GDK – Capítulo 634

0

Capítulo 634: ¡Tengo la capacidad para ser insolente!


“¡Cómo, cómo te atreves a hablarme así!” Kironlo estaba temblando de la cabeza a los pies. Su viejo rostro estaba cenizo. Señalo y rugió hacia Han Shuo como un necrófago enloquecido.

El asunto que él mencionó era un tema delicado para Kironlo. Nadie se atrevía a hablar de eso frente a él debido a su identidad. Dado el temperamento de Kironlo, no sería una sorpresa que se enfureciera después de que Han Shuo hablara del incidente tan bruscamente delante de todos los cardenales.

Pero, desde luego, el último no tenía miedo de él.

“Jeje, ¿qué ocurre? ¿Te enfureciste por la humillación? ¡Sírvete bien!” Han Shuo se burló y se hizo el ciego ante el Kironlo enfurecido. Continuó haciendo comentarios hirientes, “si no hubiera sido por ese desastroso error que cometiste en ese entonces, la Iglesia no tendría que operar en la oscuridad por varios cientos de años y con mucha certeza no sería el objetivo del desprecio y odio de todos en el continente. Con la capacidad mental que tienes, al permanecer en la Iglesia, sólo vas a llevar a la Iglesia incluso más a la ruina. Si yo fuera tú, seguramente estaría tan avergonzado de ver a cualquiera o incluso de mostrar mi rostro en público”.

“Tú, tú…” Kironlo señalo hacia Han Shuo. Estaba tan enojado por esas palabras que él ni siquiera podía formar una frase.

Han Shuo le dio un vistazo al Papa de la Calamidad y vio que no tenía la intención de detenerlo. De eso, él entendió que el Papa quería que él tomara esa oportunidad para causarle una humillación a Kironlo. Esto lo incentivo incluso más, “no me gusta que la gente me señale con sus dedos. Intenta señalarme de nuevo. Te reto”.

“¡Jovencito, eres muy insolente!” Kironlo estaba agitado y exasperado. Pero como todavía tenía dudas hacia Han Shuo, se forzó a contenerse de atacarlo.

Han Shuo entrecerró sus ojos y dejo salir un gruñido helado antes de lanzarse a toda velocidad hacia Kironlo. El Dominio de la Divinidad de la encarnación de la destrucción dentro de su cuerpo repentinamente se desplegó. En un instante, todo el Salón de los Cardenales se convirtió en una aterradora región donde sólo el desordenado edicto de la destrucción permanecía. Los elementos que deberían estar presentes por todas partes repentinamente desaparecieron.

Los cardenales de la Iglesia de la Calamidad quienes cultivaban en toda clase de energías elementales de pronto se encontraron en una zona carente de las energías en las que ellos estaban familiarizados. Todos ellos comenzaron a entrar en pánico mientras miraban consternados hacia Han Shuo de pie en el centro.

Todo lo que vieron fue que él de alguna manera llegó frente a Kironlo. Luego, una de sus grandes manos tomó el cuello de Kironlo y directamente lo levantó en el aire. Llevaba un rostro helado mientras miraba hacia Kironlo quien peleaba para liberarse.

La conducta directa y contundente de Han Shuo de atacar inmediatamente una vez que alguien no mostrara simpatía hacia él causó que los corazones de la multitud temblaran. Todos ellos estaban aturdidos.

Kironlo, cuyo rostro estaba rojo, se veía como un payaso. Sus frágiles piernas delgadas como bambú estaban pateando y sus dos manos estaban golpeando desesperadamente en la mano de Han Shuo. Trataba con todo lo que podía el liberarse de esa postura humillante y degradante, pero sus acciones eran inútiles.

Como un simple dios fundamental, una vez que Han Shuo desplegó su Dominio de la Divinidad, Kironlo absolutamente no tenía manera de atacarlo usando energía elemental.

Después de perder el acceso a la energía elemental de la muerte en la que confiaba para sobrevivir, toda la fuerza que quedaba en él era el poder crudo de su frágil cuerpo físico. En contra del cuerpo físico de Han Shuo el cual estaba en el Reino de los Nueve Cambios, él era como la mantis tratando de detener el carruaje. Había ejercido toda su fuerza y aun así fue incapaz de liberarse de Han Shuo quien estaba sujetándolo con una sola mano. Suspendido en medio del aire, Kironlo encontró más y más laborioso el respirar. Su rostro estaba enrojecido y se veía como si estuviera cubierto de sangre.

Él, un gran cardenal de la Iglesia de la Calamidad quien había sido reverenciado por la mayoría por cientos de años actualmente estaba suspendido en el aire y ahogado por Han Shuo. Estaba luchando como un payaso sin ningún poder para resistirse. Esa escena había causado que algunos de esos cardenales quienes tenían una buena relación con él e intentaban ayudarlo, se aterraran enormemente. Todos y cada uno de ellos tenían ojos parpadeantes. Tímidamente bajaron sus cabezas ya que no tenían el coraje para mirar hacia Kironlo quien parecía que podría morir sofocado en cualquier momento.

