todavía tienes las agallas de hacer problemas en nuestra Residencia Lavers? Estás cortejando a la muerte, ¿no es así?” Eve gritó furiosamente.

“No voy a discutir con una persona mentalmente discapacitada. Olvídalo, al parecer esta Casa Lavers en efecto no me da la bienvenida. Me voy”, Han Shuo agitó su mano y se giró para marcharse. Sentía que era inútil argumentar con esa clase de personas, por no mencionar el hecho de que hacerlo dentro de la Residencia Lavers era desventajoso para él.

“¿Desde cuándo un simple dios menor quien resulta que sabe cómo hacer unas cuantas drogas actúa arrogante en la Ciudad de las Sombras? Pfft, sírvete ya que tu tienda fue destruida. ¡Es lo que mereces por no conocer tu lugar! Jajaja…” Cage dijo mientras reía de corazón de una forma vigorizada.

Han Shuo quien estaba saliendo de la Residencia Lavers inmediatamente detuvo sus pasos cuando escucho sus palabras. Miro a Cage quien reía fuertemente con ojos helados y preguntó, “¿fuiste tú quien lo hizo?”

Cage se sobresaltó por un momento antes de burlarse, “no es de tu incumbencia… ¡A quién le importa si fui yo o no, te lo mereces!”

Han Shuo asintió y salió sin decir otra palabra, ignorando los gritos de Teng Fei.

En esa noche, tres tiendas de cristales de energía que nominalmente le pertenecían a Avery Lavers pero en realidad eran manejadas por Cage y Eve, explotaron. Un total de siete guardias divinos de la Casa Lavers fueron heridos y los cristales de energía valorados en treinta mil monedas de cristal negro fueron destruidos en las explosiones.

Temprano por la mañana del siguiente día, Cage estaba furioso por las noticias. Saltaba de arriba hacia abajo, echando humo. “¡Fue él, debió ser él! ¡Voy a ir por él!” Después de terminar esas palabras, Cage, sin informarle a su padre Avery, tomo a un grupo de guardias divinos bajo su comando y se dirigió directamente hacia la Farmacia Perla Celestial.