GDK – Capítulo 519

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Capítulo 519: Los cinco Grandes Reyes Demonio del Reino del Abismo


El reino del Abismo en ese momento estaba gobernado por cinco grandes reyes demonio, llamados, Bechymos, Cecrops, Golander, Leviathan y Manticole. Cada uno poseía vastos y extensos territorios, con millones de demonios del abismo bajo su control. Si el reino del Abismo fuera una pirámide, entonces esas existencias eran la punta de la pirámide.

En ese reino donde el fuerte cazaba al débil, al parecer cada criatura Abismal de alto nivel tenía que confiar en uno de esos cinco reyes demonio con el fin de sobrevivir. En los pasados incontables años, los cinco grandes reyes demonio incesantemente combatían uno en contra del otro en sus salvajes ambiciones de regir todo el Abismo.

En ese reino, las razas de alto nivel y existencias eran diferentes de esas feas y sucias criaturas del abismo. Estas no sólo poseían un poder extremadamente formidable, también tenían una inteligencia sobresaliente. Cuando no estaban peleando, podían transformarse en varias formas, con los seres de apariencia humana siendo los más comunes.

En el inmenso reino del Abismo, con los cinco grandes reyes demonio constantemente peleando uno en contra del otro, era como si ese combate sin fin fuera una ley sin cambios desde tiempos inmemoriales. Cada día y a cada momento, las criaturas de bajo nivel marcharían a combatir y a sus muertes bajo el comando de existencias de alto nivel.

La chica de ojos verdes se llamaba Hemanna. Y la joven de ojos púrpuras se llamaba Sylph. Ambas venían del Valle del Demonio de la Guerra. El maestro en el valle era llamado Crosius. Él era uno de los siete generales más capaces sirviendo al rey demonio Manticole.

El Valle del Demonio de la Guerra que dirigía Crosius, era vecino del Castillo Colmillo Venenoso, dirigido por el general Yeki quien servía bajo el rey demonio Golander. Yeki era un experto perteneciente a la raza de los Triops. Ambos lados habían estado enredados con batallas constantes entre ellos.

Hemanna y Sylph eran Guardias del Demonio de la Guerra bajo Crosius, el señor del Valle. La razón por la que tenían un duelo era para decidir quién obtendría una promoción, con la victoriosa tomando honorablemente la posición de sargento mayor.

Con el precio de dos piezas de joyería, Han Shuo gano algo de entendimiento básico del reino del Abismo de Hemanna y Sylph. Comparado al Continente Profundo, la competición en ese lugar era excepcionalmente cruel y sangrienta. Los fuertes serían los líderes, mientras los débiles serían la carne de cañón.

Los planos materiales con criaturas de alto nivel nunca estarían carentes de toda clase de asuntos y eventos. Con las dos chicas alíen haciendo una conferencia, él gradualmente aprendió que aunque el reino del Abismo era relativamente cruel y brutal, mientras uno poseyera una poderosa fuerza, entonces sería muy fácil obtener un estatus respetable e influencias.

A diferencia del Continente Profundo, a ese mundo no le importaban las así llamadas familias reales y la nobleza. Todos los que estaban sentados en altas posiciones habían ganado sus asientos a través de sangrientas batallas y combates. Sólo las existencias más crueles y más salvajes podrían alzarse en ese reino y ganar la reverencia de otros.

Hemanna y Sylph no sabían mucho sobre los asuntos de alto nivel del Abismo. Ellas obviamente nunca antes habían escuchado el término de ‘guardián del plano’. Al parecer si su estatus no era lo suficientemente grande y su fuerza no fuera suficientemente poderosa, definitivamente no tendrían opción de ganar el conocimiento de ciertos secretos profundos.

‘Hmm, creo que si hago un viaje al Valle del Demonio de la Guerra entonces’, Han Shuo pensó silenciosamente para sí mismo antes de dar la vuelta hacia las dos chicas atrás de él y decir con una sonrisa, “¿les importaría presentarme con el maestro del Valle del Demonio de la Guerra?”