La extraña escena de no tener energía elemental para usar en una fracción de segundo hizo que todos en la habitación estuvieran en pánico. Quedaron boquiabiertos hacia Han Shuo en el centro quien estaba sujetando cruelmente a Kironlo por el cuello como si se hubieran convertido en idiotas. Sus labios estaban secos y sentían frio por todo el cuerpo. Sentían como si pudieran perder sus miserables vidas en cualquier momento.

“¡Tengo la capacidad para ser insolente!” Han Shuo le dijo arrogantemente a Kironlo mientras lo miraba. Esa también era una advertencia para el resto de los cardenales en el salón, diciéndoles que era mejor que se comportaran.

Muchos de los miembros de alto nivel de la Iglesia de la Calamidad tenían una expresión horrorizada en sus rostros y estaban en una completa perdida. Temían que él desquitaría su enojo con ellos. Comenzaron a darle vueltas a sus mentes en la mejor forma de dividir claramente la línea entre ellos y Kironlo.

Mientras tanto el obeso Papa parecía bastante pacífico aunque su corazón temblaba. El Papa a diferencia de Kironlo no era arrogante. De los rumores en que Han Shuo había acabado con el Papa de la Luz junto a varios expertos y al hecho de que había barrido a varios cientos de miles de guerreros orcos, el Papa de la Calamidad tenía una vaga idea de su fuerza.

Sin embargo, incluso en ese caso, el Papa estaba bastante sorprendido de ver que Han Shuo restringió a Kironlo en un instante con el último sin tener la menor oportunidad de resistirse. Si Han Shuo podía contenerlo sin ningún esfuerzo, eso también significaba que podía acabarlo así de fácil. Ese hecho hizo que el gran gordo estuviera muy intranquilo pero no lo revelo.

El gran gordo vio que el rostro de Kironlo se estaba poniendo más y más rojo y que casi podía dejar de respirar en cualquier momento. Viendo que casi había completado su meta, finalmente habló para mediar la situación.

“Erm, Bryan, estamos del mismo lado. Kironlo simplemente estaba hablando de más. Ese crimen no es lo suficientemente grave para la pena de muerte. ¿Por qué no lo dejas ir esta vez?”

Han Shuo miro alrededor. Donde quiera que pasaban sus helados ojos, los cardenales bajaban sus cabezas con timidez. No se atrevían a mirarlo a los ojos.

Asintió satisfecho y dijo con una voz fria, “bien. ¡Te daré cara y perdonaré su pequeña vida en esta ocasión, pero ese dedo medio que uso para señalarme todavía tiene que irse!”

‘¡Chasquido!’ tan pronto como terminó esas palabras, un claro sonido de rompimiento sonó desde ese dedo medio que Kironlo usó para señalarlo.

Luego casualmente lo arrojó lejos y envía volar a Kironlo. Este hizo un fuerte sonido seco cuando su cuerpo golpeó ferozmente en el muro firme y sólido. Kironlo, quien finalmente pudo respirar apropiadamente de nuevo, después de dar un gruñido reprimido, de pronto hizo un chillido que helaba la sangre mientras sostenía su mutilado dedo medio.

Después de hacer eso, la figura de Han Shuo repentinamente se hizo borrosa. Dio reversa y regresó a su asiento como si él no se hubiera movido ni una pulgada en absoluto. Simultáneamente, el Dominio de la Divinidad que envolvía todo el salón bruscamente desapareció. Esa presión que hacía que las personas se aterraran se sintió como nada más que una ilusión.

“Tu… Tu…” después de aullar miserablemente, Kironlo miro enojado hacia él con ojos resentidos pero permaneció inmóvil.

La actuación de Han Shuo en ese momento fue verdaderamente muy aterradora. De esa experiencia realmente dura, Kironlo se volvió consciente de que incluso si todos en el salón unieran fuerzas en su contra, a él le tomaría menos de un minuto el acabar a todos. También en ese punto estaba verdaderamente convencido de las palabras del rey tribal de seis cuernos. Finalmente descubrió porque el despiadado y cruel rey tribal era tan bien portado ante Han Shuo.

“Tú ni siquiera tienes las calificaciones para tomar venganza. Mejor ríndete en ese pensamiento. ¡De lo contrario, simplemente estarás cavando tu propia tumba!” Han Shuo dijo sonriendo mientras lo miraba.

Kironlo fijó sus resentidos ojos hacia Han Shuo sin decir una palabra incluso cuando su corazón estaba inundado con agonía. Eso era todo lo que podía hacer al mostrar que todavía debía rendirse. Entendía que en contra de semejante enemigo poderoso, él verdaderamente ni siquiera podía pensar en tomar venganza. Eso lo hizo sentirse extremadamente impotente y decepcionado.

“Muy bien, muy bien, vamos a olvidar este asunto y sólo dejemos que pase. Nosotros estamos del mismo lado. ¡No nos comportemos como si estuviéramos en fuerzas opuestas en el campo de batalla!” el gran gordo rápidamente medio. Entendía en su corazón que después de ese incidente, no habría ninguna oposición en toda la Iglesia de la Calamidad y Han Shuo se convertiría en un miembro de la Iglesia sin la menor resistencia. Incluso si hubiera objeciones, sólo lo mantendrían en sus corazones y no lo expresarían.

“Te mostré cortesía, pero en su lugar insististe en no tomarla. ¿Por qué?” las esquinas en la boca de Han Shuo se movieron para formar una sonrisa mientras hablaba para sí mismo. Sin embargo, todos en esa habitación pudieron escuchar su ‘monólogo’. Todos forzaron sonrisas y no dijeron una palabra mientras interiormente pensaban que Kironlo era verdaderamente desafortunado por haber encontrado a su némesis.

De todos los asuntos restantes para discutir, Han Shuo en efecto fue recibido absolutamente sin resistencia. Cada vez que el Papa discutía algo remotamente relacionado con Han Shuo, los cardenales, quienes usualmente se enredaban en constantes debates y discusiones, todos tuvieron favorables puntos de vista idénticos durante su reunión. Más importante, incluso desordenadamente expresaban sus posturas apoyando a Han Shuo, temiendo que él de lo contrario se disgustara.

El gran gordo, habiendo observado todo, fue tomado por sorpresa y con temor. En todos los años que presidió las reuniones, en cada ocasión cuando alzaba cualquier asunto, esos cardenales siempre mantendrían sus propias posturas y argumentaban uno con otro sus opiniones. Siempre sería acalorado y caótico, justo después de tener un asunto en el lugar. Quien iba a saber que después de que Han Shuo llegó, esos cardenales parecían haberse vuelto otras personas. No sólo tenían vistas y opiniones unánimes, también declararon sus posturas rápidamente.

‘¡En efecto, en ocasiones, la fuerza bruta es la mejor herramienta para resolver el desorden y el caos!” el Papa de la Calamidad pensó para sí mismo.

Han Shuo, con la joven edad que tenía, se convirtió en uno de los honorables cardenales de la Iglesia de la Calamidad sin encontrar la menor resistencia y tomó un papel importante en la Iglesia. Cada operación de la Iglesia de la Calamidad dentro del Imperio Lancelot y Ciudad Brettel ahora fue transferida para estar completamente bajo el manejo de Han Shuo. La información sobre cada miembro de la Iglesia de la Calamidad en esas localizaciones y la distribución de poder fueron entregados a él por el Papa.

Wolf y Burt, miembros de la Iglesia de la Calamidad quienes originalmente operaban en el Imperio Lancelot fueron reasignados para ser sus subordinados directos y se reportarían únicamente con él.

Además de eso, todos los acuerdos de la Iglesia de la Calamidad que habían alcanzado discretamente con países en el Continente Profundo, la localización de contactos y métodos, así como los métodos para activar las fuerzas militares, todos le fueron revelados por el gran gordo ya que Han Shuo había ganado en privilegio de utilizar esas fuerzas. Después de informar a Han Shuo sobre otros asuntos menores, el gran gordo finalmente le dijo sobre el asunto más importante de la reunión – en cinco días, comenzarían la ceremonia para orar a su dios maligno y él necesitaba estar presente en esa ocasión.

No sólo necesitaban prestar una atención particular a las ofrendas requeridas, también la ceremonia debía tomar lugar durante el momento adecuado. Cinco días era suficiente para que la Iglesia de la Calamidad realizará todas las preparaciones necesarias y Han Shuo podía descansar durante ese tiempo.

Después de que la reunión terminó, todos los cardenales se apresuraron a salir del salón con miedo y vacilación. Fue después de que se alejaron de Han Shuo que esos cardinales, Kironlo incluido, dejaron salir un largo suspiro de alivio. Ese rey tribal de seis cuernos de la Raza Alma, sin embargo, había estado frio e indiferente todo el tiempo. Sin embargo, antes de marcharse, dio un vistazo hacia Han Shuo. Parecía que todavía sentía lastima por esas rocas de energía.

Cuando sólo el Papa gordo y Han Shuo fueron dejados en el salón, el Papa repentinamente estalló con una fuerte risa. La gordura en su rostro se balanceaba de arriba hacia abajo por su risa. Luego dijo de una manera jubilosa, “¡Bryan, en verdad eres algo! ¡Por muchos años, nunca antes vi esa expresión en el rostro de Kironlo! ¡Esto es verdaderamente increíble!”

Al parecer el Papa estaba de buen humor.