Cuando él dijo eso, las dos chicas parecieron bastante atareadas, tartamudearon y no supieron cómo responder.

Han Shuo se sorprendió de sus reacciones y rápidamente pregunto, “¿hay alguna dificultad en ello?”

La dama de ojos verdes llamada Hemanna miro hacia él y dijo algo en un tono de cierta forma avergonzado, “nosotras sólo somos unos pequeños sargentos bajo las órdenes del Señor Crosius. Antes de que ascendamos al rango de sargentos mayores, no tendremos la oportunidad de hablar con él. Simplemente no tenemos las calificaciones para presentarte al Señor Crosius”.

Cuando Hemanna terminó, Sylph rápidamente le siguió y explico, “ella tiene razón. Los guardias del demonio de la guerra están divididos en tropas, bombarderos, sargentos y sargentos mayores. Sólo los sargentos mayores tienen permitido reportar noticias y dar información directamente al Señor Crosius. Antes de convertirnos en sargentos mayores, ninguna está calificada para encontrarse con él. No es que no queramos ayudarte, más bien realmente somos incapaces”.

Después de escuchar las dos explicaciones, la expresión de Han Shuo se volvió un tanto grave. Ambas, Hemanna y Sylph poseían fuerzas incluso mayores que los expertos sagrados del Continente Profundo. ¡Pero quién habría pensado que eran sólo sargentos e incluso ni siquiera sargentos mayores!

Era claro para él que con la ley de la constante competencia cruel presente en el reino del Abismo, sería imposible encontrar situaciones donde alguien sin la fuerza adecuada trepara a las altas posiciones al confiar en las relaciones familiares, algo que era bastante común en el Continente Profundo. En otras palabras, un sargento mayor bajo Crosius debía ser más fuerte que Hemanna y Sylph. Extendiendo la lógica, para ser el maestro del Valle del Demonio de la Guerra, Crosius debió ser incluso más poderoso.

Subsecuentemente, en cuanto a que tan aterradora era la fuerza que Manticole, maestro de Crosius, uno de los cinco grandes reyes demonio del reino del Abismo, debía poseer él no se atrevía a imaginarlo.

“Así que ese es el caso”, Han Shuo dijo con una expresión grave. Después de pensar por un tiempo, sonrió ligeramente y dijo, “desde que ese es el caso, ¿puedo regresar al Valle del Demonio de la Guerra con ustedes? ¿Pueden llevarme allí y conseguirme una posición?”

Habiendo tenido alguna idea del estado de los asuntos del reino del Abismo, él podía tener la certeza que las criaturas en ese mundo eran mucho más fuertes que aquellas del Continente Profundo. Entre más pensaba en ello, más sentido tenía. Con el mundo del Abismo siendo un lugar cruel, cada criatura pasaba su vida asesinándose con otras. Aquellos que sobrevivían naturalmente serían más fuertes que las criaturas del Continente Profundo que vivían relativamente pacíficas.

Él también era positivo en que Crosius tendría una fuerza por lo menos a la par de la suya, o incluso ligeramente mayor. En cuanto a los cinco grandes reyes demonio, estas no eran existencias con las que él no podía contender de momento. Era precisamente por eso que él debía ser un tanto precavido, a menos que provocará a los enemigos poderosos no podría resistir y sería asesinado antes de que pudiera familiarizarse con ese nuevo mundo.

“Eso es fácil, podemos llevarte al Valle. Dada tu fuerza, definitivamente vivirás bien en el Valle. Si eres tan afortunado de convertirte en un guardia del demonio de la guerra bajo el Señor Crosius, tu futuro será incluso más brillante que el nuestro”, dijo Sylph.

«¡Entonces vamos! Esta es la primera vez que dejo mi hogar. ¡Quiero conocer mejor este mundo!” Han Shuo apuro a las damas mientras se encontraba entusiasta en su corazón.

Las dos chicas no dijeron otra palabra antes de alzarse en el aire simultáneamente, guiando el camino su camino.

La forma en que volaban no era parecida a la forma en que alguien lo hacía en el Continente Profundo. Parecían entender las características gravitacionales de ese mundo, formando alguna clase de resonancia armónica con la gravedad usando la energía similar al aura de pelea en sus cuerpos. Mientras volaban, estas saltarían y patearían en el aire como si hubiera un suelo sólido pero invisible bajo sus pies.

Cuando Han Shuo aprendió de ambas sobre las reglas de supervivencia en ese mundo y la existencia de poderosas criaturas, aunque se sintió un tanto grave, inexplicablemente sentía una emoción irresistible en su corazón. Era como si entre más cruel fuera el mundo, más existencias poderosas existirían y más alzarían su fervor por la batalla.

Mientras su fuerza había estado avanzado por saltos y zancadas, había menos y menos adversarios adecuados para encontrar en el Continente Profundo. Como ese lugar era relativamente un lugar fácil y cómodo, era un lugar poco favorable para que él hiciera rompimientos en las artes demoníacas. Ese nuevo mundo salvaje, sin embargo, siempre que uno tuviera una fuerza lo suficientemente poderosa, uno podría quemar, matar, robar y gobernar por la fuerza, lo cual verdaderamente le permitía satisfacer los deseos en su corazón.

Quizás, era sólo en ese mundo que él podría realizar sus deseos a su máxima extensión, permitiendo que hiciera un rompimiento de su Reino Carnal que un practicante de las artes demoníacas necesitaría cientos de años para hacerlo, permitiéndole alcanzar el siguiente reino – el Reino de los Nueve Cambios, con el que nuevamente su fuerza incrementaría múltiples veces.

‘De hecho, quizás es sólo en este mundo que yo verdaderamente puedo desatar los deseos de mi corazón, dejando libres a mis antojos tanto como quiera. ¡En cualquier caso, voy a dejar este plano tarde o temprano, así que sería mejor disfrutar y tener un buen tiempo aquí!’

Cuando él pensó así, no pudo evitar abrigar algunos pensamientos malvados y miro a las dos chicas a su lado. Las dos chicas de razas alienígenas tenían unos semblantes completamente diferentes y exóticos que las mujeres del Continente Profundo. Sus apariencias coquetas igualadas con armaduras y picos por todo su cuerpo, tenían un poder de tentación muy exótico y salvaje.

“¿Qué, qué estás mirando?” Sylph inmediatamente descubrió que las maliciosas miradas de Han Shuo estaban dirigidas alrededor de sus pechos y muslos y por ello le disparó una mirada, diciendo con resentimiento.

Él se encogió de hombros y rio maliciosamente, diciendo, “puramente admirando, puramente admirando, jeje…”

“Han Shuo, tu sonrisa es tan lasciva. Jeje, si puedes darme otro tesoro, te ayudaré a obtener a Sylph. ¿Qué hay de ello?” Hemanna sonrió mirando hacia él y miró provocativamente hacia Sylph antes de instarlo con unas intenciones malvadas obvias.

En ese mundo completamente extraño, él les dijo a las dos su nombre real, intentando hacer su camino en ese mundo y ganar una reputación con su nombre verdadero. Quizás, algún día, habría incluso seis grandes reyes demonio en el reino del Abismo.

“Tú, tú pequeña mujerzuela. Definitivamente te acabare la próxima vez”, Sylph miro ferozmente hacia Hemanna y la amenazó.

«Ja. Si realmente tuvieras la capacidad, ya no estaría aquí en este momento”, Hemanna dijo desdeñosamente y pronto se dio la vuelta hacia Han Shuo y rio diciendo, “Entonces, ¿qué piensas? ¿Cómo te sientes sobre mi propuesta?»

“¡No!” Han Shuo sacudió su cabeza con una sonrisa malvada, rechazando la propuesta de Hemanna.

“Sabía que Han Shuo no era esa clase de persona. Alguien que posee semejante fuerza tan inmensa debe tener convicciones inquebrantables” Sylph sonrió y dijo complacida cuando escucho que él rechazaba la sugerencia de Hemanna.

“¡Las quiero a ambas!” justo después de que Sylph terminó sus palabras él continuó con una sonrisa malvada,

En el reino del Abismo, mientras uno fuera lo suficientemente poderoso, podría tener tantas acompañantes como se quisiera. Él se había dejado ir completamente en ese mundo desconocido, cuando estaba en el Continente Profundo, había algunas cosas que él quería pero no podía realizar o cosas que quería decir pero no las decía en voz alta. Pero allí, él podía hacer todas esas cosas sin ningún pesar.

Sorprendentemente, cuando él dejó salir esas palabras que venían del fondo de su corazón, en realidad tuvo una sensación de tranquilidad. Era como si hablar con su corazón era acorde con los ideales del Reino Carnal y parecía que tenía un misterioso efecto que podía alzar su reino.

Con ello, él ligeramente llegó a un descubrimiento. Si en ese mundo, él hacía y decía cualquier cosa que quisiera, dejando correr libre a su corazón, creía que podría romper a través del Reino Carnal en ese mundo.

“¡Tú, tú eres bastante ambicioso no es así!” fuera de sus expectativas, Hemanna no le reprocho. En su lugar, se rio y lo miró, como si estuviera considerando si él poseía la fuerza que encajaba con su ambición. Después de medirlo por un tiempo, Hemanna hablo para ella misma, “hmm, quizás en verdad puedas hacerlo. Si puedes ganar estatus y prestigio hasta cierta medida, no sería problema en tenernos a ambas”.

“Hmm, sí. Cuando él tenga esa fuerza, yo lo considerare”, Sylph, la chica de ojos púrpuras, también lo midió fascinada. A diferencia de las miradas de Hemanna, su atención permaneció por más tiempo en su cuerpo.

Si él hubiera dicho algo como eso en el Continente Profundo, cualquier dama no sería de una mente tan abierta como ellas. Después de escuchar a las dos discutiendo como si hablaran de sus palabras con seriedad, él rio de corazón y dijo arrogantemente, “¡interesante! ¡Si puedo derribarlas, entonces dejar mi hogar no habrá sido en vano! ¡Jaja!»

“¡Estaremos esperando por ti!”, las dos intercambiaron miradas y lo probaron con un gran entendimiento. Al parecer ese mundo en efecto era muy diferente del Continente Profundo, con las mujeres de ese mundo siendo de una mente mucho, mucho más abierta.

Después de viajar por algún tiempo, él repentinamente arrugó sus cejas y sin ninguna advertencia dejo de moverse, alzó sus manos y les hizo gestos a las dos damas a sus lados para que se detuvieran. Confundidas, preguntaron, “¿qué ocurre?”

“Cinco millas al frente, hay un grupo de personas peleando. Una de las fuerzas está compuesta de una raza de tres ojos. ¿Ellos parecen ser sus enemigos?” Han Shuo explicó.

“¿Cómo lucen sus oponentes?” Sylph recibió una sacudida y pregunto apuradamente.

“Están montados en una grande y larga criatura abismal de un ojo y ocho garras. Tienen apariencias similares a ustedes dos. También tienen armaduras unidas a sus cuerpos”, Han Shuo respondió.

“¡Es el Regimiento Shero! ¡Nuestra gente!” Hemanna gritó antes de cargar directamente hacia la escena. También lo hizo Sylph. Tenían expresiones graves y mostraron no tener ni un poco de miedo.

La boca de Han Shuo estaba abierta, a punto de decirles que esos enemigos Triops poseían una fuerza mucho más grande que aquella de su lado y que la situación no daría la vuelta incluso con ellas dos. Sin embargo antes de que pudiera decir una palabra, descubrió que habían cargado temerariamente al frente.

Han Shuo sacudió su cabeza y dejo salir un suspiro. Poco después, pareció tener un pensamiento de algo y reveló una sonrisa malvada. Pensó, ‘¿no es una gran oportunidad para mí? Si la uso bien, no sólo podre obtener un lugar en el Valle del Demonio de la Guerra, incluso podre subyugar a esas dos al mismo tiempo’.